Roberto Álvarez Quiñones: Cubazuela y el Foro de Sao Paulo
Cubazuela y el Foro de Sao Paulo
Por Roberto Álvarez Quiñones
Los Ángeles
19 de Septiembre de 2017
La realpolitik que practica la mayoría de los países del mundo no va por buen camino en el siglo XXI. Los intereses económicos y políticos son colocados por encima del ser humano, sus derechos y los principios. Una expresión de ello es la ambivalente posición de la Unión Europea y otras naciones con respecto a Venezuela y Cuba.
Es una incoherencia política notable que condenen la dictadura chavista y a la vez ofrezcan respaldo político al régimen castrista, que dirige la represión en Venezuela y asfixia las libertades y derechos de los cubanos desde mediados del siglo XX. No solo no presionan o sancionan al régimen cubano, sino que lo respaldan incluso con visitas de Estado y de cancilleres que elogian las "reformas" raulistas, que ya se sabe lo que son.
Castro II no debe recibir igual trato que un presidente democráticamente electo. El general, que jamás se ha sometido a las urnas, tiene un expediente criminal propio del Tribunal Internacional de La Haya.
En enero de 1959, siendo jefe militar de Oriente, ordenó la ejecución simultánea de 72 ex militares de Batista al dictar sentencia por su cuenta en un juicio que ya era una farsa, sin investigación previa, sin derecho a la defensa, sin el debido proceso, basado en el principio "de presunción del delito", y sin testigos de la acusación.
Enterrados vivos
El Castro menor interrumpió al tribunal y gritó: "Si uno es culpable, los demás también lo son. Los condenamos a todos a ser fusilados". Así lo narró en 2002 el periodista Antonio Llano Montes, de la revista Carteles, quien cubrió como reportero aquel dizque juicio, junto a Bernardo Viera, de la revista Bohemia, y Julio César González Rebull, del diario El Crisol.
Rápidamente fue abierta una larga zanja en la Loma de San Juan, Santiago de Cuba, y en la madrugada del 12 de enero, de espaldas a aquella zanja, fueron masacrados los 72 prisioneros. Un bulldozer los cubrió de tierra. Llano Montes fue al lugar después y vio que de la tierra salía una mano cadavérica que había tratado de agarrarse a una piedra. Ese fusilado había sido enterrado vivo, como probablemente le sucedió a más de uno.
En adición a ese tenebroso pedigree, como segundo al mando de la dictadura desde 1959 Castro II es responsable del fusilamiento de miles de opositores políticos. Los investigadores han documentado que la dictadura del general Batista asesinó a unos 1.000 cubanos (1.070 según el Foro Militar General, MG). Pues bien, el dueto Fidel-Raúl Castro ha fusilado, o asesinado por otros métodos, a entre 5.000 y 7.000 cubanos por razones políticas, según las investigaciones realizadas.
A ello súmense los miles de cubanos muertos en la Limpia del Escambray, en las guerras en África, en las guerrillas organizadas por los Castro en América Latina, o en el Estrecho de la Florida tratando de escapar del comunismo. Se estima que ambos hermanos han causado la muerte de más de 15.000 cubanos.
¿Quién es más criminal, Maduro o Castro II?
Entonces ¿quién es más criminal, el discípulo Maduro, o su maestro Castro II, que hoy dirige la represión contra cubanos y venezolanos. En julio y agosto últimos fueron arrestados 1.086 opositores políticos en la Isla. Los 120 muertos en las manifestaciones en Venezuela van también a la hoja homicida del dictador cubano.
Rechazar a Maduro pero abrazar a su jefe en La Habana recuerda la doctrina Insulza, del ex secretario general de la OEA, el socialista chileno José Miguel Insulza, que rigió en dicha entidad de 2005 a 2015. Insulza enunció su insólita teoría en febrero de 2007: "La fuente de legitimidad del sistema cubano se llama Fidel Castro". Y agregó: "Fidel Castro es un líder carismático que ha marcado medio siglo de la vida hemisférica… y esa personalidad ha terminado por imponer como legítimo dentro del hemisferio o dentro de América Latina un régimen como el que hoy día tiene Cuba".
