martes, septiembre 15, 2020

Carlos Cabrera Perez: Francotiradores cubanos que azuzan la rebelión desde lejos


Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Tengo la opinión que una rebelión o levantamiento popular  en Cuba sin ayuda exterior  (ya sea  multinacional  o no ) llevaría a lo ocurrido en la Plaza Tiananmen, o a lo  que ha ocurrido con grandes  manifestaciones  de protestas en Nicaragua y en  la Venezuela de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro donde la sangre  y las muertes de civiles han sido numerosas y las dictaduras  se han mantenido en el poder pese a que los represores de la  Policía Bolivariana, el SEBIN, etc.  son personas con familiares y amistades en el sufriente pueblo  venezolano,  al igual que los miembros de las pasivas fuerzas armadas venezolanas. Si eso lo han hecho los discípulos de la tiranía Castrista ¿Que no tendrá preparado la tiranía Castro-comunista de Cuba que ya en 1961, cuando la invasión por Bahía de Cochinos, tenían las listas en sobres lacrados y por municipios de los nombres, apellidos y direcciones de las más de 100 000 personas  que  tenían que detener  y  que metieron  presas en estadiums deportivos y en otros lugares con ametralladoras,  apuntando hacia esas personas,  prestas para disparar si  el triunfo se inclinaba hacia las fuerzas antiCastristas? Señalo que las llamadas circulares de los presos políticos en el Presidio de Isla de Pinos fueron dinamitarlas  para  hacerlas estallar con los presos  dentro si el triunfo  parecía  ser de las fuerzas antiCastristas.

 La mayoría de las naciones del continente americano (incluyendo las 13 Colonias Norteamericanas, las posteriores repúblicas iberoamericanas independizadas de España por las  tropas de Bolivar, por lo cual Karl Marx expresó que Bolivar era un agente del capitalismo Inglés, Cuba, etc.) se independizaron  con ayuda exterior procedentes  de  gobiernos, monaquías, etc. de  otros  países; a mi mente sólo me llega como excepción   Haití. 

Félix Varela, en el número 2 de “ El Habanero“, publica Tranquilidad de la isla de Cuba, en donde se lee:

.... Si por desgracia se diere lugar a la invasión de tropas colombianas o mexicanas, es menester unirse a ellas; no tomar la defensa de un gobierno que solo pide sacrificios inútiles; cambiar el orden de cosas, y despedir prontamente los huéspedes con las indemnizaciones que fueren justas y con las pruebas de la mas sincera amistad y gratitud. Cualquier otro partido que se tome, es inútil, es absurdo, y es destructor del país.

Y para no dejar lugar a duda que no deseaba la unión a ningún otro gobierno, escribió en el número 3 de El Habanero:

No hay que alucinarse. Yo soy el primero que estoy contra la unión de la isla a ningún gobierno, y desearía verla tan isla en política como lo es en la naturaleza ....

Para leer un poco más sobre el Prebístero Félix Varela hacer click AQUÍ.

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Tomado de https://www.cibercuba.com/

Francotiradores cubanos que azuzan la rebelión desde lejos

Por Carlos Cabrera Perez

14 de septiembre 2020

En paralelo a la profundización de la crisis que asola a Cuba y padecen la mayoría de los cubanos ha surgido una generación de francotiradores emigrados que azuzan, desde lejos y a resguardo del hambre y el G-2, la rebelión de las masas, apuestan por el embargo total e insultan a sus paisanos que no han tenido la oportunidad de irse del país.

Ningún cubano es carnero: Cuba es un pueblo sufrido, empobrecido y vejado por una casta verde oliva con discurso y prácticas delirantes que solo persiguen su mantenimiento en el poder durante todo el tiempo posible.

La mayoría de la población cubana son ancianos que recuerdan con dolor la desigualdad y pobreza que padecieron en la república, la represión desatada por Batista y sobremueren con el corazón partido en dos porque agradecen a la revolución tener una casa desvencijada y que sus hijos y nietos hayan estudiado, aunque ahora no puedan verlos ni besarlos porque emigraron.

