Miguel Sales Figueroa: República liberal/ Revolución socialista
En el libro La verdadera República de Cuba, escrito por el Dr. Andrés Cao Mendiguren, uno de los mejores libros sobre la república cubana (1902-1958 ) que se ja escrito (quizás el mejor de los que he leido en mi vida), incluyendo la monumental obra en 10 tomos Historia de la Nación Cubana, aunque este último incluye el período colonial y llega hasta el año 1952, se lee:
¨Cabe decir que aquellos pensamientos de 1913 expresaban una realidad porque esa nación se alcanzó muy pronto en décadas posteriores, aunque en 1959 fue demolida por los que usurparon el poder, y ha sido vilipendeada por una oleada de intelectuales comprometidos o mediocres. El testimonio de ello es que Cuba ocupaba las primeras posiciones en todos los renglones de los anuarios de las Naciones Unidas para la América Latina. Y hay que reconocer que estos logros tan destacados no se hubieran podido conseguir si nuestros gobernantes, y a pesar de sus errores, no hubieran tenido interés y acierto para resolver los problemas de la sociedad cubana, si nuestros legisladores no nos hubieran dado una legislación avanzada y moderna, o si el pueblo cubano no hubiera estudiado y trabajado para superarse. El pueblo cubano era exigente y siempre aspiraba a lo mejor, pero tenemos que acusarnos de un pecado, y es que cuando no lo lográbamos plenamente, en vez de analizar los fallos y aplaudir lo logrado, prodigábamos una crítica irresponsable.¨ (Cao, 2008, p. 87)
Lo que sucedió en Cuba fue lo que ya había advertido la Comisión Truslow en las conclusiones de su informe al hacer un estudio, a petición del Presidente Prío Socarrás, para la dinamización de la economía cubana; veamos:
En 1950 la Misión Truslow, comisión internacional solicitada al Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) por el gobierno presidido por el Dr. Carlos Prío Socarrás para que hiciera un diagnóstico de la economía cubana y recomendara medidas para dinamizarla, planteó, entre otras cosas, que Cuba debía diversificar su economía teniendo al azúcar como punto de partida y que Cuba poseía los recursos humanos, financieros y materiales necesarios para ello salvo el combustible; alertó que la prosperidad bélica (II Guerra Mundial y Guerra de Corea) había propiciado nuevos niveles de vida para muchas personas y que el actual crecimiento económico no satisfacía las necesidades de su creciente población y que si la economía era incapaz de sostener ese nivel en tiempos menos prósperos, sobrevendría una gran tirantez política (Zuaznábar, 19 y 20). Como elemento conclusivo planteó:
¨Si los líderes se han descuidado en prever esta posibilidad, la opinión pública los inculpará. Y si ello ocurriera, el control podría pasar a manos subversivas y engañosas, como ha ocurrido en otros países donde los líderes no se han dado cuenta de las corrientes de estos tiempos. ¨ (Zuaznábar, 20)
Pueden leer mi artículo UNA PRIMERA APROXIMACIÓN A LA REPÚBLICA (1902-1958)
escrito y publicado en Cuba en la revista Vitral en el centenario de la República en el que muestro los logros de la República en Educación, Salud y Economía.
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Tomado de http://www.diariodecuba.com/
Por Miguel Sales
Málaga
31 Mayo 2016 -
El 20 de mayo se cumplió el 114 aniversario de la fundación de la República de Cuba. La fecha, que pasó inadvertida para casi todo el mundo, tiene importancia por sí misma, porque marca el momento en que la última provincia americana de España se separó de la Corona y se constituyó en Estado soberano, y porque señala el punto del calendario en el que la república liberal, nacida de las luchas independentistas del siglo XIX, y la república socialista, resultado de las querellas políticas del siglo XX, alcanzaron exactamente la misma edad: 57 años.
Conviene aclarar que se trata aquí de precisión histórica, es decir, de equivalencia entre dos periodos y no de exactitud matemática. Es posible deducir del cómputo los tres años de la segunda intervención estadounidense (1906-1909) en los que la República estuvo en suspenso, como también sería válido descontar los dos primeros años (1959-1960) que constituyeron la transición o prólogo semiliberal a lo que luego sería el régimen totalitario de los hermanos Castro. Pero esos ajustes no alterarían lo esencial: ambas etapas son ahora perfectamente homologables entre sí y, de hecho, comparables también con la fase insurreccional que precedió a la República, que se prolongó de 1847 a 1898.
No obstante, para que una comparación entre la etapa liberal y la etapa socialista de la República tenga algún sentido, es preciso situar ambos periodos en sus contextos respectivos. Existe la tendencia a hablar de "Cuba" o del "pueblo cubano" como entidades ahistóricas, como sujetos que, una vez constituidos en el primer tercio del siglo XIX, hubieran atravesado, invariables e idénticos a sí mismos, los casi 200 años que separan al régimen de las facultades omnímodas del momento presente. Pero esa ilusión de trascendencia soslaya el hecho obvio de que tanto la población de la Isla como las ideas y creencias vigentes, la situación política, las condiciones socioeconómicas y el contexto internacional, fueron muy diferentes en cada una de esas etapas.
Es imposible llegar a entender lo que era Cuba en 1959 si no se tiene en cuenta el punto de partida de 1899. Al concluir la segunda guerra de independencia, la Isla se hallaba devastada por un conflicto que había resultado particularmente mortífero para la población civil y había quebrantado gravemente sus pilares económicos. La estrategia de "reconcentración" del general español Valeriano Weyler y la estrategia de la "tea incendiaria" del general cubano-dominicano Máximo Gómez acabaron respectivamente con el 20% de la población y con la mitad de la riqueza agroindustrial. La producción de azúcar, tabaco, ganado y otros productos había mermado considerablemente en comparación con 1895. No había comunicación terrestre directa entre La Habana y Santiago, las epidemias de cólera y fiebre amarilla eran todavía frecuentes, y sin duda más de la mitad de la población era analfabeta.
En el medio siglo siguiente, la producción de azúcar se multiplicó por ocho enteros, la esperanza de vida se duplicó con creces, pasando de menos de 30 a más de 65 años, el número de viviendas con agua corriente se triplicó y el analfabetismo se redujo a menos de la mitad.
Pero las estadísticas solo reflejan parcialmente el grado de modernización y desarrollo que la Isla conoció durante la república liberal. En esos 57 años se introdujeron en la Isla el cine, la radio, los automóviles, el ferrocarril central, la aviación y, a partir de 1949, la televisión. Se erradicaron las pandemias más dañinas, se construyeron y dotaron decenas de escuelas y hospitales. Mientras se lograba todo esto, Cuba acogió y dio trabajo a más de un millón y medio de inmigrantes, muchos de los cuales enviaban remesas periódicas a sus familias en España, Jamaica, México y otros países.
Esta transformación ocurrió en un contexto internacional no siempre favorable, en el que acontecieron dos guerras mundiales, la gran depresión de 1929, la fiebre nacionalista que tanto afectó al comercio entre los países y la revolución de 1930 contra el general Machado, cuyas consecuencias repercutirían en la Isla hasta mediados del decenio siguiente. Era un mundo en el que prácticamente no había organismos de cooperación internacional ni existía el concepto de ayuda al desarrollo. Y todo eso en un país que, según la interpretación marxista de la historia, era víctima de los monopolios yanquis, la codicia de los empresarios capitalistas y el saqueo de sus gobernantes venales.
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Fidel Castro subversivo y más que engañoso: GRAN MENTIROSO:
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En el siguiente video Fidel Castro afirma que él fue marxista desde un principio
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