miércoles, diciembre 22, 2021

Roberto Álvarez Quiñones: ¿Pretende Castro II salvar a Cuba con el marxismo-leninismo?

 Tomado de https://diariodecuba.com

¿Pretende Castro II salvar a Cuba con el marxismo-leninismo?

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Presidente, primer ministro y ministro de Economía abogan por la 'conciencia' de los cubanos para salvarse de la crisis del país.

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Roberto Álvarez Quiñones

Los Ángeles

22 Diciembre 2021

Raúl Castro y sus apandillados siguen negándose a aceptar que la crisis nacional actual es terminal, y que es imprescindible dar paso a una transición que haga regresar al país a la racionalidad del mundo civilizado de la que fue apartada hace ya 63 años. Si ellos no lo hacen, el paso a la transición vendrá de todas formas, pero será violento.

Y encima de que agravan el hambre, la escasez de alimentos, y la violación masiva de los derechos humanos, ahora se burlan de todos. Pretenden resucitar en "las masas" el cadáver del marxismo-leninismo, que fue cremado y sepultado en las murallas del Kremlin hace 30 años. Cadáver que ellos también sepultaron en Cuba cuando pusieron fin al pacto social socialista ortodoxo, que ofrecía empleo y ciertos servicios sociales a los ciudadanos por ser esclavos del Estado "revolucionario".

Aquel "Papá Estado" había sido posible por los subsidios de la Unión Soviética, pues la economía castrista era (y es) incapaz de sustentarse a sí misma. Y alcanzó su máxima expresión en los años 80.

Claro, estaba a años luz del contrato social que el filósofo-político franco-suizo Jean-Jacques Rousseau entregó al mundo en 1762, y que tituló El Contrato Social o Principios de Derecho Político, afincado en la libertad e igualdad de los hombres bajo un Estado basado en una especie de pacto o contrato social.

Rousseau, una de las principales figuras de la Ilustración europea del siglo XVIII, postulaba que el individuo es la piedra angular de la sociedad y necesita de un Estado de derecho que asegure su libertad y el derecho a la propiedad privada de los individuos, garantizado por la sociedad (el Estado). Del carácter antisocialista de dicho contrato social basta leer esta frase de Rousseau: "Cuanto más crece el Estado, más disminuye la libertad".

"Papá Estado" fue sustituido por una pandilla de mafiosos

No obstante, del lobo un pelo, como reza un viejo refrán. Ya que a los cubanos el comunismo les cercenó sus libertades más elementales, al menos el Estado proxeneta castrista mediante una cartilla de racionamiento y precios subsidiados les daba lo mínimo para no pasar hambre y sobrellevar su condición de "instrumentos parlantes", como llamaba Marco Terencio Varrón a los esclavos en la Roma clásica.

Era con el dinero del tío Sacha que los Castro sostenían sistemas de salud pública y de educación de nivel aceptable, daban empleo incluso de más, pues inflaban las plantillas laborales con miles de trabajadores sobrantes que hicieron de Cuba el país con más baja productividad laboral de Occidente.

Todo aquel paternalismo con dinero ajeno se vino abajo junto con la URSS. Después, con Venezuela como "paganini", la dictadura mantuvo a duras penas algunos "beneficios", hasta que la economía venezolana se hundió en una crisis profunda.

Con el nuevo destete, esta vez de la nodriza sudamericana, Raúl Castro y su Junta Militar siguieron sin aceptar la inviabilidad del modelo económico socialista que hasta el mismísimo Fidel Castro reconoció en un desliz senil durante una entrevista periodística en 2010.

Lo que hicieron fue echar a un lado el Estado socialista y, constituidos ya como mafia criminal transnacional, erigieron un modelo de capitalismo militar corporativo de Estado de corte fascista, ferozmente represivo, para beneficio exclusivo de ellos.

Hoy los cubanos continúan siendo esclavos sin libertades ni derechos, y ahora también abandonados por el otrora "Papá Estado". Para colmo, les prohíben producir por su cuenta lo que necesitan. Por eso cunde el hambre y la pobreza extrema, agravada con la terapia de choque Tarea de Ordenamiento.

¿Y qué hacen los responsables de tanta hambre y pobreza extrema, empeorada por esa Tarea de Ordenamiento? Empeorarla. Ahora con la burla grotesca del regreso a apelar a la "conciencia" del pueblo y a estudiar manuales de marxismo-leninismo, incluidos probablemente el folleto antihistórico de Blas Roca Fundamentos del socialismo en Cuba, y el ensayo anarco-trotskista del Che Guevara El socialismo y el hombre en Cuba.

