martes, agosto 20, 2024

Patricia Quintana sobre la Causa 1/89 o Causa Ochoa - La guardia. Jorge Masetti otrora subordinado y yerno del fusilado Coronel Antonio Tony de la Guardia habla de la figura de su suegro alrededor de la cual se han construido varios mitos.

 Tomado de https://www.cubanet.org

Tony de la Guardia y el mito de una figura: Declaraciones de Jorge Masetti

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Otrora subordinado y yerno de Tony de la Guardia, Masetti habla de la figura alrededor de la cual se han construido varios mitos.

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Por Patricia Quintana (Redacción)

Agosto 19, 2024

SAN LUIS POTOSÍ, México.- Hace 35 años, por orden de Fidel Castro, los oficiales Arnaldo Ochoa, Antonio “Tony” de la Guardia, Amado Padrón y Jorge Martínez fueron fusilados, acusados de traición a la patria y tráfico de drogas.

Entrevistado por el cineasta Ian Padrón, Jorge Masetti, documentalista, escritor y esposo de Ileana de la Guardia, hija de Tony y sobrina de Patricio de la Guardia, aportó su testimonio a una serie de episodios que han reconstruido desde diferentes perspectivas un caso que paralizó a  Cuba toda.

(Ileana de la Guardia  junto a su padre el día de la boda con Jorge Masetti)

Habiendo trabajado para el Departamento de América del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, organismo que se ocupaba de las relaciones políticas del PCC y luego, cercano a Tony de la Guardia, Masetti ha contribuido a profundizar en detalles concernientes al proceso que culminó con el fusilamiento de los cubanos.

En la entrevista, recordó cuando fue subordinado de Antonio de la Guardia, quien después se convertiría en su suegro.

El mito

Jorge Massetti, el hijo del “Comandante Segundo” (Jorge Ricardo Masetti) argentino y mano derecha del Che Guevara, describió como una construcción mítica el fenómeno articulado alrededor de la figura de Tony y Patricio de la Guardia.

“Yo creo que hay que separar por un lado al Tony de la Guardia alrededor del cual se ha construido también una mitología enorme. Incluso algunos que pretenden haber sido grandes amigos de él y que quizás lo fueron en su momento -pero que después lo traicionaron- han contribuido a esto para echarse flores”, espetó.

Al respecto, se remitió a la figura de Norberto Fuentes, quien, al día siguiente del fusilamiento de Tony de la Guardia, apareció junto a Alcibíades Hidalgo, ex embajador de Cuba en la ONU, para “hablar mal de él por toda La Habana para que los informes llegaran de que ellos se sentían también traicionados”.

“Ahora resulta que él parece el tercer guerrero cubano, cuando en realidad nunca fue nada de eso, solo fue amigo de Tony, pero no significa que conociera todos los secretos, como él pretende. Los secretos de Tony los conocían solamente los jefes que le podían ordenar que hiciera algo porque ni siquiera con la familia los comentaba”, comentó.

(Tony de la Guardia y otros jefes de las Tropas Especiales del MININT. Esta foto y las que siguen fueron añadidas al artículo de Patricia por el Bloguista de Baracutey Cubano)

Masetti desmintió asimismo algunas de las leyendas circuladas en relación con su suegro, como aquella en la que ubican a De la Guardia en Chile, relacionado con la muerte de Salvador Allende.

“Es completamente falso no sólo porque se ha verificado en Chile sino porque además está verificado por todos los que estaban allí, que Tony de la Guardia no estaba allí. Tony estaba al frente de la protección de la embajada cubana, entonces eso es totalmente falso”, confirmó.

El hombre

Por otra parte, aludió a un hecho sí comprobado y que forma parte de uno de los casos en los que estuvo implicado el excoronel.

Entre sus “misiones”, Tony de la Guardia se encargaría de depositar en Suiza la suma de 60 millones de dólares que obtuvieron los Montoneros, de Argentina, en 1975, producto del pago del rescate por el secuestro de los hermanos Juan y Jorge Born.