En Cuba apenas queda población joven y muchos de los que permanecen, sueñan con irse al extranjero; circunstancia demográfica a la que se une el conservadurismo de las personas mayores, casi siempre reacias a los cambios, como le ocurre a Raúl Castro Ruz, que pasó de reformista multiplicador de vasos de leche a jefe del ejército en un noticiero.

Sería desolador suplantar el totalitarismo castrista con otro monólogo totalitario que excluya a buena parte de los cubanos porque militaron en la juventud o el partido comunistas, porque fueron militares, cederistas, federadas o pioneros; como pretenden hacer algunos que en Cuba estuvieron calladitos todo el tiempo, luego abandonaron a sus familias para emprender dura emigración y ahora se autoerigen en padres de la patria.

Un viejo personaje cubano ha vuelto con fuerza: El capitán Araña, famoso por formar y alentar una tropita a la que dejó abandonada y se puso a resguardo del peligro. La novedad en los nuevos capitanes arañas, que empujan sin darse golpes, es el ejercicio aplicado de la desmemoria, como si el aeropuerto cubano por donde emigró tuvo en ellos el efecto de máquina del tiempo.

Cuba no debe construir su futuro basada en hombres pródigos, desmemoria selectiva y la repetición de la limpieza ideológica que el castrismo impuso y practica con desfachatez e impunidad; hasta un día.

Quizá los francotiradores se han puesto nerviosos ante lo que ya anuncian como el inminente desplome de la dictadura y pretenden hurtarle el natural protagonismo que la historia y la política conceden a quienes permanecen malviviendo bajo las botas represivas, por delante de quienes -libremente y en ejercicio de su derecho- pusieron tierra por medio.

No existe un solo caso de transición a la democracia en que los emigrados hayan tenido un papel protagónico frente a los adentrinos que -en el caso de Cuba- posibilitará un consenso entre los sectores reformistas de la dictadura, incluido los militares inteligentes, la maltratada y perseguida oposición y los activistas; acompañados por Estados Unidos, la Unión Europea y la vanguardia de la emigración cubana.

Azuzar desde lejos una revuelta popular que desate una noche de San Bartolomé en Cuba constituye uno de los peores ejercicios de cinismo y cobardía y otro ejemplo de la desmesura baldía y melancólica de algunos emigrados sin valor suficiente para volver a La Habana y encabezar la rebelión de los vegueros.

Solo los cubanos que padecen y sufren los embates diarios de la dictadura comunista deben decidir sus acciones y formas de lucha política; a los emigrados corresponde ser leales y fraternos compañero de viaje de aquellos que sufren, aportar ideas y defendiendo que cualquier cambio vaya presidido por civismo, democracia e igualdad de oportunidades.

Cuba no se ha democratizado porque su Gobierno tiene miedo, la oposición aún no consigue centrar una agenda de cambio a favor de todos y en contra de nadie, la mayoría de los emigrados contribuye de manera generosa y decisiva al sostenimiento del status quo por solidaridad con su familia en forma de remesas y recargas y porque el pensamiento contemporáneo, salvo excepciones, carece de visión estratégica.

Los cimientos del cambios palpitan en Cuba como nunca antes: Capital humano, gusto por vivir bien, conocimiento más objetivo de la vida en el extranjero, crisis de legitimidad política del gobierno y una anemia perniciosa de la economía.

Si alguien duda de la capacidad de muchos cubanos para crear riqueza y bienestar, solo debe asomarse a los capítulos de terror maoísta del noticiero de televisión para ver cuantos han ido aprovechando las pequeñas rendijas que abre el egoísta e insensato poder para crear empresas y generar actividad económica rentable; esa virtud no está al alcance de los carneros, sino de hombres y mujeres virtuosos, que también son sus clientes, reconocen su esfuerzo y se espantan ante la represión.

De igual manera actúa buena parte del despreciado sector empresarial estatal, ruinoso por imposición comunista, pero con dirigentes bien formados, expertos en simular y que viven instalados en la economía de trueque; pero conociendo los efectos devastadores del chavismo en la economía cubana y añorando una reforma estructural.