O sea, que carece de importancia si un jefe de Estado ha sido electo, o ha llegado al poder a tiros. Lo que importa es que se mantenga en el poder. A más tiempo, más legitimidad tendrá su mandato. Claro, siempre que sea de izquierda. Si es de derecha será un despreciable dictador. Como Castro II lleva 58 años en el poder, como segundo o como primer jefe del régimen, su mandato es legítimo, y él es "fuente de legitimidad". Por eso designará a dedo su relevo como presidente, también "legítimo".
Amenaza a la democracia liberal
Lo peor es que la Asamblea Constituyente impuesta por Maduro es parte del plan castrista para implantar en Venezuela un régimen "revolucionario", contrario a la democracia liberal y la cultura occidental en general, para luego expandirlo por toda Sudamérica, tal y como lo soñaron Fidel Castro y el Che Guevara en los años 60 y quedó plasmado en la Conferencia Tricontinental de La Habana, en 1966. Fue cuando el Che, en una carta, llamó a crear "muchos Vietnam".
Más tarde, ese plan incendiario fue reformulado y renovado en el Foro de Sao Paulo, creado por Fidel Castro y Lula da Silva en 1990, cuando era inminente la caída del "socialismo real" en Europa. Nuevamente la idea fue concebida en La Habana, durante una visita de Lula.
Los partidos y organizaciones miembros del Foro de Sao Paulo (FSP) no creen en la democracia occidental. Promueven la existencia de un estado autoritario de corte neocomunista. Pero como no pudieron tomar el poder mediante la fórmula castro-guevarista de la lucha armada (salvo los sandinistas en Nicaragua), decidieron hacerlo con las reglas del juego de esa democracia plural que Fidel Castro calificaba de "pluriporquería".
En el foro de 1990 se adoptó el proyecto geopolítico del ex dictador cubano, que fue una actualización de la Conferencia Tricontinental de 24 años atrás, para crear una alianza entre la izquierda latinoamericana y países de la OPEP, a los que luego se agregaron Rusia y China.
Con los altos precios de las materias primas y un discurso populista alucinante, llegaron al poder partidos integrantes del FSP en Venezuela y Brasil, que en buena medida financiaron las campañas electorales de sus colegas en otras naciones. Surgieron así los gobiernos "foristas" en Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Chile, Uruguay, Argentina, El Salvador, Perú, República Dominicana, y Paraguay.
También integran el FSP cientos de organizaciones políticas apoyadas por entidades internacionales subversivas, con apariencia legal. Al caer los precios de los productos básicos, y ante la corrupción sin precedentes, muchos de los partidos foristas perdieron el poder. Pero no se resignan a ello.
En Venezuela, si no es mediante la fuerza, por una rebelión militar interna (que la contrainteligencia cubana impide a toda costa) o una intervención extranjera, la dictadura chavista se consolidará, a menos mientras EEUU le siga comprando petróleo y Moscú entregándole cash (a cambio de activos petroleros) para pagar la deuda externa e importar alimentos y otros bienes. Los narcotraficantes y criminales de Caracas nunca entregarán el poder voluntariamente. Saben que irán a la cárcel.
En fin, Occidente no debería darle más oxígeno político al castrismo, pues ello conspira contra los valores de la democracia y mantiene vivo al Foro de Sao Paulo. Además, los foristas de las FARC ya son un partido político y usarán la fortuna amasada con el narcotráfico, y no declarada, para montar millonarias campañas electorales y comprar votos en toda Colombia.
Podrían instalarse en el Palacio de Nariño en Bogotá. Si lo lograsen, el principal activo del antioccidental foro paulista, Cubazuela, quizás pasaría a llamarse Cubazuecolóm.
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