jueves, agosto 04, 2022

Cuba: sobre la compra y venta de dólares en Cuba. Agosto 2022

 MONOLOGO DE LACHY "LA ESTAFA DE DIAZ CANEL"



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Tomado de https://www.facebook.com/

Rompiendo Cadenas

Sujeto A tenía 100usd, los mete en el banco y le dan 87.50cuc. El banco 🏦 decide eliminar esa moneda y cambiarla a 1x25 = sujeto A tiene 2187.50cup. El banco 🏦 inventa Nueva moneda 💱 MLC, sin tasa de venta. Se dispara el precio a 120cup por cada 1usd. Sujeto A tiene ahora 18.22usd. Antes tenías 100 dólares ahora 18. Esto se llama ROBO del estado contra la población indefensa!!!

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Tomado de https://www.facebook.com

Por Jorge Félix Hernández Capote

3 de agosto,2022

El 21 de junio del 2021 las entidades bancarias de Cuba dejaron de recibir el dólar estadounidense, el argumento: los obstáculos del bloqueo para utilizar esta moneda en el exterior.

Hoy 3 de agosto, cuando se cumplen 13 meses y unos días de la implementación de esta medida, informan que van a comprar está moneda y a una tasa que nunca pensé,  1 USD X 120 CUP, prácticamente a cómo está en el mercado informal.

Tal parece que durante estos 13 meses estuvimos a prueba a ver cuál sería el cambio más alto y bueno llegó a 120 y ese es el que quedó.

No hay que estudiar cinco años economía para darse cuenta de lo que va a pasar; ahora el mercado informal va a proponer una tasa más atractiva para el que tenga dólar y quiera peso cubanos; esta puede ser (125 o 130...) Y claro que el que tenga dólar se lo va a vender a este mercado porque les da más. Sin embargo el que quiera comprar dólar, el banco no lo vende y por lo tanto tiene que ir a comprar al mercado informal que lo venderá a cómo entienda pues la demanda será elevada, de seguro +130.

Todo este panorama nuevamente provoca:

  • Devaluación del peso cubano.
  • Suben más los precios de los productos.
  • El salario que había ascendido, ahora cuando se divida por 120, un ejemplo el salario mínimo de 2100 será de tan solo será de 17.5 dólar, casi lo mismo que antes del incremento salarial.

Que tristeza por mi Cuba, por mi familia y mi gente.

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Tomado de https://www.cibercuba.com

El gobierno a la caza de los últimos dólares

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Pronto tendremos el dólar a 150, y el gobierno tendrá que decidir si se adapta y modifica su tasa. Si quiere estos dólares no le quedará más remedio y esta medida solo confirma que están desesperados.

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Por Luis Flores

04/08/2022 

El gobierno ha salido a la caza de los últimos dólares en manos de los cubanos

El ministro más Gil del mundo anunció que se cambiarían los pesos cubanos a 120 por dólar. Esto poco tiempo después de que por todos los medios acusaran a la prensa independiente y las redes sociales de manipular artificialmente el valor del mercado informal.

No tuvo que pasar mucho tiempo para desmentirse. La tasa que han fijado es EXACTAMENTE la misma que la del mercado informal. ¿Por qué esa y no otra? ¿Por qué no 100 o 140? Han aceptado que la realidad del mercado ya no es de ellos, es de la calle. Y debe de haber sido duro para la dictadura asimilar esta realidad.

Ahora atacarán al mercado informal para evitar que se les escapen los dólares que tanto necesitan, saben que esta medida en paralelo a un mercado informal dinámico y cambiante solo traerá que el dólar suba de precio rápidamente. Ya hay oferta de dólares en Revolico a $130 CUP, y pronto puede ir a más. La única forma de pararlo es eliminar la competencia.

Pero esto será otra tarea fallida, arrestarán a unos y amedrentarán a otros, pero vendrán otros nuevos, más valientes o necesitados, y con el riesgo aumentará también el precio. Son las cosas del mercado.

Pronto tendremos el dólar a 150, y el gobierno tendrá que decidir si se adapta y modifica su tasa. Si quiere estos dólares no le quedará más remedio y esta medida solo confirma que están desesperados.

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Tomado de https://www.facebook.com/

Diez dólares y cinco bancos recorridos, los dilemas de un cubano para vender sus divisas…

Saco mi billete del bolsillo y lo miro casi con cariño. Qué trabajo le va a costar a Gil quitarle sus dólares al cubano.

Salí a las calles de La Habana con diez dólares en el bolsillo. Un billete sudoroso, luchado, fortuna en miniatura para el país de las sorpresas bancarias. No olvidaba las palabras del ministro de Economía, sereno como un verdugo entre la presidenta del Banco Central y el afirmativo Randy Alonso.

Encorbatado y pulcro, Alejandro Gil prometía cambiar cada uno de mis dólares por 120 pesos, o algo por el estilo, porque la cifra tendría que sufrir la mordida de una comisión. Empecé a caminar hacia Infanta preguntándome cuántos dólares iría a vender el propio Gil, un hombre que dice estar siempre "en la concreta" y para el cual "no hay recetas mágicas" cuando se habla de economía.