Cuba tiene buenos obreros, buenos técnicos medios, buenos universitarios en toda las ramas; nobleza y capacidad de emprendimiento que asusta a América Latina y el Tercer Mundo y padece los peores políticos, a los que ahora se suman vocingleros jurando venganza eterna y otras guaperías de cerebros fallidos.

Un horror no debe suplantarse con otro horror, aun cuando haya cubanos justamente dolidos porque el castrismo arruinó sus vidas y haciendas; pero deberán asumir la pragmática conducta de perdón sin olvido para evitar que Fidel Castro Ruz y sus acólitos impongan su final neroniano.

Un médico, un soldador, un panadero, un maestro no serán mejores o peores por su militancia política, sino por el desempeño cabal o descuidado de sus funciones y su capacidad para servir a los demás. El pueblo cubano no es el lumpen del castrismo residual embotado de alcoholes destilados clandestinamente y jugando dominó, sin oficio ni beneficio; como tampoco el exilio son la minoría de vagos y maleantes que aparecen en la prensa por fraudes y enredos típicos de la cultura de la pobreza.

Cuba y su pueblo merecen lo mejor; solo debe librarse de la plaga que acongoja a la nación, incluidos los gatillos alegres del pugilato emigrado y ese ombliguismo que nos persigue desde aquel Martí pretencioso, que creía impedir "a tiempo" con la independencia de la isla, la expansión norteamericana en América Latina; igualitico que cubanos inflamados que se consideran llamados a desempeñar un papel crucial en las elecciones de noviembre, en un país de más de 230 millones de ciudadanos habilitados para votar; como si Donald Trump dependiera del sufragio cubano-americano y no de los norteamericanos que reconocen sus cualidades.

Una Cuba plural, tolerante, rica y solidaria será el mejor triunfo sobre el totalitarismo de fusilados, ahogados en el Estrecho de la Florida, parametrados por ideología, raza y sexualidad, escasez crónica disfrazada de pobreza digna y mendicante de dólares y euros, discursos plagados de mentiras y trucos; y ofrecería una imagen impagable: El PCC pasaría de ser hegemónico a minoritario por votación popular.

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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano rectificando algo que dijo una testimoniante en el video ASÍ ERA CUBA ANTES DE 1959 ¡LA REALIDAD!

En Cuba habían 92 hospitales públicos (eran gratuitos); en La Habana  habían muchos de esos hospitales y no sólo el Hospital  Calixto García como expresó la testimoniante; algunos  de ellos fueron, por ejemplos,  el que la Robolución le llamó Hospital Infantil Pedro Borrás, que fue el hospital para niños  más grande de Latinoamérica y hoy desaparecido; otros eran  el Hospital de EmergenciasHospital Maternudad de Línea, Hospital  Maternidad Obrera, Hospital Ángel Arturo Aballí, Sanatorio La Esperanza, Hospital Nacional, Hospital Antituberculoso de Topes de Collantes, Hospital Antituberculoso de Guanito en Pinar del Río, etc. Existían organizaciones como la Organización Nacional de Dispensarios Infantiles (ONDI) y la Organización Nacional de Rehabilitación de Inválidos (ONRI) cuyas instalaciones de salud eran gratuitas; en esta  última organización se encontraba un centro de reabilitación de inválidos  que estaba ubicado  donde hoy se encuentra  el Hospital Ortopédico Frank País. En esa  de 1058  Cuba habían,  también gratuitas,  200 Casas de Socorro  que  ofrecian  los primeros auxilios para casos de urgencia así como  dispensarios para pobres.

En Cuba en 1958 existían  242 clínicas mutualistas con módicos precios entre los dos y tres pesos mensuales. aproximadamente, La Clínica Miramar (hoy llamada Cira García)  era la más cara  y su cuota mensual era de $10 pesos cubanos. 

 En Cuba también existían las consultas privadas,   las cuales  no eran gratuitas.

