lunes, junio 08, 2020

Germán M. González desde Cuba. ¿Se aproxima una versión cubana de la genocida hambruna que hubo en los años 30 del siglo XX en Ucrania con el nombre de Holodomor?

Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Deseo señalar que en la República anterior a 1959  José Manuel Cortina y Fulgencio Batista trataron de que el Congreso aprobara una Ley de Reforma Agraria. El Senador pinareño José Manuel Cortina iba  a donar parte de sus tierras, las cuales incluían la zona de La Güira en la Cordillera de los Órganos y que tenía el nombre de Hacienda Cortina. El edificio que ocupa la Casa del Estudiante Universitario  al costado de la Universidad de La Habana y casi enfrente del Hotel Colina era la residencia de José Manuel Cortina quien desempeñó con un balance político positivo  su actividad política formando parte de diferentes gobiernos ya fuera en la rama ejecutiva como en la rama legislativa. 

Los intereses que se opusieron a llevar a cabo en ese momento una Reforma Agraria  perderían en 1959: ¨Güiro, calabaza y miel ¨,   pues  como expresó el Comandante Camilo Cienfuegos: ¨con novilla o sin novilla le partimos la siquitrilla!¨, aludiendo a aquellos que pensaron que donando tractores, reses, etc. para la Reforma Agraria no se verían afectados...

Hacienda Cortina



John Fortes 
Sobre el Голодомор, le recomiendo encarecidamente al autor la galardonada película Mr. Jones (2019), basada en hechos reales, un dramático thriller que narra la historia del periodista de investigación británico Gareth Jones que viajó a la Unión Soviética (obviamente en misión de espionaje), y en Ucrania documentó fotográficamente actos de canibalismo, lo cual le costó la vida al violar un pacto de silencio con el Народный комиссариат государственной безопасности. El testimonio de Jones sirvió de inspiración a George Orwell para escribir Granja de animales (Nota del Bloguista de BC. quizás se refiera al libro que conocemos en español como Rebelión en la Granja). Dirigida por Agnieszka Holland, fue rodada en Rusia, UK, Polonia y Ucrania justamente en los sitios que narra la historia.

Excelente artículo y muy razonable pronóstico, de hecho es la crónica anticipada de una futura tormenta, que ya fue anunciada hace unos días por la prensa, citando las palabras de Machado Ventura sobre la falta de dinero para comprar comida en la postpandemia. El secretario provincial en Sancti Spíritus reaccionó narrativamente diciendo que enfrentarían la crisis y vencerían, también dijo que tenían listos cincuenta mil machetes y unas dos mil cuatrocientas guatacas para hacer el deshierbe manual, ya que no había insecticidas. Ante estos hechos, temo que las palabras de mi amigo Manolo Fraginals resulten proféticas.

Gracias al señor Germán M. González por su trabajo
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John Fortes  responde a una pregunta de  MJ Ramirez

Él decía que veía una Cuba futura muy pobre y capitalista, no sin antes pasar por un escenario donde se sembrarían boniatos y calabazas como un acto de emergencia, dada la pronta cosecha de estos productos. Moreno Fraginals tenía la experiencia del machadato y por estudios conocía bien la hambruna devastadora de la última etapa colonial a consecuencia de la reconcentración weyleriana, y que en ambas circunstancias se recurrió no sólo a este tipo de siembra, sino a hacer sopa de verdolaga y otras hierbas y flores no tradicionales en la mesa cubana. Así que, estimado MJ Ramirez, esta sería la tercera gran hambruna en Cuba.

Sobre las declaraciones de José Ramón Machado Ventura, aquí le dejo un artículo donde queda claro por la presencia de los secretarios provinciales y la franqueza del segundo secretario del PCC la gravedad de la situación financiera, funcional e infraestructural cubana. Un barco que hace aguas por todas partes, los capitanes lo saben y no hacen nada por la salvación. Saludos.

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¿Se aproxima una versión cubana del Holodomor?

