jueves, febrero 15, 2024

Video de Pepe Forte sobre las posadas (posteriormente ¨Albergues INIT¨) y la prostitución en Cuba

Nota de  Pedro Pablo Arencibia, Bloguista del blog Baracutey Cubano:

ATENCIÓN !!  EN MI PARTICIPACIÓN EN EL VIDEO DE PEPE COMETÍ UN  GRAN  ERROR PUES ERAN  REALMENTE 11 000, Y NO 100 000, SEGÚN EL DIARIO o PERIÓDICO  CUBANO EL MUNDO, DEL 14 DE FEBRERO DE 1958, LA CANTIDAD DE PERSONAS QUE  ESTABAN VINCULADAS EN TODA CUBA AL NEGOCIO DE  LA PROSTITUCIÓN, INCLUYENDO ENTRE ELLOS  A LAS PROSTITUTAS. FUE UN GRAVE LAPSUS LENGUIS Y PIDO DISCULPAS POR ELLO.   Y ESO QUE TENÍA ENFRENTE ESTA NOTA DE MI BLOG DE HACE YA UNOS AÑOS:

Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

La verdadera ofensa y mentira  ha sido la que dijo Fidel Castro cuando afirmó que antes del triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959 habían  en Cuba 100 000 prostitutas y que Cuba era era el burdel de América. En más de uno de sus discursos Fidel Castro  dijo esa mentira y, si mal no recuerdo, esas palabras en boca de Fidel Castro  también aparecen en el documental  Comandante  del director  norteamericano y admirador de dictadores  Oliver Stone.

La prostitución en Cuba antes de 1959 pese a la propaganda de algunas agencias de viajes extranjeras y de  algunas revistas extranjeras, que promocionaban a Cuba como el burdel de América tenía un índice  muy bajo; un indicativo indirecto de ese índice bajo era el  bajo índice de enfermedades venéreas que presentaba el país. Otro dato mucho más directo fue la información aparecida en el periódico cubano El Mundo el 14 de febrero de 1958 la cual  plantea, que aproximadamente 11 000 personas vivían de la prostitución,. Debo aclarar que en esa cifra se encuentran: los dueños de casas, burdeles y bares, las matronas, los proxenetas, el personal de servicio y limpieza, los policías corruptos, etc. y los llamados inversionistas, que eran los que echaban a andar el negocio (Abreu, p..49). Esa actividad se llevaba a cabo generalmente en zonas muy específicas y era criticada y rechazada socialmente.  Cuba tenía en esa época   6 millones de habitantes.

Aclaro que (Abreu, p. 49) corresponde al libro oficialista En el último año de aquella República, de la autoría de Ramiro J. Abreu, ex oficial del MININT y funcionario del Departamento América del Comité Central del Partido Comunista de Cuba en los años ochenta del pasado siglo XX, años en que fue publicado dicho libro en Cuba y cuyo prólogo  lo escribió Carlos Rafael Rodríguez, entonces miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba.  En ese libro también se lee que Batista hizo ciertos cambios en su gabinete, compulsado por ciertas fuerzas políticas nacionales y extranjeras y hasta por el propio Nuncio, Monseñor Luigi Centoz, que conllevó a una nueva imagen de su régimen y a una posible solución no violenta a la situación política del país. Leemos en sus páginas 81 y 82:

¨… Ya, desde antes, permitió la reestructuración de los partidos políticos de ´oposición´, restableció ´la libertad de prensa ´ y las garantías constitucionales´, y el 10 de marzo dio el indulto a 40 personas. Con el mismo propósito, Batista se deshizo de su Premier, Jorge García Montes, y nombró en ese cargo a su Embajador en Estados Unidos, Emilio Núñez Portuondo, De esta forma, dio paso al llamado gabinete de la concordia, con el cual procuró tener una apariencia de Gobierno flexible con ribetes liberales …¨