Pueden profundizar más  sobre la Salud en Cuba antes de 1959 leyendo:

Hospital de Emergencias

  El hoy desaparecido Hospital Infantil Pedro Borrás

En el artículo ANATOMÍA DE UN MITO: LA SALUD PÚBLICA ANTES Y DESPUÉS DE 1959 escrito por el  ex diplomático Castrista Juan Benemelis aparece la siguiente tabla:

 Otra aclaración: La Clínica  Covadonga  pertenecía al Centro Asturiano. La cuota mensual del Centro Asturiano, al igual que el del Centro Gallego, y de otros muchos centros  similares,  era de dos pesos y centavos, y se tenía derecho con esa cuota a participar en las actividades recreativas y  educacionales que se impartían en dichos centros,  así como a disponer de los servicios de  salud en las correspondientes clínicas (la del Centro Gallego era La Benéfica, la del Centro de Dependientes de La Habana era la Clínica de Dependientes, etc,) y a los clubs de playa de esas y otras instituciones como Hijas de Galicia, etc. En muchas otras ciudades y pueblos del interior de Cuba existían instituciones similares como, por ejemplo, La Colonia Española en  la ciudad de Pinar del Río, que tenía como clínica el actual Hospital Pediátrico de Pinar del Río y  su instalación de recreación en la  playa estaba ubicada en Las Canas.

Certificado de pago del Centro Asturiano por el valor de  $ 2.75  correspondiente al mes de abril de 1955

Parte de la Clínica de la Covadonga

Centro Gallego

Entrada de La Benéfica

ASÍ ERA CUBA ANTES DE 1959 ¡LA REALIDAD!

Los logros de Cuba antes del 1959: Lo que fue y ya no será gracias a Fidel Castro

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Sobre ¨la represión desatada por Batista¨  que menciona el articulista Carlos Cabrera Perez:


Revolucionarios: los terroristas "buenos"

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Legitimar la violencia como método válido para alcanzar una aspiración puede volverse en contra del Gobierno
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Por Miriam Celaya (seudónimo) 
La Habana 
Noviembre 04, 2019

En estos tiempos en que la corrección política del lenguaje se ha puesto de moda, pocos términos resultan tan ambiguos como "terrorismo". El uso y abuso de este concepto con fines políticos ha dado lugar a numerosas imprecisiones e interpretaciones, que suelen confundir la supuesta legitimidad de las motivaciones con las acciones terroristas.

Intimidación, secuestros, atentados con bombas, coerción, sabotajes, asesinatos selectivos o masivos, torturas, ejecuciones extrajudiciales, destrucción de bienes privados y públicos son tácticas comunes a grupos terroristas del más diverso pelaje -sean de carácter religioso, étnico, político o simplemente bandas criminales- cuyo objetivo es ganar espacios de dominación a través del terror social, sea a escala nacional o regional, llegando a afectar incluso las estructuras del poder y las relaciones a nivel internacional.

La naturaleza violenta de los actos terroristas por parte de grupos, organizaciones o gobiernos tiene como efectos la alteración de la paz pública y la desestabilización en las estructuras institucionales y económicas de los Estados. Además, provocan profundos daños a nivel humano, teniendo en cuenta que la mayoría de sus víctimas son civiles inocentes. Se trata, entonces, de hechos injustificables más allá de fundamentaciones ideológicas.

Habría que añadir a estas consideraciones generales otra complejidad del término: su carácter evolutivo. Décadas atrás, por ejemplo, la violencia revolucionaria contra el poder político en Cuba no se definía exactamente como terrorismo, aunque sí lo es a la luz de consideraciones actuales. Esto explica que en las escuelas se hayan omitido o reinterpretado los hechos violentos que tuvieron lugar fundamentalmente en la segunda mitad de los años 50 del pasado siglo, aunque sin abandonar el adoctrinamiento.

Así, los "grupos de acción y sabotaje" del Directorio Revolucionario -organización clandestina fundada el 24 de febrero de 1956 por el líder estudiantil universitario José Antonio Echeverría con el objetivo de apoyar a la guerrilla de Fidel Castro que operaba en la Sierra Maestra- han sido rebautizados simplemente como "grupos de acción", como si aquellos jóvenes en lugar de colocar bombas en lugares públicos, principalmente en la capital y en ciudades importantes del interior, se hubieran limitado a la inocua labor de repartir proclamas antigubernamentales, gritar consignas u orquestar mítines a favor de la Revolución.