El asistente de Castro II, Miguel Díaz-Canel, en un pleno del Comité Central del Partido Comunista, obviamente cumpliendo órdenes de su jefe, afirmó que los problemas del país se van a resolver si se vuelve a "apelar desde el materialismo histórico, desde el materialismo dialéctico, desde la economía política(…) para el análisis cotidiano que desde la revolución tenemos que hacer de todos los procesos que estamos enfrentando en lo político, en lo económico y en lo social".

Aseguró que para reducir los altos precios hay que hacer dos cosas: 1) "una discusión política" con los agricultores privados para que renuncien "a un determinado nivel de rentabilidad o de ganancia particular o colectiva en función de bajar los precios"; y 2) organizar al pueblo para que sea quien controle los precios. O sea, que ayuden a imponer multas abusivas y a meter más cuentapropistas y agricultores en la cárcel.

Lo mismo dijo el ministro de Economía, Alejandro Gil, que para aumentar la oferta y bajar los precios de los alimentos habría que importarlos, pero como no hay divisas "la solución es política, hay que discutir con los productores, con los intermediarios y con los otros actores que intervienen en la cadena de valor, convocando a la conciencia, a la solidaridad, como corresponde a una sociedad socialista que lo da todo a favor del pueblo".

En tanto, el premier Manuel Marrero anunció que, aunque el objetivo de la Tarea de Ordenamiento "no se ha cumplido del todo", no se suspenderá. Se van a "rectificar" errores y seguirá vigente.

Es decir, en vez de liberarse las fuerzas productivas, el año 2022 comenzará con tres de deja vu: 1) retorno al estudio masivo del marxismo; 2) llamados a la "conciencia revolucionaria" de los trabajadores para que se esfuerce al máximo ganando cada vez menos, lo que equivale a volver a formar el "hombre nuevo" guevarista; y 3) otra "rectificación de errores y tendencias negativas" como la de mediados de los años 80.

¿Rectificación de errores?

De la conciencia del "hombre nuevo" vale aclarar que aquello fue un plagio del "hombre superior" nazi, derivado del "superhombre" que Hitler le tomó prestado al misántropo y nihilista filósofo Friedrich Nietzsche.

De dicha idiotez guevarista-hitleriana no vale la pena hablar. De la "rectificación de errores"  recordemos que fue para retroceder, no para avanzar. Por pánico a la perestroika de Gorbachov, que ya estaba "alebrestando" a los cubanos, Fidel Castro paró la flexibilización socialista aplicada con el cálculo económico soviético, bautizada por él como Sistema de Dirección y Planificación de la Economía (SDPE), que había sustituido al absurdo sistema guevarista-estalinista de centralización a ultranza de la economía.

Con el SDPE se había dado cierta autonomía a las empresas, y estímulos monetarios a los trabajadores, se abrieron los mercados campesinos. La producción de bienes y servicios se recuperó un poco y la población sintió un pequeño alivio con el "mercado paralelo" y los "mercaditos". Pero el dictador voló en pedazos aquel respiro de la gente. Regresó al estalinismo-guevarismo ortodoxo y la economía se hundió en una crisis tal que si no hubo hambruna fue porque Moscú amentó sus subsidios.

Ahora igualmente la "rectificación de errores" lo empeorará todo. Volverán los topes de precios que agravarán la escasez y la inflación. Y convoyados por la institucionalización del chivatazo público. Obligarán a los consumidores a denunciar a los productores y cuentapropistas que para poder subsistir tienen que subir los precios.

La cúpula dictatorial, además de su crueldad, muestra su asombrosa incompetencia. Lejos de abrir la economía, provoca más escasez y caldea más el descontento popular. Crea condiciones para que el final del castrismo no sea pacífico. Porque el hambre sí tumba tiranías. Fue lo que ocurrió en París el 14 de julio de 1789. Los parisinos enfurecidos asaltaron la fortaleza de la Bastilla y pusieron fin a la monarquía parasitaria que los hambreaba.

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1 Comments:

At 3:24 a. m., Anonymous Realpolitik said...

La cosa ha durado tanto tiempo que los que mandan se creen intocables e impunes--tanto, que no temen ni hacer el ridículo, lo cual hacen con bastante frecuencia. Eso en parte se debe a los dinosaurios que siguen en pie, pero hay mucha pobreza de pensamiento y de imaginación, mucho estancamiento, mucha inercia. Se trata de gente que nunca hubiera llegado muy lejos a base de talento, y como no merece la posición que tiene, se aferra a lo que tiene a mano--la fuerza armada y el sistema represivo, y por supuesto la mentira y la propaganda.

 

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