sábado, octubre 17, 2015

Pedro Corzo: Las visitas Papales a Cuba


Las visitas Papales a Cuba

Por Pedro Corzo
octubre 15, 2015

Más allá de las valoraciones positivas o negativas que cada quien haga sobre las visitas papales a Cuba, hay que reconocer que esa pequeña isla del Caribe, que no se distingue por un alto número de practicantes de la religión católica, ha tenido el privilegio de ser congratulada por tres Papas en quince años, una distinción que muchos países no pueden mostrar.

Los cubanos no fueron, ni son en su mayoría, practicantes de la religión Católica. En el pasado el número de creyentes en la isla nunca fue comparable con el de otras naciones del hemisferio, representatividad que fue afectada dramáticamente a partir del triunfo de la revolución, porque un número importante de feligreses, por miedo u oportunismo, decidió abandonar sus creencias.

La asistencia a la iglesia se redujo dramáticamente y las personas negaron su creencia en Cristo no tres veces, sino en infinidad de ocasiones, cuando en el país se instaló una nueva religión en la que el Dios era Fidel Castro y el castrolicismo la verdad revelada.

El régimen impuso valores y normas que se inspiraban en el pensamiento de Fidel y en el marxismo, con la premisa leninista de que la “Religión era el Opio de los Pueblos”.

Aquella fue una experiencia indeleble para los creyentes que en defensa de su fe fueron discriminados, perseguidos, humillados, encarcelados y fusilados, como ocurrió entre otros muchos, con Alberto Tapia Ruano y Virgilio Campanería, quienes antes de morir, gritaron Viva Cristo Rey.

Por lo antes expuesto es válido preguntarse por qué tres obispos de Roma han decidido viajar a Cuba. Cuáles son los factores que determinan que un máximo jerarca de la Iglesia vaya a un país.

Las visitas papales han de responder a un protocolo que se inicia con los contactos entre el gobierno anfitrión y el visitante, con el objetivo que la visita repercuta en beneficio para las partes.

La Iglesia como tal ha ganado espacios en la sociedad cubana a partir del viaje de Juan Pablo Segundo, particularidad que se ha acentuado con las visitas de Benedicto XVI y Francisco, por lo que es de suponer que los beneficios adquiridos se incrementen y que paulatinamente acceda a los derechos que disfrutan en otros países.

Pero ¿cuáles son los beneficios para el régimen? ¿Qué buscan los renegados Fidel y Raúl Castro al permitir que tres Papas viajen a la isla, y desarrollen su labor proselitista sin restricciones, mientras continúan reprimiendo a todos los que reclaman el respeto a sus derechos, incluidos lo que se acercan al Pontífice para denunciar los crímenes de la dictadura?

Ver a Fidel que hace años no ocupa la jefatura del estado cubano compartiendo con dos Papas –Benedicto XVI le recibió en la Nunciatura y Francisco inexplicablemente fue a visitarle a su casa– debió haber sido un duro golpe para muchos de los que fueron formados y defendieron los valores y principios que la iglesia Católica, sostiene e inspira.

Siempre se ha dicho que hay que perdonar a quienes ofenden, pero también que el perdón debe estar precedido por un sincero acto de contrición, en consecuencia, si el arrepentimiento hizo presa de la voluntad de un pecador de la abyección de Fidel, solo un sumo pontífice podría darle la absolución.

De estar Fidel Castro arrepentido de sus depredaciones habría que reconocer que una vez más la Iglesia ha vencido a quienes fueron sus verdugos temporales, pero de no haber mediado el remordimiento en la oscura alma del déspota, lo apropiado sería volver a leer el Maquiavelo del fin justifica los medios, y mejor, si se cuenta con incienso para disipar las malas acciones.

Periodista de Radio Martí
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Carta postuma de Virgilio Campaneria Ángel



La Cabaña, Cuba Abril 17 de 1961 A mis compañeros estudiantiles y al pueblo de Cuba en general:

En estos momentos me encuentro esperando la sentencia del tribunal que me juzgo. La muerte no me preocupa, porque tengo fe en Dios y los destinos de mi Patria. Mi muerte será otro paso atrás de los que creen que pueden ahogar con sangre las ansias de libertad del pueblo cubano.
No le temo, que venga la muerte; yo voy feliz porque ya veo libre a mi Patria, ya veo como suben jubilosos mis hermanos la gloriosa Colina, ya no habrá más odio entre hermanos, ya no habrá gargantas que pidan paredón. Todo será amor entre cubanos, amor de hermanos, amor de cristianos.

Pobre Cuba, cuanto has sufrido, pero la Cuba nueva surge del odio para sembrar el amor, de la injusticia para sembrar la justicia, justicia social, no demagogia engañadora de pueblo; una Cuba madura porque ya conoce todos los engaños y a los farsantes; una Cuba para los cubanos y “con todos y para el bien de todos”.