En ese libro también se lee, en sus páginas 99 y 100, que Batista en marzo de 1958 le propuso al Movimiento 26 de Julio que participara como un partido político en las entonces muy próximas elecciones generales junto a los otros partidos políticos. Fidel Castro se negó alegando que esa proposición era una trampa de Batista. Los que hemos padecido la tiranía Castrista durante 65 años, sabemos que la verdadera razón de la negativa de Fidel Castro era que no quería Poder, sino todo el Poder; solamente dejó oficialmente el Poder, a regañadientes y poco a poco, cuando estaba al borde de la muerte, designando a su hermano y cómplice Raúl Castro como su sucesor. La respuesta de Fidel Castro a esa intención de Batista  fue,  con  también la firma de Faustino Pérez, el Manifiesto de la Sierra Maestra del 12 de marzo de 1958, donde están presentes amenazas y advertencias  de terrorismo revolucionario.  Esas  elecciones generales que   estaban programadas para mediados de ese año fueron suspendidas por la ola de atentados revolucionarios y la llamada Huelga de Abril; Las elecciones generales se celebraron finalmente en noviembre de 1958. 

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Las Posadas en Cuba: Una tradición sorprendente



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En el antes mencionado  Manifiesto de la Sierra Maestra del 12 de marzo de 1958 se miente desde el primer párrafo:

* Al negar autorización a la Prensa Cubana para visitar el campo de operaciones y conocer la actitud del Movimiento 26 de Julio, el dictador Batista no solo ha evidenciado su cobardía moral y su impotencia militar, sino que ha dicho la última palabra sobre el desenlace final de esta lucha

Veamos algunas imágenes publicadas en la revista Bohemia que desmiente el contenido de ese primer párrafo;  señalo que algunas de ellas son de febrero de 1958 y también posteriores. La revista Bohemia publicó antes de 1959 un muy largo reportaje del periodista  español Enrique Meneses sobre la vida de Fidel Castro y su guerrilla en la Sierra Maestra; no se si fue el mismo reportaje que publicó  la revista Paris Match. Agustín Alles Soberón  fue el primer periodista cubano que entrevistó a Fidel  Castro en la Sierra Maestra. En la visita que hizo Fidel Castro a España en 1992  Fidel Castro vió a Agustín Alles,  el cual había sido asignado por Radio Martí  para que cubriera esa visita de Fidel a España,  y Fidel  le preguntó como un reproche:  «¿Agustincito, qué haces tú por aquí?». «¿Cuándo vas a cumplir lo que nos prometiste en Sierra Maestra?», respondió el periodista. Castro ensombreció la mirada: «Hoy no hago declaraciones».

La persona que desee profundizar puede consultar  el libro, de la investigadora Patricia Calvo,  titulado 

¡Hay un barbudo en mi portada! La etapa insurreccional cubana a través de los medios de comunicación y propaganda 1952-1958 (Iberoamericana/Vervuert, 2021)

 Un fragmento de la sinopsis del libro: Este libro recoge el trabajo investigador de la autora en los últimos años acerca de la relación mantenida entre los rebeldes cubanos y la dimensión pública del proceso insurreccional, asentada en tres variables: la prensa cubana, la prensa internacional y la prensa clandestina. El volumen se centra en los periodistas que entrevistaron a la guerrilla de Sierra Maestra, el tratamiento de la información difundida sobre Cuba tanto dentro como fuera de isla y las tácticas propagandísticas 

Agustín Alles Soberón entrevistó a Fidel Castro en la Sierra Maestra





Fidel Castro con el periodista español Enrique Meneses; detrás Raúl Castro 




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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Estos artículos fueron escritos poco después de la ola represiva conocida como La primavera Negra de Cuba del 2003 y el fusilamiento de tres individuos que secuestraron una embarcación para escapar de Cuba a los EE.UU. sin derramar una gota de sangre.

El general Gálvez es el general ( r) William Gálvez, combatiente del Movimiento 26 de Julio quien fue uno de los que planificó el asesinato del asesino Fermín Cowley Gallegos jefe militar del Ejército Constitucional en la ciudad de Holguín. William Gálvez escaparía hacia la Sierra Maestra y combatiría en ella; fue uno de los integrantes de la columna invasora comandada por Camilo Cienfuegos. Ha escrito varios libros sobre la lucha antibatistiana. Personas que lo conocen dicen que es adicto al alcohol y prepotente.

