Es un blog diario digital conformado con los artículos, opiniones, ensayos, etc. del Catedrático universitario Lic. Pedro Pablo Arencibia Cardoso sobre diferentes temáticas de la problemática cubana, actual e histórica, así como por noticias y artículos de otros autores que se consideran de gran interés para profundizar en la realidad cubana.
sábado, marzo 19, 2016
Dimas Castellanos desde Cuba: El significado de la visita de Barack Obama a La Habana Cuba. Una nota del Bloguista de Baracutey Cubano para Dimas Cecilio
Angel Martínez Riosola, ¨Angelito¨, cuyo verdadero nombre era Francisco Ciutat de Miguel, Comandante Sergio del Valle, Raúl Castro Ruz y el Comandante Tomasevich
Nota del Bloguista de Baracutey Cubano
No Cecilio, no es cierto que:
¨Los perjuicios infringidos por la revolución de 1959 a los intereses
económicos de Estados Unidos condujeron al deterioro de las relaciones
entre ambos países. En medio de la Guerra Fría los desacuerdos
condujeron a la ruptura de relaciones y a la alianza de Cuba con la
Unión Soviética. En ese contexto el Gobierno cubano, en defensa de la "soberanía"
nacional, estatizó la economía, desmanteló la sociedad civil, restringió
las libertades y tomó el camino hacia el totalitarismo¨
Lo primero que señalaré antes de comenzar con el grueso de esta nota es que el embajador Philip Bonsal, nombrado a raíz del triunfo revolucionario en Cuba, estaba por el diálogo con el nuevo régimen y expresó que las nacionalizaciones de las tierras norteamericanas como consecuencia de la Primera Ley de Reforma Agraria, firmada el 17 de mayo de 1959, (realmente eran estatalizaciones y no nacionalizaciones porque el Estado se quedaba como propietario de ellas) se llevaran a los tribunales de la República de Cuba para discutir precios y formas pagos ya que eso era lo indicado por la Constitución de 1940, cuyo restablecimiento fue uno de los puntales en la lucha contra el régimen de Batista. La naciente tiranía de manera prepotente e ilegal no quiso llevar el asunto a los tribunales y los norteamericanos no quisieron aceptar la proposición Castrista dada el estilo ¨lo toma o lo deja¨. Es interesante apuntar que a los empresarios españoles, los cuales no asumieron la posición norteamericana TAMPOCO se les pagó sus propiedades, la cual hasta el día de hoy forma parte de la deuda de Cuba con España, pues en los años 80s del pasado siglo XX el gobierno español de Felipe González les pagó a los empresarios españoles afectados y el monto del pago pasó a ser parte de la deuda de Cuba con España, la cual en estos días está a punto de ser condonada por el gobierno ¿saliente? español de Santiago Rajoy..
Lo segundo que le señalaré a Cecilio y a los demás lectores antes de mostrar que no fueron los desacuerdos ni los perjuicios infringido los que alinearon a la tiranía Castrista al campo comunista es que Barack Obama no ha sido el primero en aplicar flexibilización al Embargo ni el primero en cambiar la política de los EE.UU. hacia la tiranía de los Castro. Si desea(n) puede(n) leer mi artículo Sobre flexibilizaciones y fracasos en las relaciones EE.UU.- Cuba.
Empezaré exponiendo los argumentos que permiten rechazar el manido planteamiento que fueron las actuaciones de EE.UU. los que hicieron que la Revolución (léase los Castro y cómplices de aquel momento) formaran alianza con la Unión Soviética. Pero antes diré que EE.UU. rompió relaciones diplomáticas con la Cuba sometida por el Castrismo el 3 de enero de 1961 y que las fechas son importantes en nuestro análisis.
Los siguientes fragmentos son tomados del artículo Los documentos soviéticos y Fidel Castro de Ramón L. Bonachea escrito en primicia para el blog Nuevo Acción http://www.nuevoaccion.com/
En 1992, después de trabajar treinta años en los Archivos de la KGB, el
Cdte. Vasili Mitrokin ( Vasili Mitrojin vasili Mitrokhin) ofreció al servicio de
inteligencia de Inglaterra cientos de documentos secretos de las
operaciones de la inteligencia soviética a cambio de asilo para él y su familia
en Inglaterra. La documentación se conoce como el “Archivo Mitrokin”
de un extraordinario valor para los organismos de inteligencia a nivel
mundial.
Mitrokin y el especialista en operaciones de la KGB, Christopher Andrew publicaron el libro “La Espada y el Escudo” en el que aportaron datos sobre los procesos “revolucionarios” en Cuba citando informes oficiales de la KGB al Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética y otros dirigidos a Nikita Kruschev. Y, finalmente en 1997, se publicó el libro “One Hell of a Gamble” cuyos autores fueron Timothy Naftali y Aleksandr Fursenko con una riqueza de datos hasta entonces desconocidos (pues por poco tiempo tuvieron acceso a los archivos del Buró Político del Partido Comunista de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas o PCUS. Nota del bloguista de BC). De las citadas fuentes, escogemos algunas informaciones.
