Álvaro Alba: Nikolai Leonov, exgeneral de la KGB cuenta sus vínculos con Raúl Castro en su serie "Vida de hombres ilustres" la biografía del gobernante cubano Raúl Castro.
Su amigo Nikolai Leonov, exgeneral de la KGB y exdiputado a la Duma, es el autor del libro, que presentó en Moscú el canciller Serguei Lavrov.
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Por Álvaro Alba
junio 15, 2015
La editorial rusa Joven Guardia acaba de publicar en su serie "Vida de hombres ilustres" la biografía del gobernante cubano Raúl Castro. La presentación en Moscú estuvo presidida por el canciller ruso Serguei Lavrov, quien se deshizo en elogios a la contribución de los hermanos Castro a las relaciones con su país.
Según Lavrov, Fidel y Raúl Castro continúan aportando a la amistad de Cuba y Rusia y abrieron una nueva etapa en la historia del país y en las relaciones de Moscú con La Habana. Hace un mes, recordó el Canciller, celebraron los 55 años de "restitución de las relaciones diplomáticas" bilaterales, iniciadas en mayo de 1902 y rotas por Moscú bajo el mandato de Batista.
El autor es el general de división de la KGB Nikolai S. Leonov, quien entabló amistad con el menor de los hermanos Castro en mayo de 1953. En el viaje que hizo Raúl Castro en el 2012, en su encuentro con el primer ministro Medvedev, dedicó un tercio de la conversación a Leonov, a quien llamó "mi primer amigo soviético".
Ambos viajaba en el buque Andrea Gritti de Italia al Caribe. El soviético iba con una beca para la Universidad Nacional Autónoma de México y el cubano regresaba de participar en reuniones preparatorios para el festival mundial de la juventud y los estudiantes que ese año se celebraba en Bucarest.
Libro de Raúl Castro escrito por Nikolai Leonov.Libro de Raúl Castro escrito por Nikolai Leonov.
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... Acerca de su amistad de muchos años con este legendario hombre, sobre episodios de la lucha revolucionaria en Cuba, nos cuenta Nikolai Leonov, Diputado a la Duma Estatal de Rusia, Doctor en Ciencias Históricas, Profesor del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú (MGIMO).
Algunos hechos que expone Leonov eran desconocidos hasta ahora por ser calificados de secretos: El 5 de mayo de 1953, en el puerto de Génova subimos juntos a bordo del crucero italiano "Andrea Gritti", pero entonces aún no nos conocíamos. En el barco se encontraba un grupo de estudiantes latinoamericanos, que participaron en la preparación del Festival de la Juventud. En las manos de uno de ellos vi el libro escrito por Makarenko "Poemas Pedagógicos" en español. Después resultó ser que el libro se lo había regalado un compañero mío. El mismo sirvió como pretexto para conocernos. Raúl Castro se presentó el mismo, era estudiante de segundo año de la Facultad de Leyes de la Universidad de La Habana. Navegamos más de un mes por el Atlántico de Génova al puerto mexicano de Veracruz.
Estos fueros días inolvidables para mí. Raúl Castro fue el primer extranjero que yo conocí. Conversamos muchas horas, yo le conté sobre la Unión Soviética. Él a mí me contó muchas cosas sobre su hermano mayor, un conocido abogado habanero. Incluso, planificamos visitar a Fidel en la calle Tejadillo. Pero no me permitieron bajar a puerto, las relaciones diplomáticas de la URSS con Cuba estaban rotas.
Durante nuestro viaje, Raúl me ayudó a resolver algunos problemas domésticos, en realidad era mi primer viaje al extranjero, era un diplomático joven e inexperto. Raúl me ayudó a conseguir las cosas que eran necesarias para el trópico y en Islas Canarias los muchachos me trajeron a bordo un gran racimo de plátanos de cincuenta kilogramos aproximadamente. Antes de ese momento, yo sólo había visto plátanos en fotos.