Sería interesante localizar al periodista ecuatoriano Bastide, o a sus familiares en caso de que haya fallecido, para comprobar esa tortura de la castración.

En el Golpe del 10 de Marzo hubo tres muertos: dos de una parte y otro de la parte adversaria.
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Tomado de http://www.enriquemeneses.com

Dignidad cubana

Por  la revista Bohemia 
17 junio 2003

Bueno, en unos días he recibido buen número de varapalos, por parte de lectores de mi artículo El Castro que conocí y por el general Gálvez en el programa de Radio 5 de RNE que dirige Pedro Altares y en el que intervenimos ambos junto con Isidro Calzada, autor de una biografía de Ernesto Ché Guevara, y el mencionado general desde La Habana. Tanto en mi artículo como en mi intervención, fui considerado por Gálvez o por un tal Rafael Daniel en correo electrónico plagado de faltas, como vendido a los EE.UU. o “mercenario de la prensa para la que trabajo y no me deja decir la verdad.”

Es tal el lavado de cerebro de los cubanos de la isla que son incapaces de reconocer su situación, primer paso siempre, para resolver un problema. El resultado es parecido al de las sectas que meten unas cuantas falacias en la cabeza de los catecúmenos y consiguen desligarles de familiares, amigos y hasta de la realidad, para que se dediquen solo, en cuerpo y alma, a vivir las consignas del líder iluminado de la secta.

Ningún panegirista de Fidel Castro y su revolución traicionada, se ha parado a estudiar cuales eran las metas de aquella guerrilla de Sierra Maestra que desembarcó a bordo del Granma y perdió en aquella ocasión 70 de sus 82 hombres. No estoy contando milongas. Ninguno de los que me critican ha vivido con Fidel Castro cuatro meses en la Sierra Maestra, con mi hamaca situada debajo de la suya entre los mismos dos árboles para guarecernos con el único plástico del rocío tropical de cada nocheHablo en consecuencia, sin haber cobrado de unos u otros sino mis retribuciones de periodista y sin pluses por cárcel y palizas. El Ché reconoció varias veces en libros y entrevistas periodísticas que hasta que llegó el periodista Meneses a la Sierra, nadie conocía la existencia de la revolución cubana a nivel internacional. Las gente de Más Canosa, fundador del mayor grupo anti-castrista de Miami, dijo que yo era un peligroso comunista que había fabricado y convertido el personaje de Fidel Castro, el Robín de los Bosques como lo llamó Paris-Match, en una celebridad internacional. Y Rolando Masferrer, senador de Batista y propietario del periódico El Tiempo me andaba buscando por las celdas del Buró de Investigaciones, en el río Almendares para darme dos tiros a través de los barrotes de la mía. El guardían de la galería no le dijo en cual estaba yo y el pandillero desistió. Pero, dos celdas más lejos, habían castrado a otro periodista, Bastide, un pobre ecuatoriano que no representaba una publicación tan importante como yo, ni pertenecía a un país como España.

Fidel luchaba, según sus propias palabras, por restablecer la Constitución pisoteada por el golpe de Estado de Fulgencio Batista en 1952, golpe de Estado limpio pues no hubo un solo muerto. El joven abogado, gallego de padre y madre, se sublevaba contra la prostitución rampante y el juego que Batista había puesto en manos de familiares suyos y mafiosos, como el actor de cine americano George Raft y el dirigente de la Cosa Nostra, Lucky Luciano. Quería repartir las tierras del Estado para los campesinos que carecían de ella. “¿Por qué tocar tierras bien cuidadas por compañías extranjeras o por cubanos enriquecidos gracias a su propio esfuerzo?”. Delante de mí despachaba con cajas destempladas a los emisarios de Blas Roca, Secretario General del Partido Comunista Cubano, formación reconocida por Batista en su anterior gobierno de 1940-44. Blas Roca y el mestizo Fulgencio Batista eran íntimos amigos. “El que quiera ayudar a la revolución que lo haga sin pedir nada a cambio.” espetó Fidel a los enviados de Roca. “No hipotecaré el futuro de Cuba. Vladimir Roca, hijo del secretario general del PCC se encuentra entre los más destacados disidentes que han pasado por las cárceles castristas.