(Vasili Mitrokhin)
En una reunión o mitin, Fidel Castro expreso que los planes con los soviéticos los
sabían el, Raúl, Guevara y Núñez Jiménez. Los planes de imponer el
comunismo en Cuba tenían que permanecer en secreto. (Alekseev a Moscú,
Marzo 8, 1960). El 4 de marzo el vapor francés La Coubre estalló (había atracado en los muelles regulares de la bahía y no en los muelles alejados donde se descargaban las cargas de armas, municiones y explosivos. nota del bloguista de BC), causando decenas de muertos , y
Fidel Castro acusó a Estados Unidos de ser responsable de la explosión.
Alekseev
explicó a sus superiores que, la explosión, radicalizaba el proceso.
Castro exigiría que las refinerías americanas refinasen el petróleo
recibido de la URSS, y al negarse las confiscarían aprovechando las
circunstancias para también confiscar los centrales, y empresas de
capital cubano. Y así sucedió. Los armamentos comenzaron a llegar a
Cuba en gran escala principalmente por la Bahía de Nipe en Oriente.
En marzo de 1960, el Comité Central del Partido Comunista de la Unión
Soviética, colocó a Fidel Castro en la lista de líderes que cooperaban
en la expansión del comunismo y que recibían ayuda financiera de tipo
personal. Alekseev le informó la decisión a Fidel Castro, y reportó a
Moscú que Fidel “se mostró visiblemente emocionado”. En Junio 1960,
Alekseev le entregó $385.00 dólares en efectivo, pero enseguida le pagó
$8,000.00 dólares, nuevamente en efectivo y en presencia del Che Guevara
quien dijo “el Kremlin es sabio, supo exactamente cómo ayudarlo”
(Alekseev al Centro en Moscú, Junio 8, 1960, Archivo 78825, p 299,
SVR.).Alekseev le comunico que seguiría recibiendo “emolumentos” en
efectivo de Moscú.
(En la foto el operativo de la KGB Alexander Ivanovich Shitov, alias Alexander Alekseev, con fachada de periodista en Argentina y posteriormente fachada de Embajador de la URSS en Cuba. Fotos y comentarios añadidos por el Bloguista de Baracutey Cubano)
Hasta aquí los fragmentos que seleccioné del artículo de Bonachea.
Estados Unidos de manera insólitamente rápida reconoció al Gobierno Revolucionario (recordemos que EE.UU. en plena lucha insurreccional le impuso un embargo de armas al régimen de Batista y le recortó a Cuba parte de la cuota azucarera en el mercado norteamericano) cambió al Embajador Smith, amigo de Fulgencio Batista, y situó a Philip Bonsal con las mejores intenciones de limar cualquier aspereza entre los líderes revolucionarios y el gobierno de los EE.UU. No obstante esa aprobación (recordemos que el gobierno de los EE.UU. nunca reconoció al ¨gobierno de los 100 días¨ de Ramón Grau San Martín) los investigadores Aleksander Fursenko y Timothy Naftali (que escribieron el libro¨One hell of a Gamble¨ ( The Secret History of the Cuban Missile Crisis) hallaron en los archivos del Buró Político del PCUS que desde febrero de 1959, según los archivos abiertos de la KGB y la GPU soviéticas, comenzaron los acercamientos a la Unión Soviética iniciados no por Jorge Risquet, que es la versión oficial trasladándolos a fecha posterior, sino por Emilio Aragonés en México.
Se plantea por algunas personas que Fidel y Raúl Castro ya estaban
vinculados al Comunismo internacional desde antes del asalto al cuartel
Moncada el 26 de julio de 1953 y que, mediante el oficial de la KGB
Nikolai Leonov, el comunismo soviético le brindo en México ciertos
recursos a la preparación y expedición del yate Granma. No obstante, lo
verificable, hasta ahora, es lo siguiente, lo cual se extrajo del
ensayo Razones de Angola IX, de César Reynel:
¨La inteligencia checa, que desde 1948 era incapaz de tomar una
sola decisión sin consultar con Moscú, pidió asesoramiento de los
soviéticos y recibió respuesta a través de la decisión del Presidium de
Comité Central que hoy puede ser consultada en el Archivo del Presidente
de la Federación Rusa (Extracto del Protocolo 198, reunión del
Presídium de diciembre 27, 1958, folio 3, lista 65, Fichero 871). En esa
resolución (que ya está desclasificada y es pública), el PCUS aprobó
“la intención de los amigos checos de ayudar al movimiento de liberación
en Cuba”, y dio instrucciones precisas de no dejar ningún rastro
escrito diciendo que la armas eran para Cuba, que verificaran
exhaustivamente la seriedad de las intenciones de la compañía (léase
contacto), y que no enviaran ningún arma que pudiera ser rastreada como
perteneciente al bloque soviético.
