miércoles, junio 13, 2018

Esteban Fernandez: EL DÍA EN QUE SE JODIÓ CUBA!

EL DÍA EN QUE SE JODIÓ CUBA!
 

Por Esteban Fernandez
13 de junio de 2018

Algunos cubanos recibieron la noticia de madrugada: Fulgencio Batista había puesto pies en polvorosa. En mi casa no nos enteramos hasta las siete de la mañana que era la hora en que nos despertábamos.

Inmediatamente que abrí la puerta del apartamento y salí para la calle me di cuenta de que algo extraordinario estaba pasando. En el portal del frente estaban reunidas mis amigas Josefina Llanes y sus hermanas Pérez Ramos, pero ellas tampoco sabían con exactitud lo que estaba ocurriendo. Todavía había una actitud de prudente expectativa.

Caminé ocho cuadras desde el Edificio Partagás donde vivía hasta la carnicería de Joaquín Quintero que ya estaba llena de parroquianos, ESE ERA MI BARRIO, PINILLOS Y SOPARDA, LUGAR DONDE NACÍ Y ME CRIÉ, y le pregunté al carnicero: “¿Qué pasó “Quinito”?” Me contestó: “Parece que se cayó Batista” y siguió cortando carne.

Durante las primeras horas la gente parecía desconfiada. Brinqué la calle y fui a hablar con un anciano llamado Gustavo O’Hallorans, que todos respetábamos en el barrio adorado por mí. Me dijo: “Tranquilo muchacho que en la época de Machado echaron a correr una bola parecida y después fue mentira”

Todas las estaciones de radio y televisión se pusieran en cadena y nos fueron suministrando noticias. Prácticamente yo me pasé días sentado al frente del Zenith de 17 pulgadas escudriñando cada acontecimiento diseminado por todo el territorio nacional, sobre todo en La Habana.

( En la foto Earl Smith Embajador de EE.UU. en Cuba y amigo personal de Fulgencio Batista le informa el 13 de diciembre  que el gobierno de los EE.UU. no va a reconocer el gobierno de Rivero Agüero, que había sido electo en aquellas elecciones de noviembre de 1958. Foto y comentario del Bloguista de Baracutey Cubano)

A través de ese televisor fui captando lo que verdaderamente estaba sucediendo, y desde luego, gracias a mi padre que como si fuera un pitirre me aclaraba no solamente lo que estaba pasando sino lo que iba a suceder en Cuba.

No necesité más nada para que en pocos días (quizás pocas horas) me diera cuenta de que aquello era tremenda basura y un engaño de marca mayor mientras millones de cubanos -entre ellos individuos que eran considerados genios- públicamente les rendían pleitesías al recién estrenado dictador.

Decretaron que se iniciaba el AÑO DE LA LIBERTAD pero a mí en aquel momento -y todavía hoy- me lució como que era el año de la guataquería y la sumisión absoluta a un hediondo comunista e hijo de la gran puta.

Porque les voy a decir una gran verdad: Hoy criticamos con mucha razón (entre ellos yo) a los adoctrinados “hombres nuevos” que actualmente llegan al exilio, pero ninguno de ellos ha logrado superar las actitudes emasculadas que asumieron sus padres y abuelos con respecto a Fidel Castro en 1959. En ese instante pudimos ver a “machos enteros” sometiéndose como prostitutas ante un solo padrote.

¡El primero de enero de 1959 se iniciaba un año que todavía da asco ajeno! Poesías y canciones dedicadas a Fidel Castro. Publicaciones comparando a un cochino gángster con José Martí. ¡Le ronca!

La televisión anunciaba constantemente: “¡Primero de Enero, luminosa amanece la mañana!” Carlos Puebla y sus Tradicionales entonaban a voz en cuello: “¡Llegó el Comandante y mandó a parar!” La revista Bohemia lo equiparaba con Jesucristo y ahí mismo comenzaron con la patraña de los 20mil muertos de Batista.

A Camilo Cienfuegos -que no era más que un pelagatos- cientos de mujeres se les regalaban, les pedían autógrafos y les tiraban flores.

Ese año por primera vez todos escuchábamos gritos de “Paredón”, de “Si Fidel es comunista que me pongan en la lista” y en las fachadas de las casas letreritos de “Esta es tu casa Fidel”

El Indio Naborí engolaba la voz y constantemente recitaba la más detestable de sus poesías: “¡Fidel, fidelísimo, retoño martiano, asombro de América, titán de la hazaña, eso que las hieles se hicieran mieles, eso que Cuba ya no sea un cuartel, tiene un nombre: SE LLAMA FIDEL!”. Todavía dan ganas de vomitar. Ahora mi buen amigo Alfredo Liste nos dice: "Eso que Cuba se haya convertido en un enorme burdel se llama Fidel"...