(Enrique Meneses con Fidel y Raúl Castro en la Sierra Maestra)

¿Qué fue de todos aquellos propósitos? Los comunistas robaron el triunfo al Movimiento 26 de Julio lo que causó que hombres como Humberto Sorí Marín, Huber Matos o Camilo Cienfuegos desapareciesen de la escena de la revolución, este último en un accidente aéreo nunca esclarecido y atribuido a un sabotaje de Raúl Castro. Olvidada la Constitución que había que restaurar, y sustituida esta por una marxista, cuando en el ataque a la emisora CMQ por parte de los fidelistas, al que asistí como observador, los comunistas, con barras de hierro, se opusieron a la operación y avisaron a la policía batistiana. Fidel Castro se autodefine comunista leninista-marxista y amigo de la URSS después de confiscar las propiedades norteamericanas, azucareras y mineras. La Ley nº2 de la Reforma Agraria, fue redactada por el prestigioso abogado Humberto Sorí Marín en la Sierra y tuve el borrador en mis manos, a petición de Castro, porque viniendo del Egipto de Gamal Abdel Nasser, Castro y su gente querían saber cuales eran los errores cometidos por el líder egipcio al hacer su revolución agraria. Yo le había dicho a Fidel que Nasser repartió tierras perfectamente cultivadas con frutales europeos que producían excelentes ingresos a Egipto vendiendo esas cosechas a Arabia Saudí y a los Emiratos, carentes de frutales. El reparto de éstas entre los felagín hizo que los beneficiados cortasen los árboles y sembrasen foul (haba negra egipcia)su alimento casi diario. Castro limitó la reforma a un tercio de las tierras del país pertenecientes al Estado cubano. Humberto Sorí Marín, el padre de la ley, fue fusilado poco tiempo después de la victoria castrista.

Los EE.UU. dejaron de comprar el azucar cubano cuya zafra era entonces de 6 millones de toneladas adquiridas en dólares por encima del precio internacional.Aquellos dólares podía Cuba gastarlos donde quisiera. Los rusos sustituyeron a los estadounidenses pero sin pagar en divisas sino por trueque. Y según el Ché, “enviaban a cambio productos obsoletos”. Cualquiera que haya conocido la URSS sabe lo que era la calidad soviética, incluido el material espacial. Las discrepancias entre Guevara y los rusos (entonces enemistados con Pekín, cuyo comunismo el Ché defendía como mejor solución para iberoamérica), obligaron a éste a abandonar Cuba a petición de Fidel. La leyenda habla de “un hombre que iba en busca de otras tierras que liberar”. El Cristo de la célebre foto de Alberto Díaz, Korda representa un hombre que fusiló abundantemente en La Habana. El general Gálves sostiene que solo hay un comunismo. Por lo pronto el de Corea del Norte no atrae turismo extranjero como lo hace Cuba con la ayuda de los odiados capitalistas italianos y españoles.