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La ineficiencia como el sinónimo de la agricultura cubana
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Por Germán M. González,
Bauta, Artemisa
08/06/2020

Durante los años 30 del siglo XX ocurrió en la antigua Unión Soviética una hambruna que exterminó millones de personas. Este fenómeno resultó mayor en la antigua república soviética de Ucrania, donde se denominó Holodomor (también Голодомор; Golodomor; observación del Bloguista de Baracutey Cubano) en ese idioma, vocablo que se traduce como “matar de hambre”.

Tanto el número de fallecidos como las razones se discuten aún. Los defensores del régimen soviético lo atribuyen a “errores” de Stalin y minimizan las muertes. En un documental (Holodomor-1933. Lecciones no aprendidas de la historia), realizado en Rusia en el año 2008, se defiende a este país y se calcula en 3,5 millones las muertes en Ucrania y en siete millones las ocurridas en toda la Unión Soviética. Otros cálculos llegan hasta unos 15 millones de fallecidos solo en Ucrania y hasta 30 millones en toda la Unión Soviética, y achacan esa hambruna a políticas deliberadas con el fin de aplastar la resistencia de los campesinos a la colectivización forzosa que los despojaba de sus tierras y medios de producción (en Wikipedia se reflejan documentos y argumentos a favor y en contra de cada posición).

En definitiva, tanto defensores como detractores de la URSS aceptan la existencia de la hambruna (el mínimo reconocido de siete millones de muertes por el documental ruso son demasiadas) y la culpa se convierte en un problema semántico: errores u horrores, pero siempre a cargo del gobierno soviético, presidido con poder totalitario por el camarada Stalin.

En Cuba, durante la república, todos los analistas nacionales e internacionales reconocían la necesidad de una reestructuración en la propiedad de la tierra. Al respecto la nunca suficientemente recordada Constitución de 1940 proscribió el latifundio, priorizó el traspaso de la propiedad agraria a entes nacionales, protegió al pequeño propietario (artículos 90 y 91) y en las Disposiciones Transitorias se estableció la utilización de tierras estatales en cada municipio para la creación de cooperativas que se denominarían José Martí y estarían protegidas por la política fiscal.

(Una  caballería es igual a 13.42 hectáreas. Tabla  conformada por el economista y comunista Oscar Pino Santos en su  librito La penetración del Imperialismo norteamericano en la economía cubana, escrito en 1957) 

En 1959, al tiempo que organizaba expediciones armadas a países vecinos (Panamá, Dominicana, Haití) Fidel Castro firma la 1ª Ley de Reforma Agraria, la cual fue elaborada por el comandante Humberto Sorí Marín, entonces ministro de Agricultura (fusilado poco después) y otros. En el viaje hacia La Plata, donde se firmaría la ley, Fidel Castro la radicaliza hasta hacerla irreconocible. Años después, en la entrevista publicada como Cien horas con Fidel confiesa a Ignacio Ramonet, el autor, que sus modificaciones sorprendieron hasta a C.R. Rodríguez y Che Guevara, reconocidos estalinistas.

La 2ª Ley de Reforma Agraria se promulga en 1963. Si la primera dejaba en manos de sus propietarios hasta un límite de 1.342 Ha la segunda bajaba el límite hasta 67, cifra que en las condiciones de Cuba resulta insignificante. Digamos que un campesino en los lugares alejados, con esa tierra debía trabajar personalmente, él y sus descendientes sin vacaciones ni días festivos, solo para sobrevivir. La propia ley en el prólogo reconocía el carácter político de su objetivo en su segundo POR CUANTO: “La existencia de esa burguesía rural es incompatible con los intereses y los fines de la Revolución Socialista”.

Entre el cúmulo de mentiras que repiten con inspiración Goebbeliana los gobernantes y sus voceros está la de que se entregó en esa época la tierra a los campesinos. Lo cierto es que a los agricultores que se encontraban en condición de arrendatario u otra forma de trabajar tierra ajena se le entregaron hasta lo que se llamó “mínimo vital”, unas 27 Ha. El resto se transformó en latifundios estatales, gigantescos, ineficientes, insostenibles desde el punto de vista económico y ambiental, con la aplicación masiva e indiscriminada de productos químicos, los llamados “Planes de la Revolución” ejemplifican una de las grandes barrabasadas del autócrata mayor. En fin, en manos particulares quedó solo el 15 % de las tierras agrícolas del país.

