La inevitable levedad de ser un actor político internacional
Por Juan Gonzalez Febles
Mayo 24 de 2016
Lawton, La Habana, Juan González, (PD) Un artículo que el rotativo oficialista y voz primada del partido único y gobernante, Granma, publicara el 17 de mayo, en la página 8 y titulado ‘Reglas para el Debate’, más allá de su proyección nacional tan negativa, da la medida del despiste y la desubicación de tantos actores en foros internacionales vinculados con el tema cubano.
Aunque por su título, cualquiera que no viva en Cuba podría pensar que desde las filas del oficialismo alguien piensa en debatir algo con alguien, en algún momento más o menos cercano en el tiempo, se trata de exactamente todo lo contrario.
Más allá de promesas vacías y bastante infundadas sobre unas elecciones limpias y equitativas que de realizarse, hoy, mañana o el año y el momento en que se realicen, ganaría cualquiera contra el gobierno castrista, lo cierto es que mientras estos (los castristas) estén en condiciones de evitarlo, nada sucederá. Ni en el 2017, ni en el 18, ni en el siglo próximo.
Joseph Goebbels, el ministro de propaganda del Tercer Reich alemán, creó en su momento el catecismo actual del Departamento de Orientación Revolucionaria, (DOR) cuando expresó: “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas… Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.
Cualquier semejanza con el anti periódico Granma es pura coincidencia.
Los actores políticos internacionales son solo vendedores de viento. Lo más triste y lo más lastimoso es ver cómo se las arreglan para no entender o pasar por alto lo obvio. Algunos han vivido toda su vida en países democráticos y no tienen idea de qué significa el término totalitarismo. Que esto suceda en personas provenientes de países que nunca padecieron este flagelo, podría entenderse. Solo que cuando sucede con nativos de espacios geográficos lastrados por décadas de socialismo real, o que sufrieron el fascismo y el nazismo del pasado siglo XX, se hace más difícil la comprensión.
Italia es felizmente una democracia en la actualidad. Pero las referencias históricas de ese bello espacio no debían ser echadas al olvido por los actores políticos internacionales surgidos desde ese entorno. Lo organizado por aquel social-revolucionario Benito Mussolini y sus ‘Fascio di Combattimento’, no debía ser ignorado por los actores políticos internacionales, que están de alguna forma relacionados con el tema político cubano de la actualidad.
La semejanza existente entre aquel engendro creado por el Duce, los ‘Fascio di Combattimento’ y las Brigadas de Respuesta Rápida en Cuba, es más que evidente. Solo que los vendedores de viento por allá, no se percatan o no quieren percatarse de tales semejanzas.
En Italia, el fascismo inculcó la obediencia de las masas (idealizadas como protagonistas por aquel régimen, aunque nunca lo fueran) para formar una sola entidad indivisible. El fascismo utilizó hábilmente los medios de comunicación de su momento y el carisma de un líder dictatorial que concentró todo el poder, con el propósito de conducirlo todo, en representación del cuerpo social de la nación.
¿Qué pasa hoy en Cuba?
Ver a un canciller federal alemán reunirse con Raúl Castro o con su ministro de exteriores, hace recordar muchas cosas.
¿Puede algún actor político internacional alemán, interesado en el tema cubano, ignorar las semejanzas entre el Tribunal Popular de Munich de 1942 y cualquier Tribunal Municipal, Provincial o Supremo y por supuesto, Popular además, en Cuba? ¿Hay alguna garantía procesal en los tribunales populares cubanos del castrismo, que los diferencie de aquellos que juzgaron en Alemania en tiempos del nazismo, de aquellos que condenaron a la guillotina a los hermanos Hans y Sophie Scholl?
Por supuesto, desde su inevitable levedad, los vendedores de viento desde Europa buscan el contacto con sus iguales, gente tan banal e intrascendente como ellos mismos, a quienes agasajan y hasta premian. Este contacto lo alternan en estrictas condiciones de igualdad y respeto, con los verdugos, equitativos como son.
La política europea hacia Cuba está hecha con visto bueno estadounidense. Este visto bueno y la comprensión con que trataron al “Tío Pepe” (Stalin), posibilitó varias décadas de totalitarismo vestido con las galas rojas del socialismo real para aquellas sufrientes naciones europeas, posibilitó que la pesadilla norcoreana sobreviviera detrás del paralelo 38, equipada con misiles, armas nucleares y todo lo que la modernidad aporta al totalitarismo del siglo XXI. Por acá, ya nos proporcionó cinco y más décadas de castrismo y al mundo, una crisis en octubre de 1962.
Pero esto es pasado y se debe mirar con esperanza y optimismo al futuro.
El futuro llegará bastante parecido al pasado. Lo hará tejido con delectación por los actores políticos internacionales que desde la vieja y culta Europa hoy venden los vientos para futuras tempestades. Para no variar, llegará otra vez, con el visto bueno ya tan lamentablemente conocido.
j.gonzalez.febles@gmail.com; Juan González
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