Esteban Fernández: ¡QUE RECONSTRUYAN LOS HEREDEROS DE LOS CASTRO!
Por Esteban Fernández
13 de septiembre de 2017
Ya escucho a algunos queriendo que se envíe de todo para Cuba después del huracán Irma.
Pero hay muchas cosas, que yo no entiendo de la Cuba actual. Usted ve los escombros en las calles, la destrucción imperante en nuestra Patria, pero lo que no se ve es a los descendientes de los Castro participando en la limpieza. ANTES Y DESPUÉS DEL HURACÁN IRMA.
¿Cómo es posible que LOS HIJOS Y HEREDEROS DE LOS CASTRO Y LOS GENERALES no forman cuadrillas de ciudadanos recogiendo la basura, barriendo con escobillones, arreglando puentes, tapando huecos en las calles, pintando edificios y casas?
En una esquina un grupo bailando mientras un tipo está tocando una tumbadora, 10 pasos más allá gente con cara de maleantes, en camisetas, jugando dominó. Y en su entorno la basura da al pecho y la peste llega a dos cuadras.
Para esa gente quizás la justificación es que viven en la más espantosa de las miserias, que ya todo les importa tres pepinos, que les da lo mismo chicha que limoná. Lo único importante es sobrevivir y escapar.
A veces me parece que la prole de los tiranos -Fidelito Antonio, Alex, Débora, Mariela y Alejandro- son más hijos de perras que sus padres.
Dígame la verdad: “¿Si usted fuera Fidel Castro Díaz Balart, no trataría de enmendar aunque sea un poco la cagazón dejada atrás por su desmadrado padre?
No sería lo correcto que los zangaletones hijos de las dos hienas estuvieran horas, días, semanas y años con picos, palas, escobas, cepillos, latas de pintura, tratando de componer todo el estiércol que sus antepasados les han echado encima a la nación cubana. El desmadre es un millón de veces más causado por Fidel y por Raúl que por Irma.
Si alguien me dice -y yo compruebo- que mi padre le tumbó 100 dólares a un amigo que vive hoy en día en Hialeah, ahora mismo yo estuviera en la Western Union haciéndole un giro a quien mi padre quedó debiéndole.
Los nietos también son tremendos descarados y chulampines que andan por Europa viviendo sus vidas felices, sin preocupaciones y sin que la conciencia los torture, en lugar de escoger cada uno una provincia y con las mangas al codo dedicarse a la limpieza de un país empercudido de porquería y sangre por sus padres y abuelos.
Y lo tristemente increíble es que ellos solo tendrían que exhibir el apellido Castro para recibir todos los equipos de limpieza necesarios. A esta claque nadie les niega nada.
Y para predicar con el ejemplo les digo que: Nosotros aquí tenemos una organizaron non profit, que yo me honro en presidir, que a través de los años ha logrado reunir miles de dólares y en sus estatutos dice que ESE DINERO ES PARA EN UNA CUBA LIBRE AYUDAR A LA RECONSTRUCCIÓN DE NUESTRO TERRUÑO.
Y si eso lo hacemos los que no aniquilamos a la nación ¿por qué los herederos de los grandes culpables no echan rodilla en tierra tratando de arreglar aunque sea un ápice la debacle existente?
La respuesta ya la di antes: son peores que sus antepasados. Los herederos de los Castro Ruz también fueron puestos en la tierra por Lucifer. Posiblemente lo que estén en este momento es locos porque los exiliados manden ayuda para cogérsela.
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