Los campesinos sobrevivientes fueron desplazados por múltiples motivos: para compactar los mencionados planes; para evitar apoyo a los alzados contra el gobierno en la década de los pasados 60; para formar las cooperativas de Producción Agropecuaria —versión tropical de la colectivización forzosa estalinista— o simplemente renunciaron por falta de créditos, insumos, posibilidades de comercialización de la producción, no pago de ésta, etc. La reubicación de los campesinos en poblados de edificios multifamiliares resultó lo que José Martí advirtiera: “Divorciar al hombre de la tierra, es un atentado monstruoso”. (Obras Completas, Edición Digital, t 8, p 278).

Hoy los restos del campesinado cubanos, sin créditos eficientes, sin insumos, con sus producciones mal pagadas o no pagadas por las entelequias estatales (Acopio, Frutas Selectas, ECIL, CONCAR, empresas agropecuarias estatales, etc.) perseguidos, vilipendiados, producen entre el 85 y el 90 % de la producción agropecuaria cubana, que solo basta para cubrir menos del 15 % de los abastecimientos limitadísimos a la población. El resto se importa.

El enemigo imperialista cubre las necesidades alimentarias cubanas en proporciones que sorprende a quien oye el estrépito continuo sobre el bloqueo: $257,7 millones en el año 2019; $13,4 millones solo en enero del 2020 y la friolera de $6,2 miles de millones desde 2002 cuando el gobierno estadounidense autorizó esas ventas hasta la fecha. Más sorprende que la cantidad anual autorizada actualmente sea de $9,2 mil millones, muy lejos de las compras reales lo cual implica que el hambre no es a causa del bloqueo, comprar se puede, sino de la situación ruinosa de la economía cubana. Fuente: (http://www.cubatrade.org).



La inmensa mayoría de los cubanos desconocen además que EEUU no prohíbe la importación de ningún producto desde Cuba, solo se reserva el derecho de no comprarlo a entidades estatales, sí puede, legalmente, hacerlo a personas naturales, cooperativas, empresas privadas, etc.

(La tabla es solamente  respecto al ganado vacuno; no se incluyen, por el ejemplo: el caballar, el ovino, el  caprino, el asnar, etc. . Todas las imágenes y sus comentarios fueron añadidos por el Bloguista de Baracutey Cubano) 

Las tablas anteriores fueron  tomadas del libro del comunista y castrista Oscar Pino Santos:


Consultar el Anuario Estadístico de Cuba (www.onei.cu) da ganas de llorar: Más de la mitad de las tierras agrícolas ociosas, la mayor parte cubiertas de marabú; menos de cuatro millones de cabezas de ganado sobrevivientes de más de nueve millones en los años cincuenta; cuatro millones de ha de cultivo menos desde aquella época; rendimientos agrícolas solo comparables a los del África subsahariana en los mejores casos; zafras con indicadores de eficiencia miserables y producciones de inicios de la república; vacas rindiendo como promedio nacional menos de 4 Kg de leche/día; ganado vacuno con peso promedio en matadero que más bien semeja de ganado caprino. La ineficiencia como sinónimo de agricultura cubana.

Ahora los genios que acompañan al designado (para dos períodos) como equipo de gobierno anuncian que no hay dinero para importar alimentos. Es decir, la apuesta del autócrata mayor por el turismo, las remesas y el alquiler de fuerza de trabajo en el exterior (fundamentalmente de salud) y en el interior (al turismo principalmente) se ha ido a bolina con la covid-19, la consiguiente contracción económica mundial y los cambios políticos en los países receptores de la fuerza de trabajo médica. Y además acuden (la continuidad fatídica) a las mismas fórmulas que desde hace sesenta años han reducido a casi nada la economía agraria en Cuba (y las otras también): la represión, el burocratismo, el estatismo al extremo.