No olvidemos que los primeros especialistas extranjeros en Inteligencia y
Contrainteligencia que asesoraron a los incipientes órganos de la
Seguridad del Estado después del triunfo de la Revolución fueron los
checoslovacos, hispanosoviéticos y ex combatientes de la Guerra Civil
española. Uno de ellos fue Angel Martínez Riosola, ¨Angelito¨, cuyo
verdadero nombre era Francisco Ciutat de Miguel quien llegó a Cuba el 4 de marzo de 1960; su avión procedía de Venezuela pero antes había recorrido varios países europeos como Checoslovaquia y Bélgica.
Era graduado de la prestigiosa Academia Voroshilov, de la Unión
Soviética, donde también ejerció como profesor. En el 40 aniversario de
la invasión de Bahía de Cochinos, recuerdo, aunque ha pasado mucho
tiempo, a Fidel Castro decir en la televisión que si la invasión
hubiera sido por Trinidad, no tenía ninguna probabilidad de éxito, pues
¨Angelito¨ había hecho fortalecer dicha zona con fuerte artillería y
tropas. Se afirma que participó en combatir a los alzados antiCastristas de la Sierra del Escambray y hasta que fue herido;
quizás este ¨asesor¨haya formado parte del grupo operativo especial
¨Molino¨. Posteriormente ofreció asesoramiento militar en Vietnam y en
Argelia . En Vietnam fue un importante apoyo del General Võ Nguyên Giáp.
(Angel Martínez Riosola, ¨Angelito¨, felicitado por Fidel y Raúl Castro)
Este acercamiento no escapaba a los órganos de Inteligencia de los EE.UU., los cuales tenían informado al Presidente Dwight D. Eisenhower, el cual el 17 de marzo de 1960 aprobó el documento titulado “Un programa de acción encubierta contra el régimen de Castro”,con el objetivo de derrocar a la amenaza que se establecía a 90 millas de las costas de EE.UU. Señalo que la incipiente dictadura Castrista antes del desembarco de la Brigada de Asalto 2506 por Bahía de Cochinos el 17 de abril de 1961 ya habia invadido a varios paises latinoamericanos independientemente de que en ellos hubieran dictaduras o gobiernos constitucionalmente elegidos por el pueblo de esos paises.
“Comprometámonos a seguir haciendo de la Patria el ejemplo que convierta a Los Andes en la Sierra Maestra del continente americano”. Fidel Castro, Santiago de Cuba. 26-07 1960
A continuación un breve resumen por países de esas invasiones, injerencias y actividades de subversión que desarrolló la incipiente dictadura Castrista antes de la invasión de la Brigada de Asalto 2506 y aún antes que el Presidente Eisenhower firmara “Un programa de acción encubierta contra el régimen de Castro¨; posteriormente las invasiones, injerencias y subversión Castrista continuaron de manera creciente y se extendieron a otros continentes. Los fragmentos fueron tomados del libro Las Guerras Secretas de Fidel Castro de Juan F. Benemelis, ex diplomático Castrista que tuvo vínculos con la Dirección General de Inteligencia.
Se entrenaron 200 hombres en Pinar del Río ,a cargo del jefe guerrillero Dermidio Escalona. La expedición armada, integrada por unos 82 cubanos, dos panameños y un norteamericano, estaba dirigida por el cubano César Vega, un viejo compañero universitario de Castro y expedicionario de cayo Confite, que llamaba la atención con sus pómulos salientes y su mirada de poseso. A bordo de la motonave cubana Mayarí, partió el grupo desde el surgidero de Batabanó, al sur de La Habana, hacia Panamá el 19 de abril, y desembarcó en un lugar conocido como Playa Colorada, para secundar un alzamiento armado que se había originado en el cerro Tute. El día 22, la guardia panameña hizo prisioneros a dos integrantes del contingente, un estudiante panameño de apellido Picans y un cubano de nombre Gilberto Betancourt, que había sido capitán de las células de acción y sabotaje del Movimiento 26 de Julio en La Habana, y que posteriormente fue fusilado en Cuba por oponerse al gobierno de Castro. Ante el fracaso de la expedición, el gobierno de Castro se vió obligado a cooperar con la Organización de Estados Americanos al remitir a dos miembros del departamento de inteligencia del ejército, el capitán Armando Torres y el teniente Fernando Ruiz, para que instasen la rendición de los expedicionarios ante la comisión de la OEA en la zona del Canal. La invasión fue un fracaso desde el primer instante, al naufragar las barcazas en las marismas y riscos de Nombre de Dios, donde hubo la única baja de la acción, un cubano que se enamoró y caso con una bella panameña del lugar; los invasores, por otra parte, escogieron una zona demasiado desolada para la guerra de guerrillas, y al final tuvieron que ser rescatados por buques de la marina de los Estados Unidos. El primero de mayo, Vega capitulaba ante una comisión de la OEA. Esta intrusión para derribar al gobierno del presidente Ernesto de la Guardia, fue el fruto de una compleja intriga latinoamericana, donde se complotaron varios personajes, entre ellos el pro castrista Rubén Miró, el doctor Roberto Arias, y un gigoló panameño casado con la bailarina británica Margot Fonteyn.