La prostitución, tan odiada por los combatientes de la Sierra, era la misma que se encuentra en Ámsterdam, Barcelona o Hamburgo, la de siempre. Mujeres que unas veces por necesidad y otras por afán de riqueza, prostituyen su cuerpo con todo el derecho que las asiste. Hoy, en Cuba, las mujeres –y los hombres— que se prostituyen lo hacen para comer o por darse una ducha en la habitación de un turista extranjero. Las jineteras son prostitutas por razones más dramáticas que en tiempos de Batista. Y el turismo en Cuba lo han fabricado españoles, canadienses e italianos. Si ahora Castro pone en peligro ese precario aporte de divisas ¿qué le va a quedar a la economía de subsistencia de su régimen? Cuarenta años con cartillas de racionamiento dice poco del espíritu empresarial creado por Fidel y su gobierno. Insisto en que Cuba no ha tenido más que un bloqueo y fue en 1962 cuando la marina y la aviación de los EE.UU., siguiendo órdenes de John F.Kennedy, mandó detener cualquier mercante comunista que transportase misiles a la isla. Nikita Khruschev, con sus barcos ya avistados por la US Navy, no quiso un enfrentamiento con EE.UU. y ordenó que dieran media vuelta y regresasen a puerto. Lo demás, que los castristas llaman bloqueo, es técnicamente un embargo para productos estadounidenses o procedentes de EE.UU.. Cualquiera de los productos Made in USA que no podían entrar en la isla tiene su equivalente en los países de la Comunidad Europea, hoy Unión Europea. Pero para Fidel Castro, la palabra bloqueo justifica todos los errores y fracasos de su política económica. Se escuda tras esa palabra. El ministro socialista Solchaga aconsejó al gobierno de Castro sobre como desarrollar el país. No fué escuchado. En la Sierra estaba de acuerdo conmigo en que debía diversificar la producción cubana. No depender solo del azúcar, el tabaco y el ron, los postres, como los describía Agustín de Foxá. Estaba por desarrollar el turismo, la pesca,la agricultura, la ganadería,la industria ligera,la minería, abandonada tras la marcha de los norteamericanos y en la que su padre hizo una pequeña fortuna con la Nipe Bay Company de Niquel. Dice Isabel Allende, embajadora de Cuba en España que la UE debería atacar a EE.UU. por la práctica de la pena de muerte. Ignora la buena señora que en Europa estamos criticando la pena de muerte que se ejerce en EE.UU. y que no extraditamos delincuentes susceptibles de ser ejecutados en ese país. Pese a que allí hay juicios que no duran 5 días, como el de estos tres cubanos que secuestraron un ferry para salir de su país, derecho que cualquier democracia garantiza a sus ciudadanos y extranjeros. En EE.UU. y en la UE es más difícil entrar que salir. Por algo será que en Cuba es la inversa.

Los críticos vienen a decir que estamos vendidos al oro de Washington. Cualquiera que lea lo que llevo escrito (basta con seguir dándole al cursor al llegar a la última linea de este artículo para leer todos mis escritos de semanas y meses anteriores para Periodista Digital) verá los palos que he dado a Bush, Aznar y Blair por la guerra de Irak. Como periodista viví a los 19 años el cierre de mi joven agencia Prensa Universal por haber dado trabajo al exiliado vasco en Nueva York, Jesús Galíndez, amigo de mi padre, y que publicaba con seudónimo en mi empresa hasta que se descubrió el pastel. Entonces se decía que los que no eramos adictos al régimen de Franco, estabamos a sueldo del oro de Moscú. De ahí que sonriamos ante la dialéctica castrista, porque nos rejuvenece con el mismo soniquete que tan bien conocemos del otro gallego.

La dignidad cubana, de que me habla el tal Rafael Daniel en su vitriólica carta, es la de quienes se juegan largos años de cárcel por intentar mejorar la suerte de sus compatriotas esclavizados por la terquedad de unos vejestorios incapaces de reconocer sus errores a lo largo de cuatro décadas.Los que lo defienden si que son unos paniaguados.
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Tomado de http://www.enriquemeneses.com