El tiempo perdido sin realizar las reformas reales que hubieran revitalizado la economía interna está pasando la cuenta y a la larga todos tendrán que admitir que las consignas triunfalistas sencillamente no resultan comestibles.

El Holodomor a la vista, pues de limonada y guarapo no se vive… y además no hay ni limoneros ni caña de azúcar: son especies en extinción en los campos cubanos.


© cubaencuentro.com
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Otra nota del bloguista de Baracutey Cubano

Según el economista y comunista Oscar Pino Santos en su  librito La penetración del Imperialismo norteamericano en la economía cubana, escrito en 1957, el 25 % de los alimentos que consumían los cubanos, siendo Cuba un país agrícola,  eran importados. Lo que no dice ese economista comunista que murió en el 2005 trabajando en el Consejo de Estado es que esa importación se debía en gran parte no por  ineficiencia económica del país, como ocurre desde hace casi 60 años,  sino por distintas razones; veamos algunas: 

1) Resultaba mucho más barato comprar, por ejemplo,  el arroz en los EE.UU., en los Estados de la cuenca del Mississipi, que cultivarlos en Cuba; con otros cultivos sucedía lo mismo. Era más barato comprar en EE.UU. la manteca de cerdo, la cual apenas se consume en los EE.UU.pero que era entonces de consumo tradicional en Cuba, que producirla en Cuba o producir aceites vegetales.

2)  En Cuba se intentó  por los años 20s y 30s cultivar trigo, sobre todo en las provincias centrales, pero no dió resultado, luego la harina de trigo, fundamental para hacer panes, galletas, confitería, etc., se tenía que comprar en el exterior cubano  y así otros productos que eran de consumo tradicional del cubano. 

3) Finalmente, los cubanos  estábamos acostumbrados a consumir bacalao de Noruega, tasajo uruguayo (en Cuba estaba prohibida la matanza de ganado caballar),  al igual que la mantequilla holandesa, quesos franceses y suizos, turrones, jamones y vinos  españoles, peras, manzanas, melocotones, albaricoques enlatados de EE.UU., calamares y sardinas españolas, etc. .En resumen:  Los cubanos éramos un poco sibaritas  dentro del alcanze que tenían nuestros bolsillos y nos gustaba darle gusto al paladar, aunque los alimentos y bebidas fueran exóticos. 

En el mencionado librito y en el  Cuadro No. 20 se muestra el consumo doméstico, producción nacional e importaciones de los principales productos alimenticios en el período 1954-1956 donde se observa que la cantidad y el valor (en porcientos) del consumo doméstico de producción nacional fueron el 81% y el 71% respectivamente, mientras que la cantidad y el valor del consumo doméstico de importación fueron 19% y 29% respectivamente. En ese cuadro, cuya relación de alimentos bien serviría como ejemplo objetivo de cual era la canasta básica del cubano promedio de aquellos tiempos, muestra datos interesantísimos como el hecho de que el 98% de la cantidad y el 92% del valor de los productos lácteos consumidos por la población cubana era de producción nacional. 


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Holodomor (en idioma ucraniano: Gran Hambruna): Stalin mata de hambre



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Holodomor

(FRAGMENTO)

Para otros usos de este término, véase Holodomor-1933. Lecciones no aprendidas de la historia.
Fotografía de Alexander Wienerberger en alguna región no identificada de Ucrania durante la hambruna, 1933

Holodomor o Golodomor (en ucraniano, Голодомор, “matar de hambre”), también llamado Genocidio ucraniano u Holocausto ucraniano, es el nombre atribuido a la hambruna que asoló el territorio de la República Socialista Soviética de Ucrania, en el contexto del proceso de colectivización emprendida por la URSS, durante los años de 1932-1933, en la cual habrían muerto de hambre entre 1,5 y 10 millones de personas.1 2 3 Los archivos secretos desclasificados tras la desintegración de la Unión Soviética reflejan un aumento de la mortalidad en 1932 estimado en una tasa adicional a la media de años anteriores de unas 150 000 personas, mientras que 1933 refleja algo más de 1,3 millones de personas –lo que hace un total de unas 1,5 millones de personas fallecidas a consecuencia directa de la hambruna según estos documentos–, si bien desde 1934 tanto la mortalidad como la natalidad descendieron entre un 20 y un 40% en comparación con la media de los años previos a la hambruna.