Está claro que si aplicáramos los raseros actuales a los hechos que jalonaron la Revolución cubana, el propio asalto a un cuartel militar del ejército constitucional protagonizado por un puñado de hombres al mando de Fidel Castro es un acto definitivamente terrorista.

Terrorista fue también la toma de una estación de radio a punta de pistola -al mejor estilo gansteril de las películas estadounidenses- por parte del antes mencionado José Antonio Echeverría, quien gracias a ese hecho se convirtió quizás en el autor del más sonado fake news de la época al anunciar la falsa muerte (dizque ajusticiamiento) del dictador del momento, Fulgencio Batista.

La lista de signo terrorista que ha marcado nuestra historia sería interminable, pero no tendría mucho sentido ahondar en ello, habida cuenta que -para bien y para mal- la justicia no tiene carácter retroactivo.

No obstante, es notoria la utilidad instrumental que hace el Gobierno cubano de este término. Para el castrismo todo el que se le opone es susceptible de ser acusado de terrorista al servicio de una potencia extranjera. Estos son terroristas malos. Y, so pretexto de salvaguardar ese valor superior que es la Patria-Revolución (asediada, acechada, amenazada por un poderoso enemigo externo), les aplica impunemente la violencia de los cuerpos represivos, los mítines de repudio, las lapidaciones de prestigio, la descalificación, el acoso, la cárcel, la muerte y el destierro.

Actualmente, y en proporción con la profundización de la crisis estructural del sistema, en Cuba hay un repunte de lo que en otras situaciones y escenarios sería considerado terrorismo de Estado. Ahora la coerción, la intimidación y el terror represivo no se limita a los grupos opositores y disidentes sino que se dirige contra toda la sociedad civil, incluyendo artistas contestatarios, ciudadanos incómodos o grupos de emprendedores independientes que cuestionen en cualquier sentido las disposiciones del poder.

Y como si no bastara la espiral represiva, silenciada en los medios oficiales, algunas señales que se emiten desde el monopolio de televisión gubernamental tienden a revalorizar y legitimar en el imaginario social el terrorismo "revolucionario".

Así se evidenció el pasado 30 de octubre durante la emisión de la telenovela cubana de turno - Entrega- que se está transmitiendo los lunes, miércoles y viernes en el canal principal del país ( Cubavisión) en el horario estelar de las 9 pm.

En una escena completamente prescindible un profesor de Historia de un preuniversitario de la capital, hacía una apologética referencia a Urselia Díaz Báez como "la primera heroína del clandestinaje", que falleció en septiembre de 1957 en el Teatro América de la céntrica calle Galiano, en La Habana, a causa de la explosión de una bomba que llevaba adherida a su muslo y que estalló antes que tuviera tiempo de colocarla bajo alguna luneta o en el baño donde finalmente encontraron su cuerpo destrozado.

El profesor de marras no se limitó a apelar a la memoria de aquella muchacha de 18 años, una perfecta desconocida para la inmensa mayoría de los cubanos, sino que desafió a sus alumnos a tener el valor de aquella torpe terrorista a la hora de defender la Revolución. "¿Quién de ustedes se atrevería a andar con una bomba bajo la ropa?", inquirió el maestro a sus estudiantes adolescentes. El mensaje, no disimulado, es que el terrorismo es lícito, siempre que se realice en aras de la salvaguarda de la revolución de Castro.

Desliz, descuido o deliberada estrategia, resulta mala cosa a estas alturas del siglo XXI influir a los jóvenes televidentes en la cultura de la violencia desde los poderosos medios oficiales, en una sociedad llena de tensiones y frisada por el rencor, la polarización y las frustraciones, largamente acumulados.

Y también un arma de doble filo, porque si los cubanos de hoy interiorizan la violencia como método legítimo para alcanzar sus aspiraciones y libertades, bien podrían volverse en su día contra el propio poder que les corta las alas y contra sus instituciones, con consecuencias impredecibles. Si en medio del descontento social generalizado el Gobierno cubano sigue tensando la cuerda, quizás tendrá ocasión de lamentarlo.

