lunes, septiembre 14, 2020

Dr. Alberto Roteta Dorado: COVID-19, MARATÓNICA CARRERA POR UNA VACUNA (Primera Parte)

GR8 América, Sin Filtros

16 septiembre 2020

"Seremos capaces de distribuir 100 millones de dosis de vacunas para el final de 2020, y luego un número muy grande después", afirmó Trump en una rueda de prensa en la Casa Blanca. 

El presidente de los Estados Unidos responde a los informes de que los miembros del personal de la Casa Blanca dieron positivo, dice que solo un miembro del personal dio positivo.

Rueda de prensa del día 16 de septiembre de 2020 

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EN ESPAÑOL  Donald TRUMP  promete 100 millones de dosis para fin de año

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 COVID-19, MARATÓNICA CARRERA POR UNA VACUNA (-I-)

 Por: Dr. Alberto Roteta Dorado.

13 septiembre, 2020

Santa Cruz de Tenerife. España.- Si en algo existe una uniformidad de criterios, si de pandemia por coronavirus se trata, es en la idea de que solo con una vacunación efectiva se podrá detener la maligna influencia de esta nueva modalidad vírica conocida como SARS-CoV-2, de la familia de los Coronavirus; pero, insisto, solo con una vacunación efectiva, esto es, que luego de pasar por las diferentes fases experimentales que se requiere antes de poder ser considerada adecuada para ser aplicada en humanos, se pueda demostrar su verdadera efectividad y se evalúen los posibles riesgos, reacciones adversas, durabilidad del efecto inmunitario, entre otras tantas cosas de las que solo saben los hombres de ciencia dedicados casi por completo a estos asuntos. 

No son los políticos, líderes de grupos y organizaciones, gobernantes y presidentes de naciones, instituciones no científicas, etc., quienes deben tomar decisiones  – la aprobación luego de una correcta evaluación científica y siempre bajo la consulta de sus asesores es algo diferente y válido– en este sentido, como tampoco les corresponde opinar de manera pública acerca de la posible efectividad o no de vacunas y fármacos que ni siquiera han logrado vencer las fases preliminares de una investigación acelerada y maratónica, como la que actualmente tiene lugar para frenar la pandemia originada por el SARS-CoV-2 mediante la vacunación.    

Es cierto que de manera natural, esto es, lo que se denomina el curso natural de la enfermedad, la virulencia del agente causal de la enfermedad denominada COVID-19 puede atenuarse un tanto en la medida en que pase el tiempo, así como la enfermedad propiamente dicha hacerse menos agresiva al causar menos síntomas y complicaciones en los enfermos; de hecho, actualmente se diagnostican cientos de casos que resultan ser totalmente asintomáticos o presentar solo síntomas leves.    

No obstante, todo lo anterior, excepto la idea de una vacunación inminente y segura como remedio único, cae en el terreno de lo especulativo, aún cuando lo que afirmo está sustentado en datos estadísticos correspondientes a fuentes que considero confiables. En esto de las enfermedades infecciosas nunca se tiene toda la verdad. Cuando crees que se ha erradicado casi por completo determinada enfermedad reaparecen casos capaces de alterar todo el equilibrio epidemiológico del mundo, toda vez que, una vez existan unos pocos  contagiados se corre el riesgo de la diseminación directa a múltiples personas de cualquier latitud. El fenómeno de lo emergente y lo re-emergente es una realidad científica y no una simple anotación que a modo de hipótesis se promueve como conocimiento sensacionalista.  

A pocas semanas de haber avanzado la pandemia actual lo mejor de la comunidad científica mundial se cuestionaba cuando tardaría la existencia de una vacuna eficaz, toda vez que existen procedimientos científicos – no trámites burocráticos como algunos creen en medio su total desconocimiento e ignorancia–  para que una vacuna pueda ser puesta a prueba en humanos, demostrar su efectividad, salir al mercado y ser administrada de manera segura a grandes sectores poblacionales.   