(Guénrij Yagoda (derecha) en compañía del escritor Máximo Gorki (izquierda). Como subjefe de la policía política, Yagoda fue uno de los principales responsables de la represión del campesinado en el ámbito de la colectivización y la deskulakización.)

Existen dos puntos de vista fundamentales y opuestos sobre los responsables políticos de la tragedia, y muchos puntos de vista intermedios entre estos. Según el primer punto de vista, el Holodomor habría sido un acto intencional de exterminio desatado por el poder central soviético encabezado por Iósif Stalin, y en particular, contra la nacionalidad ucraniana. Según el otro punto de vista, la tragedia habría sido consecuencia de una mala cosecha unido a la política de requisas del grano impuestas por el poder soviético a los campesinos con pequeñas propiedades, como medida punitiva para forzar la colectivización obligada, que dio como consecuencia la hambruna, no sólo en Ucrania, sino también en otras zonas agrícolas de la Unión Soviética. El poder soviético de la época culpaba de la escasez de grano que impedía alcanzar las cuotas fijadas de alimentos al sabotaje -y a la guerra a la colectivización- emprendidos por los campesinos ricos, llamados kuláks, que habrían acaparado y destruido las cosechas y ganados, como método de oponerse al proceso de colectivización, justificando así las requisas efectuadas.
Víctima del Holodomor en una calle de la ciudad ucraniana de Járkov. Esta fotografía fue realizada por un espía alemán, en 1932

Según los críticos del régimen soviético si se tiene como referencia la definición jurídica de genocidio4 5 y numerosas evidencias,6 7 8 9 se verificaría la naturaleza genocida del Holodomor al haber fuertes indicios de haber sido una hambruna artificial creada por el régimen soviético,10 11 12 13 14 15 16 17 comandado por Iósif Stalin. Si bien se provocaron hambrunas también en otras regiones de la URSS, el término Holodomor se aplica específicamente a los sucesos ocurridos en Ucrania. Sin embargo, algunas instituciones, han revocado la definición de genocidio, como la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, que revocó su denominación de "genocidio" en el 2010, alegando que si bien reconocía que la hambruna forzada de Holodomor llegó a serlo como consecuencia de la política del régimen totalitario de Stalin, consideró no se ajustaba a la definición de genocidio, al no ser dirigido contra un pueblo en concreto sino contra el pueblo soviético en su totalidad. La rectificación de la declaración anterior se hizo a petición del propio gobierno ucraniano pro ruso de Víktor Yanukóvich, en contradicción con lo que había afirmado su antecesor en la presidencia y opositor Víktor Yúschenko .18 19

Hacia noviembre de 2011, la propia Ucrania y 22 gobiernos de otros países han denominado a las acciones del gobierno soviético como un acto de genocidio.20 La declaración conjunta de las Naciones Unidas de 2003 ha definido la hambruna como el resultado de políticas y acciones "crueles" del régimen totalitario que causaron la muerte de millones de personas de etnias como la ucraniana, rusa, kazaja y otras. El 23 de octubre de 2008, el Parlamento Europeo adoptó una resolución21 en la que se reconocía el Holodomor como un crimen contra la humanidad22 23 Además de la condena de estos países, el Parlamento Europeo,24 la Asamblea General de las Naciones Unidas,25 26 la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa en su Resolución 1481,27 28 29 30 la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa31 32 y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura33 34 35 han expresado su repulsa por los hechos, aunque sin utilizar la expresión genocidio en sus declaraciones.
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