jueves, enero 28, 2016

Alex Heny; Cuba: Internet y los derechos imprescindibles


 Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

En Cuba hay mucho más miedo que desinformación.

A Cuba llega y entra mucha información de todo tipo, pero  la inmensa mayoría del pueblo cubano  piensa que es mejor NO DARSE POR ENTERADO que buscarse problemas con la tiranía totalitaria Castrtista; ese miedo persiste aún en cubanos que viven en el exterior y temen que la tiranía Castrista tome medidads de todo tipo contra ellos;  más aún si piensan viajar a Cuba. Son esclavos aunque vivan en un país libre y democrático.

Ejemplos que  la información  de EE.UU.  llega a Cuba son:  Las personas  que discuten de beisbol  de Grandes Ligas y de Boxeo en las diferentes ¨esquinas calientes¨, las personas que hablan de los chismes de farándulas y de la moda vigente, las que hablan de los contenidos de films y de programas televisivos del Sur de la Florida, etc.
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Cuba: Internet y los derechos imprescindibles

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Los monstruos estadounidenses de la comunicación han sido por fin liberados de sus cadenas y están listos para abalanzarse, con esa fuerza más, sobre Cuba, la incomunicada
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Por Alex Heny
Nueva York
27/01/201

El pugilato de terciopelo que mantienen el gobierno de Estados Unidos y el desgobierno de Cuba acerca del acceso libre (y asequible) de los cubanos a Internet se parece, pelo por pelo, al asunto de la democracia y la “democracia” cubana.

Es otro empujón en esta pulsada de baja intensidad, que parece ser el signo de estos tiempos de Obama-general heredero.

Es decir:

EEUU quiere Internet para todos, porque aquello de que “The truth will set you free” —que está en la Biblia, por cierto, no en la Constitución de Estados Unidos— es la esperanza de los que creen en las libertades individuales, esas que sí están descritas en dicha Constitución y que nosotros acá, aunque a veces no conozcamos todas las verdades, disfrutamos.

Por su parte, el desgobierno cubano sabe que el adoctrinamiento, el NTV, el Granma, y la legión de desinformadores que ha graduado el descascarado sistema educativo cubano, pues no son, al decir de un entrañable amigo, ni medio piñazo después de un paseo por Internet y sus inagotables fuentes de información.

Saben además, dictadores, censores, ideólogos y desinformadores, que la verdad de su miseria es terrible, y la quieren mantener así, camuflada en lo oscurito, mientras que en la luz se dedican a transferir al extranjero causas, culpas y responsabilidades, con el mismo desparpajo y diligencia con que la familia gobernante transfiere el dinero de los cubanos a sus abultadas cuentas bancarias en Panamá, Islas Caimán o Suiza.

Creen entonces ambos —americanos y cubanos— que Internet es la clave para el guaguancó del derrumbe. Se esperanzan aquellos, y temen estos, los dictadores, que una vez los cubanos puedan entrar y salir de Internet a su antojo, y enterarse de que su país es un desastre aun mayor que el que están viendo a su alrededor, un cambio se va a precipitar.

Les aterroriza la idea de que ser cultos es una manera de ser libre, que la verdad os hará libres; que lo que escriben plumas de peso pesado, y diletantes como yo, vaya a desatar la nueva Revolución, de rosca derecha; que sea esa la avalancha final, el barredor de tristezas que implacable se paseará por las grandes alamedas.

Y etcétera.

Leo entonces las recientes declaraciones del embajador Daniel A. Sepúlveda, subsecretario adjunto del Departamento de Estado de Estados Unidos.

El señor explica que los monstruos estadounidenses de la comunicación han sido por fin liberados de sus cadenas y están listos para abalanzarse, con esa fuerza más, sobre Cuba la incomunicada; propone además que se tienda un cable submarino Habana-Miami, que no basta con ese misterioso que se dice existe entre Venezuela y Oriente; que es necesario que ETECSA se abra al mundo para que el mundo se abra a ETECSA.

Y pienso al leerlo en cuán ingenua es la posición de Estados Unidos, aunque esté basada en ese milenario y archiprobado instrumento de control de masas que es la Biblia.

Por otra parte, la reacción de ETECSA, ese títere gubernamental que monopoliza las cosas de la comunicación, me reafirma cuán idiotas son estos dictadores de pacotilla que, aterrorizados hasta de su propia sombra, ni siquiera entienden a sus súbditos.

Si la mayoría de los cubanos tuvieran ese acceso libre a Internet (vamos a obviar por el momento el hecho de que la mayoría no puede pagar ese servicio); si pudieran leer entonces los cubanos lo que quisieran; si estuvieran incluso en la disposición de sacar conclusiones de ello, nada va a pasar en Cuba.

Lo que sucedería es que, en realidad, los cubanos preferirían hacer lo mismo que hace el resto del planeta: buscar porno, juegos, horóscopos, deportes, Kardashian y Justin Bieber.

Porque además, en Cuba, nadie, ese “nadie” estadístico que engloba a esa inmensa mayoría insolvente e indiferente, nadie, insisto, está para la cosa política ni para leer cosas como esta que escribo. Sin embargo, creo que hay que agradecer el esfuerzo del gobierno estadounidense. Es bueno que alguien esté determinado en erigirse en campeón interino de los derechos de los cubanos, que ni siquiera saben de sus derechos.

Al cabo, dentro de esos derechos —entre esos no escritos e imprescindibles— está también el de masturbarse frente a la pantalla de una computadora.

