sábado, enero 23, 2016

Daniel Morcate: La dignidad de los cubanos

Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Los agentes de influencia y los cabilderos de la tiranía Castrista  tienen la misión encomendada de continuar, pero en mucha menor intensidad y frecuencia, con la petición de la eliminación de la Ley de Ajuste Cubano, pues el  bajo perfil en esa petición permitirá no contradecir la vieja propaganda de pedir su derrocamiento  (cuando existían subsisidios soviéticos y, posteriormente, subsidios chavistas)  mientras que permite  darle solución  al problema del Estado  Castrista de echar a la calle a más de un millón de ineficientes trabajadores cubanos  y convertirlos en productivos emigrantes  que envían y sostienen a sus familias y a la tiranía Castristas con sus remesas, viajes, envios de paquetes, etc. como consecuencia del MONOPOLIO comercial, productivo  y de servicios que la dictadura totalitaria  mantiene en Cuba. Los agentes de influencia y los cabilderos de la tiranía Castrista lanzas bombas de humo para enmascarar su verdadero y principal objetivo en estos momentos: derogar el Programa Parole para Profesionales Médicos cubanos que instaurara el presidente George W. Bush.

El gobierno de Barack Hussein Obama  debía exigirle a la tiranía Castrista  el cumplimiento de los acuerdos migratorios ORIGINALES   de 1994 y 1995, ya que esos acuerdos permitirían en buena medida una emigración legal, ordenada y segura  de cubanos hacia EE.UU.

Hace unos días escribí en este blog: 

Tengo la opinión que esta crisis migratoria persigue, AL MENOS, la derogación del Programa Especial para el Personal de la Salud de Cuba que se encuentra en ¨misión¨ en el exterior de Cuba, que escape de la esclavitud laboral a la que lo somete la tiranía Castrista, pues ese escape  le afecta la entrada de grandes sumas de divisas a la dictadura Castrista. 
 
Hace casi 18 años que la tiranía Castrista no permite que la Oficina de Intereses de los EE.UU. en La Habana, hoy embajada, llame  a un concurso anual de visas de inmigrantes a los cubanos; concurso  que nació producto de los acuerdos migratorios (de los años 1994 y 1995)  enrte la tiranía Castrista y el ejecutivo de de EE.UU. presidido entonces por Bill Clinton; acuerdos nacidos por el éxodo de los balseros del año 1994 . La inmensa mayoría de la actual e  ilegal o la migratoria está compuesta por jóvenes cubanos que no han tenido la oportunidad de participar  en esos concursos que permitieron un éxodo seguro, ordenado y LEGAL. Los EE.UU. podrían hablar con la tiranía Castrista  para implementar nuevamente esos concursos que la tiranía impidió que se siguieran efectuando desde 1998: en  esos años 90 del pasado siglo XX  las autoridades Castristas primero exigieron que las cartas para el sorteo de visas para emigrar a los EE.UU. (el bombo)  se echaran obligatoriamente en los buzones de Correos de Cuba y no en las valijas que empleados de la Oficina de Intereses de EE.UU. en Cuba  situaban en la puerta de la oficina de Intereses. La gran cantidad  de personas que querían irse de Cuba  pero que querían mantener su fachada de revolucionarios  ante la tiranía y la certeza que la Seguridad del Estado  tendría control de  esas cartas,  eran las causas por las que los  remitentes de las cartas preferían depositar las cartas en las valijas de la Oficina de Intereses. En la última ocasión,  la muchedumbre  de personas que deseaban dejar sus cartas en las valijas de la Oficina de Intereses de los EE.UU. en Cuba llegaba desde la calle Calzada, donde está situada la embajada norteamericana, hasta la calle Línea.  Ese informal  plesbiscito  (de cómo se valoraban  y valoran los EE.UU. como un país amigo de los cubanos   y a la tiranía Castrista como un régimen enemigo de su pueblo) terminó cuando la tiranía determinó que no admitiría un nuevo envío de  cartas para esos sorteos y que seleccionaran a los ganadores de ese sorteo de  las  muchas decenas de miles  de personas que enviaron sus nombres al último concurso.

Esta crisis migratoria puede ser superada facilmente por la tiranía Castrista y su admirador gobierno de Ecuador presidido por Correa mediante la exigencia de un visado a los cubanos para poder  arribar a su territorio,   visado  que debe ser otorgado bajo las condiciones  estándares  en que son otorgados por los otros países de América del Sur y de Centro América y  operar, tanto en Cuba como en el Ecuador,  en contra de las mafias que controlan la inmigración y emigración ilegal en esos países  . El gobierno de los EE.UU.  puede exigir o negociar  que eso se cumpla, pues  EE.UU. es el destino de la inmensa mayoría de esos migrantes cubanos.

