Ferrán Núñez: ¿Por qué no aparece el nombre del general Thomas Jordán en ningún libro de historia hecho en Cuba?
[Cuento con] que usted con su conocimiento y su voluntad coadyuvará por cuantos medios le sugiera su amor a la patria, a que llevemos a feliz término la consolidación de nuestro gobierno, haciendo conservar el necesario equilibrio de los diferentes poderes que lo constituyen, para que mañana podamos ser dignos de entrar a formar parte de la Gran República Americana que hemos tomado por modelo, y a la cual hemos propuesto ya nuestra anexión...70
La proposición de la que se habla en el fragmento anterior es el acuerdo de la Cámara de Representantes, acuerdo aprobado por unanimidad (y posteriormente firmado por Céspedes), que planteaba:
Hacer presente al Gobierno y al pueblo de los Estados Unidos, que este es realmente, en su entender, el voto unánime de los cubanos y que si la guerra actual permitiese que se acudiera al sufragio universal, único medio de que la anexión legítimamente se verificara, esta se realizaría sin demora.71
Nunca había leido eso de tomar una ciudad importante para que Grant reconociera la beligerancia de los independentistas. Lo que sí había oido es que en la revista Masas (publicación cubana de los años 30 del pasado siglo XX dirigida por el comunista Carlos Rafael Rodríguez y en la que hacía una revisión de la historia de Cuba) se afirmaba que el General Prim (el de la revolución en España conocida como La Gloriosa) y Carlos Manuel de Céspedes, los cuales se conocían desde sus estudios en Barcelona, habían acordado que después que se desatara la guerra en Cuba, Prim, al frente de España, le daría la autonomia a Cuba como una provincia de España.
Manuel Tellechea:
Federico Fernández-Cavada y Howard no era de "padres cubanos", pero de padre cubano y madre norteamericana. No fue "coronel" pero mayor general del Ejército Libertador, y su principal aporte a la guerra no fue como encendedor de propiedades enemigas pero como el primer teórico cubano de la lucha de guerrillas. Fue delatado por enemigos — no por "sus compañeros o hermanos de lucha" — cuando intentaba salir al exterior, con licencia del gobierno de la República en Armas, para buscar ayuda para la Revolución y no para "adueñarse" de la isla. Murió como un valiente y no como un antecedente de "Ché" Guevara. Tampoco tenía nada en común con Marco Rubio porque sus credenciales como cubano consistían en mucho más que mera labia.
Su hermano menor, Carlos Fernández-Cavada y Howard, también fue Mayor General del Ejército Libertador, y murió en la manigua seis meses después de Federico. El cónsul estadounidense no fue Federico pero Carlos.
En otro comentario Tellechea escribe:
Hay muchas verdades que se esconden en Cuba: la participación de Thomas Jordan en nuestra gesta libertadora sería entre las más insignificantes.
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¿Por qué no aparece el nombre del general Thomas Jordán en ningún libro de historia hecho en Cuba?
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Por Ferrán Núñez
París
12/09/2016
El 12 de agosto de 1869, el teniente coronel Cañizal al mando de 200 hombres propinó una soberana derrota al general insurrecto Jordán. ¿Quién era este general que falta al panteón de nuestros héroes cubanos me pregunto?
Dice el cable que estoy consultando: “Las fuerzas al mando de Jordán han sido reforzadas con dos regimientos de voluntarios y un batallón de regulares. Los españoles arrojaron a Jordán de su posición cerca de Santiago de Cuba con algunas pérdidas. Jordán rehízo sus fuerzas, y, reforzado por Figueredo, recuperó su posición”.
El general Jordán era el jefe militar del Estado de Oriente y había sido nombrado a ese cargo por el también autonombrado general Quesada. Estas dos designaciones fueron autorizadas por Carlos Manuel de Céspedes, presidente de la República en Armas antes de su destitución.
¡Caramba! Algo no cuela en esta historia. Estamos terminado casi 10 meses de insurrección. Los combates y escaramuzas son cotidianos en la región oriental y central. ¿De dónde sale este hombre? Pero sobre todo, ¿por qué no aparece su nombre en ningún libro de historia hecho en Cuba?
