domingo, junio 12, 2016

Nicolás Águila: Venezuela no está peor que Cuba


Tomado de https://www.facebook.com

Venezuela no está peor que Cuba

Por Nicolás Águila
Madrid
11 de junio de 2016

Algunos opositores venezolanos nos sorprenden al afirmar que Venezuela está peor que Cuba. Lo cual es rotundamente falso, en lo que respecta tanto a la situación política como económica de cada uno de los dos países. El hecho de que en la nación sudamericana se respire un ambiente de rebeldía ciudadana, mientras que en la Isla reina la calma chicha de un pueblo apático, significa que, a diferencia de Venezuela, todo intento de oposición en Cuba es aplastado brutalmente desde 1959 hasta la fecha. De ahí que la llamada disidencia no acabe de despegar y levantar vuelo.

No se requiere de un diagnóstico diferencial complejo para concluir que, desde el punto de vista clínico, el caso cubano es crónico y el venezolano es agudo. Cuando el mal se vuelve agudo (vale decir, cuando “alcanza de pronto extrema intensidad”), existen tres posibilidades de resolución: la defunción, la recuperación o la cronicidad. El régimen castrista —lo mismo que su anciano fundador postrado en posición de Fowler— se halla desde hace tiempo en estado crónico, mientras que el caso venezolano es de tipo agudo. Lo que quiere decir que hoy por hoy todavía tiene remedio. Todo dependerá, entre otros factores, de cómo actúe y piense la oposición al régimen de Maduro en este momento crítico de su historia. Lo cual incluye, además, no andar diciendo sandeces laudatorias sobre la espantosa realidad de Cuba.

En febrero de este año, con motivo de la presentación en Madrid de un libro sobre Leopoldo López, el emblemático dirigente preso de Voluntad Popular, su hermana Diana López alertaba a los españoles sobre el peligro del ascenso meteórico de Podemos y nos sorprendía afirmando lo siguiente en una entrevista con la cadena COPE:

«A nosotros nos decían ''cuidado porque pueden parecerse a Cuba''. En aquel momento pensábamos que era imposible. Hoy en día estamos peor. En Cuba se come y no hay el nivel de violencia ni de maltrato a la ciudadanía que tenemos en Venezuela».
( http://www.abc.es/…/abci-hermana-leopoldo-lopez-recomienda-… )

¿Que en Cuba se come? Como no sea aquello de lo que pica el pollo, que decían antes por no pronunciar la palabra malsonante. Los cubanos, sobre todo si no reciben remesas del exterior, no comen ni siquiera regular. Las pasan canutas. Los pocos productos disponibles se venden a precios exorbitantes en una economía dolarizada que contrasta con los salarios irrisorios de un país con una media salarial de unos 25 dólares.

Por otro lado, si el régimen castrista logró paliar los niveles ínfimos de subsistencia de los años noventa, durante la crisis postsoviética conocida por el eufemismo de ‘periodo especial’, se debió precisamente a la cuantiosa ayuda que ha recibido de Venezuela tras la llegada al poder de Hugo Chávez en 1999. Solo en envíos de petróleo, el chavismo le ha venido suministrando a Cuba ¡105.000 barriles diarios! a precios preferenciales, lo que cubre un 60% de las necesidades de la Isla.


De modo que la Sra. López —a quien desde luego respeto mucho por su destacado activismo político— pudo haber argumentado que el hambre en Venezuela, aparte de la pésima gestión del chavismo, se debe en buena medida al derroche del régimen venezolano en concepto de ayudas y subvenciones bajo el rótulo de comercio favorable con Cuba y demás miembros del bloque ALBA, así como otros países cuya lealtad o silencio cómplice en los organismos internacionales ha comprado con los petrodólares que ahora tanto necesita.

En cuanto a la represión en la Isla, chirría opinar en la radio que allá “no hay el nivel de violencia ni de maltrato a la ciudadanía que tenemos en Venezuela”. ¿No ha oído hablar Diana López, por citar solo un ejemplo, de las Damas de Blanco, las mujeres cubanas que protestan pacíficamente en sus marchas dominicales y son habitualmente reprimidas y golpeadas?

