“El pueblo de tontos”. Marlene Azor Hernández: Sin democracia, el PCC trata a sus militantes y a la ciudadanía cubana, como un pueblo de tontos
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Sin democracia, el PCC trata a sus militantes y a la ciudadanía cubana, como un pueblo de tontos
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De nada ha valido el nivel de instrucción general alcanzado en los últimos 57 años por la ciudadanía cubana. Este derecho universal aunque no gratuito, ha creado una masa crítica informada y elaborada dentro y fuera del país que es sistemáticamente expulsada a la emigración o reprimida y no consultada para elaborar las políticas públicas. Los especialistas en Cuba no son tenidos en cuenta para aprovechar sus conocimientos y experiencias o si se les escucha en un momento puntual, no son tomados en cuenta en serio y tampoco de manera pública.
La causa fundamental de tal menosprecio y despilfarro de recursos es la falta de democracia del sistema cubano: no hay alternancia de poder, no hay división y autonomía de los poderes públicos, no hay tribunal de garantías constitucionales, no hay parlamento con contrapartida de partidos políticos, no se permite la participación ciudadana para definir y corregir los resultados de las políticas públicas y los especialistas de las distintas ramas de la economía y de la sociedad en general no son consultados ni son quienes dirigen los ministerios ni participan en la elaboración de las políticas públicas. Estamos frente a un funcionariado partidista y estatal incapaz, que dirige “dando tumbos” y por lealtad política, y no acierta a sacar al país de la crisis estructural que lo aqueja desde hace más de 25 años, aunque antes la crisis sistémica estuvo mitigada por el cuantioso subsidio soviético.
La prensa y los medios masivos de comunicación.
Monopolio de la dirección del Partido Comunista Cubano, no informa a la ciudadanía con relación al trabajo del gobierno, no se informa las políticas públicas y las breves reseñas de algún acontecimiento o de alguna reunión del Partido o el Estado, ocultan cifras claves, mitigan la realidad, y reiteran el desconocimiento gubernamental y los mismos problemas sin solución posible día tras día, año tras año como si fuese un gobierno congelado para siempre en el tiempo.
Según esta prensa y medios desinformadores, el Gobierno se circunscribe a recibir honorables visitantes y a hacer algunas visitas a las provincias sin que el resultado se comunique a la población. La prensa informa no sobre la realidad, sino sobre las palabras que el funcionario de turno dijo en la visita: siempre conminando a trabajar más, a mayor disciplina y sacrificio como si estuviéramos leyendo una y otra vez Rebelión en la granja de George Orwell y el caballo de la granja nos repitiera a través del Granma, “trabajaremos más”.
Rendición de cuentas
El Gobierno se esconde 360 días del año y ofrece alguna información a la ciudadanía cuatro días y dos veces al año. Ese es el “trabajo” que considera el régimen debe hacer el Parlamento. Hay diez comisiones permanentes del Parlamento que nadie conoce qué hacen, nadie conoce quiénes la integran y qué criterio se ha seguido para seleccionarlas. Son comisiones fantasmas, inasibles para la ciudadanía y que no responden por sus resultados. Informan al Parlamento y nadie más que los diputados se enteran en líneas generales qué hacen esas comisiones pero los diputados no tienen la posibilidad de destituir a los responsables por las incoherentes, incapaces y cosméticas políticas que repiten sus resultados penosos semestre tras semestre sin que se corrija el rumbo.
El presente está lleno de “parches”
El PCC como sus similares del “socialismo real” mitigan el presente o simplemente lo ocultan, no es importante. Lo importante para el PCC —sigo en el análisis de los medios porque la ciudadanía encuentra la misma opacidad en la prensa plana y en la televisión— es recordar los eventos de hace más de medio siglo, edulcorados, magnificados, y que no le dicen nada al 80% de la población cubana que ni los vivió ni les aporta nada a su presente y a su futuro. Es simple pérdida de tiempo y robo de espacio de la prensa y de la TV cubanas. El presente se analiza a retazos, de algún problema puntual, siempre sin llegar a las causas de tanto desastre reiterado y múltiple.
Las noticias nacionales son siempre un déjà vu. No ocurre nada nuevo en el país, es simple reiteración.
El futuro para los dirigentes del PCC es siempre lo primero. Cada futuro programado llega al presente y se vuelve pasado sin que se haya cumplido ninguno de los planes elaborados, los quinquenios se suceden en el tiempo y pueden arrojar una o dos medidas sesgadas que no resuelven nada capital. En el momento actual, la ley migratoria y la venta de casas ejemplifican el tipo de medidas que el Gobierno toma, propias del feudalismo tardío: se eliminan absurdas prohibiciones pero no se crea nada nuevo.
Un partido político que trabaja al revés
Habiendo llegado al poder hace medio siglo y sin democracia, el Partido se demora un quinquenio o a veces 16 años para proponer las políticas públicas. Decide sin consultar sus bases y a la ciudadanía, impone líneas de trabajo siempre incumplidas y demora otro quinquenio o 16 años (1995-2011) en definir los rumbos del país. Sólo un régimen dictatorial y totalitario puede permitirse períodos tan largos, con resultados tan calamitosos y seguir apostando a tener alguna credibilidad en la población que controla.
La religión del Partido Comunista de Cuba
El Partido, dirige el país exigiendo cheques en blanco y actos de fe a la ciudadanía. Cual secta religiosa, dirige al margen de la realidad ciudadana, la consulta —si la hace— es post facto, y no toma en cuenta las demandas de la población. Las doce demandas propuestas por más de 10,000 ciudadanos cada una, en el resultado de la discusión post facto de los Lineamientos[1] son la evidencia de la sordera gubernamental, del partido y el estado cubanos. Los documentos que propone el gobierno para ser “discutidos” —puro eufemismo— en la próxima cita de abril del VII Congreso del PCC, son la muestra de la falta de realismo político del gobernante partido cubano. Dos documentos dedicados al futuro de 2030 y unos Lineamientos incumplidos en el quinquenio que se trasladan ahora hacia la eternidad. ¿Qué credibilidad puede tener el propio evento si la agenda de discusión que propone son planes “futuristas” no discutidos con la militancia y la ciudadanía, y el calamitoso presente no es el centro de la agenda?
Siendo un partido primero ateo y después laico, impone “la mística” del acto de fe con el espantoso lenguaje de los manuales de marxismo-leninismo soviético. Tamaña aberración, por la falta de democracia, pretende tomar a los ciudadanos cubanos por “un pueblo de tontos”.
[1] Ver “La Agenda política de la población cubana” en Cubaencuentro 29/09/2011.
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