Es muy sencillo, Thomas Jordán era norteamericano, él y muchos otros olvidados voluntariamente por la historiografía nacional, fueron contratados por Carlos Manuel de Céspedes para combatir a las tropas regulares, voluntarios y otros guerrilleros que le estaban haciendo la vida imposible.
(General Thomas Jordan)
Un poco de historia
Tras las primeras victorias, el plan de Céspedes consistía apoderarse de una ciudad importante o de una zona del Departamento Oriental. Esperaba con esto que el general Grant reconociera el carácter de beligerantes a los “revolucionarios” españoles de Cuba.
Cuando se supo la inminente llegada de 20 mil soldados regulares desde la Península, Céspedes, inseguro de su posición porque su liderazgo se le cuestionaba en Camagüey y porque tampoco la guerra alcanzaba la popularidad esperada, intentaba acelerar sus planes por todos los medios a su alcance.
Plata no le faltaba, con el acuerdo de banqueros norteamericanos había vendido bonos en nombre de la república por valor de 20 millones de dólares de 1869. Lo que equivale a 380 millones de hoy según el calculador de la inflación del portal Westegg.com.
¿Quién le prestó tanto dinero a Céspedes? Es algo que ya veremos más adelante. Por el momento, baste para probar que le permitió contratar a toda suerte de mercenarios, entre los que se hallaba Máximo Gómez y otros dominicanos exreservistas del Ejército español como los hermanos Marcano.
Según Wikipedia en inglés (que no coincide para nada con la versión del artículo en español). Céspedes, que no confiaba para nada en Máximo Gómez, lo destituyó, reemplazándolo sin otra forma de proceso por el veterano General de los Estados Confederados de la guerra civil en Estados Unidos.
Thomas Jordán intentó darle a la guerra un carácter más formal, plan trincheras, posiciones y tal, pero sus intentos fracasaron estrepitosamente como acabamos de ver. El norteamericano tuvo que salir echando un pie. Tras su renuncia, Céspedes volvió a nombrar al dominicano que aceptó volver al mando, pero que nunca le perdonó tanto desaire y que se vengará más tarde.
Esta estrategia fallida, sumada al desastre de la toma de Las Tunas, le costó al “Padre de la patria” su destitución posterior, de la que también hablaremos en otro momento.
Lo cierto es que, una nueva generación de masones, como los hermanos Maceo, fue ascendiendo dentro de la jerarquía militar, remplazando poco a poco a los mercenarios norteamericanos contratados por Céspedes. Uno de los cuales, el coronel Federico Fernández Cavada, criado en Estados Unidos de padres cubanos, también fue nombrado el 4 de abril de 1870, Comandante en Jefe de todas las fuerzas cubanas, gracias a su experiencia militar en el Ejército de la Unión Americana durante la Guerra Civil, según el enjundioso The Latino Experience in U.S. History.
¡Menuda experiencia la de este Marco Rubio del siglo pasado! Antes de pasar al campo rebelde Cavada fue el cónsul de Estados Unidos en Trinidad. Tras quitarse la careta, Cavada se destacó por su particular saña contra las propiedades de los españoles en Cuba, por eso pasó a la historia con el apodo de “General Candela”.
Ya se veía dueño de Cuba. Su plan era sencillo, ocuparse personalmente de organizar una invasión con sus antiguos compañeros de armas. Pero sus planes fracasaron cuando fue capturado en Cayo Cruz en 1871, por la cañonera Neptuno; probablemente, (porque la envidia no es de ahora), tras haber sido denunciado por sus “compañeros” y “hermanos” de lucha. Transferido a Nuevitas, fue sentenciado a muerte y ejecutado. De nada valieron las intervenciones de generales norteamericanos y hasta del propio presidente, Ulysses Grant. Sus últimas palabras fueron cheísimas: “Adiós Cuba, para siempre”. ¡Del carajo!
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