Alejandro González Acosta: Estados Unidos de América: ¿Armas por qué y para qué? Tercero de una serie de cuatro
Estados Unidos de América: ¿Armas por qué y para qué?
Tercero de una serie de cuatro
Por Alejandro González Acosta
Ciudad de México
05/04/2018
Antes que el futuro nos alcance
Se dice, con razón, que “las armas no matan” y es cierto: matan quienes las utilizan. Además, para mayor precisión, como bromeó hace muchos años un comediante mexicano, Manuel El Loco Valdés, mientras se golpeaba la cabeza con un proyectil que tenía en la mano, “tampoco las balas matan… lo que mata es la velocidad que traen”.
Lamentablemente, no es posible predecir las acciones de los seres humanos y prevenir por tanto la comisión de crímenes. Y aunque la condición humana es esencialmente inmutable, puede ser condicionada y modulada por una adecuada formación y preparación, aunque esto no garantiza nada de forma absoluta y perfecta, pero sí reduce los casos de riesgo al mínimo deseable o aceptable.
Otro control posible, quizá en un futuro quién sabe cuán distante en una sociedad ultratecnologizada, puede ser semejante a lo que se muestra en el filme neo-noirMinority report (2002), dirigido por Steven Spielberg y con guion de Scott Frank y Jon Cohen, inspirado en el relato corto de Philip K. Dick, El informe de la minoría (1956).
Oportunamente, esta película se estrenó en medio de los debates surgidos en EEUU a raíz del atentado del 11 de septiembre de 2001. En ella se discute aparentemente la legitimidad de una Fuerza Pre-Crimen arbitrada por tres sujetos Precognitivos o Precogs, unos seres con poderes suprahumanos para predecir el futuro, pero realmente aborda el antiguo conflicto filosófico entre el libre albedrío y el determinismo. Es decir, un viejo tema, pero en una situación nueva, mas enteramente presumible. Valga señalar que, en algunas oportunidades, la literatura de ciencia-ficción ha sido renominada como de anticipación científica: sorprendentemente, varios frutos de la imaginación de Julio Verne se hicieron realidad unos pocos años después, como ejemplos que podrían argumentar lo anterior.
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