viernes, septiembre 08, 2017

Los restos del asesino en serie Ernesto Guevara, Che Guevara, siguen en Bolivia, según el libro engo a papá. Las últimas horas del Che (2017) publicado por Planeta

Comentario del Bloguista de Baracutey Cubano

Sobre el asesinato del Che Guevara: ya lo dijo Che Guevara en la ONU: ¨nuestra guerra es a muerte¨

ADEMÁS:
  •  "Si los misiles hubiesen permanecido en Cuba, nosotros los habríamos usado contra el propio corazón de los Estados Unidos, incluyendo la ciudad de Nueva York, en nuestra defensa contra la agresión. […] Nosotros marcharemos hacia la victoria aun si ello cuesta millones de víctimas en una guerra atómica". che Guevara, en entrevista en La Habana, el 29 de noviembre de 1962, con el corresponsal del diario británico Daily Worker, San Russell.
  • Un casi olvidado plan terrorista de Fidel Castro y el Che Guevara que le daría un ¨Viernes Negro¨ o Black Friday a Nueva York con un número mayor de víctimas que el de Osama Bin Laden el 9/11. El plan terrorista Castrista consistía en colocar doce dispositivos incendiarios y 500 kilogramos del explosivo TNT en las tiendas Macy's, Gimbels y Bloomingdales, y en la Estación Central de Ferrocarriles de Manhattan. Lo  pueden leer AQU
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Tomado de http://www.diariodecuba.com

Los restos de Ernesto Guevara siguen en Bolivia, según un libro publicado por Planeta


Agencias
Madrid
8 de Septiembre de 2017

Los restos de Ernesto Che Guevara siguen enterrados en Bolivia, repartidos en cuatro lugares diferentes del recinto de un batallón "Pando" en Villagrande, al sudeste del país, según una investigación del periodista y escritor J.J. Benítez que sale a la luz 50 años después de la muerte del argentino.

En entrevista con EFE, J.J. Benítez relata cómo decidió publicar en el libro Tengo a papá. Las últimas horas del Che (2017), editado por Planeta, las investigaciones que llevó a cabo durante seis años sobre las últimas horas de Guevara y que le reflejaron unos hechos que "no tenían nada que ver con lo que nos habían contado".

Ni los hechos ni el personaje ya que, asegura el escritor, el argentino "era un personaje muy oscuro, nada que ver con el ser mítico que nos ha dibujado la Historia".

 (Julio García García,  en un discreto segundo plano y  con gafas oscuras,   quien habia pertenecido en Cuba antes de 1959 al Buró de Represión de Actividades Comunista, BRAC, fue el verdadero jefe  del equipo de la CIA  para la captura del Che Guevara; Julio García murió de muerte natural hace varias décadas. Foto y comentario del Bloguista de Baracutey Cubano)

El escritor afirma que todo lo que cuenta en el libro está basado en testimonios recogidos directamente en los viajes hechos por Bolivia, Cuba, Estados Unidos y Argentina, y que no se ha permitido "licencias literarias".

Sobre el personaje, J.J. Benítez sostiene que Ernesto Guevara era "un hombre muy culto", pero "bastante desequilibrado y cruel, disfrutaba fusilando a gente", un hombre "terriblemente oscuro del que después se ha creado un mito falso".

La investigación de Benítez parte del testimonio de un exagente de la CIA con el que se entrevistó en Estados Unidos en 2011, al que en el libro llama Mendi, que había sido testigo "de excepción" de la muerte de Guevara en una aldea al sudeste de Bolivia, y se basa además en los diarios de uno de los guerrilleros que acompañó al argentino desde Cuba hasta su muerte y de uno de los oficiales del ejército boliviano que participó en su captura.

Este último, un militar boliviano al que el autor llama Saturno, relata cómo tras ser apresado y ejecutado por el Ejército de ese país, el Alto Mando de las Fuerzas Armadas ordenó que el cuerpo de Guevara, tras ser exhibido y practicarle la autopsia, fuera incinerado para que sus cenizas fueran enterradas en un lugar secreto.

Pero "algo salió mal..." y el fuego no hizo desaparecer el cadáver, que "fue cortado en cuatro partes" y cada trozo "enterrado en un lugar diferente en el recinto del batallón", según relata J.J. Benítez, que asegura que los servicios de inteligencia militar y el Alto Mando guardan las fotografías realizadas y las coordenadas geográficas de los emplazamientos.

