lunes, enero 18, 2016

La inacabada Guerra Fría. Carlos Alberto Montaner sobre la falsa afirmación del Presidente Barack Hussein Obama que la Guerra Fría ha terminado

Nota del Bloguista de Baracutey Cubano


El 14 de enero de este año 2016,  criticando algunos de los planteamientos relacionados con Cuba  en el discurso del Presidente Barack sobre  el Estado de la Nación, escribí:

Barack Hussein Obama se hace el ignorante al  vincular  la Guerra Fría con  el Embargo de EE.UU. a la tiranía Castrista, el cual se decretó e implementó por el ROBO de las propiedades norteamericanas  en Cuba, cuyo monto alcanzaban entre los  1200 millones y 1500 millones de dólares  en los primeros años del triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959. Obama debió pedir la devolución de las propiedades norteamericanas a sus legítimos dueños y  la indemnización por los intereses acumulados por los más de 5 décadas.


La Constitución de 1940  (cuya supuesta restauración fue una de las banderas de Fidel Castro en la lucha contra el régimen de Fulgencio Batista, aunque después NUNCA la restauró y en su lugar impuso en febrero de 1959 sus Estatutos)  admitía la NACIONALIZACIÓN  (no confundir con  ESTATALIZACIÓN que fue lo que hizo la naciente tiranía de los Castro en complicidad con elementos de la sociedad cubana)  de propiedades,   pero los precios de las propiedades y las condiciones de pago se tenían que dirimir en los tribunales de la República, los cuáles antes de enero de 1959 eran independientes  de los poderes Ejecutivo y Legislativo de la República de Cuba.

La tiranía de los Castro apenas  pagaron  unas pocas propiedades canadienses. A los ciudadanos ESPAÑOLES  tampoco les pagó sus propiedades y solamente fue en los años 80s que el GOBIERNO ESPAÑOL presidido por Felipe González, les pagó sus propiedades a los españoles robados, pasando el monto de esas propiedades a ser parte de la DEUDA DE CUBA  a España. La tiranía de los Castro todavía no le ha pagado, ni siquiera en parte,  esa deuda al gobierno español ....AH! :  RECORDEMOS QUE ENTRE EL 85% Y EL 87%  DE LA RIQUEZA DEL PAÍS PERTENECÍAN A CUBANOS !!!. Las verdaderas razones de  esas intervenciones o confiscaciones  se pueden  ver muy claramente en la Ofensiva Revolucionaria de marzo de 1968: TENER EL TOTAL CONTROL POLÍTICO DE LA POBLACIÓN CUBANA AL SUPRIMIR LOS NEGOS PARTICULARES O PRIVADOS.

Barack H. Obama al hablar de Guerra Fría   no quiere ver, y mucho menos mencionar,  que el mundo de hoy está en mayor peligro que cuando la Guerra Fría, como son:  el poder atómico de Korea del Norte, las intenciones de tener el arma nuclear de Irán y su  deseo de exterminar al estado de Israel, la posesión de armamento nuclear  por parte de Pakistán y la India y  los diferendos que ambos países tienen entre sí y la  fuerte presencia e influencia de extremistas islámico  en Pakistán son un peligro nada  a ignorar,  a lo que hay que añadir las  estrechas relaciones entre Arabia Saudita y Pakistán  y el peligro de una confrontación DIRECTA entre Arabia Saudita e Irán, la apropiación de territorios de otros países por parte de la Rusia de Putín, la creación de isletas y bases militares en ellas  por parte de China (la cual posee el arma nuclear y grandes ejércitos) en áreas oceánicas para ejercer  presión y hegemonía, la presencia de bases de espionajes de China y de Rusia en Cuba para espiar las comunicaciones, en especial las militares de EE.UU., la presencia e influencia cada vez más creciente de Irán, Rusia y China  en América Latina, incluyendo la construcción de un canal transoceánico en Nicaragua por parte de China y lo que ello implica en cuanto al cruce y presencia de las armadas de China, Rusia,  en las aguas cercanas a EE.UU., así como muchos otros hechos que desea ignorar Barack. H. Obama como es el hecho de no devolverle a los EE.UU. el missil Hellfire de la más alta tecnología   que llegó en muy extrañas circunstancia a  Cuba  y cuya tecnología puede haber sido dada a Korea  del Norte(no olvidar al barco norcoreano detenido en Panamá con armas procedente de Cuba), Rusia, Siria, a los palestinos, Irán, etc. EE.UU. está en un mundo donde la Guerra Fría y la Guerra Caliente están más presentes que nunca.