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FOTOS DE ALGUNAS ACCIONES TERRORISTAS REVOLUCIONARIAS LLEVADAS A CABO ANTES DEL TRIUNFO DEL 1 DE ENERO DE 1959


Fotos de policías asesinados aunque en la foto  inmediatamente anterior aparecen las fotos de  los cadáveres de dos revolucionarios  junto a las de los cadáveres de  varios  miembros de la Policía Nacional y la de una persona  que no era ni lo uno  ni lo otro  (hoy se le llama  ¨baja colateral¨) que murió cuando los ¨revolucionarios¨ le dispararon al policía.  El revolucionario de la foto superior izquierda es el famoso terrorista Gerardo Abreu Cantero, más conocido como ¨Fontán¨; al lado de esa foto se encuentra  la de un revolucionario que se desalzó que pudo ser víctima mortal  de sus antiguos camaradas de lucha para que no descubriera las  posiciones o planes guerrilleros o muerto por la Policía Nacional.  Hago el señalamiento que  el único  atentado a una alta autoridad represiva que recuerdo fue  el que mató en Holguín al  Coronel Fermín Cowley Gallegos, el cual iba desarmado y con un solo  escolta que se  había dirigido a otro lugar mientras Cowley estaba comprando una pieza para su avioneta; el jefe del comando terrorista fue William Gálvez si mal no recuerdo.  Pueden ver un  Resumen de Bohemia  de los atentados, muertos y heridos en 1958  (de ambas partes contendientes  así como personas ajenas a  esas contienda)  haciendo click AQUÍ. En el manifiesto de la Sierra Maestra del 12 de marzo de 1958 Fidel Castro y Faustino Pérez llamaronm con otras palabras,  a incrementar el terror para que se suspendieran las Elecciones Generales que se  llevarían a cabo  y para  las cuales Batista  hizo  gestiones para que el M-26-7 participara en ella como un partido político más; Fidel Castro  se negó, pues la historia demostró que no queria Poder sino TODO el Poder y de manera vitalicia.



Las dos fotos anteriores corresponden a la Bohemia del 16 de febrero de 1958. En la la enciclopedia Castrista Ecured se lee lo siguiente sobre ¨Fontán¨ :


(fragmento)

Por esa época pertenece a el Partido Ortodoxo y dentro de sus filas realizó una ardua labor llegándose a convertir en un prestigioso dirigente de base. Después del Moncada estrecha contactos con algunos de los participantes en aquella acción. Es uno de los fundadores del Movimiento 26 de Julio y forma parte de su Dirección Nacional. Organiza, junto a Ñico López, las brigadas, que eran las tropas de choque del Movimiento en el llano. Fontán recluta militantes, recauda fondos, contribuye a la preparación de la insurrección armada y realiza otras múltiples tareas que ocuparon su atención por espacio de meses de difícil y tenso trabajo.

Cuando Ñico Lopez parte hacia México para enrolarse en la expedición del Granma, Fontán asume la dirección de las brigadas del 26 de julio en La Habana. Desplega una actividad tan intensa que atrae sobre sí la atención de la tiranía, que empieza a perseguirlo tenazmente. Una de las acciones organizadas por Fontán, que tiene mayor repercusión en la capital, es la colocación de más de 100 bombas en una noche.

Luego del desembarco del Granma sus actividades se multiplican, realizando diversas y riesgosas acciones. Las fuerzas represivas perseguen a Fontán constantemente. En la más absoluta clandestinidad actua desde el desembarco del Granma hasta su muerte. En ese período cuando crece el odio de los sicarios del régimen contra el infatigable combatiente, él se gana la admiración, el respeto y el cariño de los restantes dirigentes del Movimiento y de los hombres que combatían bajo sus órdenes.

Muerte
El 6 de febrero de 1958, es identificado por los esbirros de Ventura y perseguido hasta la calle Santa Rosa, donde lo detuvo una perseguidora que transita casualmente por allí. Es arrestado cuando se dispone a subir a un ómnibus en la esquina de Infanta y Manglar. Conduciéndolo a la Novena Estación de Policía donde es brutalmente torturado para obtener información sobre los compañeros que integraban el Movimiento 26 de Julio en La Habana, conocidos por él y también acerca del lugar donde se ocultaban las armas.