En los meses iniciales del triunfo de la rebelión cubana, dos conjuntos nicaragüenses fueron atendidos en La Habana. Por un lado, el conglomerado de los juramentados con Castro en Méjico, compuesto por elementos anticomunistas entre los que despuntaba Pedro Joaquín Chamorro, y que era atendido directamente por el jefe guerrillero cubano Camilo Cienfuegos. El otro círculo, encabezado por Fonseca Amador y de clara inclinación izquierdista, se hallaba bajo la sombra protectora del Che Guevara. El régimen de Castro adquirió las armas, clandestinamente, en los Estados Unidos. La intrusión fue lanzada por partes, durante los días 31 de mayo y 1 de junio de 1959, empleando aviones cubanos y el yate Nola. El 28 de mayo de 1959 un transporte de las fuerzas armadas cubanas condujo hacia Centroamérica un importante alijo de armas que fue recibido por el comunista Marcial Eguiluz para las presuntas guerrillas nicaragüenses. En esa oportunidad, Joaquín Chamorro viajó a La Habana para solicitar el sostén de Castro a las incursiones de Olama y Mollejones en mayo-junio de 1959; pero tanto Fidel como el Che Guevara decidieron conceder un amparo menor a este proyecto y fomentar los planes del marxista Fonseca Amador. En una temprana maniobra planificada en Cuba, Chester Lacayo y otros cabecillas de los que realizaron con Castro el pacto de Méjico fueron detenidos por órdenes del Che Guevara y enviados a la cárcel, a la vez que se anulaba la invasión del comandante César Roca que había logrado reunir 35 hombres. Apoyado por el Che Guevara, Castro había decidido que una invasión de Nicaragua sería efectuada por elementos de izquierda. El 1 de junio el comando de nicaragüenses zarpaba del sur de La Habana bajo el liderazgo de Joaquín Chamorro consumaba la correría hacia el departamento de Chontales. Tras su captura, Joaquín Chamorro admitiría que se había entrevistado con Castro y el Che para gestionarse la asistencia bélica. En junio, Castro envió un transporte de su fuerza aérea a Punta Llorona, una playa de Costa Rica, con 13,500 libras de armas y municiones a bordo. Los pasajeros del avión eran seis exilados nicaragüenses, un costarricense naturalizado y un grupo de cubanos. El plan era irrumpir en Nicaragua y auxiliar al levantamiento ya en marcha contra el régimen de los Somoza. La unidad armada que estaba comandada por Fonseca Amador, se introdujo en territorio nicaragüense bajo el nombre de columna Rigoberto López Pérez. En este intento de invasión figuraba también Rafael Somarriba, un teniente de la Guardia Nacional nicaragüense, que se había encargado del entrenamiento en Cuba. Los 75 asaltantes, divididos en 4 columnas, se encaminaron hacia Chontales y Matagalpa. Los encuentros bélicos se suceden en Matagalpa, Chontales y Blue Fields. Esta operación se malograría en pocos meses ante la sorprendente apatía de la población local. Ya para agosto, la Guardia Nacional del dictador Somoza había dado cuenta de tales cuadrillas. Entre los caídos se encontraban varios soldados cubanos. El refuerzo, que esperaba en Cuba, no se pudo embarcar; asimismo, un grupo cubano que viajaba en el navío Nuevitas fue detenido en el puerto mejicano de Yucatán. La aventura de Castro en Centroamérica, fue denunciada al consejo de la OEA por Nicaragua. Después, el gobierno nicaragüense indicaría que, de las tres goletas que habían zarpado de Cuba, una navegaba a Cozumel, Méjico, y las otras dos derivaban a Puerto Cortés, Honduras. Otro intento serio de irrupción originado en Cuba tuvo lugar en 1960; esta vez utilizándose el territorio hondureño. Es allí donde Fonseca Amador, Tomás Borge, un puñado de instructores cubanos y 55 reclutas, entre ellos Silvio Mayorga y Humberto Ortega, crearon el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). En la formación de los sandinistas participaron el coronel Santos López, de la guardia de Somoza y ex compañero de Augusto César Sandino. Quintín Pino Machado, el entonces embajador cubano en Managua y hombre de confianza de Fidel y de Raúl Castro, ayudó a la constitución del FSLN y seleccionó personalmente a sus dirigentes. El 23 de junio, una compañía del ejército de Honduras cercó y destruyó las fuerzas de Fonseca Amador en El Chaparral, capturando documentación que incriminaba directamente a Cuba en la expedición. Fonseca Amador resultó gravemente herido; él y Borge se refugiaron en La Habana donde trabaron relación directa con el Che Guevara y con Castro. A la sazón, Fonseca Amador también contaba con la asesoría del marxista mexicano Víctor Tirado López.