Recuerdo que Tony Varona y un selecto grupo de cubanos alzaban sus voces y exigían unas elecciones libres mientras pocos meses mas tarde había miles de apapipios que a voz en cuello secundaban la ignominiosa pregunta fidelista de “¿Elecciones para qué?”

Para terminar y en palabras textuales de mi padre Esteban Fernández Roig: “El Primero de Enero del año 59 ¡se jodió a Cuba!”
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 Veamos algunas causas de la petición del Departamento de Estado de los EE.UU.   a Batista de que dejara el poder  pero no sin antes señalar que  en esa decisión influyó grandemente William Wilhem quien realmente era un  cubano comunista de  nombre Guillermo Montenegro,  del cual se había  enamorado  Sunmer Welles en los años 30, que fue quien  lo introdujo en dicho departamento.

Los muy buenos resultados económicos de Cuba (que ya venían sucediendo desde los gobiernos de Ramón Grau San Martín y  de Carlos Prío Socarrás)  durante el período de Batista en los años 50 del siglo XX,  se obtuvieron pese a la inestabilidad política que presentó el país y a las medidas económicas norteamericanas que afectaron a la economía cubana: solamente la aprobación norteamericana  en 1956 de reducir del 96% hasta el 29% la participación cubana en el mercado azucarero norteamericano dieron a Cuba pérdidas de 240 millones de dólares  según las páginas 14 y 15 del libro  El último año  de aquella república de Ramiro J.  Abreu al dejar de exportar a Estados Unidos 1 156 902 toneladas métricas de azúcar según  se lee en la página 52  del libro La Economía Cubana en los años 50, del  entonces economista oficialista  Ismael Zuaznábar. Ramiro J.  Abreu, fue  ex oficial del Ministerio del Interior de la tiranía de los Castro y, en el momento de publicarse ese libro en Cuba (con prólogo del entonces  miembro del Buró Político del PCC  Carlos Rafael Rodríguez)  funcionario del Departamento América, un departamento de Inteligencia y Subverción del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, que recibió inicialmente el nombre de Liberación y que tuvo como jefe a Manuel Piñeiro Losada, conocido como ¨Barba Roja,

Esas medidas norteamericanas  fueron producto del lobbysmo  en los EE.UU.en contra  del gobierno de Fulgencio Batista por este haber tomado medidas a favor del desarrollo de la economía en Cuba que afectaban a intereses norteamericanos como fueron:
  • El desarrollo de planes arroceros en Cuba, pues afectaba a los intereses de los arroceros norteamericanos de la cuenca del Mississippi. Cuba llegó a exportar arroz. El Paln de Alonso de Rojas, Pinar del Río, fue uno de ellos.
  •  La decisión de construir un molino de harina en Santiago de Cuba que le quitaba el monopolio al molino ubicado de La Habana, que era de propiedad norteamericana.
  •  El desarrollo en Cuba de la industria de aceites vegetales, pues afectaba a los exportadores norteamericanos de manteca o grasa de cerdo, la cual no era consumida por los norteamericanos.
  • Ventajaseconómicas  a una planta de Niquel, de la cual Batista era uno de sus accionistas, que perjudicaba a la otra planta que existía en el país, la cual era norteamericana.
  • Cuando se fue a renovar el parque de ferrocarriles, que estaban nacionalizados, las locomotoras se las compraron a los alemanes en lugar de comprárselas a la norteamericana  General Motors, 
  • La decisión de construir un molino de harina en Santiago de Cuba que le quitaba el monopolio al molino ubicado en  La Habana, que era  propiedad  norteamericana.
  • El papel de la prensa cubana se compraba a Estados Unidos, lo cual  fue afectado cuando  Cuba  instaló  varias papeleras que usaban bagazo de caña como materia prima.
  • Se iba a llevar a cabo una revisión de las tarifas proteccionistas que perjudicaría a los Estados Unidos.
  • Planes para producir materias en Cuba que hasta el momento eran compradas fundamentalmente a los Estados Unidos; uno de esos materiales  era  el cemento.   Dos marcas de cemento que recuerdo eran  Santa Teresa y El Morro.
  •  Una compañía norteamericana cuyo presidente era hermano del entonces Presidente de los Estados Unidos Dwight Einsehower hizo gestiones para que  la obra del túnel de la bahía de  La Habanase la adjudicaran a su compañía, pero Batista se opuso a esas gestiones y la puso en licitación para que el proyecto mejor y más barato  fuera el escogido. Una  compañía francesa se ganó la obra.
 El túnel de La Habana se enmarcaba dentro de un vasto plan de construcciones para desarrollar la infraestructura turística en el país. Muchas eran las construcciones que se habían construido y se estaba construyendo en el país con ese fin. Algunas de ellas fueron la Vía Blanca, incluyendo el puente de Bacunayagua,  y las carreteras del circuito norte de La Habana, Pinar del Río y Matanzas y otra por el sur del país que conectaba a Trinidad, Cienfuegos, etc.,. A estas obras se sumaban la construcción de fábricas de todos tipo para abastecer al país y a la creciente industria turística Estas obras se hicieron durante el régimen de Fulgencio Batista entre 1952 y 1958. El país estaba pasando de un país monoproductor y monoexportador a un país pluriproductor y pluriexportador donde la industria no azucarera había ya desplazado a la industria azucarera. El turismo había ya desplazado a la industria azucarera como la primera fuente de ingreso del país pese a estar el país en medio de cierta inestabilidad política por la lucha armada contra el régimen de Fulgencio Batista. El país estaba en transición a una economía de comercio y servicios.

