viernes, septiembre 01, 2017

Ernesto Borges, un 'caso' de Raúl Castro. Waldo Fernández Cuenca desde Cuba: Este excapitán de la Contrainteligencia del régimen ha cumplido 19 años cárcel de una condena de 30 por "tentativa de espionaje".

 En el programa Cuba y su Historia   el conductor José A. Albertini entrevista a Raúl  Borges Alvarez  ex oficial de la Contrainteligencia  que es padre del ex oficial de la Seguridad del Estado  Ernesto Borges /(graduado de la KGB soviética con Diploma Rojo o Summa Cum Lauden) quien  está preso en Cuba desde hace 19 años  por intentar entregar  a diplomáticos  de EE.UU. una lista de ¨ espías carnadas¨ que irían a infiltrarse en los EE.UU. (24-04-2016)



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Tomado de http://www.diariodecuba.com

Ernesto Borges, un 'caso' de Raúl Castro

Por Waldo Fernández Cuenca
La Habana
1 de Septiembre de 2017

Ernesto Borges Pérez, de 51 años, no es un preso político cualquiera. Este excapitán de la Contrainteligencia del régimen ha cumplido 19 años cárcel de una condena de 30 por "tentativa de espionaje".

Su padre, Raúl Borges Álvarez, presidente del Partido por la Unidad Democrática Cristiana de Cuba y miembro del Comité Coordinador del Foro por los Derechos y Libertades, encabeza junto a las Damas de Blanco la lucha por su liberación.

Cuenta que cuando el cardenal Jaime Ortega Alamino intercedió en 2010 por su hijo ante Raúl Castro, el general respondió que los exmilitares presos "eran un caso de él".

Esta es la historia de Ernesto Borges Pérez, contada a DIARIO DE CUBA por su padre.

¿Cómo se decepcionó tu hijo del régimen siendo un oficial de la Contrainteligencia?

A mi hijo lo mandan a estudiar a la escuela de la KGB en la extinta Unión Soviética en la época de la Perestroika. Allí se gradúa con Diploma de Oro en solo cuatro años de los cinco previstos. Él conoció de primera mano cómo vivían los altos oficiales de ese órgano de inteligencia y la corrupción tan grande que existía entre la oficialidad soviética. Por eso simpatizó con el proceso de cambio que estaba llevando a cabo Mijaíl Gorbachov.

(Raúl Borges Álvarez, padre del preso político Ernesto Borges Pérez. (W. FERNÁNDEZ CUENCA))

Cuando regresó a Cuba en 1989 estaba muy decepcionado del socialismo. Los años siguientes los pasó con una angustia tremenda. Apenas un año antes de intentar hacerle llegar información a la CIA me dijo que estaba muy decepcionado del Ministerio del Interior y que deseaba pedir la baja.

¿En qué consistió el delito que cometió Ernesto Borges?

Él era primer analista del Departamento 1 de Contraespionaje y Juegos Operativos de la Direccion Nacional de Contrainteligencia del Ministerio del Interior (MININT). Este departamento se encargaba de atender las sedes diplomáticas en Cuba y priorizaban a la entonces Sección de Intereses de los Estados Unidos. Él trabajaba sobre los agentes de la CIA que desde allí operaban.

Ernesto sustrajo documentos donde estaban los nombres de 26 espías que el Gobierno cubano tenía en fase preparatoria para posteriormente introducirlos en Estados Unidos y países de la OTAN. Esa información trató de hacerla llegar a un funcionario de inteligencia norteamericano. El trabajo operativo de la Contrainteligencia cubana evitó que Ernesto pudiera entregar esa información.

Fue detenido el 17 de julio de 1998 y acusado de tentativa de espionaje. La Fiscalía militar le solicitó pena de muerte, que fue conmutada por 30 años de cárcel.

¿Cómo son las condiciones de la prisión en que ha estado preso todos estos años?

A Ernesto lo llevaron para una celda de aislamiento de dos por tres metros, semioscura, semitapiada y sin ventilación, en la prisión de máxima seguridad de Guanajay. Allí permaneció los primeros diez años en condiciones crueles y degradantes, violatorias de la Convención de Ginebra sobre el trato a los prisioneros políticos.

La posta más cercana estaba a 40 metros y estaba muy limitado para pedir auxilio ante una situación de enfermedad. La oscuridad de la celda le afectó la vista, la pésima alimentación le aumentó los problemas gástricos y, la falta de oxígeno, el asma crónica. Esa última patología le ha producido enfisemas pulmonares que ponen en riesgo su vida.

Ernesto padece de 12 enfermedades y nueve de ellas son crónicas debido a las infrahumanas condiciones carcelarias.