El 14 de agosto de 1959, un mes después de la fracasada intentona en la República Dominicana,se iniciaba un nuevo ciclo,la "Operación Haití", el 8 de enero de 1959. El delegado de Castro en Haití durante la insurrección, Antonio Rodríguez Echazabal,vinculado a la oposición duvalierista, sostuvo una larga entrevista con Castro donde se estableció el pacto para lanzar una revolución en las montañas occidentales de la isla La Española. Se conformaron los cuadros militares,y se inició una campaña de reclutamiento en las colonias haitianas de Nueva York,Méjico,Caracas,Barbados y las Bahamas.El cuartel militar se ubicó en el poblado de Jamaica (a pocos kilómetros de la Habana),y la oficina de alistamiento ,funcionaba a pocos metros del centro de ésta última ciudad. Por ese lugar pasaron más de 500 voluntarios; la organización Triple-A, dirigida por Aureliano Sánchez Arango, que igualmente luchó con sus guerrillas contra Batista, ofreció las embarcaciones necesarias. La emisora cubana, Radio Progreso, comenzó a trasmitir una programación en francés, dirigida a los conspiradores dentro de Haití. Los cubanos aumentaron la parada y el esbozo original incluyó una escala para nuevamente invadir República Dominicana. Pese a las filtraciones de información y a las denuncias de Francois Duvalier,ni Trujillo,ni Washington,ni los servicios secretos franceses ,tomaron en cuenta esta amenaza. Un contingente de cubanos secundado por varios haitianos, acaudillados por los oficiales del ejército de Castro, comandante Henry Fuentes y el capitán Ringal Guerrero, desembarcó en Les Irois, el 14 de agosto, para derrocar a Duvalier. Fuentes. El primer grupo estaba formado por 18 cubanos, 10 haitianos y 2 venezolanos, el cual debía sumarse a una columna del ejército haitiano, que supuestamente se amotinaría. Tres días después, el canciller haitiano, Louis Maré, acusaba de agresión a Cuba ante una estupefacta conferencia de cancilleres del continente reunida en Chile, que se desayunaba con la noticia asombrosa de la invasión cubana a Haití. La reacción militar haitiana, encabezada por el general Mercerón fue de íntegro apoyo a Duvalier, quien concentró toda su soldadesca en las montañas de Caracausse y el día 20 de agosto estalló el conflicto que concluyó desfavorablemente para las armas cubanas. Muy pocos de los invasores lograron escapar a esta breve y monstruosa matanza. Los periodistas eran llevados al teatro de los acontecimientos donde apreciaban aterrados la hilera de cadáveres. El gobierno haitiano denunció la intromisión cubana en la reunión de consulta de cancilleres, en Santiago de Chile, convocada tras la protesta dominicana en junio, reiterada en la comisión interamericana de paz, ante la cual se definió la acción dirigida desde La Habana como un caso típico de intervención, violatorio de la convención sobre deberes y derechos de los estados en caso de luchas civiles, suscrita en la capital de Cuba en 1928. La subcomisión del organismo regional visitó Haití y entrevistó a cinco prisioneros cubanos supervivientes de la referida expedición, entre ellos, Manuel Rodríguez, Santiago Torres, Antonio Panseca, Osmani Escalante6. Haití rompió relaciones con Cuba, y el líder rebelde haitiano, Louis Dejoie,que fué uno de los que encabezó la intentona, escapó de La Habana hacia Miami, donde fue arrestado.
República Dominicana (esto ocurrió antes que la llamada Invasión trujillista que aterrizó en Trinidad, Cuba)
El 14 de junio de 1959 todo estaba consumado; varios yates artillados, un guardacostas y tres fragatas, conjuntamente con tres C-46, un B-26 y un P-51, del ejército cubano, secundaron desde la provincia oriental el lanzamiento de la “operación domeñar”, que comprendía un desembarco combinado de 200 cubanos y dominicanos en las playas de Constanza y Puerto Plata bajo el mando de los oficiales de Castro: comandante Delio Gómez Ochoa y capitán Enrique Jiménez Moya. Este último, compañero de Castro en la malograda correría de cayo Confite.