Según el guerrillero con el que se ha entrevistado, la Inteligencia cubana engañó a Guevara al enviarle a una zona de Bolivia donde se encontraron atrapados: "no teníamos conexión con Cuba. Carecíamos del necesario apoyo exterior. No disponíamos de armas y tampoco de comida".

El nombre de la novela, Tengo a papá, hace referencia, según ha explicado, a la clave con la que el Ejército boliviano informó del apresamiento del guerrillero.

Fue el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas quien sugirió "con vehemencia", señala el libro, "el imperativo de tomar una decisión drástica y definitiva. La decisión (ejecutar al Che) debía aplicarse con energía y lo más rápidamente posible".

El autor cree que el contenido de su libro no va a gustar a las autoridades bolivianas y menos aún a las de Cuba porque, ha dicho, al exhumar los restos de siete guerrilleros en las proximidades del aeródromo de Vallegrande, en Bolivia, "según los cubanos, uno de los esqueletos (al que le faltaban las manos) pertenecía a Ernesto Guevara".

"Los cubanos prometieron analizar los restos y hacer público el ADN del supuesto esqueleto del Che. El citado ADN nunca se dio a conocer. En consecuencia, si lo aportado por mis fuentes es cierto, los restos del Che siguen en Bolivia", concluye.

El Che Guevara integró la guerrilla de la Sierra Maestra liderada por Fidel Castro, y murió en 1967 en Bolivia a manos del ejército de ese país.

Lo que quedaba de su cadáver fue supuestamente trasladado a la Isla 30 años después y en octubre de 1997 colocado en el Memorial de Santa Clara. Algunas investigaciones han puesto en duda que se trate de los restos del argentino.
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Tomado de http://nuevoaccion.com/
 LA VERDAD DE LA CAPTURA DEL CHE GUEVARA: GRAY PRADO SALMÓN- “HICE COSAS MÁS IMPORTANTES QUE CAPTURAR AL CHE GUEVARA”

Octubre 8 de 2016


Foto: General Gary Prado Salmón en la actualidad

A 49 años de la captura del guerrillero argentino-cubano, el general recuerda los momentos trascendentales para la vida del país que le tocó vivir. Señala que solo hizo lo que tenía que hacer; o sea, cumplir con la patria. Asegura que no estuvo en la ejecución del guerrillero.

Fue la figura en la captura del guerrillero argentino-cubano Ernesto Che Guevara el 8 de octubre de 1967 en la quebrada del Yuro. A sus 77 años, el gral. (r) Gary Prado recuerda lo ocurrido en la región de Vallegrande.

¿Dónde estaba ud. cuando empezaron las hostilidades de la guerrilla de Ñancahuazú?


Era capitán, estaba destinado en el regimiento Braun 12 de Caballería, al mando de un escuadrón, justo tocó el reclutamiento, llegué de La Paz y no me entregaron mis soldados ya que estaban ‘alquilados’ en actividades extracuartelarias; recién me los entregaron a fines de febrero y el 23 de marzo hubo la primera emboscada de los guerrilleros a una patrulla en Ñancahuazú. Luego vino otra el 23 de abril.

¿Sabían quiénes eran?

No se sabía si eran narcotraficantes u otro tipo de delincuentes. Se supo más o menos cuando un grupo salió a Tatarenda Viejo a buscar comida. Apareció la tropa comandada por Marcos, barbudos, que hablaban medio raro, ahí les vendieron galletas. A los dos días llegó el capitán Silva que era el encargado de ver unas fábricas de carbón del Ejército y avisó a sus jefes en Camiri, desde donde salió la patrulla que fue emboscada el 23 de marzo.

¿Qué hizo el Ejército?

Comenzó a reunir gente, de Santa Cruz, de Challapata llegaron los Ranger, paracaidistas y se movilizaron por toda la zona.

¿Qué hacía mientras tanto?

Del Braun me enviaron al Manchego porque el regimiento recibió instrucción de contrainsurgencia. Estuvimos tres meses en La Esperanza (en el norte cruceño). Vinieron 15 instructores gringos y yo coordinaba con ellos porque hablaba inglés.