Saben, en el barco nos hicimos amigos de verdad. Yo enseñé a Raúl y a sus compañeros a jugar ajedrez. Jugábamos días enteros. Incluso por la noche, cuando en el barco todo estaba en calma, nuestras batallas ejedresísticas continuaban en la cubierta superior. Él me enseñó a jugar al tenis de mesa. En esa época, también celebramos en el barco el cumpleaños de Raúl Castro.
El 3 de junio de 1953, nuestro barco entró a la bahía de Willemstad, capital de Curazao. Ese día cumplía 22 años. Fuimos al mercado y compramos muchas frutas del trópico y preparamos una gran mesa festiva a bordo... Después de ese memorable viaje, llegué a México y comencé a trabajar como "practicante" en la embajada soviética. Cuan grande fue mi asombro, cuando mes y medio después escuché la noticia sobre el asalto al cuartel "Moncada".
Sencillamente, estaba pasmado: entre los nombres de los principales participantes de aquellos hechos estaba el nombre de mi amigo Raúl. Nos despedimos en la Habana el 5 de junio y ya el 26 de julio estaba combatiendo con las armas en las manos contra Batista. Yo seguía todas las noticias procedentes de Cuba, cada paso de Raúl y Fidel Castro. Le pedí al Embajador atender Cuba, recopilar todos los materiales sobre Cuba para enviarlos a Moscú . Y quizás, esto se convirtió en la obra de mi vida, yo he seguido a Cuba por más de medio siglo. ...en el verano de 1956, me encontré por casualidad con Raúl Castro en México. Fue muy emocionante... En aquel entonces, después de tres años de nuestra despedida en el puerto de la Habana, conocí al Che Guevara en el apartamento de Raúl Castro en México. Fui el primer soviético que conoció al renombrado compañero "Che". Le prestó ayuda médica a Raúl y otros compañeros enfermos.
Yo mantenía en secreto mis encuentros con los revolucionarios cubanos. El Che Guevara me pidió le buscara unos libros en español. Esos libros eran "Chapaev" de Furmanov, "Un Hombre de Verdad" de Boris Polevói y "Así se templó el acero" de Nikolai Ostrovski. Los hallé en nuestra Embajada. Mantuve amistad con el Che Guevara hasta su viaje a Bolivia, donde murió. ...Fue a Raúl, precisamente, a quien Fidel le encomendó crear un segundo frente, que actuaría más al norte del lugar donde estaban ubicadas las principales bases guerrilleras del ejército de Fidel. Raúl construyó allí un aeródromo. Comenzó a realizar las primeras reformas sociales y agrarias. Llevó a cabo una lucha decisiva contra los bandidos, que bajo el aspecto de guerrilleros saqueaban a los campesinos, le robaban el ganado, violaban a las mujeres. Los guerrilleros supieron que los aviones de Batista aterrizaban en el aeródromo de la Base Militar Norteamericana de Guantánamo, allí cargaban las bombas con las que bombardeaban las zonas guerrilleras. Los combatientes de Raúl apresaron a varias decenas de infantes de la marina norteamericana de esta base. Se desencadenó un gran escándalo: los guerrilleros, compuestos por estudiantes y campesinos, habían arrestado a experimentados soldados "supermanes", ¡y en grandes cantidades, un ómnibus completo! El Cónsul norteamericano fue rápido a entablar conversaciones. Raúl Castro puso una sola condición: que suspendieran su participación en la guerra apoyando a Batista y entonces los guerrilleros liberarían a los infantes de marina. Y los EE.UU. suspendieron el suministro a los bombarderos de Batista. ... Después de la Crisis de Octubre, especialistas militares soviéticos participaron activamente en la construcción del nuevo ejército cubano. En Cuba trabajó gran cantidad de asesores nuestros. En la esfera militar, nuestros países siempre tuvieron las mejores relaciones.