En 2011 lo trasladaron para el Combinado del Este, en La Habana, también en condiciones de máxima seguridad. Lo pusieron a convivir con más de 200 presos comunes de alta peligrosidad.

Mi hijo ha realizado varias huelgas de hambre que han puesto en riesgo su vida, entre ellas una para pedir la liberación del excontratista norteamericano Alan Gross y otra por la excarcelación de los prisioneros de la Primavera Negra.

En 2012 hizo una huelga durante 25 días exigiendo su libertad, que ya le pertenecía [según las leyes militares cubanas que, por su delito, permiten la excarcelación pasados los diez años de condena]. En vísperas de la visita del papa Benedicto XVI, Jaime Ortega lo visitó y le pidió que abandonara la protesta. Le prometió volver a discutir con el general Raúl Castro su liberación. Ernesto accedió y el cardenal nunca dio respuesta.

Hace alrededor de dos meses, la Comisión Ministerial (del MININT) le hizo una nueva evaluación y la Direccion del Edificio 2, donde se encuentra en el Combinado del Este, aprobó pasarlo a un régimen de mínima severidad, quedando pendiente su ratificación por el nivel superior.

Ernesto Borges es el único prisionero político en Cuba que solo puede hablar con sus familiares por teléfono si hay un alto oficial del MININT presente, con la amenaza de que si habla de cuestiones políticas le arrebatan el teléfono de la mano.

En los años que Ernesto Borges lleva en prisión se han producido varias liberaciones de presos político, pero su hijo sigue en la cárcel. ¿Cree que saldrá en libertad pronto?

Creo que su libertad está cerca porque aparte de haber cumplido ya [el período estipulado por las leyes militares cubanas] y con las enfermedades crónicas que padece no hay razón para que continúe en prisión.

Su madre, Santa Ivonne Pérez Díaz, se encuentra en muy grave estado de salud y quisiera disfrutar a su hijo aunque sea unos días en libertad. Considero que con el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, es lógico valorar que mantenerlo en prisión sería demasiado ensañamiento, no justificable.

¿Cómo está Ernesto Borges hoy?

Su estado anímico es muy bueno. Desde su celda ha seguido la realidad cubana todo el tiempo y ha sido miembro de honor de la dirección de varios partidos de la oposición, entre ellos el que dirijo. Su activismo político desde la cárcel y en condiciones muy difíciles no ha cesado. Por eso la campaña por su libertad y la de los más de 100 presos políticos no cesará hasta que todos estén fuera de la cárcel.

Creo que el hecho de que Ernesto Borges sea un preso emblemático, conocido y querido por la oposición en Cuba y en el exilio, se debe a que ha mantenido una posición inclaudicable contra el régimen durante los años en prisión.

También que es un destacado laico católico que ha mantenido estrechos vínculos con la Nunciatura Apostólica del Vaticano en Cuba y ha recibido dos cartas de acompañamiento espiritual de Benedicto XVI. Han sido de mucha importancia las relaciones con los exrepresentantes de la Santa Sede Luizzi Bonansi, actual embajador del Vaticano en Canadá, y Angelo Becciu, subsecretario de Estado del Vaticano.
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 Raúl Borges: ¿Qué sería de mi hijo sin Radio Martí?
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Un padre busca, desde la oposición al gobierno cubano, la libertad de su hijo, preso desde hace casi dos décadas por intentar pasar información valiosa a los servicios secretos de Estados Unidos.
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Raúl Borges   Borges (foto de Jorge Ignacio Pérez)
Por Jorge Ignacio Pérez
marzo 10, 2016
Ernesto Borges Pérez estuvo 10 años en una celda de aislamiento, oscura y sin ventilación. Su padre dice que la fe cristiana lo salvó, que por eso aún conserva clara su mente.
Ahora permanece en la prisión del Combinado del Este, en un destacamento con 200 reos comunes de alta peligrosidad, aunque lo respetan y aprecian. Allí recibe la visita de su padre y de su madre una vez al mes, en un recinto cerrado donde están otras familias. El lugar está lleno de micrófonos, cuenta su progenitor, Raúl Borges Álvarez, un antiguo oficial de contrainteligencia que hoy milita en las filas de la oposición.
Borges Álvarez aprovecha el bullicio de la sala para hablarle al oído a su hijo, para decirle cosas importantes que nadie puede escuchar.
Ernesto está a punto de cumplir 50 años. Los cumplirá este 23 de marzo. De estos, casi 18 los ha pasado en la cárcel, desde que un tribunal militar lo condenara por intento de colaboración con los servicios secretos de Estados Unidos. Primero lo condenaron a muerte, pero le conmutaron la pena por otra de 30 años de privación de libertad, de los cuales, según las leyes militares, comenta el padre, al cumplir un tercio y tener buena conducta podría ser excarcelado.
Hace una década que debió ocurrir esto y, sin embargo, Ernesto Borges Pérez continúa confinado. Raúl Borges es un padre coraje que ha dedicado buena parte de su vida a liberar a su hijo. Ahora se encuentra de paso en Miami, a pocos días de la visita de Obama a la isla.
Un hombre de baja estatura, de mirada firme y muy seguro de sí mismo, Borges, el padre, lleva su discurso a platós de televisión, emisoras de radio y a todo aquel que quiera escuchar la historia de un hombre, Raúl, que un día se descargó unos archivos secretos del departamento donde trabajaba, e intentó llevarlos a la entonces Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana. El proyecto fracasó, pero estos hombres especiales están perennemente vigilados, y terminó en la cárcel.
En los archivos estaban los nombres de una veintena de agentes “carnada” que el régimen de La Habana pretendía introducir en suelo estadounidense para espiar y generar operaciones secretas.
La historia es más larga. Raúl saca fuerzas para tratar de narrarla una y otra vez. Su hijo no es un espía, asegura; insiste en que es un patriota que estudió en la antigua Unión Soviética y la Perestroika le abrió los ojos. La madre de Ernesto está muy enferma del hígado, casi no puede moverse. Esta última visita fue ella sola a verlo, porque Raúl estaba en Miami. Los padres están divorciados hace años pero han mantenido la amistad.
Ernesto tiene una hija en Canadá a la que le gustaría ver inmediatamente. La visita del presidente de los Estados Unidos a Cuba, este mes, podría llevar agendado el indulto, o no. Eso no lo sabe nadie. Aunque el padre asegura que la subsecretaria de Estado para el hemisferio occidental, Roberta Jacobson, le dijo que el caso está en las conversaciones generales que están llevando a cabo ambos gobiernos.
Martí Noticias entrevistó a Raúl Borges y esta fue la conversación:

¿Cómo enfoca un padre el trabajo de su hijo espía?
Su acción quedó en tentativa de espionaje, así que no lo considero un espía. Yo desconocía todo. El general Quiñones me hizo saber que Ernesto había entregado información sensible a los servicios especiales norteamericanos.
Ernesto no fue captado por los norteamericanos. Él fue lo que se llama en el argot técnico de inteligencia y contrainteligencia en el mundo “un iniciavista”, que es cuando un hombre decide iniciar una actividad de espionaje por voluntad propia.
Cuando fue juzgado en tribunales militares, el 14 de enero de 1999, y una vez  concluido el proceso donde se le conmutó la pena de muerte por 30 años de prisión (por una actividad que quedó en “tentativa de espionaje”), el fiscal, un mayor de apellido Mitjans, nos dijo que Ernesto iba a cumplir la tercera parte de la sanción, según dictan las leyes militares de Cuba.
¿Cómo ha sido el tránsito de su hijo por las prisiones?
En el hospital militar de Marianao estuvo durante 6 meses, aunque no le hicieron ningún tipo de chequeo médico. Él sintió en la noche que lo estaban interrogando con métodos de inducción, en estado hipnótico, que son utilizados por los servicios especiales. Ellos no quedaron contentos con el proceso de Ernesto, y continuaron interrogándolo.
Durante el proceso de instrucción querían que Ernesto grabara un documental, para que sirviera de ejemplo a toda la oficialidad del Ministerio del Interior, diciendo que realmente no era factible luchar contra el régimen, y que lo que había hecho él era un error, pero Ernesto se negó.
¿Lo tomaron entonces como moneda de cambio?
Sí, es emblemático en este momento. Primero porque lleva 18 años preso, segundo porque siempre ha sido un acusador constante de la dictadura. Como él provenía de la nomenklatura, conocía las intríngulis del sistema. Lo que él vivió en la ex Unión Soviética y la Perestroika le cambiaron sus ideas. Se convirtió en un luchador contra los hermanos Castro y en un patriota del pueblo de Cuba.
Desde un primer momento iniciamos contactos con Radio Martí, especialmente con el periodista Amado Gil. Sacamos información de cómo comenzó el narcotráfico en Cuba, porque Ernesto fue analista del departamento 1 de Contraespionaje. Fue analista del caso de Robert Vesco, un norteamericano radicado en Cuba que muere en prisión en la isla. Según Vesco, él mismo había sido asesor de Castro para el narcotráfico en Cuba. Pues mi hijo supo todo eso, porque estuvo en el juicio que le hicieron a Vesco, y Ernesto lo denunció todo.