¿Cuándo ocurre su llegada al teatro de operaciones?


Llegué a Vallegrande el 26 de septiembre, con 165 hombres Buscábamos a los guerrilleros en Pucará, La Higuera y Alto Seco.

¿Cómo fue ese 8 de octubre?

Dos días antes habíamos subido desde el Río Grande hasta la Abra del Picacho. Había tropas de otra compañía al mando del capitán Torrelio, que tenía una sección en La Higuera. La mañana del 8 de octubre no hacía frío, el subteniente Pérez, comandante de la unidad en La Higuera, llama por radio para decirme que acababa de llegar un campesino que decía que me conocía. Quién es le dije y me contestó, Peña; claro, sí lo conozco, su padre era mi compañero de escuela. Él anoche vio pasar a los guerrilleros y esta mañana vino a avisar, pero no me he movilizado porque tengo muy poca gente. Junté unos 50 hombres y fuimos a La Higuera.

¿Qué hicieron cuando vieron a los guerrilleros?

Una vez llegamos le pregunté a Peña dónde los ha visto y me señaló la quebrada que llamamos El Churo (manantial) y había otra quebrada La Tusca. Pusimos una ametralladora en el lugar y luego comenzó la baleadura, que duró unas cuatro horas.

¿Cómo capturan al Che?

Mi capitán, tenemos a dos, me gritan soldados que estaban a 15 metros de mi posición y corro hacia allí. ¿Quiénes son ustedes?, les pregunto y uno de ellos contesta: Soy el Che Guevara y el otro dijo Willy, un boliviano.

¿El Che estaba armado?

Tenía su carabina inutilizada, un disparo le había roto el cerrojo, parece que una ráfaga de la ametralladora le perforó la boina y lo hirió en la pantorrilla derecha. Los llevamos amarrados y los pusimos bajo unos árboles.

¿Conversó con el Che?

Después de una media hora y cuando había amainado la refriega, bajé donde estaban los prisioneros. Me dice “mi capitán, ustedes son de los Ranger, ¿no?” Sí, le dije y él continuó. “No sabíamos que estaban por aquí” y le repliqué que para eso nos habíamos entrenado. Me dijo: “No le parece una crueldad tener un hombre herido y amarrado.” Entonces ordené que le desataran las manos.

¿Qué hicieron luego?

Una vez oscureció nos alistamos para volver a La Higuera. ¿Puede caminar?, le pregunté al Che. Sí, puedo, me dijo y le puse un soldado para que lo ayude. Llegamos y me comuniqué con Vallegrande e informé al comando que había capturado al Che. Mañana temprano estaré allá, anunció el comandante, Joaquín Zenteno Anaya.

¿Qué sucedió cuando llegaron a La Higuera?

Pusimos a los dos prisioneros en la escuela de La Higuera, en cuartos separados. Conversamos con él. Le pregunté a qué había venido al país y me dijo que la revolución no tiene fronteras, pero le expliqué que habíamos hecho nuestra revolución el 52, la Reforma Agraria, nacionalizamos las minas y así transcurrió gran parte de la noche. ¿Qué va a pasar conmigo?, me preguntó. Usted será juzgado, contesté.

¿Qué paso al otro día?

Temprano llegó el comandante Zenteno Anaya en un helicóptero, di parte, le entregué todas las pertenencias del Che, el diario, rollos de películas, y le dije, mi comandante, me voy porque todavía hay guerrilleros en la zona y en la quebrada pillamos a tres más. Al volver nos enteramos de que el helicóptero había hecho varios viajes llevando a los muertos y a los heridos. ¿Qué ha pasado?, pregunté. Lo han ejecutado, llegó la orden de La Paz. No estuve cuando ocurrió la ejecución.

¿Qué significó para usted haber capturado al Che?


En mi vida como militar y luego en la civil, he hecho cosas más importantes que la captura del Che, para mí ese episodio fue uno más, solo cumplí con mi deber como soldado, cumplí con mi patria, de combatir a unos invasores

Fuente: El Deber-de Santa Cruz, Bolivia
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Testimonios pocos conocidos




Beningno acusa  a FidelCstro de haber abandonado al Che Guevara




Guevara: Anatomia de un mito. (Archivo histórico)