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Tomado de http://www.elnuevoherald.com

La dignidad de los cubanos

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Hay gobiernos, personas y pueblos enteros que ven a los extranjeros como enemigos
El gobierno de Obama ha alimentado la desesperanza que impulsa a miles a escapar de Cuba
La propuesta de Marco Rubio y Carlos Curbelo estimula el rechazo a los cubanos que se van de la isla
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Por Daniel Morcate
Enero 20 de 2016

Hace tiempo que aprendí, por experiencia propia que reforzaron lecturas juveniles, como la de Primo Levi, que hay gobiernos, personas y pueblos enteros que ven a los extranjeros como enemigos. El origen de ese prejuicio es la dificultad que tiene mucha gente para ser solidaria con el sufrimiento de los demás. Ese prejuicio justifica las peores crueldades contra aquellos que nos parecen diferentes. Y subyace a la campaña que se ha desatado en contra de los cubanos que hoy huyen de Cuba por cualquier vía con el objetivo primordial de recuperar la humanidad que les niegan en su país. Ningún observador informado se asombrará de que esos compatriotas estén sufriendo maltratos por parte de su gobierno, que en definitiva de eso vive. Pero lo que ahora presenciamos con estupor e indignación es que otros gobiernos y personas también se sienten autorizados a vejarlos, ignorar sus vicisitudes y declararles indeseables. Y que entre quienes así los rebajan se encuentran otros cubanos que viven con libertad en sociedades prósperas.

Además de la espantosa dictadura de la familia Castro, el gobierno del presidente Obama, con su torpe componenda con La Habana, ha alimentado la desesperanza que impulsa a miles a escapar de Cuba en condiciones riesgosas. Ahora Washington guarda silencio mientras familiares, activistas y líderes del sur de la Florida le piden ayuda humanitaria para los cubanos varados en Centro y Suramérica y para aquellos que llegan a tierras norteamericanas venciendo numerosos obstáculos. El gobierno de Obama pretende más bien endurecer las leyes que tradicionalmente han acogido a los cubanos que escapan de la opresión y la miseria, incluyendo la probable anulación del Programa Parole para Profesionales Médicos cubanos que instaurara el presidente George W. Bush. Como pretexto cita supuestos avances en las relaciones bilaterales, supongo que para no confesar que se trata de otra concesión unilateral al régimen de La Habana, el cual necesita continuar explotando como esclavos a profesionales de la medicina.

Para colmo, dos legisladores cubanoamericanos, situados en las antípodas ideológicas del presidente Obama, auspician un proyecto de ley que perjudicaría a los cubanos en su afán de recuperar la dignidad humana perdida. El proyecto de Marco Rubio en el Senado y Carlos Curbelo en la Cámara de Representantes se propone frenar los excesos que algunos cubanos cometen con los beneficios que les da Estados Unidos. Nadie ha documentado seriamente el alcance de tales excesos. Como ejemplo se cita un reportaje pobremente sustentado del Sun Sentinel, basado en fuentes secundarias y en los típicos dimes y diretes de toda comunidad inmigrante. Pero no se ha aportado ni un solo dato concreto sobre el monto real de los supuestos abusos. Lo que no ha impedido que surjan propuestas radicales que harían pagar a muchos justos por un puñado de pecadores.

La propuesta de Rubio y Curbelo no lleva malas intenciones. Pero estimula el rechazo a los cubanos que escapan de la isla porque llega en un momento en que Estados Unidos sufre una de sus cíclicas olas antiinmigrantes. Cabilderos y amigos de la dictadura de los Castro la invocan para exigir la erradicación de la Ley de Ajuste Cubano y otros beneficios migratorios que reciben nuestros compatriotas, no como privilegios, como se afirma falazmente, sino por el compromiso que contrajo Estados Unidos con quienes huyen del totalitarismo castrista. Es un compromiso que refrendaron norteamericanos conscientes de la responsabilidad histórica de su país en los males políticos y sociales de Cuba.
Detrás de los planes de reducir o eliminar los beneficios migratorios late el absurdo de que quienes hoy abandonan Cuba no merecen la solidaridad que merecían quienes la abandonaron antes. ¿Pero acaso se la merecen menos que los batistianos que huyeron durante los primeros años del castrismo? ¿O que los propios castristas, de generales hacia abajo, que les siguieron? ¿Que los ex presidiarios que vinieron por el puente marítimo Mariel-Cayo Hueso? Por supuesto que no. Los exiliados, con la ayuda de gobiernos y pueblos amigos, hemos acogido y ayudado siempre a los fugitivos del castrismo para que tengan la oportunidad de recuperar su dignidad humana. Y es que hemos sido conscientes de que, con ese gesto, nos jugamos nuestra propia dignidad.

Periodista cubano.