El Fidel Castro que conocí

Por Enrique Meneses
13 junio 2003

En la madrugada del 15, es decir, el domingo de 1 a 2 de la madrugada, el programa Nuestro Tiempo que dirige Pedro Altares en Radio Nacional Radio1 (AM 585m), he coincidido con un general Galvez, retirado del Ejército cubano, y con un biógrafo de una de las figuras de la revolución fidelista. El motivo era la presentación del libro de Isidro Calzada (Ediciones Status 2003) sobre Ernesto Ché Guevara que el sábado habría cumplido 75 años. El editor y el autor argentino se encontraban en Bilbao y el General Gálvez en La Habana. El programa se gravó el miércoles 11, justo después de que la Unión Europea hubiese castigado a Fidel Castro por los tres fusilamientos de cubanos que secuestraron un ferry, destinado al cruce de la bahía de La Habana, para huir a Florida. También había detenido Fidel Castro a 75 intelectuales y periodistas, algunos de ellos a 28 años de cárcel, acusados de traición, de conspiración y de ser mercenarios de EE.UU.. ¡Lo clásico, vamos! Por un lado me encontré con un argentino que había conocido al Ché en Argentina jugando al rugby, cuando el guerrillero tenía 18 años. Isidro Calzada nos dibujó un Guevara muy distinto del que yo conocí durante 4 meses en Sierra Maestra (diciembre 1957-marzo 1958). Era un nuevo Cristo venido al mundo para deshacer entuertos. Incluso le atribuye la frase de yo estoy de paso en este mundo. Vamos que si no es por la célebre foto de Alberto Díaz Korda hoy nadie se acordaría de él como se ha olvidado del terrorista venezolano Illich Ramirez, Carlos. Escribir un libro con los recuerdos de un jugador de rugby convertido en heroico luchador internacionalista tiene su mérito. Nunca me atreví a tanto pese a las peticiones de mis editores. Calzada atribuye al Ché una cultura enciclopédica. Declara que sabía el francés perfectamente y conocía de memoria poemas de François Villón,Charles Baudelaire o Alfred de Vigny, “que ya nadie conoce en Francia”(Su estudio es obligatorio en el bachillerato francés). Yo me pregunto ¿por qué, si Guevara hablaba tan bien el idioma de Voltaire, no daba clases a Raúl Castro y a Ramiro Valdés que acudían al campamento de Fidel donde yo me encantraba para que les diese lecciones de francés a ellos? Paris-Match publicó la foto de Valdés (más tarde jefe del Servicio secreto G2) estudiando gramática francesa, en el número del 26 de Marzo de 1958. ¿Me hubiesen necesitado a mí como profesor de hablar Ernesto Ché Guevara perfectamente el francés? Por ende, la abundante bibliografía consultada por el señor Calzada, ignora mis libros (publicados en España, Reino Unido, Estados Unidos, Alemania, Japón, etc.) sobre Castro o mis reportajes publicados en Paris-Match (marzo y abril 1958)y reproducidos practicamente en toda la prensa mundial. El propio Ernesto ChéGuevara en varias declaraciones a la prensa internacional, señalaba que “hasta que el periodista Enrique Meneses no subió a la Sierra, la revolución cubana era internacionalmente desconocida”. La intervención del general Gálvez fue la esperada. El hombre nuevo que pretendía crear la revolución fidelista resulta ser un auténtico autómata incapaz de salirse de su razonamiento a base de consignas. Le hice ver que bloqueo y embargo son dos cosas distintas. Nadie tiene bloqueada a Cuba y solo hay un embargo por parte de Washington que impide a todo el mundo enviar productos desde EE.UU. a la isla con la salvedad de medicinas y pequeñas cantidades de dinero, junto a paquetes de alimentos, de los familiares residentes en los USA. Me he hartado de repetir en escritos que si Castro quiere adquirir tractores, vehículos de cualquier tipo, alimentos, petróleo, aviones, el producto que desee, lo puede hacer en cualquier país del mundo que no sea EE.UU.. Lo malo es que no tiene divisas con qué pagar lo que compre. Galvez se escudó en los créditos que necesita Cuba pero esta los ha tenido blandos de la Unión Europea y estaba a punto de entrar en el Tratado de Lomé de ayuda a África, Caribe y Pacífico (ACP). Los fusilamientos de tres jóvenes,cinco días despues del sumarísimo jucio, que solo querían salir de su país,haciendo uso del derecho más elemental del ser humano en cualquier democracia, han bastado para echar abajo el tratado, casi listo, con la UE. Decir como afirma el Comandante Fidel que Europa se ha plegado a las órdenes de Washington solo demuestra su ignorancia de la geopolítica. El ataque a Irak debió ilustrarle sobre la opinión de los pueblos de Europa y que en España, el 90% estuvo en contra de la decisión de Aznar de unirse a Blair y a Bush. Nos manifestamos y yo me he hinchado a criticar a José María Aznar en esta modesta página y en otros foros que han solicitado mi opinión, pero me guste o no, el señor Aznar es mi presidente electo hasta que las urnas sustituyan a su partido en el gobierno de la nación. Millones de españoles salieron voluntariamente a las calles de España manifestándose contra el gobierno y contra su apoyo a Bush y Blair ¿pueden decir los cubanos que también lo hacen voluntariamente cuando se han manifestado para protestar delante de las embajadas de España e Italia? ¿Pueden hacerlo, sin sufrir represalias, contra el gobierno de Fidel? ¿Contra la situación económica de Cuba? La manifestación espontánea, que ha salido a las calles de La Habana detrás de su decrépito líder, y otras que se han producido durante 40 años son viejas conocidas de los españoles y, en mi caso, como periodista las he vivido en la España de Franco y en buen número de otros países dictatoriales, desde Egipto y Siria a la Surafrica del apartheid pasando por la URSS.