¿Usted tuvo esperanza de que fuera su hijo el elegido para el canje por Alan Gross?
Siempre tuve la esperanza de que fuera liberado en cualquier momento. Está pasado de tiempo en su condena y es un estigma para el régimen de Castro tenerlo entre rejas todavía.

¿Tiene esperanzas de que con la visita de Obama a Cuba pase algo con su hijo?
Tengo mucha esperanza de que lo liberen. El gobierno de Cuba, si tiene interés en darle un gesto de cooperación al gobierno de Norteamérica, ¿qué  mejor que poner en libertad a un hombre que luchó por Norteamérica y luchó por el pueblo de Cuba? ¿Si a Rolando Sarraf se le puso en libertad, por qué a Ernesto no?

¿Por qué le conmutaron la pena de muerte a su hijo?
Por la presión internacional. Una semana antes del juicio, le pedían pena de muerte, pero se movió con rapidez la información fuera de Cuba y se evitó la ejecución a muerte. Era demasiado fuerte para el régimen ejecutar a un hombre por una actividad en grado tentativo.
Cuando se le hace el juicio, el 14 de enero de 1999, ya la Red Avispa estaba presa, y el gobierno de Cuba tenía temor de que sus agentes infiltrados en Estados Unidos fueran llevados a la silla eléctrica. Me parece que esto influyó, aunque es solo mi análisis.
¿Cómo fue la relación de la iglesia católica con su hijo?
Hemos tenido un apoyo muy grande por parte de la nunciatura apostólica. Hemos tenido contactos con la representación papal en Cuba. Ernesto recibió dos cartas de acompañamiento del Papa Benedicto XVI.

¿Él se entregó a la fe católica dentro de prisión?
Sí, se acogió a esta fe, y pidió a la Virgen de la Caridad del Cobre que suspendieran su fusilamiento.

¿Usted se pasó a la oposición por su hijo?
Fui oficial del Ministerio del Interior hasta 1989, que pedí me licenciaran. Ya llevaba diez años fuera de la vida activa. Estaba en actividades de vigilancia y protección, desde 1979. Cuando Ernesto cae preso en 1998 yo no era una persona radical contra el régimen, pero cuando supe que lo querían matar, mi vida se radicalizó. Entré inmediatamente a las filas del Partido Social Demócrata de Cuba. Después fundé mi propio partido, el Partido por la Unidad Democrática Cristiana de Cuba, del que tenemos 20 delegaciones en todo el país.
También soy miembro del comité organizador del Foro por los Derechos y las Libertades. Estamos empeñados en una campaña fuerte por la liberación de todos los presos políticos.
¿Cómo va la hoja de ruta de ese Foro? ¿Se va cumpliendo?
Estamos todavía en el primer punto, que es lograr una amnistía general para todos los presos políticos. En Cuba hay alrededor de 100. Algunos de ellos llevan más de 20 años en la cárcel.
¿Por qué usted cree que lo dejaron salir de Cuba?
Esto responde a una reforma migratoria que hizo el Estado cubano.
Pero ese Estado continúa eligiendo quien sale y quien no…
Ese aspecto es aplicable a casos que afecten la seguridad nacional. Sería muy connotado para ellos prohibirme la salida siendo un miembro del ejecutivo del Foro por los Derechos y las Libertades, y también por lo que yo represento como padre del prisionero político Ernesto Borges Pérez.
¿Ha sido importante para usted venir a Miami?
Norteamérica nunca nos ha dado la espalda. Encontrarme aquí en Radio y Televisión Martí, que nos ha apoyado en todo este tiempo, es muy importante. ¿Qué sería de mi hijo sin Radio Martí? Esta institución ha sido la sombrilla protectora, no solo de Ernesto, sino también de todos los prisioneros políticos y de todas las denuncias del pueblo cubano. Dejar de existir Radio Martí sería desarmarnos a todos.
Usted se ha convertido en un padre coraje que va buscando la libertad de su hijo. ¿Si no lo hubiera hecho, qué hubiera pasado, con su hijo y con usted?
Indudablemente un hijo constituye una prioridad. Para un patriota también es una prioridad luchar por otro patriota. No voy a decir que a Ernesto no lo vamos a canjear si hiciera falta. Los tiempos han cambiado y no es el mismo escenario que tuvo Carlos Manuel de Céspedes…Tengo que decir que estoy luchando por sacar de la cárcel a alrededor de 100 presos políticos.
¿Podrían canjear a su hijo por la espía castrista Ana Belén Montes, condenada por la justicia norteamericana?
Podría ser. Pero sí quiero dejar claro que Ernesto no es un espía. Ernesto es un patriota. A él no lo reclutaron los norteamericanos. Él solo tomó la decisión de intentar prevenir la infiltración de una veintena de agentes “carnadas”, y mira lo que le ha costado.