domingo, abril 26, 2020

Alvaro Alva sobre el libro de Zoé Valdés: Pájaro lindo de la madrugá. La historia de la mano de Zoé Valdés y cómo el malo era bueno y el bueno siempre fue malo


Fulgencio Batista llega en ferrocarril. Cuba (1943)


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La historia de la mano de Zoé Valdés y cómo el malo era bueno y el bueno siempre fue malo

Por Alvaro Alva *
25 abril,  2020

Hay películas que nunca se olvidan, libros que siempre están como argumentos en los debates. Pájaro lindo de la madrugá es de los libros que devoras y siguen contigo el resto de la vida.

Zoé Valdés se lanzó en una aventura, que solo el tiempo y la historia podrán colocar en su justa dimensión. Fue hilvanando historias personales, con Elbio y Arsenio, con la Cuba actual, con el funeral del dictador y su jeep ruso paralizado, con dos habaneros fornicando frente al Cinecito y la PNR analfabeta. Y también a Pablo Neruda adulando a Fulgencio Batista y Alicia Alonso de consultora tras el 10 de marzo de 1952. También describe como Orlando González Esteva enseña por la radio, en Miami, el significado de guajiro.

Esta nueva entrega de Zoé es mi libro de la pandemia, la lectura en tiempos de la COVID-19; ya que de seriales de televisión y buenas películas se ha encargado Netflix de dar la mejor oferta. De libros, uno solo; y es la historia del General Batista, en unas 300 páginas.

Mi amigo y colega Armando de Armas me prestó el libro. Recogerlo fue toda una aventura, en una ciudad desierta; y Armando refugiado tras una reja eléctrica en solitaria clínica en el corazón de la Pequeña Habana y pasando el libro en un parqueo sin autos. Era como buscar un libro prohibido en La Habana de los Castro.

(Zoé Valdés)

Cuando los regímenes totalitarios marxistas colocan millones de libros panfletarios de historia, cuando tergiversan el pasado, ignoran los hechos, pintan de diablos a los héroes, no queda nada para leer. Por mucha academia e institutos de historia que quieran nombrar. Y eso pasa con la historia de Cuba. En la Isla no hay un libro de historia que salve la honra.

El libro es ejemplo perfecto cuando viene la literatura a salvar las lagunas de la historia. Sucedió en la URSS y ahora en la Rusia de Putin. No hay libros de historia que describan mejor la represión en la URSS que los Relatos de Kolima, Los Hijos de Arbat o Archipiélago Gulag. Y la guerra civil entre rojos y blancos que Doctor Zhivago, Cuentos del Don o La Guardia Blanca. Hoy día en Rusia con Una saga moscovita, sobre el estalinismo y Zuleija abre los ojos, dedicado a la represión a los campesinos tártaros.

Herta Muller, a pesar de escribir en alemán, describe los horrores del comunismo de Nicolás Ceaucescu en Rumania y la bielorrusa Svetlana Alexievich, expone las verdades de Chernóbil y de la invasión soviética a Afganistán; mejor que los libros de historia que editan en Rusia.

Este libro de Zoé Valdés rompe esquemas, abre capítulos, lanza retos y enseña a las nuevas generaciones de cubanos y cubanoamericanos un rostro, una vida, una historia de un individuo que ha marcado a la Isla durante gran parte del siglo XX.

Va la autora marcando diferencias claras, que en seis décadas han omitido a priori en Cuba, como la historia de un padre mambí de Batista, peleando junto a José Maceo y otro, el de Castro, junto a Valeriano Weyler.

Intercala frases que todos hemos pensado una u otra vez, que hemos querido decir o que la tenemos revoloteando en nuestras mentes –"hace más de medio siglo que este país huele muy mal, apesta" o "cómo los turistas que descubren belleza en donde solo hay pobreza".  

En boca de Elbio, un guajiro cubano, vienen las más crueles sentencias de la realidad en la Isla, habla del daño antropológico y moral al cubano, que ya se lo había oído describir con cristiana dolencia a Dagoberto Valdés. Expone la ausencia de "valor, moral y formación" de los militares cubanos para encabezar una revuelta y habla de la ignorancia de la propia historia y el no saber nada de la Historia Universal.

(Ejemplar autografiado del libro dedicado al bloguista)

Precisamente, Elbio es quien sentencia a los cubanoamericanos que se aprestan a pagar cientos de dólares por un pasaporte de dos años de duración para viajar a Cuba, bajo los mandamientos del régimen, perdiendo la condición de exiliado. "Ya no eres un exiliado…has regresado bajo el mismo régimen que te dio la patada por el culo".

Los personajes polemizan sobre la trayectoria y aparecen los if de la historia. Qué hubiera pasado si…esas son siempre es interrogante. Qué si se quedaba en la Florida y no regresada, si no tomaba Columbia en 1952, si no hubiera cerrado los ojos a los juegos de sus supuestos amigos políticos y militares. En fin, una larga lista de if… pero ambos personajes y los lectores coinciden en que "Cuba perdió a Batista".
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* Alvaro Alba es historiador y periodista. Ha publicado en ABC, Diario de Las Américas, El Nuevo Herald, entre otros. Actualmente es Productor Ejecutivo de programas especiales para OCB. Cuenta con un Máster en Historia por la Universidad Estatal de Odesa, Ucrania. Premio Emmy 2017 (Emmy Award) en la categoría de Documental Histórico. Especializado en temas de Europa del Este y la ex Unión Soviética. Es Asociado Principal de Investigación (Senior Research Associate) del Centro de Estudios Cubanos (Cuban Studies Institute CSI) de Miami y miembro de la Asociación para Estudios Eslavos y del Este de Europa (ASEEES).
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ALGUNAS FOTOS  QUE MUESTRAN EL APOYO QUE EN DIFERENTES ÉPOCAS Y EN DETERMINADOS  SECTORES DE LA POBLACIÓN CUBANA TUVO BATISTA


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Rally electoral de apoyo a Batista en La Habana para las elecciones  de noviembre de 1954; es decir: elecciones  mulpartidistas después del 10 de marzo de 1952 y después  del asalto al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953
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Tres fotos del acto de desagravio a Batista el 7 de abril de 1957  por el asalto al Palacio Presidencial  el 13 de marzo de 1957

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Inauguración en  1958 del túnel de la bahía de La Habana

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