Pablo Pascual Méndez Piña desde Cuba: Ariel Ruiz Urquiola, condenado a prisión por su dedicación científica
Ariel Ruiz Urquiola, condenado a prisión por su dedicación científica
Por Pablo Pascual Méndez Piña
La Habana
11 de Junio de 2018
El Dr. Ariel Ruiz Urquiola, un científico de 43 años que desarrolla un proyecto de conservación de la biodiversidad en el Valle de Viñales, permanece tras las rejas por el supuesto delito de desacato. De continuar encerrado, en seis meses perderá el derecho de arriendo en usufructo de los terrenos dedicados a sus investigaciones.
Cuando en un congreso internacional sobre tortugas marinas celebrado en México, Ruiz Urquiola reveló la depredación de estos quelonios por parte de las pesqueras estatales cubanas, el núcleo del Partido Comunista (PCC) y la dirección del Instituto de Investigaciones Marinas (IIM) solicitaron su inmediata expulsión de la Universidad de La Habana (UH).
Una revisión demandada por el rector, resolvió aplicarle "el beneficio de la duda", restituyéndole a la UH con la prohibición de desarrollar proyectos con recursos marinos en el IIM, donde poseía un currículo avalado por diez años de labor.
Los resultados obtenidos en los laboratorios del Dr. Van Rintelen confirmaron fraccionamientos en la continuidad genética de las poblaciones en los mogotes de la zona estudiada, inspirando a Ruiz Urquiola a establecer una estación ecológica mediante la compra, con sus propios ahorros, de una vivienda en la zona de la Sierra del Infierno, cuyo proceder legal exigía la separación del área de la vivienda hasta un límite 320 metros cuadrados. La finca solo podía venderse al Estado, debido a que el título de propiedad fue expedido a través de la Ley de Reforma Agraria.
Para evitar parcelaciones (creación de poblados) y la continuidad de la crianza de cerdos en libertad, el científico persuadió al propietario, mediante un incentivo metálico, para que vendiera "la vega" al Estado. Después compró la casa, dentro del marco de la legalidad.
Tras la compraventa, los ingenieros del servicio forestal del municipio Viñales le motivaron a arrendar la finca en usufructo, naciendo de esta forma la biogranja.
Ruiz Urquiola etiquetado como "incómodo"
Para preservar la biodiversidad había que reforestar el talud mogótico con especies autóctonas en peligro de extinción, además de otros especímenes certificados genéticamente para repoblar la Sierra de los Órganos, cuyo empeño requería hacer viveros y crear otras facilidades.
La desmesurada crianza de cerdos en libertad menoscaba el proyecto, ya que la voracidad de estos animales arrasa con semillas, caracoles, posturas y crías. Y lo chocante es que estos animales no son propiedad única de particulares, sino de instituciones estatales como el Ministerio de Educación (MINED).
Las normas cubanas solo regulan la crianza porcina en zonas urbanas, sin embargo, códigos de países latinoamericanos, como el costarricense, "impone en zonas rurales, el uso de corrales estabulados que disten 300 metros de los linderos, con tratamientos de residuales y otras medidas sanitarias para evitar la propagación de enfermedades".
Ante las denuncias de Ruiz Urquiola, las autoridades exigieron la captura de "los puercos infractores" para presentarlos "como prueba". Se cumplieron las instrucciones, pero las violaciones continúan a pesar de las "advertencias oficiales notificadas a los porqueros".
Sin embargo, los cerdos no son el único problema, también hay cazadores furtivos y Ruiz Urquiola ha desactivado dentro del perímetro de la finca decenas de trampas tendidas para atrapar jutías y aves canoras en peligro de extinción, además, de la invasión ilegal de terrenos por parte de vecinos, que también perjudica a la estatal Empresa Forestal La Palma.
Gracias a la complicidad de la Guardia Forestal y la indolencia de la delegación de la Agricultura del municipio Viñales, el Hoyo del Aire, un bosque húmedo de interés para la comunidad científica, cuyo inventario de especímenes fue publicado en la revista de investigaciones científicas del Jardín Botánico ( 2001), ha sido deforestado y quemado en dos ocasiones con total impunidad por parte de un campesino de la zona.
Infractores y funcionarios corruptos etiquetaron de "incómodo" a Ruiz Urquiola, quien pervive en una comunidad donde las leyes son letra muerta y los perniles de puercos compran voluntades. Por ello, su familia ha sufrido allanamientos y amenazas por parte de matones de la zona, quienes obviamente gozan de encubrimiento oficial.
La sanción de un año de prisión aplicada al científico por presuntamente calificar de "guardia rural" (cuerpo represivo anterior a 1959) a un uniformado forestal que se presentó en la citada biofinca para pesquisar la supuesta tala ilegal de dos palmas fulminadas por rayos, obedece sin dudas a una componenda de la policía política, puesto que amañar pruebas es una especialidad de la Seguridad del Estado.
El cuerpo de guardabosques, que "exigió justicia por la calumnia", no es tan ecologista como lo pintan. Existen evidencias que sus efectivos, armados con marcabuses (fusiles de calibres reducidos), han protagonizado acciones represivas en las serranías, ocupaciones ajenas a sus reglamentos.
¿Quién puede creer, frente a esto, que la célebre frase del difunto Fidel Castro, "El futuro de Cuba es de hombres de ciencias", tiene sentido en nuestro país? El Dr. Ariel Ruiz Urquiola está en prisión por su dedicación de científico.
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