Llegué a la Cadeca de Infanta, y no vi por allí a ninguno de los "jóvenes talentosos" y los "profesores de la academia" que iluminaron al ministro para gestionar esta medida. Me recibió un mulato uniformado, mayor, que vestía impecablemente su uniforme. "Usted vio la Mesa Redonda ayer, ¿no?", me preguntó con amabilidad.

Respondí que sí y al instante apareció la dependiente, nerviosa como una hormiga brava, y me dijo: "¿Trajiste tu carné de identidad?". No pude evitar la sonrisa. ¿Así que Gil no solo pretendía abrir los bancos como ratoneras para capturar divisas, sino también estar al tanto de quién tiene dólares y cuántos está dispuesto a vender?.

"Se me quedó, compañera", dije, y seguí caminando por Centro Habana, dispuesto a averiguar qué otras reglas secretas tendría el juego de Alejandro Gil, en sus primeras horas de funcionamiento.

Llegué a la Cadeca de Infanta, y no vi por allí a ninguno de los "jóvenes talentosos" y los "profesores de la academia" que iluminaron al ministro para gestionar esta medida. 

El que hace la ley, hace la trampa, dice el refrán. Sin embargo, aquí todo es resbaloso, oscuro, y no obedece a reglas lógicas, pensé, mientras remontaba Infanta hasta llegar a otro banco. Estaba desierto: unos cuantos trabajadores, fugitivos de su puesto en horario laboral, para no someterse a colas más largas en la tarde.

"¿El último para cambiar?", les pregunté. Levantaron la mirada, agobiados por el calor y el aburrimiento, y señalaron la puerta del establecimiento. "Todavía no está funcionando el sistema", me informan dentro del banco.

Como un Eusebio Leal monetario, seguí andando La Habana hasta Belascoaín y me recibió, en el banco que hace esquina con Zanja, un custodio distraído que ni siquiera apartó la vista de su móvil. "No hay nadie para cambiar", explicó el muchacho, "porque no hay conexión. El sistema está caído, ¿entiendes?"

Miré la cola frente a los cajeros, que funcionaban perfectamente, y me pareció muy extraña la excusa. Dependen de la misma red. El Banco Central de Cuba no ha podido garantizar una estructura seria y efectiva para el cambio, incluso cuando fingen "desesperación" y "enojo" ante el embargo norteamericano, la disculpa de siempre ante la incompetencia.

"¡Pase, venga, cambie!", me dijo, solícita, una de las oficinistas de otro banco de Belascoaín. Como paso previo a una puñalada financiera, tanto entusiasmo me pareció peligroso. "¿Ha venido ya alguien a cambiar?", pregunté con cautela.

 "No", admitió la mujer, "pero no hay ningún problema. Usted sabe cómo son estas cosas al principio. El sistema todavía no funciona bien, hay que ir probando. Así que usted será el primer valiente, ¡vamos!". "Espérese un momento", me salvé, y salí como un bólido de allí.

Finalmente, en el banco de la calle Galiano encontré varias personas haciendo cola para cambiar. La empleada de la puerta, un portento de la desinformación económica, aseguró que el cambio exacto del euro era 121 pesos, cuando en realidad se queda en 119 y algunos centavos tras pagar la comisión.

En la cola ya era famoso el "cuento" de unos clientes despistados que, al extraer CUP con su tarjeta Visa europea en el cajero, recibieron 24 pesos cubanos por cada euro y no la nueva tasa. De nada les valió reclamar. Un muchacho atolondrado llegó preguntando a cuánto se podía "comprar" el dólar. "No, mi amor", aclaró la guardiana del banco, "ellos son los únicos que pueden comprar. Y venderán... cuando ellos avisen".

Es casi mediodía y el invento de Gil no acaba de convencerme, así que cedo mi lugar en la cola de Galiano. Tampoco parece buen trato para el resto de los cubanos, que el ministro ya imaginaba en largas filas para deshacerse de las divisas y destruir, con el mismo tiro, al mercado informal.

Estaba desierto: unos cuantos trabajadores, fugitivos de su puesto en horario laboral, para no someterse a colas más largas en la tarde. 

Abro mi teléfono y consulto los grupos de WhatsApp de compra-venta de dólares, comida, medicinas y todo lo demás. Contra los pronósticos de Gil, nadie le hace demasiado caso a la prodigiosa medida. Como era lógico, ya la tasa de cambio del dólar está superando a la decretada por el Gobierno.

Anoto el contacto de un muchacho que promete 150 pesos por cada dólar. En el mismo grupo, alguien dice que prefiere vender sus dólares a 90 pesos que dárselos al Gobierno. Desde ayer, tanto el euro como la moneda libremente convertible siguen el rumbo ascendente de la divisa estadounidense, la favorita del Consejo de Ministros.

Saco mi billete del bolsillo y lo miro casi con cariño. Qué trabajo le va a costar a Alejandro Gil, el flamante mago de la economía cubana, quitarle sus dólares al cubano.


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