El exiguo apoyo que tuvo en el consternado continente esta invasión dominicana, impidió que Castro lanzará un segundo contingente que esperaba sus órdenes en el poblado oriental de Baracoa. El delegado dominicano ante la OEA, embajador Virgilio Díaz Ordóñez, solicitó a esta organización que pusiera en práctica el procedimiento de consulta previsto en el Tratado de Río de Janeiro, pero el consejo no accedió por encontrarse República Dominicana bajo una dictadura rechazada en el continente. En su lugar, convocó a una reunión de consulta de cancilleres en Santiago de Chile.
Castro había considerado que la desestabilización del continente latinoamericano provocaría una fuga del capital nativo y una contracción de las inversiones norteamericanas, hecho que unido a un amplio esquema de sabotaje a las instalaciones económicas crearía las condiciones materiales para su estrategia de la violencia. Castro no se queda tranquilo y decide probar suerte con el otro espadón del continente, el paraguayo Alfredo Stroessner. En noviembre de 1959 lanza hacia Paraguay una insurrección de casi 100 guerrilleros que se habían concentrado en el Brasil, mientras poderosas emisoras clandestinas desde Cuba llenaban las frecuencias de Asunción con su mensaje bélico. Pero las fuerzas militares de Stroessner liquidaron con rapidez este ambicioso proyecto.
En diciembre de 1960, el gobierno salvadoreño se hizo de documentación confidencial de La Habana donde se incriminaba al diplomático cubano Roberto Lasalle por financiar actividades subversivas en el país. Se demostró que los cubanos habían entregado $600 000 al salvadoreño Roberto Carias para desencadenar acciones violentas en territorio nacional. El gobierno expulsó a Lasalle, junto a René Rayneri, Armando Velázquez y José M. Valdés, los otros representantes cubanos implicados en tal designio. El informe detallaba las orientaciones de Raúl Castro sobre la necesidad de proveer instrucción bélica a naturales salvadoreños, el uso de dicho país centroamericano como un puente para los sediciosos nicaragüenses, y el atizar los problemas fronterizos con Guatemala. Uno de los borradores mencionados detallaba cómo los servicios cubanos buscaban afanosamente toda la información posible sobre las familias más poderosas del país.
Cubanos y
guatemaltecos habían hecho arreglos para un golpe de fuerza en el año
1960. Desde abril comenzaron a sucederse las visitas y la entrega de
equipos bélicos a viejas capillas comunistas de Arbenz, como la de José
Manuel Fortuny. Así se fueron “alzando” las cuadrillas de insurgentes en
las serranías del país, a cuyo frente se encontraba un antiguo camarada
de Arbenz, el coronel Carlos Paz Tejeda. En agosto de 1960, el
gobierno de Idígoras hizo públicas las pruebas acumuladas sobre esta
vasta conspiración dirigida por el Che Guevara y Castro. Un mes después,
Juan Larcos, agente cubano detenido por los guatemaltecos, ratificó en
su confesión el plan que se había delineado en su país. El 3 de octubre,
la fuerza aérea guatemalteca atacó la goleta La Cubana mientras ésta
trataba de realizar un desembarco en la costa atlántica. Al huir, la
embarcación cubana embarrancó en Cozumel, y en Méjico estalló el
escándalo.
De nuevo caen informes en manos del gobierno
guatemalteco que develaban las intenciones específicas de Castro:
desembarcos en Omoa y la Barra (Honduras) combinados con agresiones a
Puerto Barrios, Cobán y Mazatenango; episodios de sabotaje en las
principales ciudades, y el establecimiento de comunicaciones directas
con La Habana mediante una estación de radio que se instalaba en Senahu.
Los
cuerpos de vigilancia secretos del área detectaron una actitud inusual
en Cuba; fueron los mexicanos quienes dieron la alarma: Castro había
prohibido los vuelos internacionales por encima de la provincia
occidental de Pinar del Río; era allí, precisamente donde estaba
acantonada la fuerza expedicionaria cubano-guatemalteca, lista para
entrar en acción.
El 13 de noviembre estalló un complot en el
aeródromo militar de Zacapa y en Puerto Barrios, donde figuraron los
oficiales del ejército Rafael Sesam, Arturo del Cid y Marco Yong Sosa,
quien sostenía los contactos con Cuba. Aparatos de la fuerza aérea
cubana sobrevolaron la comarca aprovisionando a los rebeldes. El
presidente Idígoras asumió personalmente la conducción de las
operaciones militares y todo el continente se levantó indignado contra
Castro. En Honduras fue sorprendida una columna capitaneada por
oficiales cubanos que pretendía internarse en las montañas para prestar
su concurso a los sediciosos. Al verse liquidado el levantamiento, Yong
Sosa se encerró en las sierras con una tropilla de seguidores.
