CINCO AÑOS CON EL PRESIDENTE BARACK H. OBAMA: LA VERDADERA HISTORIA. 5 Years of Obama: The Real Story. By Michael Sargent
CINCO AÑOS CON OBAMA: LA VERDADERA HISTORIA
Por Michael Sargent
Heritage Foundation
May 7, 2014
Teniendo en cuenta el débil crecimiento económico del país, de sólo un 0.1% el trimestre pasado, merece la pena reflexionar sobre las iniciativas de recuperación que tanto el presidente Obama como sus seguidores pregonan que han sido un éxito. En su mayor parte, los defensores de las políticas económicas del presidente comentan que los principales indicadores económicos (concretamente el PIB, el empleo y la bolsa) se han recuperado en gran medida desde que la recesión tocó fondo en 2009.
Es cierto: nuestra economía está mejor a día de hoy que durante los peores momentos de la recesión. Pero se trata de la consecución de un pobre objetivo, puesto que a medida que una economía se recupera del fin de una recesión (especialmente de una recesión profunda), los indicadores económicos tales como el PIB y el empleo siempre mejoran. Lo realmente importante es la fuerza de la recuperación y lo rápido que esa recuperación impulsa el crecimiento económico.
OBAMABARACKCuando se compara con anteriores recuperaciones, la recuperación con Obama ha sido la más lenta y la más débil desde la Gran Depresión. Como observa el Wall Street Journal, el promedio de crecimiento trimestral del PIB para todas las recuperaciones posteriores a 1960 fue del 4.1%, con un crecimiento total del 21.1%. Compárese con la anémica recuperación con Obama, que se anotó un promedio del 2.2% de crecimiento trimestral y un total de sólo el 11.1%, es decir, alrededor de la mitad del promedio histórico.
Incluso más marcada es la diferencia entre la recuperación con Obama y la recuperación con Reagan entre 1982 y 1983, que logró un crecimiento del PIB del 23.1% a lo largo de 17 trimestres (un 25.6% en el total de la recuperación). Según el Comité Económico Conjunto, esto se traduce en un déficit de crecimiento de $2 billones entre la recuperación con Obama y con el presidente Reagan. Eso son $2 billones más que estarían en estos momentos en manos de las empresas y trabajadores de Estados Unidos, cuando, a pesar de la alegría de los seguidores de Obama, muchas familias americanas todavía lo están pasando mal financieramente.
Al estar la economía estancada en la rutina del crecimiento al 2%, la diferencia de resultados entre los estímulos de gasto de Obama y la agenda de Reagan en pro del crecimiento no podría ser más absoluta. Aunque a la economía le está yendo mejor, propiciar la recuperación más lenta de la posguerra no debería ser un motivo de orgullo, especialmente cuando se ha producido a costa de las familias trabajadoras de Estados Unidos.
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5 Years of Obama: The Real Story
May 4, 2014
Then-Sen. Barack Obama (D-Ill.) campaigning for his presidential campaign in 2008. (Photo: Newscom)
Considering the country’s weak economic growth of just 0.1 percent last quarter, it is worth reflecting on the recovery effort that President Obama and his supporters tout as a success. Mostly, the defenders of the president’s economic policies note that main economic indicators—specifically GDP, unemployment, and the stock market—have recovered a good deal since the recession hit rock bottom in 2009.
This is true—our economy is better off today than it was during the severe recession. But that is a low standard to meet; as an economy recovers from the end of a recession—especially a deep recession—economic indicators such as GDP and unemployment invariably improve. What really matters is the strength of the recovery and how fast that recovery propels economic growth.
When compared with those in the past, the Obama recovery has been the slowest and weakest since the Great Depression. As The Wall Street Journal notes, the average quarterly GDP growth for all post-1960 recoveries was 4.1 percent, with total growth of 21.1 percent. Compare that to the anemic Obama recovery, which posted an average of 2.2 percent quarterly growth and a total of just 11.1 percent—about half the historic average.
Even more marked is the difference between the Obama recovery and the 1982–1983 Reagan recovery, which resulted in GDP growth of 23.1 percent over 17 quarters (25.6 percent for the entire recovery). According the Joint Economic Committee, this translates to a growth deficit of $2 trillion between Obama’s recovery and that under President Reagan. That is $2 trillion more that would be in the hands of U.S. businesses and workers today, when—despite the Obama supporters’ cheery sentiment—many American families are still aching financially.
As the economy is stuck in a 2 percent growth rut, the difference in results between Obama’s big-spending stimulus and Reagan’s pro-growth agenda could not be starker. Although the economy is faring better, fostering the slowest post-war recovery should not be a point of pride—especially when it has come at the expense of hard-working American families.
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