Las relaciones entre EE.UU. y la tiranía Castrista en estos 57 años  han cambiado significativamente durante todos estos años. Para conocer  más profundamente  esos cambios pueden leer  mi artículo Sobre  flexibilizaciones y fracasos en las relaciones EE.UU.- Cuba , escrito en el año 2015

También opino que es necesario señalar lo siguiente teniendo muy en cuenta las fechas:

Las tempranas  relaciones políticas, militares,  de Inteligencia y Contrainteligencia con la Unión Soviética y otros países en el marco de la mal llamada Guerra Fría, las invasiones Castristas que partieron tempranamente de Cuba (desde marzo-abril de 1959, a Panamá, Nicaragua, Santo Domingo, Haití, etc.) y otras acciones subversivas  no escapaban a los órganos de Inteligencia de los EE.UU., los cuales tenían informado al Presidente Dwight D. Eisenhower, el cual el 17 de marzo de 1960 aprobó  el documento titulado “Un programa de acción encubierta contra el régimen de Castro”,con el objetivo de derrocar a la amenaza que se establecía a 90 millas de las costas de EE.UU. pese a que su gobierno de manera extraordinariamente rápida había reconocido  la llegada al poder del nuevo régimen en Cuba. Los  primeros especialistas extranjeros en Inteligencia y Contrainteligencia  que asesoraron a los incipientes órganos de la Seguridad del Estado  después del triunfo de la Revolución fueron los checoslovacos, hispanosoviéticos y ex combatientes  de la Guerra Civil española. Uno de ellos fue Angel Martínez Riosola,   ¨Angelito¨, cuyo verdadero  nombre  era  Francisco  Ciutat de Miguel  quien llegó a Cuba el 4 de  marzo de 1960;  su avión procedía de Venezuela pero antes había recorrido varios países europeos como Checoslovaquia y Bélgica. Era graduado de la prestigiosa Academia  Voroshilov, de la Unión Soviética,  donde también ejerció como profesor. En el libro¨One hell of a Gamble ( The Secret History of the Cuban Missile Crisis) de los investigadores Aleksander Fursenko y Timothy Naftali, ¿ dos historiadores y exagentes de Inteligencia soviéticos? con acceso a los expedientes de la KGB y GPU se dice que desde febrero de 1959, según los archivos abiertos de la KGB y la GPU soviéticas, comenzaron los acercamientos a la Unión Soviética iniciados no por Jorge Risquet, que es la versión oficial trasladándolos a fecha posterior, sino por Emilio Aragonés en México. Para el que no tenga ese libro, puede leer el artículo ¨La crisis de octubre y la verdadera historia del año 1959 a la luz de los archivos secretos de la URSS y de los Estados Unidos ¨ de Miguel Ángel Sánchez en la Revista Encuentro número 10 de otoño 1998, donde se analiza en detalles la más relevante información que da el mencionado libro. 
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Tomado de http://www.elblogdemontaner.com

La inacabada Guerra Fría

Por Carlos Alberto Montaner
16 January 2016

Otra vez miles de cubanos se aprestan a entrar en Estados Unidos. Ya llegaron los primeros. Es una vieja y cansada historia. Lo vienen haciendo masivamente desde 1959, cuando comenzó la dictadura comunista de los hermanos Castro. En esta oportunidad proceden de Costa Rica.

Desde 1966 los cubanos reciben un trato preferencial por parte de las autoridades migratorias norteamericanas. Le llaman la “Ley de Ajuste”. Es una de las múltiples excepciones que tiene la compleja legislación norteamericana en materia migratoria.

Hay otras. Por ejemplo, otorgarles TPS (“protección migratoria temporal”) a millares de indocumentados radicados en Estados Unidos. Una docena de nacionalidades se benefician de esta medida, concebida para proteger a ciertas personas de los horrores de la violencia o de los desastres naturales que padecen en sus países de origen.

Pero existen diferencias esenciales entre los TPS y la Ley de Ajuste. La protección temporal debe ser renovada periódicamente y depende de la voluntad de un Congreso voluble. La regla que afecta a los cubanos, en cambio, conduce a la obtención de la residencia oficial transcurrido el año, y a la ciudadanía pasados los cinco.

En realidad, es una doble estupidez que los TPS no desemboquen en la residencia y la eventual ciudadanía. La provisionalidad y la falta de integración progresiva en la sociedad norteamericana perjudica cruelmente a los inmigrantes y convierte el “sueño americano” en una innecesaria pesadilla teñida por la ominosa persecución potencial de la Migra.