El
delegado de Guatemala en las Naciones Unidas demandó una sesión urgente
del Consejo de Seguridad de la ONU para debatir la intromisión cubana.
Dwight D. Eisenhower, presidente de los Estados Unidos, aprovechó la
oportunidad para lanzar una dura advertencia a La Habana, desplazando
una flota de guerra cerca de las aguas jurisdiccionales cubanas. La
Unión Soviética le pediría a Castro "moderación".
En los primeros meses de 1959, el gobierno de Castro envió a Detroit, en un cambio de su consulado a la bella Margarita Quintana, de amplia experiencia diplomática . Además de cónsul,trabajaba para los servicios secretos de Castro,y se relacionó con el ingeniero norteamericano Robert Braun, especialista en el manejo de instrumentos electrónicos, dueño de un laboratorio que suministraba equipos especiales a la Comisión de Energía Atómica de los Estados Unidos. En plena luna de miel, Margarita y Braun desaparecieron de los Estados Unidos y se domiciliaron en Cuba, dejando preparadas para su envió a La Habana, todas sus pertenencias que sumaban 25 cajas y paquetes. En mayo y junio de 1960, el equipaje fue llevado al consulado cubano en West Palm Beach para ser reembarcado hacia Cuba, como rezaba en las franquicias. Durante la carga, uno de los bultos llamó la atención de los oficiales aduaneros e intervino el FBI que retuvo el equipaje pese a las airadas protestas del cónsul y de la cancillería cubana. .Tras una larga batalla judicial con los representantes cubanos, el 9 de agosto de 1961 se obtuvo la orden legal para realizar la inspección (Era un pequeño laboratorio atómico! Se ocuparon métodos de identificación semejantes a los usados por los Estados Unidos para reconocer aviones en pleno vuelo, un sistema de control para bombarderos B-52, instrumentos para reconocimientos aéreos y planos de equipos clasificados. Más sorprendente fue el hallazgo de documentos que relacionaban a la pareja con el espía de secretos relacionados con la energía nuclear Klaus Fuchs, así como las pruebas de que Braun sostenía contactos regulares en Detroit con el agregado comercial soviético, a través de su esposa.
Por cierto, ningún Presidente de Cuba del período republicano entre 1902-1958, dió
tanta muestra de sumisión y falta de independencia que Fidel Castro en
una carta de noviembre de 1960 que se encuentra en archivos del Buró
Político
del PCUS en la extinta URSS: ¨Moscú es nuestro cerebro y nuestro Gran Líder¨. Esa carta es citada en el libro ya citado de Fursenko y Naftali. En el prólogo a la
Constitución Socialista de la República de Cuba de 1976 se muestran
elementos compatibles con esa declaración, pero al ser la Constitución
un documento público, se fue más discreto.
Foto del libro One Hell of a Gamble, de Aleksandr Fursenko y Timothy Naftali
Un hombre en el malecón con una camiseta de Barack Obama. (REUTERS, La Habana)
Los perjuicios infringidos por la revolución de 1959 a los intereses económicos de Estados Unidos condujeron al deterioro de las relaciones entre ambos países. En medio de la Guerra Fría los desacuerdos condujeron a la ruptura de relaciones y a la alianza de Cuba con la Unión Soviética. En ese contexto el Gobierno cubano, en defensa de la "soberanía" nacional, estatizó la economía, desmanteló la sociedad civil, restringió las libertades y tomó el camino hacia el totalitarismo.
La ineficiencia económica resultante del modelo implantado fue solapada por los subsidios soviéticos hasta que el derrumbe del socialismo en Europa Oriental develó el espejismo y catapultó a Cuba a una crisis —bautizada con el eufemismo de "Período Especial en Tiempos de Paz"— que aún no ha sido remontada. Desde ese momento en adelante los cambios introducidos, incluyendo las reformas iniciadas en 2008, han fracasado. Las penurias, los altos precios, los bajos salarios, el descontento, la corrupción y el éxodo se apoderaron de un escenario amenazado por la crisis del chavismo que pondrá fin a las subvenciones de Venezuela.
Por su parte, las diez administraciones que ocuparon la Casa Blanca desde Eisenhower hasta Bush fracasaron en el intento de producir cambios en Cuba y perdieron influencia en la región. El Gobierno de Barack Obama, desde su primer mandato en el año 2009, comenzó a flexibilizar las medidas del embargo y en su segundo mandato abandonó la política fracasada y ha puesto en práctica nuevas medidas, incluyendo las últimas en víspera de su visita que prácticamente constituyen un acta de defunción adelantada que más temprano que tarde será firmada por el Congreso de ese país.
