Frank Escobar: EL GRITO DE MANUEL ARTIME
Por Frank Escobar
Julio 9 de 2013
El Miami cubano se ha convertido en una ciudad silente por no decir abúlica. En un lugar asi los nombres mueren porque carecen de semántica que es como cuando un cuerpo ha perdido la circulación sanguínea y entonces todo se pudre y los buitres vienen y comienza el festín necrófilo y los vivos perecen. En esta ciudad que adora la vanidad de los nombres propios se nombran edificios o facultades universitarias, escuelas y parques públicos con nombres insustanciales y hasta injustos.
En medio de este rompecabezas nominalista sobresale con luz propia el nombre de Manuel Artime Buesa quizás porque la incomprensión y la desidia de sus compatriotas han pretendido atraparlo en un pequeño teatro público de la Pequeña Habana que sirve para cualquier cosa inclusive para promover intercambio cultural castrista. Digo que sobresale porque el hombre que fue Artime desborda las insípidas paredes de ese edificio de ocasión y lo que en definitiva ha representado porque su nombre por sí mismo es un grito y una invocación perenne y un recordatorio del cubano digno y valiente que fue Artime, que asumió el patriotismo como una religión y la lucha contra el comunismo castrista como la cruzada de toda su vida.
La historia que siempre escriben los vencedores siempre ha relegado a Aníbal y encumbrado a Cesar porque Cartago fue una cultura derrotada y Roma quiso borrar su memoria y que fuera humillada pero ni aun asi Aníbal, hijo de Amílcar Barca y héroe de Cannas ha dejado de ser el mejor capitán y el más valiente guerrero de toda la Antigüedad.
En la noche del próximo pasado cinco de Julio acudimos un grupo de peregrinos al mencionado teatro para rendir tributo a ese cubano excepcional que fue el líder civil de la Brigada 2506. Producciones Katungo de Luis Alberto Ramírez y Nuevo Accion de Aldo Rosado Tuero hicieron posible el cortometraje que honra dignamente la memoria de Artime(Foto).
Precedido por la invocación del padre franciscano Rumi, rector del Santuario Nacional Cubano de la Ermita de la Caridad y escoltado con el coro espontaneo de “La Montaña”, el lugar de marras adquirió una dimensión espiritual única que honró a Artime como el hombre de fe que siempre fue. Tanto su voz como su grito se hicieron escuchar allí. Todavía resuenan en mis oídos sus palabras inmortales en la excelente voz en off de Elio Oliva
“Creo que ha llegado el momento de hacer saltar de nuestras gargantas ese grito bendito y heroico que hirió los aires de la Sierra Maestra para lanzar a Cuba una promesa de un futuro glorioso. Ese grito que sale de una montaña trágica de muertos. Ese grito que sale de los charcos de sangre derramados por una causa grande, cubana y distinta. Ese grito que sale de lágrimas y de huérfanos.
"Ese grito que sale de sepulcros aun tibios. Ese grito que hará erguirse del suelo los cuerpos de los mártires, para clavar en los traidores rojos la mirada sin vida de sus cuencas vacías, y decirles: Revolución sí, pero comunismo no”.
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