jueves, diciembre 17, 2015

Mari Paz Martínez Nieto: RADIO MARTÍ


Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Desde hace  ya algunos años  a Radio Martí se le  está quitando  ¨uñas y dientes¨  ¿Se le estará  echando con este nombramiento  las últimas paletadas de tierra al espíritu  con el cual fue creada Radio Martí?

Sobre Angélica Mora diré que cuando trabajó en Radio Martí era muy valorada por la disidencia y oposición  dentro de Cuba; desde hace  muchos años  no trabaja en Radio Martí y su preocupación por los asuntos políticos cubanos no ha mermado en un ápice. Su trabajo en Radio Martí iba más allá  de cumplir con su jornada laboral, ganar su salario y disfrutar de los beneficios de una plaza del gobierno de los  EE.UU; Angélica Mora laboraba en RM por los mandatos de su corazón y no por los de su bolsillo. El blog Apuntes de una periodista  es un ejemplo  de ello.
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Tomado de http://asopazco.net

RADIO MARTÍ

Por Mari Paz Martínez Nieto
Asopazco
Madrid
16 de diciembre de 2015

Me cuentan que, Malule González, recién nombrada directora de Radio Martí es la persona que necesita el contubernio Obama–Castro para suavizar el mensaje de la extraña pareja hacia la isla.

No conozco a la Sra. González, pero no parece que su nombramiento sea el más idóneo. Su inexperiencia y parece que también su poco conocimiento de los temas cubanos, no resultan los mejores credenciales para una exitosa gestión.

¿Qué fue de aquella Radio Martí transgresora y valiente baluarte indispensable en la lucha por las libertades en Cuba?

Aquella R. Martí de Mas Canosa y Humberto Medrano invitaba a sumarse a la batalla de la información veraz que necesitaban los cubanos en la isla contra viento y marea. Allí se escuchaban las voces de Europa con conexiones y noticias de sus corresponsales dirigidos de forma magistral por Angélica Mora; en Madrid, en Suiza, en Francia, en Alemania, abriendo espacios hasta entonces cerrados a cal y canto para los cubanos. De allí llegaban las denuncias de ciudadanos que aun sin organizaciones que los amparasen, clamaban por sus derechos fundamentales y las libertades conculcadas. Era Radio Martí quien se encargaba de analizarlas y difundirlas abriendo nuevas vías de conocimiento sobre la realidad cubana.

(Malule González)

Conocí la emisora desde su fundación; en Washington me explicaron Jorge Mas y Medrano, su idea de crear un espacio para que a Cuba llegase la voz de los cubanos libres y de todos aquellos que deseaban una Cuba plural, justa y democrática.

Y allí conocí a muchos de los amigos entrañables que aún conservo, porque la idea de libertad y justicia es buena amalgama para cimentar la amistad. El tiempo y las circunstancias han cambiado, es verdad, pero Cuba mantiene su anacrónico régimen y a sus decrépitos gobernantes ejerciendo la represión sobre sus ciudadanos como antaño.

De ahí que no se entienda que Radio Martí afloje el pulso, edulcore los mensajes, y pretenda, según parece, dedicar sus mejores esfuerzos en ensanchar su espacio hacia la América Hispana.

“El que mucho abarca, poco aprieta”  dice el refrán; y Cuba necesita como nunca atención mediática y todos los recursos de que disponga para evitar los abusos continuos y la violación sistemática de los derechos fundamentales de los cubanos a lo largo y ancho de la isla.

(Angélica Mora)

RadioMartí debe seguir siendo la voz de los cubanos libres, que llegue fuerte y nítida a los cubanos que sufren la opresión de la dictadura. Basta ya de maquillajes, de medias tintas, de engañosas medidas aperturistas y cambios cosméticos.

Cuba no se merece ni un engaño más. Antes que verla convertirla en un pasatiempo, en una emisora más de las que emiten desde el sur de la Florida Radio Martí debe servir a los intereses para los que fue creada: luchar por una Cuba diversa, plural y democrática o cesar sus emisiones definitivamente

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LOS ENTERRADORES
Por Humberto Medrano
La Habana
14 de mayo de 1960
Es doloroso ver enterrar la libertad del pensamiento en un centro de cultura. Es como ver enterrar un código en un Tribunal de Justicia. Porque lo que se enterró anoche en la Colina no fue un periódico determinado. Se enterró simbólicamente la libertad para pensar y decir lo que se piensa.

Doloroso es también que en ese Centro se profieran insultos, y se calumnie y se amenace a periodistas honorables que han dedicado una vida al cumplimiento estricto de sus deberes profesionales y ciudadanos, sin traicionarlos jamás. Y que jamás han empleado el insulto, ni el denuesto como arma polémica, ni han denigrado a nadie por el hecho de no pensar como ellos. Pero desgraciadamente ha llegado hasta la Universidad la ola de odio que nos bate. Claro que no a la mayoría de los estudiantes. Pero sí a algunos líderes de apresurados y tardío expediente, que se prestan a servir de marionetas para contribuir a la demolición de nuestras libertades.