© cubaencuentro.com
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Nota del bloguista de Baracutey Cubano
La población de Cuba posee  uno de los  más bajo porciento   de conexión  a Internet del mundo; especialistas dice que solamente lo posee el 5% de su población. La tiranía, y no el Embargo norteamericano, es el causante de ese bajo porciento, pues  la tiranía no desea perder el control de la información que entra o sale de Cuba. La baja utilización del cable submarino ALBA! así lo demuestra. 
En Cuba solamente un muy pequeño grupo de privilegiados  que son confiable para la tiranía son los que tienen acceso a Internet.
Hay personas que tienen la hipótesis de que ese cable es utilizado para cometer fraudes en las elecciones  en Venezuela. 
 
 
 

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Los misterios del cable submarino Venezuela-Cuba
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Nunca se ha explicado oficialmente por qué el ALBA1, previsto para entrar en funcionamiento en julio de 2011, estuvo sumido en el fondo marino a lo largo de sus 1,630 kil´metros en un misterioso silencio de dos años.
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Por Pablo Alfonso martinoticias.com
febrero 13, 2015
Nadie sabe a ciencia cierta por qué el cable de fibra óptica ALBA1 que llegó a Cuba desde Venezuela en enero de 2011, estuvo dos años sin funcionar.
Nunca se ha explicado oficialmente por qué el ALBA1, previsto para entrar en funcionamiento en julio de 2011, estuvo sumido en un misterioso silencio en el fondo marino a lo largo de sus 1,630 kilómetros.
Tampoco las autoridades han informado si la ola de arrestos que en esa misma fecha, julio de 2011, desmanteló la cúpula de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (ETECSA) y encarceló a Waldo Reboredo Arroyo, vicepresidente de Telecomunicaciones Gran Caribe (TGC) estuvo relacionada con el mutismo del cable o con temas de corrupción.
TGC fue creada en octubre de 2007, con 60% de la estatal TelecomVenezuela y el 40% de la cubana Transbit para ejecutar el proyecto de interconexión del ALBA1. Su presidente fue el coronel venezolano Wilfredo Morales Márquez y su vice Reboredo.
El coronel Morales es ahora director de Proyectos Mayores de la empresa eléctrica de Venezuela; Reboredo está en la cárcel y el destino actual de la empresa mixta TGC, es un misterio.
Cuando las autoridades callan, y la prensa oficial no se da por enterada de lo que sucede a su alrededor, crecen los interrogantes que se preguntan si el escándalo de corrupción en ETECSA se unió con el fracaso de TGC para ocultar que las realidades tecnológicas frustraron los sueños políticos pregonados desde un principio.
“La capacidad del cable es prácticamente ilimitada y pasarán años para ocuparla totalmente”, afirmó el entonces ministro de la Informática y las Telecomunicaciones de Cuba (MIC), Ramiro Valdés, en enero de 2007 durante la VI Cumbre de ALBA.
En realidad, según el ingeniero Reboredo y otros técnicos del proyecto, el cable submarino de fibra óptica tendría “un tiempo de vida útil estimado de 25 años, aumentaría unas tres mil veces la capacidad de transmisión de datos con que cuenta Cuba,y sería un 25 por ciento más barato.”

El entusiasmo de Valdés era compartido por sus contrapartes venezolanas. Para el ministro de Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias, Ricardo Menéndez, el ALBA1 “contribuirá de manera perentoria a cambiar la historia de las comunicaciones internacionales de la mayor de las Antillas.”
(Cuba. Acto oficial  de recibimiento del cable de fibra óptica  submarino  del sistema ALBA)
El proyecto original del cable incluía una conexión abierta hacia los vecinos caribeños Jamaica, República Dominicana y Haití. Además el cable permitiría a Venezuela conectarse con Europa y con todas las islas del Caribe, y a Cuba, con Jamaica y Centroamérica.
La empresa estatal china Alcatel-Lucent Shanghai Bell Co., Ltd, fue contratada para tender el cable subamarino, operación que realizó el buque de bandera francesa Ile de Batz, al mando del capitán Philipe Cabrera.
La firma LIME, filial en Jamaica de la británica Cable & Wireless Communications (CWC), obtuvo el “multimillonario contrato” para alimentar el cable con sus servicios digitales de comunicación.
Desde un principio el ALBA1 comenzó dando tumbos. El tendido del cable entre Venezuela y Cuba previsto para 2009, concluyó en enero de 2011. Hasta ahora el único enlace completado es el de Cuba-Jamaica de 230 kilómetros.
El 14 de febrero de 2011, el ministro Menéndez manifestó a los medios de prensa, que la llegada a Jamaica era la última fase del proyecto, que “luego siguen las labores desde tierra, y que para el mes de abril debe estar conectado para iniciar las pruebas y ya en el mes de junio el cable tendrá energía para que se interconecten nuestros pueblos”.
Después fue el silencio.
Justo dos años más tarde, el 14 de enero de 2013, la compañía de análisis del tráfico en la web, Dyn Research, con sedes en Manchester y New Hampshire, detectó que el gigante español de comunicaciones Telefónica comenzó a servir a ETECSA a través del cable de fibra óptica. Dos meses después, Dyn Research, comprobó también que ETECSA comenzó a recibir servicio internacional de Internet a través de Cable & Wireless Jamaica.
Lo que pasó en ese largo sueño de dos años del cable de fibra óptima permanece en el misterio. La transparencia de la prensa oficial cubana no ha podido romperlo. Quizás forma parte de los secretos de Estado del régimen castrista.