Fracasados en el empleo de la fuerza y agotado el capítulo de ganadores y perdedores, se impuso el regreso a la política. Ante la imposibilidad de encontrar un nuevo padrino el Gobierno de Cuba tomó el camino de acercamiento a Estados Unidos, mientras el presidente Barack Obama, con una plataforma que implica la renuncia a ser agente de los cambios en la Isla, asumió la forma más eficaz para colaborar con la democratización de Cuba. Ambas partes, con una dosis de realismo político, sostuvieron las conversaciones secretas que desembocaron en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, uno de cuyos efectos es la visita del presidente Obama a Cuba.
Tales hechos, con independencia de cualquier interpretación, han despertado expectativas en un pueblo desesperanzado, descreído, inmerso en la supervivencia y en fuga permanente hacia cualquier otro lugar del planeta.
La visita, además de ser la primera de carácter oficial de un presidente norteamericano a Cuba —la de Calvin Coolidge en 1928 fue para inaugurar la VI Conferencia Panamericana en La Habana—, tiene una enorme significación. De efecto del restablecimiento de las relaciones diplomáticas, la misma, precedida con medidas concretas y declaraciones públicas de compromiso con los derechos humanos, se convertirá en causa, porque:
1- Consolida el comunicado emitido por la Casa Blanca, en el que se declara que "servirá para afianzar el progreso realizado hacia la normalización de las relaciones entre ambos países: avanzando los lazos comerciales y personales que puedan mejorar el bienestar del pueblo cubano y expresar nuestro apoyo a los derechos humanos".
2- Constituye un fuerte obstáculo para retroceder al punto anterior al 17 de diciembre de 2014.
3- Coloca ante los cubanos y ante el mundo en una posición incómoda a quienes para sustentar el inmovilismo, insisten en enarbolar las banderas de "enemigo" y de "plaza sitiada."
4- Coadyuva al empoderamiento gradual de los cubanos. Un resultado favorable para ambos gobiernos y especialmente para el pueblo cubano.
Si a ello se añade que Estados Unidos —separado por menos de 100 millas de Cuba— es el tercer país más grande del orbe por superficie terrestre y población, y la primera economía a escala mundial, no resulta difícil percatarse de lo que representará para los cubanos la normalización de las relaciones.
Lo que ocurra después de la visita será responsabilidad exclusivamente de los cubanos, de nuestra comprensión del momento y de la capacidad para actuar en un escenario en el que la contradicción entre los dos gobiernos será desplazada gradualmente por las contradicciones internas entre pueblo y gobierno cubanos.
Por pragmatismo y responsabilidad los problemas acumulados pendientes de solución, que son muchos y complejos, requieren de un tratamiento acorde con el cambio de época. Desaparecido el "enemigo" y dependiente de las relaciones con Occidente, será extremadamente difícil sostener el planteamiento acerca de supuestas diferencias de concepciones sobre los derechos humanos y con ello justificar la no ratificación de los pactos universales de derechos civiles y políticos y de derechos económicos, sociales y culturales.
Más difícil aún será sostener la falsedad contenida en el editorial del diario Granma del pasado 9 de marzo, acerca de que "Cuba defiende la indivisibilidad, interdependencia y universalidad de los derechos humanos, civiles, políticos y económicos, sociales y culturales", pues el reconocimiento de cualquier derecho civil, político o cultural, carece de toda eficacia si paralelo a ello se niegan total o parcialmente los derechos económicos y sociales. De la misma forma es imposible ejercer y disfrutar los derechos económicos y sociales en ausencia de los derechos civiles y políticos.
A pesar de la existencia de fuertes obstáculos internos y externos, la fuerza de la historia de los derechos humanos en Cuba nos indica el camino que comenzó en 1878 con el surgimiento de la sociedad civil cubana, que hizo acto de presencia en las constituciones mambisas y en las constituciones republicanas de 1901 y 1940, las que en muchos aspectos se adelantaron al contenido de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 y que sufrieron un retroceso inadmisible con la Constitución vigente, que limita los derechos a la defensa del sistema totalitario que condujo al país a la profunda crisis estructural en que Cuba se encuentra sumida.
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“Marco Rubio a Donald Trump: Te diré lo que es un buen acuerdo: que Cuba sea libre
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Licenciado en Matemática Pura en la Universidad de La Habana (UH) y Catedrático universitario con 24 años de experiencia en la docencia universitaria cubana; posee la Categoría Docente Principal de Profesor Titular universitario. Fue expulsado el 29 de enero de 1997 del Instituto Superior Pedagógico de Pinar del Río ( universidad de perfil formativo o pedagógico) por motivos políticos. Activo colaborador desde su fundación de la revista VITRAL y del Centro Católico de Formación Cívica y Religiosa (CFCR) de la Diócesis de Pinar del Río. Colaboró en Cuba con las organizaciones opositoras: Todos Unidos, Asamblea para Promover la Sociedad Civil en Cuba y con el Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC).
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COLABORADORES:
Paul Echániz
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