 Mucho me temo que la hermana de Leopoldo López, así como otros opositores venezolanos, no acaban de entender la diferencia entre un gobierno autoritario (o semitotalitario) como el venezolano y un régimen totalmente totalitario como el comunismo cubano. El totalitarismo fue implantado en Cuba en apenas tres años, mientras que, tras 17 años de neocomunismo chavista, en la Venezuela actual sigue habiendo alcaldes y gobernadores opositores, además de un parlamento mayoritariamente antichavista. Es verdad que les limitan todo lo que pueden sus funciones, potestades y competencias, pero ahí están en pie de lucha. Eso en Cuba, ni soñarlo.

Bajo el totalitarismo comunista puro y duro, como el castrista, una vez transitada la fase autoritaria, la represión brutal del principio se convierte en supresión total del individuo bajo el reino del terror del Estado policial. De manera que todo el mundo se pone bocabajo y se queda calladito, sin duda con honrosas y heroicas excepciones. De ahí que, para muchos visitantes y turistas en la isla del espanto, así como para más de un opinador a distancia, el pueblo cubano vive feliz y tranquilo su vida miserable. Pero esa felicidad es falsa, amigos venezolanos. Y, por resumirlo con un dicho del habla popular cubana, esa tranquilidad viene de tranca.
*************
Nota  del bloguista de Baracutey Cubano

No sólo el régimen impuesto el 1 de enero de 1959  era, y es, un peligro para la seguridad de los Estados Unidos de América, sino de todo el continente americano. Los Castro desde marzo-ábril de 1959  enviaron  invasiones y subversión a varios países del continente americanos (que se extenderían posteriormente a África y Medio Oriente)  gobernados tanto por democracias legitimamente elegidas y ejercidas como por dictaduras,  siendo la primera la primera de esas invasiones a Panamá. Solamente entre  entre el triunfo de la subversión armada contra el régimen de Batista y  la invasión de la Brigada de Asalto 2506  por Bahía de Cochinos, Matanzas, el 17 de abril de 1961  la dictadura Castrista envió siete  invasiones a diferentes  países de América Latina;  en el libro Las Guerras Secretas de Fidel Castro, del escritor Juan Benemelis,  ex diplomático Castrista y persona vinculada a la entonces Dirección General de Inteligencia,  se narran muchas de las invasiones Castristas; pueden leer algunas en de ellas en el artículo   OTRA IGNORANCIA SUPINA DEL PRECANDIDATO BERNIE SANDERS RESPECTO A HECHOS HISTORICOS CUBANOS Y SU ERRADA VALORACION .

Desde muy temprano después del triunfo de la subversión armada en contra del régimen de Fulgencio Batista, un buen número de cubanos (muchas veces mayor que el que se enfrentó al régimen de Fulgencio Batista) combatió  al autotitarismo y al totalitarismo de los Castro y cómplices a cambio de varios miles de  muertos (añado un estudio parcial con las cifras rigurosamente sustentadas del valioso sitio ArchivoCuba o CubaArchive,  las cuales están respaldads con nombres, apellidos, causa, fecha y lugar de la muerte) y muchos miles de encarcelados que alcanzó su apogeo en abril de 1961 cuando a los ya miles de encarcelados en las prisiones del país  se les añadió más de 100 000 (esa cifra la dió una de las Malmierca, la cual tenía ¨fachada¨ de dirigente de los CDR en esa época, en los años 80 en el programa Tal como fue, conducido por el historiador Calderón y que son compatibles con las cifras que años antes habían aparecido en la revista Moncada, la revista del MININT) retenidos en campos deportivos y otras instalaciones  bajo la mira de ametralladoras y custodios que tenían la orden de disparar al menor gesto de protesta o rebelión; tuve familares ¨retenidos¨ en el histórico estadium Palmar del Junco en la ciudad de Matanzas. Antes del 1 de enero de 1959  en Cuba habían 14 prisiones; con el Castrismo llegaron a más de 200 los establecimientos penitenciarios.

Para ver un estudio comparativo entre los regímens de Batista y Fidel Castro desde el punto represivo pueden leer mi artículo BREVE ESTUDIO COMPARATIVO DE LAS MUERTES, PRISIONES Y PRESOS DURANTE LAS DICTADURAS DE FULGENCIO BATISTA Y DE FIDEL Y RAÚLCASTRO, publicado en el número 42 de la Revista Hispano Cubana, publicación de la Fundación Hispano Cubana.