Pero con las medidas norteamericanas  puramente económicas  contra el régimen de Fulgencio Batista  no se agotaron las medidas en contra de dicho régimen:  un EMBARGO DE ARMAS  al régimen de Fulgencio Batista, el cual estaba enfrascado en reprimir la subversión armada que existía en el país, fue una de las medidas más dañinas para el futuro de Cuba ... y el de  muchos otros países, incluyendo, en cierta medida  al de  los EE.UU., pese a que durante  la lucha contra  el régimen de Batista  el tirano Raúl Castro había secuestrado a civiles y militares norteamericanos (Operación Antiaérea) y dió ordenes de atacar el acueducto de Yateritas   que daba abasto de agua a la Base Naval de Guantánamo de los EE.UU. en Cuba.

Ya  durante   el gobierno del Presidente Gerardo Machado y Morales  se llevaron a cabo  sanciones norteamericanas  contra el gobierno de  Machado por este llevar a cabo  una política para desarrollar la industria nacional en Cuba. La Ley Arancelaria de 1927  emitida por el gobierno de Machado afectaba a muchos  intereses norteamericanos, los cuales   usando a sus lobbystas  promovieron sanciones del gobierno de los EE.UU. contra el gobierno de Gerardo Machado en el marco de la Gran Depresión de 1929 que tuvo un alcance mundial y de la cual solamente se salió por el desarrollo de la industria  de armamentos  durante la II Guerra Mundial.
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Entrevista con el Sr. Fulgencio Rubén Batista y Godínez, hijo del General Fulgencio Batista y Zaldívar
(Fragmento)

Por Emilio Ichikawa
Coral Gables, 2006

-EI: Y entonces Batista hizo lo más lógico: destituyó a Tabernilla.

-RB: Pues no. No lo destituyó. ¿Sabes por qué?. Bueno, primero te cuento algo. El mismo día 25 yo voy a Palacio y me encuentro a Batista hablando con dos señores; eran Jorge Barroso (Ministro sin cartera, pero el contacto del gobierno con los azucareros) y Gastón Godoy (Vicepresidente de la Cámara, una personalidad entre los abogados). Cuando ellos terminan de hablar, yo me acerco a saludar a mi padre. Le pregunto qué hablaban y me dice que esos señores le acababan de informar que la Asociación de Hacendados iba a reunirse para pedirle la renuncia. Eso el día 25 de diciembre de1958, antes de la entrevista. El día de navidad. Y se queda pensando y me dice que debería destituir a todos los Tabernilla; y entonces agregó: “Pero ya es tarde”. Yo me digo que si él destituía a los Tabernilla, que eran en apariencia sus hombres más leales, pues ahí mismo colapsaba el régimen.

-EI: Bueno, eso significa que ya alrededor del 25 de diciembre Batista debe saber que tiene que salir del país.

-RB: Pero yo creo que él no decidió salir ese día. Yo creo que él trató hasta el último momento de mantener aquello. Basaba sus esperanzas en la batalla en Santa Clara, que se pierde casi el mismo día de su salida.

-EI: Hablábamos del día 25 de diciembre, le quedan entonces unos seis días...