Pero lo más doloroso es ver cómo con esos entierros vergonzosos de la libertad de expresión están enterrando los principios por los que tanta sangre se ha derramado en nuestro suelo desde la Guerra de Independencia.

Cómo traicionan y entierran el sacrificio de nuestros mambises, el ejemplo de Martí, la inmolación de tantos mártires. Cómo entierran las aspiraciones legítimas de un pueblo noble y heroico. Y cómo, si siguen por ese camino, terminarán enterrando la Revolución.

Y no se diga que esa es la acción del pueblo. Los escasos miles de curiosos que allí se congregaron en son de fúnebre “pachanga” no pueden representar la voluntad del pueblo. Consternados quedarían los promotores de ese carnaval macabro si pudieran conocer la opinión de los millones de cubanos que no asistieron y que sintieron repugnancia por tan amarga bufonada.

No se engañen. La multitud de ayer, junto a las multitudes que convocaban y reunían Hitler, Mussolini y Perón, son una mera “fiestecita familiar”. Sin embargo, recuerden cómo la humanidad entera execra su memoria. La voz del pueblo, su verdadera voz, está en las inmensas mayorías que no asistieron y que condenaron en silencio esos intentos de regresar a la bárbara etapa del predominio de la fuerza bruta sobre las jerarquías del espíritu.

Colofón obligado de ese acto ha sido el comentario del periódico “Revolución”. El título de ese comentario lo dice todo: “Prensa Libre en el camino de La Marina”. No tenían que decirlo. Todo el mundo lo sabe. Como sabe que nadie más interesado en colocarnos en él que los magnates de “Revolución”, para apoderarse de nuestros talleres y rotativa. Ese es el único periodismo –aparte de insultar y calumniar sin recato- que saben hacer.

Con la estrategia de Goebbels y la táctica dialéctica del comunismo tuercen nuestra actitud. Y dicen que estamos con La Marina. No, señores piratas, nosotros no estamos con La Marina, como no estamos con ningún periódico.

Estamos con Cuba y con PRENSA LIBRE. Pero estamos contra el procedimiento empleado para silenciar ese diario.

Estamos contra el empleo de la fuerza para acallar la voz de cualquier ciudadano, sea periodista o no. Estamos contra el sistema de taparle la boca al adversario, porque ese es el sistema de los más abominables totalitarismos.

Y estamos contra esa clase de periodistas que callan los desmanes de algún funcionario o de alguna autoridad. Si por ustedes hubiera sido, nadie hubiera sabido los maltratos perpetrados contra los presos políticos en La Cabaña, que dieron origen a una denuncia de un Magistrado del Tribunal Supremo y a una investigación por parte del Gobierno. Ni se hubieran sabido los intentos de coacción a los magistrados de la Sala Quinta. Ni se hubiera sabido la verdad de la agresión armada por elementos comunistas en el recibimiento del Dr. Sánchez Arango.

Ustedes nos plantean la disyuntiva que hay que estar con o contra la Revolución. Pero habrá que preguntarles con cuál Revolución. Si con la Revolución Cubana que depuso a un tirano y planteó de inmediato la liquidación del peculado, la reparación de viejas injusticias y la afirmación de nuestras esencias patrias, o la Revolución de los excesos, de las mentiras, del odio, de los asaltos a periódicos independientes. Porque junto a la primera estamos y está el pueblo de Cuba. Pero junto a la segunda no están más que ustedes y un grupito de comunistas que quieren transformar la primera para saciar sus apetitos y propiciar sus planes de perturbación.

De lo que pueden estar seguros es que no daremos un paso atrás. Que vemos como aumenta el acoso. Cómo se va cerrando el cerco. Cómo avanzan inexorablemente los planes de exterminio. Ustedes cuentan con todos los resortes. Para eso han copado las dirigencias de todos los sectores. Nosotros no tenemos más que el inmenso poder de la verdad desarmada. Eso nos basta. Porque junto a la verdad está la inmensa mayoría del pueblo. Y ésa es la que cuenta. Como cuentan los ideales de Dios, Patria, Familia, libertad y justicia que a toda costa defendemos.

Mientras tanto, aquí estamos. Librando una batalla desigual. Pero firmes y serenos.

Armados de nuestras convicciones. Las mismas por las que hemos arriesgado todo tantas veces. Las mismas por las que, pase lo que pase. No daremos un paso atrás.

Con Dios, Con Cuba, con la Libertad.

La Habana, Cuba

14 de mayo de 1960.