Se me escapó la oportunidad de preguntar al general como es que en Sierra Maestra, Fidel me explicaba que, tras la victoria, sus hombres regresarían a sus trabajos habituales: “Como Costa Rica, Cuba no necesita un ejército. Basta con una policía”. Me añadió que nunca existiría un grado superior al de Comandante para mostrar que su ejército era un ejército popular, del pueblo. Y así fue para él, Raúl,Huber Matos, Camilo Cienfuegos, el Ché Guevara, y todos los mandos de la Sierra Maestra. Me extrañó que después de la victoria, Fidel construyese uno de los ejércitos latinoamericanos más potente y que llevase guerras coloniales a los confines de África. Y que existiese el grado de General. En Europa no aceptamos la pena de muerte por considerarla ineficaz en la lucha contra el crimen y no nos cansamos de condenarla en EE.UU. donde se practica abundantemente, sobre todo en el Estado de Tejas donde George W.Bush fue gobernador y en el de Florida donde desempeña el mismo cargo su hermano JEB. En las semanas que siguieron la victoria castrista, Ché Guevara se cansó de fusilar gente de Batista en la Fortaleza de la Cabaña. Pero la gente olvida.

Si los castristas quieren saber cómo ejerzo la libertad de expresión que me otorga nuestra democracia española y europea, pueden leer mis textos contra la guerra de Irak, contra Bush y compañía, contra Sharon, contra José María Aznar. Basta que su gobierno les deje conectar por internet con http://meneses.pitas.com y encontrarán mis artículos de los últimos cinco meses. Y si llegan a tiempo, en Radio Nacional Radio 1, el domingo 15, de 1 a 2 de la madrugada.
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Tomado de http://cultura.elpais.com

Fidel Castro quiso fusilar a su hermano Raúl

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Se publica un libro inédito del periodista Enrique Meneses sobre el fallecido líder cubano
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Fidel Castro, Raúl Castro y Enrique Meneses en la Sierra Maestra durante la lucha insurreccional contra el régimen de  Fulgencio Batista

Por Guillermo Altares
Madrid
3 de diciembre 2016

Sierra Maestra, invierno de 1958. Tras una jornada agotadora, el periodista español Enrique Meneses duerme en una hamaca. Acompaña desde hace semanas a la guerrilla cubana que pretende derrocar al dictador Fulgencio Batista. De repente, le despiertan unos gritos en mitad de la noche. "¡En cuanto llegue lo fusilo! ¡Me importa un carajo que sea mi hermano! ¡Lo fusilo!". La voz enfurecida pertenece a Fidel Castro, entonces un joven revolucionario y el principal líder de los insurgentes, y el objetivo de su ira es su hermano menor, Raúl. "Celia Sánchez (una guerrillera muy cercana a Fidel) intentó calmarlo diciéndole que no era posible que un hermano fusilase a otro por mucha culpa que tuviese", prosigue el relato de Meneses, que aparece recogido en su último libro, Fidel Castro, patria y muerte.