A ti, estudiante, te cabe la gloria de liberar a la Patria y de levantar esa Cuba nueva.
¡VIVA CRISTO REY!
¡VIVA CUBA LIBRE!
¡VIVA EL DIRECTORIO REVOLUCIONARIO ESTUDIANTIL!

Firma: Virgilio Campaneria Ángel
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ÚLTIMA CARTA DE ALBERTO TAPIA RUANO

Queridos viejos:
Acabo de recibir hace unos momentos la ratificación de la Pena de Muerte y es por eso, ahora que estoy en el final, que les escribo estas líneas. No me creerán pero puedo asegurarles que nunca he tenido tanta tranquilidad espiritual como en ese momento: me siento con sinceridad muy contento presintiendo que dentro de poco estaré con Dios , esperando y rezando por Uds.
Hoy en el juicio vi a mis hermanos y padrinos llorando Y eso por que? No y mil veces No. Se que lo de hoy es doloroso para Uds., pero quiero que se sobrepongan y piensen que Dios en su infinita bondad me ha dado esta gracia de ponerme a bien con El, y todos deben de agradecérselo.
Adiós viejucos, tengan mucha fe en la Vida Eterna que yo intercederé por todos Uds.

! VIVA CRISTO REY !

Besos y abrazos, no lágrimas, a todos.
Adiós hermanos, padrinos y familia

FE EN DIOS.

Alberto


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Tomado de http://www.hermanos.org

Carta del 20 de abril de 1961 de Rogelio González Corzo a sus padres, escrita minutos antes de ser fusilado por el régimen de Castro.


20 de abril de 1961

Queridos padres y hermanos:

Sé lo que representa para ustedes el momento en que reciban la noticia de mi muerte encontrándose ustedes lejos de donde yo estoy. Quiero decirles que esto fue siempre lo que yo le pedí a Dios. Creo que hubiera sido para ustedes un sufrimiento mayor moral y quizás físico si hubieran estado aquí y hubieran tenido que pasar por todo este tiempo que entre mi prisión y mi muerte duró 32 días.

No tienen en ningún momento que abochornarse de mi prisión y fusilamiento, al contrario, espero que estén orgullosos de su hijo y que sepan adoptar una postura correcta en el momento en que Dios y la Patria pedían el sacrificio de su hijo. Quiero que sepan que era la única postura que podía tener en situaciones como la que está atravesando la patria en estos momentos.

Esto lo estoy escribiendo a las 2 a.m. del día 20 de abril. Estoy en una celda que le dicen capilla, ya que mi muerte es cuestión de minutos. Quiero que de esta manera sepan ustedes que mi último pensamiento en la tierra fue para ustedes y mis queridos hermanos.

Padres, hermanos, sólo tengo una terrible preocupación, pero confío que siendo mi última voluntad esta preocupación deje de serlo y se convierta en una gran alegría, ella es la vida espiritual, la vida religiosa de ustedes. Saben que siempre mi preocupación fue la Religión Católica y tratar de hacer la voluntad de Dios; en estos momentos estoy seguro que la estoy cumpliendo y quiero que esta muerte mía, de la cual deben de estar orgullosos, sirva para que ustedes papá y mamá, me hagan la promesa de ir a misa todos los domingos y de confesar y comulgar los dos y después hacerlo regularmente.

Que mis hermanos Manolito e Isidro hagan ejercicios espirituales, anualmente, que se confiesen y comulguen mensualmente y vayan a misa todos los domingos. Traten de ser buenos esposos con esas dos joyas que tienen, Laurita y Fifí, a las cuales también les pido mejoren su vida espiritual. Para mi sobrín Carlos Manuel que le digan lo mucho que su tío lo quería, que murió para que tuviera una Cuba digna y católica y por favor que vaya a un colegio católico. Recuerden que es más importante salvarse que saber inglés. A mi ahijado y mis dos sobrinas muchos besos. Que vayan a colegio católico y que sean buenos hijos todos.

En estos momentos en que la muerte toca a la puerta sabrán, padres y hermanos, que estoy con gran tranquilidad, lo mismo que todos mis compañeros, ya que ello me abre las puertas del cielo y de la dicha eterna. Además, me lleva al lado de abuelito y de mis abuelos donde, si Dios quiere, los espero a todos.

Recuerden, no lamenten, esto es lo mejor. Recuerden que los espero en el cielo, que tengan fortaleza como yo la tengo en estos momentos y que me voy con una sola preocupación de su vida espiritual. Por favor, no la abandonen, que en ningún momento mi problema vaya a afectar al catolicismo de ustedes, al contrario, lo fortalezca.

Sin más, esperándolos en el cielo, queda su hijo, que nunca los olvida y los espera con los abuelos,

Rogelio