miércoles, junio 20, 2012

James Kirchick del New York Daily News: Ocultar los crímenes de Cuba detrás de derechos de los homosexuales. Ofensiva de Mariela Castro Espín de 'pinkwashing'

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Tomado de http://www.nydailynews.com/

(Traducción automática  mediante  Google Translate)

Ocultar los crímenes de Cuba detrás de derechos de los homosexuales

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Ofensiva de Mariela Castro Espín de 'pinkwashing'
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Por James Kirchick 
 New York Daily News
Martes, 19 de junio 2012


El 7 de diciembre de 1990, y poeta cubano Reinaldo Arenas, novelista, acabó con su vida. Forzado al exilio a causa de su disidencia política, y muriendo poco a poco del SIDA, que ya no podía soportar el tormento físico y mental de la enfermedad. Su nota de suicidio breve, expresando la alegría de una vida bien vivida, sin embargo, transmite un sentido de la quema de rabia. "Las personas que están cerca de mí, en ningún caso responsable de mi decisión", escribió Arenas, cuya vida de Julian Schnabel retrata elegíacamente en su adaptación de las memorias de Arenas "Antes de caer la noche."

"Sólo hay una persona a la que rendir cuentas. Fidel Castro"

Al igual que un sinnúmero de otros cubanos gay, muchos de los cuales fueron ejecutados o detenidos en campos de concentración y trabajó hasta la muerte en nombre de la revolución socialista, Arenas fue perseguido por su sexualidad. Así que uno sólo puede imaginar cómo iba a reaccionar ante el espectáculo reciente en la Biblioteca Pública de Nueva York, en el que una sala llena de activistas homosexuales una cálida bienvenida de un representante de alto rango de ese régimen despreciable.

El 29 de mayo, Mariela Castro Espín, sobrina del ex presidente de Cuba Fidel Castro y la hija de su actual líder, Raúl, dio una charla en un evento organizado por el Grupo de Trabajo Nacional de Gays y Lesbianas. De regreso a Cuba, Castro (quien es heterosexual) cabezas de algo llamado el Centro Nacional de Educación Sexual y es un destacado partidario del matrimonio gay. Preguntado sobre el entierro del régimen de las personas VIH positivas, Castro "parecía hablar en torno al tema", según Gay City News. Sin embargo, recibió una ovación de pie.

En el aislamiento, el apoyo de Castro para los gays es loable. Pero su campaña por los derechos de los homosexuales, tal como es, debe ser visto dentro del contexto de la represión que el régimen castrista ha infligido al pueblo cubano durante cinco décadas.

Los hermanos Castro son lo suficientemente sabios como para leer las corrientes políticas internacionales; revolucionaria machismo no está de moda como lo fue en la década de 1960. Ellos saben que una manera segura de calentar los corazones de los progresistas es comprometer su apoyo a un concepto nebuloso de los homosexuales cubanos no importa "derechos de los homosexuales." - Al igual que todos los ciudadanos de Cuba salvar a miembros de alto rango del Partido Comunista - no gozan de básica libertades como la libertad de expresión o de religión. Ellos no pueden afiliarse a un sindicato independiente o en una votación. Cuando se trata de la vida gay en Cuba, "No ha cambiado mucho desde los tiempos de Reinaldo Arenas". "

Esta apreciación no proviene de "grupos terroristas radicados en Miami" o la "prensa amarilla mediocre", ya que Castro describió recientemente a sus críticos en una entrevista radial. Viene de In These Times, una revista estadounidense de izquierda que publica la talla de Noam Chomsky. Hace tres años, se publicó un artículo especial sobre Cuba, incluido un informe en profundidad sobre la homosexualidad.


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ARTÍCULO ORIGINAL

Hiding Cuba’s crimes behind gay rights lies

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Mariela Castro Espin’s offensive ‘pinkwashing’
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By James Kirchick 
NEW YORK DAILY NEWS
Tuesday, June 19, 2012



 

Mariela Castro Espin, daughter of Cuban President Raul Castro, visits a memorial for homosexual Holocaust victims in Berlin in 2010. TOBÍAS Kleinschmidt / EPA

On December 7, 1990, Cuban poet and novelist Reinaldo Arenas ended his life. Forced into exile because of his political dissidence, and dying slowly of AIDS, he could no longer withstand the physical and mental torment of the disease. His brief suicide note, expressing contentment for a life well lived, nonetheless conveyed a sense of burning rage. “Persons near me are in no way responsible for my decision,” wrote Arenas, whose life Julian Schnabel portrayed elegiacally in his adaptation of Arenas’ memoir “Before Night Falls.”

“There is only one person I hold accountable: Fidel Castro.”

Like countless other gay Cubans, many of whom were executed or rounded up into concentration camps and worked to death in the name of Socialist revolution, Arenas was persecuted for his sexuality. So one can only imagine how he would react to the recent spectacle at the New York Public Library, in which a roomful of gay activists warmly welcomed a high-ranking representative from that despicable regime.

On May 29, Mariela Castro Espin, the niece of Cuba’s former President Fidel Castro and the daughter of its present leader, Raul, delivered a talk at an event organized by the National Gay and Lesbian Task Force. Back in Cuba, Castro (who is heterosexual) heads something called the National Center for Sex Education and is a prominent supporter of gay marriage. Asked about the regime’s interment of HIV-positive people, Castro “seemed to talk around the issue,” according to Gay City News. Nonetheless, she received a standing ovation.

In isolation, Castro’s support for gays is laudable. But her campaign for gay rights, such as it is, must be seen within the context of the repression that the Castro regime has inflicted upon the Cuban people for five decades.

The Castro brothers are wise enough to read international political currents; revolutionary machismo isn’t in vogue like it was in the 1960s. They know that a sure way to warm the hearts of progressives is to pledge support for some nebulous concept of “gay rights.” Never mind Cuban gays — like all citizens of Cuba save high-ranking members of the Communist Party — do not enjoy basic liberties like freedom of speech or religion. They cannot join an independent labor union or vote. When it comes to gay life in Cuba, “Not much has changed since Reinaldo Arenas’ time.”

That assessment doesn’t come from “terrorist groups based in Miami” or the “mediocre yellow press,” as Castro recently described her critics in a radio interview. It comes from In These Times, a left-wing American magazine that publishes the likes of Noam Chomsky. Three years ago, it ran a special feature on Cuba, including an in-depth report about homosexuality.