miércoles, mayo 25, 2016

Dr. Oscar Elías Biscet en España: «Al pueblo solo le van a llegar migajas de la apertura entre Cuba y EE.UU.». «Ser provida en Cuba me costó años de torturas. No me arrepiento»


Doctor Biscet viaja a España tras años de prohibición de salida   




 Conferencia Óscar Elías Biscet -Médico provida prisionero de conciencia en Cuba. Sede de HazteOir en el Paseo de la Habana 200, Madrid España.




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Tomado de http://www.abc.es

«Al pueblo solo le van a llegar migajas de la apertura entre Cuba y EE.UU.»

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El disidente, miembro del «Grupo de los 75» detenido en la Primavera Negra de 2003, asegura que «con el apoyo de la comunidad internacional democrática y libre, el proceso hacia la libertad se aceleraría y sería menos traumático para los opositores»
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Por Carmen Muñoz
Madrid
24 de mayo de 2016

El opositor Oscar Elías Biscet, con un ejemplar de la Constitución cubana de 1940, durante la conferencia sobre derechos humanos que ha ofrecido este lunes en Madrid - EF

Al cubano corriente no le han llegado todavía los frutos del deshielo con Estados Unidos y de la limitada apertura económica en la isla. Así lo cree el disidente Oscar Elías Biscet, presidente de la Fundación Lawton por los Derechos Humanos, que durante su gira por Europa y EE.UU. ha asegurado en Madrid que «el pueblo cubano vive alejado de esos beneficios, aunque siempre le van a llegar algunas migajas económicas, no de libertad, de esa apertura entre gobiernos».

Prisionero de conciencia durante más de once años, Biscet sostiene que el restablecimiento de las relaciones entre los dos eternos enemigos «es un problema de gobiernos en el que ambos buscan lo mejor para sus administraciones». Con el deshielo y las reformas económicas «las empresas estatatales se han beneficiado, la gente ha podido comprar casas, móviles... pero no ha habido ninguna mejora sustancial en el campo cívico-político». «Al menos ahora los cubanos pueden exhibir la bandera estadounidense sin correr el riesgo de que les golpeen», ironiza durante la entrevista con ABC.

Es la primera vez que Oscar Elías Biscet (La Habana, 1961) sale de Cuba desde que fue excarcelado en 2011, tras recibir una condena a 25 años en la Primavera Negra de 2003. El régimen castrista ha autorizado un único viaje al extranjero a varios de los disidentes del «Grupo de los 75» que descartaron el exilio. Biscet, un médico internista que en 1998 denunció la práctica de abortos en un hospital de La Habana, está sacando provecho a esa única oportunidad. Invitado a Budapest por Fidesz, el partido en el poder, la semana pasada fue recibido por el primer ministro húngaro, Viktor Orbán. En Madrid hizo un repaso a los derechos humanos en la isla durante una conferencia ofrecida este lunes en la asociación Derecho a Vivir. En Estados Unidos, la última parte de la gira, está previsto que reciba de manos de George W. Bush la Medalla Presidencial de la Libertad que le concedió en 2007 cuando ocupaba la Casa Blanca.

Biscet lanzó en 1997 la Fundación Lawton para promover de forma pacífica la defensa de los derechos humanos en Cuba, partiendo del derecho a la vida. Ese año realizó un estudio sobre el uso de un fármaco abortivo en el hospital materno-infantil 10 de Octubre, el antiguo Hijas de Galicia, donde atendía a mujeres embarazadas como especialista en medicina interna. «Rivanol: un método para destruir la vida», era el nombre del informe que el opositor cubano presentó primero ante la Justicia y luego a Fidel Castro, para acabar sin trabajo y en la cárcel. «En el estudio científico denuncié los asesinatos de personas que nacían vivas de un aborto y los mataban». Durante su presidio, Oscar sufrió torturas como el «estrangulamiento incompleto» (al límite de la asfixia) o la convivencia con «delincuentes asesinos para que no dejes de pensar en la muerte».
Apoyo de la comunidad internacional

A la pregunta de si piensa que la comunidad internacional ha abandonado a la disidencia cubana, el exprisionero de conciencia de la Primavera Negra respondió que «somos los cubanos quienes debemos desarrollar nuestro proceso hacia la libertad». Aunque precisó que «si tenemos el apoyo de la comunidad internacional democrática y libre, ese proceso se aceleraría y sería menos traumático para los opositores».

En su valoración del reciente congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC, único) -en el que Raúl Castro fue ratificado como primer secretario-, asegura que ha supuesto «más comunismo, más represión y más violaciones a los derechos humanos». Biscet no fue invitado a la reunión que Barack Obama mantuvo con disidentes durante su histórico viaje a Cuba en marzo. Su interpretación es que su proyecto de país «no cuenta con el régimen para el cambio, queremos hacer una transformación tan profunda que la llamamos la revolución de los derechos humanos no violenta».

El opositor cubano es líder del Proyecto Emilia, un «desafío político masivo no violento» al estilo Gandhi contra «la dictadura totalitaria de los Castro». Por ello quedarse no está entre sus planes: «Tengo que regresar a Cuba por un problema de conciencia, para luchar junto a mi pueblo y conquistar la libertad».
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Oscar Elías Biscet: «Ser provida en Cuba me costó años de torturas. No me arrepiento»

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El doctor Óscar Elías Biscet quiso ser fiel a su juramento hipocrático pese a que esto le obligase a enfrentarse a la sanguinaria dictadura cubana de los Castro. Y se mantuvo firme en su propósito de defender la vida del no nacido y denunciar las atrocidades que se hacían en los hospitales cubanos, motivo por el cual perdió su trabajo, fue detenido y pasó casi 12 años en la cárcel aislado y entre torturas.
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21/05/16

(Actuall) El médico cubano relata las aberraciones que se cometían en hospitales cubanos con bebés que nacían vivos y eran asesinados, lo que le llevó a denunciarlo ante el mismísimo Fidel Castro. Después de esto experimentó la mano de hierro de la dictadura castrista.