En Cuba  y en la  primera década de autoritarismo-totalitarismo Castrista hubo una casi silenciada Guerra Cívil, y tal es así que hasta el régimen Castrista así lo ha entendido y dicho en ocasiones. En el tomo I del libro Las Reglas deL Juego, elaborado por miembros de la Dirección Política del MININT y publicado en 1992 por la Editoral San Luis, editoral del MININT se lee ( sólo teniendo en cuenta a los insurgentes alzados en zonas rurales y no a la oposición urbana de la cual hubo más de 300 organizaciones según ha expresado Fidel Castro) lo siguiente:

¨El General de Ejército Raúl Castro calificó este largo batallar como una guerra civil; en 1967 expresó que en aquellos encuentros contra el bandidismo perdieron la vida cerca de 500 combatientes revolucionarios, y las operaciones costaron al Estado cubano entre 500 y 800 millones de pesos. Ese fue el balance de la destrucción de 179 bandas y casi 3 600 alzados que asolaron el teritorio nacional a mediados de 1960 y 1965 fundamentalmente. Cien mil hombres rastrearon las antiguas seis provincias del país para aniquilar a unos 200 grupos de alzados. ¨
( pag 125-126)

Una observación interesante: el Doctor en Ciencias Arnaldo Jiménez de la Cal, oficialista historiador de la ciudad de Matanzas, en su libro Principio y fin del bandidísimo en Matanzas. (1998), que fue Premio 26 de Julio del año 1997, expone en sus datos que de los aproximadamente 600 alzados ( o sea, individuos que participaron en la lucha con el arma en la mano; luego no se tiene en cuenta los suministros, guías, personal de apoyo, etc. ) que hubo en la provincia de Matanzas, y que fue aproximadamente el 25% del total que hubo en todo el país, sólo tres habían pertenecido a los cuerpos armados de la anterior República, mientras que más de 90 habían pertenecido a los cuerpos del régimen Castrista: Milicias Nacionales Revolucionarias, Ejército Rebelde, Policía Nacional Revolucionaria, etc..

En ese libro del Dr. Jiménez de la Cal, se citan fragmentos de discursos locales de Fidel Castro donde se dice que fueron errores de la Revolución los que conllevaron a que tantos campesinos se alzaran. Ese libro se lo presté a mi amigo Víctor Rolando Arroyo Carmona, pues él quería escribir un artículo para Cubanet sobre esa temática, y en un registro y requisa del Departamento de Seguridad del Estado, se llevaron todos los libros de su Biblioteca Independiente Los Reyes Magos, incluyendo el mio; disculpen no poderle citar esos fragmentos.
******************
Tomado de http://www.elnuevoherald.com
Datos de una guerra civil

Por Rafael Rojas

La derrota de la Brigada 2506 en Playa Girón, el 19 de abril de 1961, ha sido presentada, en la historia oficial, como una victoria del ''socialismo cubano'' contra el ''imperialismo yanqui''. Esa construcción simbólica del poder distorsiona, por lo menos, tres fenómenos de aquella primavera:

• Los 1,500 brigadistas, que pelearon contra las fuerzas armadas y las milicias de la isla, no eran norteamericanos, sino cubanos.

• El ejército, la marina y la aviación de Estados Unidos nunca entraron en combate.

• El ''socialismo'' acababa de declararse, por lo que difícilmente su defensa era la principal motivación de los revolucionarios que se movilizaron en Playa Larga y San Blas.

( Caidos de la Brigada de Asalto 2506 en combates en Bahía de Cochinos y otros siendo prisioneros de guerra de las fuerzas de la tiranía; nota del blogguista )

En el libro Politics of Illusion (1998), editado por James G. Blight y Peter Kornbluh, cuatro protagonistas de aquellos sucesos (Enrique Baloyra, Lino B. Fernández, Rafael Quintero y Alfredo Durán) afirman que, además de los 1,000 alzados que ya había en el Escambray, las principales organizaciones de oposición al naciente comunismo cubano (MRR, MRP, 30 de Noviembre, Directorio Revolucionario) contaban con 6,000 conspiradores en las principales ciudades y 20,000 simpatizantes en toda la isla. La eficaz y preventiva represión organizada por el gobierno, en las semanas previas a la invasión, habría incluido el encarcelamiento de 100,000 personas, una cifra manejada por estudiosos como Hugh Thomas y Jorge I. Domínguez.