La otra punta del disparate es el daño que se autoinflige Estados Unidos. Lo que le conviene a este país, y a todos, es disponer de ciudadanos trabajadores que cumplan con las leyes, creen riqueza, paguen impuestos y se mezclen en el legendario melting pot norteamericano, como sucede con la inmensa mayoría de los cubanos.

La excepcionalidad cubana comenzó dentro de las reglas de la Guerra Fría. Fue la predecible respuesta americana cuando los Castro y un pequeño grupo de comunistas, convencidos de la superioridad de las ideas marxista-leninistas, de las bondades de la URSS y de la perfidia de Estados Unidos y de la economía de mercado, decidieron crear en la Isla una dictadura comunista.

Moscú, que sabía organizar satélites, porque lo había hecho cruel y eficientemente en Europa del Este tras el fin de la Segunda Guerra, prestó su apoyo incondicional de inmediato. No tardaron en llegar discretamente a la Isla los asesores soviéticos con el primer objetivo de aplastar a la oposición democrática cubana y crear las redes de la contrainteligencia. El segundo sería llenarla de misiles nucleares.

Lo decía Kruschev: ahora Estados Unidos sabría lo que era vivir con una daga apuntando a su cuello a pocos kilómetros de su costa. Era su represalia por el acoso de la OTAN.

Estados Unidos reaccionó. A mediados de marzo de 1960 el presidente Ike Eisenhower firmó una orden secreta autorizando las operaciones encubiertas para tratar de liquidar al satélite ruso instalado en Cuba.

Ya era muy tarde. Una semana antes había llegado a la Isla el general hispano-ruso Francisco Ciutat. Fidel lo recibió y lo llamó “Ángelito”. Pronto serían 40 000 militares y asesores soviéticos. La Guerra Fría estaba en su apogeo en el Caribe.

Treinta años más tarde los satélites europeos rompieron con la URSS y desapareció el Bloque del Este, incluida la propia Unión Soviética. La estrategia norteamericana de la contención había dado resultado. Estados Unidos había ganado la Guerra Fría.

Pero no toda. En Cuba y en Corea del Norte cavaron trincheras. Fidel Castro, enormemente enfadado con el “traidor” Gorbachov, proclamó, y su hermano Raúl aplaudió, que “primero se hundiría la Isla antes que abandonar el marxismo-leninismo”, asegurando que Cuba se conservaría como un baluarte comunista para alumbrar el día en que el planeta recobrara la lucidez revolucionaria.

Fidel, estalinista terco como una mula, con el respaldo de Lula da Silva, se dio a la tarea de  recoger los escombros del comunismo para erigir con ellos el Foro de Sao Paulo, una especie de Tercera Internacional en la que cabían todos los “luchadores antiimperialistas”, desde las narcoguerrillas de las FARC a los terroristas islámicos.

Hasta que apareció Hugo Chávez en el horizonte, nimbado por la ignorancia y la irresponsabilidad, y cargado de petrodólares. Inmediatamente, Fidel lo sedujo y reclutó, primero para esquilmarlo, y luego para luchar contra la libertad económica y contra Washington, para gloria de los pobres del mundo.

Juntos, de pipí cogido, como dicen graciosamente los colombianos, en un indomable eje La Habana-Caracas, triunfarían donde la URSS se había doblegado, objetivo y estrategia que nunca nadie ha desmentido o desechado. Lo anunció Felipe Pérez Roque en Caracas a fines del 2005, entonces Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba. Hasta la victoria siempre, Comandantes.

De este espíritu de Guerra Fría –toda la que podían librar unos países atrasados– surgió la tétrica fantasía del “Socialismo del Siglo XXI” y el circuito antinorteamericano de la ALBA, contrapuesto al ALCA impulsado por Estados Unidos.

No es verdad, pues, como supone Obama, que la Guerra Fría ha terminado. Al menos en América Latina la mantienen viva los Castro, Maduro, Ortega, Evo y, en menor medida, Correa, con el apoyo lateral de Dilma Rousseff y el kirchnerismo, éste último felizmente desplazado del poder por Mauricio Macri.

Es inconcebible que en Washington ignoren esa lamentable realidad o que continúen pensando que se trata de una "molestia y no de un peligro". Enterrar la cabeza en la arena nunca ha sido una manera inteligente de enfrentarse a los problemas.