Pero lo volvería a hacer. Así de tajante lo ha asegurado a Actuall este valiente médico que de camino a Hungría, país al que ha sido invitado oficialmente, ha hecho escala en España donde ha sido nombrado presidente de Honor de Cidevida (Centro Internacional para la Defensa de la Vida Humana). Es la primera vez que el doctor Biscet puede salir de Cuba desde que fuera encarcelado ya que el régimen le prohíbe abandonar el país.

Entonces decidió que debía recabar pruebas de las barbaridades que allí se cometían. «Fue un problema de conciencia porque no podía soportar que a un ser humano le quitaran la vida», cuenta Óscar, que añade que «fue muy traumático para mi conocer estas situaciones aberrantes con numerosos abortos y en los que en el último periodo de gestación los bebés nacían vivos y eran asesinados, ahogados en cubetas de agua o cortándoles la médula».

A partir de ese momento, su prioridad fue denunciar esta aberración costase lo que costase. «Cuando me enteré de esas actitudes tuve que protestar y me costó mi puesto, la cárcel y numerosas torturas», relata el doctor. Pero aún así afirma con seguridad: «Lo hice por una cuestión de conciencia y no me arrepiento».

Decidido a acabar con este escándalo, el doctor Biscet recopiló los testimonios de las madres a las que habían asesinado a sus hijos y también preparó un informe sobre el «rivanol», una sustancia utilizada para provocar abortos en Cuba.

«Hice un estudio donde planteé esta situación y se la entregué a las autoridades. La Fiscalía no respondió y se lo llevé a Fidel Castro a su oficina. A partir de ese momento me encarcelaron y tuve que resistir el trato inhumano que sufren las personas en las cárceles, pero pude resistir», cuenta el doctor.

Fue hecho prisionero por ser una «amenaza para el Estado» y tras ser liberado en 2002 fue poco después detenido de nuevo y condenado a 25 años. Fue la mediación de la Iglesia Católica la que logró que fuera excarcelado en 2011 aunque con la prohibición del régimen de abandonar Cuba.

En la cárcel sufrió todo tipo de padecimientos. Estuvo en celdas de aislamiento por reivindicar que era un preso de conciencia, no podía recibir visitas ni tener objetos personales. Y además, no tenía atención médica a pesar de que necesitaba un tratamiento médico.

«El vivir en una dictadura como esta no sólo te puede costar la cárcel sino la vida», afirma el doctor, recordando las torturas que sufrió. Pero no sólo fue él el que sufrió la represión por su condición de provida. Su mujer perdió el trabajo y también la casa en la que vivía. El régimen lo tenía todo muy bien atado.
Ha valido la pena

Aún así cree que todos estos padecimientos han valido la pena pues a su juicio su lucha por la vida «ha repercutido en la sociedad». Cuenta que antes de ser encarcelado convocó una marcha provida y ese mismo día Fidel Castro se vio obligado a salir en televisión defendiendo el aborto como un derecho de la mujer. Pero Biscet continuó con las protestas y «Fidel tuvo que volver a salir para decir que el aborto no era un anticonceptivo y que había que regularlo. Y aunque la regulación fue mínima quedó al menos constancia entre la gente que el aborto no era un anticonceptivo».

Para el doctor Biscet «ser provida en un régimen antivida en una dictadura totalitaria es difícil porque no sólo vas a tener el desprecio de las personas que promueven el aborto sino que por expresarte libremente eres castigado. Es lo que me pasó a mí».

Por todo ello, este médico que ha experimentado grandes sufrimientos por defender al más débil llama a toda América Latina a luchar por la vida y «no dejarse llevar por la izquierda que está en el poder y que fomenta el aborto». «Es fundamental que todas las personas sigan luchando para que no se despenalice el aborto en los países que aún resisten», sentencia.
«El pueblo cubano puede acabar con la dictadura»

Pero Óscar Elias Biscet no es sólo provida sino un firme defensor de los Derechos Humanos y desde Cuba sigue luchando por la democracia en la isla. Por ello, considera que el restablecimiento de relaciones entre «EEUU y el régimen castrocomunista favorece más a la dictadura que al pueblo. La dictadura se beneficia ampliamente mientras el pueblo toma las migajas».

Muy crítico con la decisión de Obama, este activista opositor tilda de «error» la nueva política estadounidense. «Había que exigir a Castro que diera la libertad al pueblo cubano y luego hacer este proceso para que se beneficie todo el mundo», dice el médico cubano. Y es que, a juicio del doctor Biscet, el restablecimiento de relaciones «es reconocer un gobierno ilegítimo e ilegal».

Pese a la represión de la dictadura no tiene pensado dar marcha atrás. «Nosotros buscamos la libertad mediante la lucha cívica no violenta y seguiremos luchando. Sabemos que Castro no va a hacer cambios pero tenemos el convencimiento de que el pueblo cubano puede acabar con la dictadura», sentencia este verdadero héroe de Cuba.