Muchos de aquellos presos no eran conspiradores, pero formaban la base social de una extendida resistencia anticomunista en el país. Si se suman todos los ejecutados, los presos, los exiliados, los guerrilleros rurales y urbanos y los simpatizantes de las organizaciones opositoras se alcanzaría una suma considerable, que no puede ser entendida como ''minoría''. En todo caso, si los opositores no eran tantos como los 20,000 o 30,000 que defendían al gobierno, sí eran muchos más que los que entre 1957 y 1958 se enfrentaron a Batista. El concepto de guerra civil parece apropiado para describir la polarización que vivió Cuba en la primera mitad de los 60.

( Fusilados en la causa de abril de 1961 )

Un aliado de Moscú en el Caribe era una amenaza inédita a la seguridad norteamericana y la CIA tomó cartas en el asunto. Esa fue la institución que planeó, financió y organizó el proyecto de Bahía de Cochinos y la principal interlocutora de los anticomunistas cubanos en el gobierno de Estados Unidos. Sin embargo, es equivocado imaginar a aquellos miles de jóvenes, en su mayoría católicos y partidarios de la revolución antibatistiana, como peones de Washington o marionetas de los intereses económicos afectados. Para ellos, la CIA era un soporte, tan ineludible como incómodo, ya que la causa que los movilizaba provenía de los valores democráticos y nacionalistas de la Constitución del 40.

Los opositores cubanos de 1961 se consideraban ''verdaderos'' revolucionarios, en cruzada contra ''falsos'' revolucionarios que habían roto el pacto de enero del 59 e imponían un alineamiento de la isla al bloque soviético de la guerra fría. Por su parte, los nuevos líderes cubanos, y decenas de miles de sus leales seguidores, asumían la alianza con la CIA y con Washington como traición a la patria, a pesar de que el Movimiento 26 de Julio, durante la insurrección contra la dictadura, también conversó con la CIA y recibió algún apoyo de Washington. En cualquier caso, Cuba en 1958 no estaba aún en el centro del mundo bipolar, mientras que en 1961, por iniciativa de sus gobernantes, sí lo estaba y los opositores se colocaban, naturalmente, en las antípodas del entendimiento con Moscú.

¿Qué defendían los revolucionarios y milicianos cubanos que se enfrentaron a sus compatriotas en Playa Girón y el Escambray? ¿Defendían el socialismo? ¿El partido único, la economía estatalizada, el control de los medios de comunicación, la supresión de derechos civiles y políticos y la represión de cualquier crítica o disidencia? Más bien, los revolucionarios defendían la ''patria'', la ''soberanía'', valores nacionalistas, no comunistas. Eso que Richard R. Fagen llamó ''la transformación de la cultura política'' en Cuba, que podríamos traducir como el adoctrinamiento marxista-leninista de la población, fue un fenómeno posterior a Bahía de Cochinos.

( Alzados o insurgentes antiCastristas en El Escambray )

En sectores muy ideologizados de la isla, la guerra civil fue un enfrentamiento entre comunistas y demócratas. En buena parte de la clase media el conflicto se vivió como el choque entre dos maneras irreconciliables de entender la revolución. Unos pensaban que se podía reformar el campo y las ciudades, nacionalizar algunas industrias, alfabetizar el país y sanear la política sin suprimir libertades y celebrando elecciones. Otros sostenían que la única manera de avanzar en cambios más radicales, como la estatalización de la economía, era por medio del control permanente del poder. La guerra civil era la lucha a muerte entre cubanos por dos proyectos de una misma nación, que sólo habrían podido convivir en democracia.

El concepto de guerra civil resulta más apropiado que el de ''contrarrevolución'' a la hora de historiar aquel conflicto. El discurso oficial atribuye a los ''contrarrevolucionarios'' la falsa homogeneidad ideológica, política y social de la propia ''revolución'' y, a la vez, niega la identidad nacionalista de los opositores al comunismo. Cuando el campo intelectual y académico de la isla acepte que aquellas decenas de miles de adversarios al gobierno de Fidel Castro fueron cubanos que deseaban lo mejor para su país y no apátridas y traidores que trabajaron por la destrucción de la isla y su anexión a Estados Unidos, comenzará la verdadera reescritura de la historia contemporánea de Cuba.
************