Juan Gonzalez Febles desde Cuba: La nueva etapa del populismo Castro-fascista
La nueva etapa del populismo castro-fascista
Por Juan Gonzalez Febles
6 diciembre, 2016
Lawton, La Habana, Juan González, (PD) Se produjo la esperada muerte del ex dictador Fidel Castro. A despecho de la muerte de Castro I, Castro II (Raúl Castro) reafirma que el régimen castrista seguirá como una brutal dictadura totalitaria y dinástica que mantendrá en todas sus partes la privación al pueblo cubano de los derechos humanos básicos.
En estos términos y a pesar de que los Estados Unidos proclaman orgullosamente apoyar el respeto a los derechos humanos consagrados en resoluciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU) a través de todo el mundo, deberán ser los propios Estados Unidos quienes den esta oportunidad al régimen castrista y además, los recursos para que todo siga igual en Cuba.
La Unión Europea decidió eliminar la Posición Común. La Unión Europea y el régimen militar castrista fijaron para el 12 de diciembre una fecha para firmar un acuerdo bilateral que liquidará la Posición Común.
A este respecto, el embajador de la UE en La Habana, el Sr. Hernán Portocarrero, afirmó que la incidencia económica no es inmediata porque no se trata de un acuerdo de libre comercio. Lo que omite el Sr. Embajador es que la UE lleva años involucrada en negocios con el régimen castrista y que desde la caída de la Unión Soviética y el campo socialista, el régimen militar castrista sobrevivió gracias a la Venezuela chavista y los negocios con países europeos, entre los que España ocupó un sitio preeminente.
El régimen militar cubano y su estado constituido, impide a los cubanos crear sus recursos, criminalizan la riqueza y han creado una clase parásita que detenta lo mejor y disfruta de todas las prebendas para de esta forma impedir el surgimiento de una clase media independiente de la cúpula de poder e impotente desde su incapacidad para retarle. Recientemente han incrementado los impuestos a las licencias de los inversionistas privados, llamados de forma eufemística, cuentapropistas.
El ciudadano cubano corriente no puede internamente y por si solo, generar los recursos para impulsar un cambio de régimen. Las férreas estructuras fascistas de gobierno hacen de este un planteamiento totalmente absurdo. Esto es básicamente la definición de totalitarismo fascista.
Los cantos de sirena echados a volar por las masturbaciones especulativas de Carlos Marx, cesaron y demostraron fehacientemente su inviabilidad. Entonces, se dio luz verde al populismo fascista que en su momento demostró ser más afín a estructuras económicas eficientes y racionales, como las ensayadas con éxito en Italia por Benito Mussolini y en Alemania por Adolf Hitler, dos revolucionarios profesionales, –como los Castro- que lograron detentar el poder político en las naciones que les sufrieron.
Las afirmaciones hechas por Castro II -Raúl Castro- sobre el futuro aciago que depara a Cuba, signado por el “legado” de Castro I –Fidel Castro- marcan una pauta abominable de continuidad en el control totalitario absoluto sobre la sociedad y la negación de los derechos básicos al pueblo de Cuba.
La más reciente comparsa funeraria dedicada a Castro I reafirma el carácter antiestadounidense y antidemocrático que seguirá el heredero del poder absoluto que detentó Castro I y hoy permanece en manos de Castro II.
Felizmente, no existe un relevo claro, con la excepción de Miguel Díaz Canel, de 56 años, exministro de Educación y exsecretario del Partido Comunista en las provincias de Villa Clara y Holguín. No se trata de alguien que descuelle por su talento. Lo que prima en Cuba hoy día, en el seno de la élite que mal gobierna el país, es la lealtad al clan familiar gobernante.
El resto del elenco en la nomenklatura gobernante está muy anciano o enfermo, y no existe un relevo con capacidad ejecutiva y con ideas objetivas y claras que contribuyan a sacar al país del desastre que el castrismo entronizó en uno de los países más avanzados en términos de calidad de vida en las Américas, por supuesto, antes del aciago 1959.
Comienza una nueva etapa de castro-fascismo que no augura algo mejor a lo conocido hasta hoy.
j.gonzalez.febles@gmail.com; Juan González
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