El reportero, fallecido en 2013 a los 83 años, pidió que esta biografía personal de Fidel se publicase después de la muerte del líder cubano, que se produjo el sábado 26 de noviembre a los 90 años. El libro, que cuenta con un prólogo de Jon Lee Anderson, se pone a la venta este lunes publicado por Ediciones del Viento, que editó también las memorias de Meneses, Hasta aquí hemos llegado.

¿Qué había ocurrido para sacar de sus casillas a Fidel Castro? Meneses, que pasó cuatro meses en dos etapas diferentes con los insurgentes, narra que Raúl Castro y Ernesto Che Guevara se intercambiaban una incesante correspondencia sobre teoría marxista desde las columnas guerrilleras en las que combatía cada uno de ellos. Pero una de las cartas fue interceptada por el Ejército y utilizada por el régimen de Batista para expandir que pretendían imponer un régimen comunista en la isla. Tras una tremenda bronca, Fidel convenció a su hermano Raúl, actual presidente cubano, de 85 años, para que interrumpiese los intercambios epistolares y luego gritó: "¡Odio tanto el imperialismo yanki como el soviético! ¡No estoy rompiéndome los cuernos luchando contra una dictadura para caer en otra!".

En el corazón de la biografía se encuentra precisamente el abismo que separó al Fidel Castro de Sierra Maestra, con el que Meneses pasó muchas horas hablando, del político que se hizo con el poder en Cuba después de derrocar al régimen de Batista. "Su egocentrismo, su sentido mesiánico, su afán de publicidad lo convierten en un monologuista que rehúsa toda clase de diálogo, todo tipo de crítica, por constructiva que sea", escribe el veterano reportero.

El periodista español fue además un excelente fotógrafo que retrató alguno de los momentos icónicos del siglo XX. Fidel Castro, patria y muerte —que es una versión actualizada de un libro que Meneses publicó en 1966 y actualmente agotado— recoge las imágenes que tomó en Sierra Maestra, que también pueden verse en una exposición, organizada por La Fábrica, que ha recorrido diferentes ciudades españolas y que actualmente se encuentra en Zaragoza.

Meneses conoció a Castro en diciembre de 1957 y subió a la sierra en enero de 1958. Consiguió que las fotos llegasen a Miami a través de un correo de su confianza —una joven de 17 años que las escondió entre su ropa— y Paris Match publicó el reportaje, para que nadie le robase la exclusiva, cuando el autor todavía se encontraba en la isla, una imprudencia que estuvo a punto de costarle la vida y que le hizo pasar por las cárceles de Batista.

El reportero español no había sido el primero en entrevistar a Castro, pero sí en hacer un reportaje a fondo sobre la guerrilla. La exclusiva sobre Castro la dio un histórico periodista de The New York Times, Herbert L. Matthews, compañero de Martha Gellhorn, Robert Capa y Ernst Hemingway en la Guerra Civil española, que fue el primero en hablar con el dirigente cubano, en febrero de 1957. La entrevista tuvo tanta repercusión que Matthews acabó por ser definido como "el hombre que inventó a Fidel Castro".

Meneses llegó más tarde a la isla pero consiguió, pese a ser un freelance que andaba corto de dinero, arrebatar la primicia a los principales medios estadounidenses. Jon Lee Anderson le define así en el prólogo del libro: "Fue un periodista de raza, sempiterno joven de espíritu y, para alguien de su generación, un hombre singularmente libre de dogmas. Tenía además un gran apetito por la aventura".

John Wayne en el papel de Fidel

La publicación del reportaje en Sierra Maestra representó un éxito enorme y las fotos se vendieron en medio mundo. Pero Enrique Meneses también vendió otra exclusiva durante su estancia con la guerrilla cubana: cuenta en sus memorias Hasta aquí hemos llegado que durante su segunda incursión con la guerrilla viajó con una cámara de cine con la que pudo grabar imágenes de los insurgentes. El cliente era una productora de Hollywood, que pagó una cantidad considerable para la época, porque la idea era rodar una película sobre Castro en la que sería encarnado por un actor no conocido precisamente por su progresismo, John Wayne. El filme nunca se hizo, las imágenes se han perdido, pero la leyenda Meneses se ha ido haciendo más grande.


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