Pero lo primero es tener la vacuna, algo que, por suerte para la humanidad, ya está disponible, aunque no aplicable aún, como ya se ha hecho en unos pocos países, cuyos gobiernos desafiando las leyes de la biología, la virología y la medicina se han anticipado demasiado, no tanto por salvar a la humanidad; sino por tal de llevarse los méritos en esta contienda, que como todos saben tiene mucho de ciencia y de medicina, y mucho también de estrategias políticas, económicas y comerciales. 

RUSIA, LA SPUTNIK V Y LAS AMBICIONES DE PUTIN

Así las cosas, se sabía de antemano que los rusos, en su afán de ser pioneros en todo, pretendían ser los iniciadores de las investigaciones vacunales y en exportar al mundo un remedio contra la enfermedad producida por el nuevo coronavirus (SARS-CoV-2). El 17 de julio R-Pharm anunció que la vacuna de Oxford sería producida en Rusia y exportada. No se trata de una invención de los rusos, sino de un acuerdo con Astrazeneca para producir en Rusia una vacuna, cuyo proyecto fue desarrollado por la universidad de Oxford. 

Esto demuestra que los rusos estaban desde un tiempo atrás sobre las pistas de la vacuna, lo que, sin duda, al materializarse, los situaría a la vanguardia del mundo como portadores del "milagro" esperado por todos, aún cuando no se trata de una invención rusa, sino de una producción de este país.  

Londres había acusado previamente a un grupo de piratas informáticos presuntamente vinculados con agencias de inteligencia rusas de tener como diana de sus ataques piratas a científicos que trabajaban en dicha vacuna. 

De cualquier modo, hace unas tres semanas el presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció públicamente la existencia de una vacuna rusa, y lo peor, que utilizó como propaganda a su propia hija, según él, vacunada con dicha vacuna; pero el peor error del presidente consiste en haber afirmado que el experimento proporciona una "inmunidad duradera". 

Los presidentes deberán opinar de política, si es que saben de política – en estos duros tiempos los presidentes están demasiado alejados del modelo ideal diseñado por Platón en los tiempos de la Grecia antigua–. Cuando no se es científico cualquier disparate puede hacerse “viral”, como suele decirse ahora, y el error garrafal de Putin pasará a la historia como las peores cosas que un político ha afirmado dentro de la contextualidad de la pandemia.   

Putin será recordado por el disparate tan anticipado acerca de una inmunidad duradera, aún cuando no se ha demostrado según los estudios protocolares la efectividad de este nuevo fármaco, independientemente de su pérdida del control ante el ritmo desenfrenado de la pandemia en Rusia.*

Por esto la Organización Mundial de la Salud (OMS) se muestra hasta el momento demasiado escéptica en relación a la propaganda rusa. Una semana antes de las afirmaciones del presidente ruso la OMS no incluía la vacuna rusa entre las cinco que se encuentran en la última fase de su desarrollo. Este organismo sanitario ha insistido en que la vacuna rusa aún debe superar los trámites de precalificación y revisión que se exigen a modo de protocolo. 

Más de 30 países están interesados en adquirir el producto ruso, de los que más de 20 han hecho pedidos de compra de mil millones de dosis, amén de los acuerdos para producirla en varios países, entre los que se encuentra Cuba, cuyo régimen dictatorial con esta “colaboración” se anotará otro “mérito” para exhibir a un mundo que hace ya un buen tiempo dejó de creer en ellos. 

De acuerdo con la información publicada por el Fondo de Inversión Directa de Rusia (RDIF) entre los potenciales compradores de la vacuna se encuentran: Grecia, Serbia, Bosnia y Herzegovina, Moldavia y Bielorrusia, todos pertenecientes a la antigua y desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). En Asia los posibles compradores serían Kazajstán, Turkmenistán, Uzbekistán, India (país dispuesto además a producir la vacuna rusa), Nepal, Bangladesh, Vietnam, Corea del Sur y Japón.