Su cadáver presentaba 15 perforaciones producidas por armas de fuego y 57 punzonazos; le habían cortado la lengua y sus órganos genitales estaban completamente destrozados, pero ni aún así pudieron doblegar al valiente revolucionario. Al día siguiente su cadáver aparece al lado del edificio del llamado palacio de los Tribunales de Justicia, en lo que es hoy la Plaza de la Revolución.
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  Urselia Díaz Baez  quien murió cuando le explotó una bomba  mientras la estaba armando  en el baño del  famoso cine habanero América en plena función. Urselia era en ese entonces novia de Antonio Briones Montoto, hijo de Newton Briones quien fue el que armó la bomba  que mató, no instantaneamente, al que delató a Antonio Guiteras  y donde se escondía. Antonio Briones Montoto moriría infiltrándose en Venezuela después de pertenecer a la guardia personal del tirano Fidel Castro y miembro de  las incipientes  Tropas Especiales del MININT. En el cine Riesgo de la ciudad de Pinar del Río (que después del triunfo de la Revolución se le llamaría CineTeatro Pedro Zaydén) los revolucionarios   cometieron un acto terrorista en  dicho cine, pero de  ese acto terrorista no se habla en la prensa de  Cuba  y sí del incendio que supuestamente provocó la organización antiCastrista Frente Unido Occidental (FUO) después del triunfo de la Revolución. Uno de los jefes provinciales de la provincia de Pinar del Río, ya fallecido,  me  contó  como explotaron varios petardos en una visita del circo norteamericano Ringling Brothers .  Un  revolucionario de apellido   Rojas introdujo  explosivos dentro de un pavo que mandó a hornear para Nochebuena  en la panadería-dulcería El Tomeguín; el artefacto explotó causando heridos y destrozos al inmueble. En la gasolinera que estaba al lado de ¨la bodega de Ceferino¨ en la calle Máximo Gómez de la ciudad de Pinar del Río un revolucionario colocó un explosivo que  al explotar mató al sereno que era un padre de familia que vivía por el camino de la ceniza; ese trágico hecho me lo contó una anciana que era prima del sereno. En Cuba es tabú hablar del terrorismo revolucionario antes de la Revolución en la lucha contra el régimen de  Fulgencio Batista.




 Estragos de un atentado terrorista revolucionario en el Tent Cents de la calle Galiano en La Habana. Una señora resultó gravemente herida



Terrorista al que se le explotó un petardo en el jeep en que viajaba. Foto despues del  1 de enero de 1959
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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Respecto a la falsedad de los supuestos 20 000 mártires de la Revolución:

Hago notar que en  la Guerra de Independencia de 1895 hubo aproximadamente 11 000 muertos del Ejército Libertador y ya en 1901 sus nombres y apellidos, ordenados alfabéticamente con sus grados militares y otros datos, estaban publicados; esta labor fue dirigida por el Mayor General Carlos Roloff. El Castrismo EN ESTOS 60 AÑOS NUNCA ha publicado la lista de los mártires de la Revolución en la lucha contra Batista para que no se le descubran las mentiras. Para ver un estudio comparativo entre los regímens de Batista y Fidel Castro desde el punto represivo pueden leer mi artículo BREVE ESTUDIO COMPARATIVO DE LAS MUERTES, PRISIONES Y PRESOS DURANTE LAS DICTADURAS DE FULGENCIO BATISTA Y DE FIDEL Y RAÚLCASTRO publicado en el número 42. página 100 y siguientes, de la Revista Hispano Cubana, revista de la Fundación Hispano Cubana  localizada en Madrid

He leido que la cifra de los 20 000 muertos fue dicha primeramente por el Ex Presidente Ramón Grau San Martín. No obstante, en Bohemia en los primeros días de enero apareció este artículo en el que tuvo mucho que ver el dipsómano de apellido  de la Osa, responsable de la sección En Cuba de dicha revista:


Cifras más cercanas a la verdad son las obtenidas y publicada por Archivo Cuba o CubaArchive:



La correlación entre entre la lucha contra el gobierno de Batista y la consecuente represión por parte  de elementos de ese gobierno y de simpatizantes de ese gobierno se muestra  en los siguientes gráficos:



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