Raúl Castro recorrió muchos países, estudiando la experiencia extranjera. Recopiló lo mejor que tenían otros ejércitos para "armarse". También estuvo muchas veces en la URSS. El año pasado estuvo en comisión de servicio en China, donde estudió la experiencia militar que tienen allí. A inicios de 1980, comenzó la crisis en nuestra colaboración militar. Raúl Castro se encontraba en Moscú con una delegación militar. Lo invitaron al Comité Central a conversar con los miembros del Buró Político: Gromiko, Andropov, Ustinov. Para entonces, ya Brezhnev estaba enfermo. Nuestros militares hicieron una declaración, que sumió a los cubanos en un shock: la URSS no lucharía por Cuba. Quitamos el escudo nuclear que siempre, como aliado, había defendido a Cuba de un posible ataque norteamericano desde los tiempos de la Crisis de Octubre de 1962. En ese entonces, esta información era completamente secreta . Es cierto que la URSS le propuso a Cuba la cantidad de armas, municiones y medios técnicos que necesitaban. Ya en 1980, Fidel y Raúl elaboraban la teoría de la guerra del pueblo, basada en la doctrina militar de Cuba. Su esencia consiste en que, en caso de un ataque de los EE.UU., comenzarían una guerra guerrillera de todo el pueblo, en la que participará todo el pueblo cubano. Me parece, que algo parecido es lo que vemos hoy en Iraq.
En Cuba se crearon las Milicias Populares. Casi toda la población masculina en edad de ser llamados, recibió preparación militar. Se creó una infraestructura para llevar a cabo una guerra guerrillera total. Yo vi los refugios donde se ocultan los tanques blindados, la artillería. Esta concepción hace que, incluso hoy, los EE.UU. se contenga de cualquier intención de agresión. Cuba vivió una difícil situación después de la destrucción de la URSS. Y claro está, Raúl Castro, junto a su hermano, tuvo que ocuparse tanto de los problemas económicos, como del Estado. En aquella época, Fidel Castro dijo que nos adaptaríamos a nuevas condiciones cuando el socialismo sufriera una derrota temporal y conserváramos las conquistas de la Revolución: educación y salud pública gratuita, etc. Raúl Castro comenzó a hacer reformas e introdujo algunos mecanismos de mercado en la economía de Cuba.
En estos momentos, en la Habana hay cerca de cuarenta mercados donde se pueden comprar producciones agrícolas a precios libres. Se han liberado algunos sectores de la economía. Esto recuerda la simbiosis de la economía planificada y la economía de mercado de China. Ya hace cuatro meses que Raúl Castro dirige el país debido a la enfermedad de su hermano. Celebró la Cumbre de Países No Alineados. La dirección del país es tan efectiva como al nivel de dirección de Fidel. Esto confirma la veracidad de aquellos que dicen, que ¡el sucesor de Fidel sólo puede ser Raúl Castro!
En más de una ocasión he tenido que jugar el papel de coordinador cuando ha sido necesario acordar posiciones entre Moscú y la Habana. Rememoraré un caso dramático sobre el que aún nadie conoce. Sus lectores serán los primeros a quien les contaré acerca de ello. En el verano de 1973, nuestro Ministerio de Defensa tomó la decisión secreta de suministrar medios técnicos militares a Chile. Eso fue poco antes de la muerte de Allende en septiembre de 1973. Yo fui enviado a la Habana para consultar con los compañeros cubanos. La misión era muy urgente: nuestros barcos ya se encontraban en el mar con las armas a bordo, a medio camino de Chile. La reacción de Fidel y Raúl Castro ante mi noticia fue extremadamente negativa. Me dijeron: "Los cañones y tanques de ustedes pueden ser utilizados mañana contra Salvador Allende. Ustedes no conocen la situación de Chile. Según nuestros datos, el ejército está conspirando con Pinochet". En aquellos momentos, el servicio de inteligencia cubano en América Latina era, realmente, más fuerte que el nuestro. En el acto mandé la información al "centro". El Buró Político tomó la decisión de hacer regresar nuestros barcos con las armas. De esta manera, ni un solo cañón soviético cayó en poder de Pinochet. ¡Imaginen el daño que se hubiese provocado al prestigio de la URSS si le hubieran disparado a Allende con nuestras armas! Informamos a Allende sobre la intentona golpista que se estaba preparando...
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