En el Medio Oriente, Arabia Saudita y Filipinas dicen estar preparadas para empezar a realizar pruebas en Fase III con dicha vacuna rusa, mientras los Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Israel, Palestina y Turquía también han mostrado su interés. Argelia, Egipto y Nigeria serían los países africanos en la lista de potenciales clientes elaborada por el Fondo Soberano Ruso.

Del continente americano se encuentra México, único país de América del Norte, cuyas autoridades acordaron la entrega de 32 millones de dosis, además de Venezuela, Brasil, nación que, además de la compra de 50 millones de dosis, participará en la realización de ensayos clínicos y prepara instalaciones para producir la vacuna en su territorio, así como Perú y Argentina.

Este 4 de septiembre la revista The Lancet publicó un artículo científico de los investigadores del Centro Nacional de Epidemiología y Microbiología Nikolai Gamaleya de Moscú, responsables de su desarrollo de la Sputnik V, en el que hacen referencia al éxito de los primeros ensayos clínicos realizados en humanos. No obstante, las conclusiones resultan aún insuficientes para autorizar el uso del nuevo fármaco, lo que ha sido motivo para más de una veintena de científicos de universidades y centros sanitarios de Italia, Suiza, Suecia, Japón, Estados Unidos, Alemania, Australia y Reino Unido, entre otros, firmaran un documento en desacuerdo con la comercialización cuasi inmediata de la vacuna rusa. 

Y así las cosas, y sin escuchar los reclamos de la comunidad científica internacional ni las exigencias de la OMS, este sábado, 12 de septiembre, el Ministerio de Salud de Rusia anunció que ha enviado el primer lote de la Sputnik V a diferentes zonas del país donde se priorizarán aquellas personas con factores de riesgo más elevado, en los que se espera lograr, al menos, dos años de inmunidad. 

Ya sabremos de la efectividad de la Sputnik V y de otras vacunas que de manera paralela se ensayan en el mundo – de las que trataré en una segunda parte de este escrito–, incluida una segunda rusa en fase II, según declaraciones del Instituto de Virología Vectorial de Siberia.**

Si se demuestra la efectividad de la “vacuna rusa”, luego de los protocolos establecidos por la OMS, bienvenida sea. Lo importante es lograr detener un terrible mal que nos recuerda los viejos tiempos de la Edad Media con sus grandes epidemias de peste y cólera; aunque siempre será mejor una vacuna apartada de la politización exagerada, algo que no es caso de la llamada Sputnik V, por lo de los supuestos avances en el ámbito espacial de hace algunas décadas, cuando los terribles tiempos comunistas de la URSS. 

Continuará….

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*Rusia supera el millón de contagiados por coronavirus (es el cuarto país del mundo, por detrás de India). Siete meses después, desde que el 2 de marzo se registrase el primer caso de COVID-19 oriundo de Rusia, el país alcanzó el millón de contagios, concretamente: 1.000.048, tras sumar 4.729 en 24 horas – dato del 1 de septiembre–. La mayoría se detectaron en la capital (641), San Petersburgo (185) y la provincia de Moscú (156). Este domingo, 13 de septiembre, alcanzó la cifra de 1.059.024 casos positivos. Sin embargo, ocupa el duodécimo lugar respecto al número de fallecidos (18.517). Resulta llamativo el comportamiento de la pandemia en este país, toda vez que se mantuvo con un escaso número de casos durante los primeros meses de la pandemia para luego alcanzar un sorprendente incremento de personas contagiadas. 

** El Instituto de Virología Vectorial de Siberia completó este martes 8 de septiembre del 2020 los ensayos de etapa temprana en humanos, conocido como ensayos de Fase II, de una segunda potencial vacuna rusa para el COVID-19, reportó la agencia de noticias Interfax citando al organismo de control estatal de seguridad del consumidor. 


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