-RB: Ten en cuenta una cosa. El 26 es la citada visita de Tabernilla al Embajador americano; poco tiempo, poco tiempo... Los hechos se van acumulando. Las mismas fuerzas conservadoras, por llamarlas así, ya se viraban. Los únicos que se mantuvieron leales hasta el final fueron los obreros. El movimiento obrero. Los líderes obreros en ningún momento titubearon. Es un enredo esta historia. Las clases conservadoras se le viraron a Batista, se le pusieron en contra. Ya lo habían dicho varias asociaciones cívicas y profesionales. Después, cuando alguna gente me preguntaba en el exilio, aquí en Miami: “Bueno, y por qué se fue Batista”, yo les respondía: “Pues porque ustedes lo pidieron.
-EI: ¿Quién en particular pidió eso?.

-RB: Pues ya te dije que los hacendados y otras organizaciones. Esos mismos señores lo pidieron. Algunos de los cuales después me lo preguntaban. Ellos lo pidieron. Se reunieron los hacendados, los mismos que habían ido a palacio a vitorearlo, le pidieron la renuncia. Pero bueno, así es la vida, así es la política. Pero mira, la cosa en verdad empieza desde que el gobierno americano en marzo del `58 le hace el bloqueo de las armas a Batista. De ahí el ejército, no los cabos, no los sargentos, no los soldados que eran leales, sino algunos oficiales pensantes dijeron, bueno, si dicen que la URSS está apoyando a Castro, porque eso se decía, y los mismos americanos no envían armas a Batista, entonces todo está decidido. Algunos oficiales lo vieron así.
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-EI: Bueno, de aquella noche del 31 de diciembre de 1958 que tanto gusta al cine y a la mitología política cubana. Recuerdo aquel día que le pregunté si se había producido una fuga y su esposa me retó: “¿Cómo una fuga si salimos tranquilamente delante de todo el mundo?.”

-RB: Claro, fue una salida tranquila. Nada de fuga. Incluso se firmó, y hasta se publicó, creo que en la revista “Carteles” el 4 de enero de 1959, un acta de renuncia que suscribió mi padre aquella noche. Nuestra última noche en Cuba. Existe ese dato relacionado con la salida de Cuba y existe también el relato, hecho por mi propio padre, de su posterior salida de República Dominicana donde estuvo unos meses. Otra historia muy intensa.

-EI: Pero volvamos a esa famosa fiesta... ¿cómo Ud. la recuerda?. Ud. era joven, también su esposa, ¿presentían algo?.

-RB: El asunto es que no hubo tal fiesta. Al menos no la fiesta lujosa que han inventado. Que nos íbamos a ir esa noche no lo sabía yo, pero que había una crisis sí. Era evidente. Mi padre sí me dijo que estuviera en contacto, que no me perdiera. Yo recuerdo que ese día tuve algunas reuniones. Una en la CENCAM, organismo para-estatal que yo había presidido, situado en la ladera de la fortaleza de Atarés, con jóvenes políticos y simpatizantes; recuerdo que me acompañaba Raulito, Raúl García Cantero, el padre del hoy magistrado de La Florida, que se casaría con una hermana mía. Después fuimos a Columbia, al club de oficiales, y después a casa de mi madre Elisa y Máximo Rodríguez, su nuevo esposo, donde también estaba mi hermana Mirtha con su esposo el Dr. Elmo Pons-Domenech, mi hermana Elisita con su novio Raúl García Cantero. Entonces, después de esperar el año con mi madre, me llama de Columbia (donde por cierto había nacido yo) el padre de Carmita, mi esposa, el general Robaina, para que fuera para allá. De casa de mamá fuimos a casa de Robaina: Raulito manejando, Elisita mi hermana, Carmita y yo, y mi hija María Aleida, que tenía un año, en payama. Fuimos derecho para casa de Robaina. En otra máquina fueron mamá (Máximo se quedó), Mirtha, mi tía Pastorita y el Dr. Elmo Pons-Domenech manejando. Entramos al campamento militar por el obelisco a Finlay, que originalmente fue erigido al 4 de septiembre. Pero no cambió el nombre Castro sino Grau, y ya después se quedó así. Batista no lo cambió más. Pues por esa puerta entramos a Columbia. Yo iba bien preocupado, pensé que el campamento podría estar alzado, íbamos sin escolta. Llegamos a casa de Robaina y allí estaban celebrando: Luisito mi cuñado, con la novia de entonces, celebrando sencillamente con otros familiares. Pues allí dejo a mi gente y solo, caminando, fui a la residencia principal que estaba al lado. Nada de grandes vestidos, mi hermana Mirtha andaba en pantalones, mi hija en piyama, mi esposa en un vestido normal; nada de ropas fastuosas, como se ha dicho. Fui al lado, la reunión era en el segundo piso, subo y había algunos militares, algunos políticos y algunos miembros de la familia... Y mi padre, claro está. Aquello no parecía una fiesta, sino todo lo contrario.
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