Algunas versiones indicaban que por lo menos 50 millones habían sido depositados en el Banco Nacional de Cuba y que aún estarían allí.

Los hermanos Born -del grupo Bunge y Born, por entonces la multinacional más importante del país- fueron secuestrados por un grupo comando de 30 personas el 19 de septiembre de 1974.

Juan fue liberado a los seis meses y Jorge, a los nueve, después de que se pagó por ellos, en varias cuotas, 60 millones de dólares.

“Lo del dinero de los montoneros es verdad. Hay gente que participó con Tony en esa operación, lo han hecho público pero no es porque lo moviera él, solo acataba órdenes que recibía como las que puede recibir cualquier oficial de cualquier servicio de inteligencia en el mundo”, dijo Masetti.

“Tony podía crear los mecanismos para depositar esos millones y al mismo tiempo era el encargado que del primer pelotón de combate en Angola y él participa personalmente, o sea, que era un hombre que podía participar”, afirmó.


(Antonio y Patricio de la Guardia recibidos por Fidel Castro) 

Antonio de la Guardia, alias “Tony”, y hermano gemelo de Patricio, fue un coronel, considerado hombre de confianza del dictador Fidel Castro, a quien se le asignaban operaciones muy especiales.

Acusado en la Causa No.1 fue incriminado por un delito contra la paz y el derecho internacional, tipificado como “actos hostiles contra un Estado extranjero”, codificado dentro de los delitos contra la seguridad del Estado.


(Antonio y Patricio de la Guardia Font durante  el  juicio de la Causa 1/89)

El de tráfico de drogas imputado a Tony y los acusados según el artículo 190, incisos 1, 3 y 4 del Código Penal cubano vigente en 1989, no preveía la pena de muerte. La sanción máxima era de 15 años de privación de libertad.


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De los archivos del blog Baracutey Cubano 

Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Hay sus grandes diferencias entre Dariel Alarcón ¨Benigno¨ y Andrés Alfaya Torrado, alias "Juan Vivés".

Me  entero ahora que  Andrés Alfaya, alias "Juan Vivés" o ¨El Magnífico¨ había fallecido; me extrañaba que desde  hacía años no me llamaba, lo cual fue lo mejor que pasó, pues después de leer  en las páginas 91 y 92  de su libro Los Amos de Cuba (Buenos Aires, EMECE Editores, 1982) que él  había ejecutado al luchador antiCastrista conocido por ¨Cara Linda¨  (Pastor Rodríguez Rodas) alzado en las montañas de Pinar del Río cerca de La Mulata, Marbajita, La Guira, San Andrés de Caiguanabo, etc. me convencí de lo que sospechaba: el beneficio de la duda que yo le había dado era inmerecido como autor de testimonios PERSONALES.  En los primeros años de este blog publiqué  las dudas que tenía el periodista y poeta Raúl Rivero sobre lo que contaba Andrés Alfaya, pues en la época de los hechos ambos se conocían y  practicaban juegos de preadolescencia en la localidad de Morón y no conocía de la  incorporación de Andrés a la lucha antibatistiana en las montañas. Yo todavía no me había leido el libro de Juan Vives.  Ese cuestionamiento del poeta Raúl Rivero  me alertó y le publicaba en Baracutey Cubano    lo que  yo había oido de otras bocas o había leido en diferentes libros; esto me  ayudó a rechazar cortesmente el deseo de Alfaya  de que yo  fuera en esta parte del Exilio su representante literario.

(Juan Vives)

Años después una persona me  hace llegar el  susodicho  libro de Andrés Alfaya y  empiezo a sospechar que está fabulando cuando prácticamente  se convierte en un émulo de Roberto Rodríguez Fernández  ¨El Vaquerito¨, Jefe del Pelotón Sucida de la columna comandada por Ernesto ¨Che Guevara¨  que muere en ¨la batalla de Santa Clara¨ al querer tomar  la estación de policía de la ciudad de Santa Clara durante la etapa final de la lucha contra el régimen de Fulgencio Batista.  Después del triunfo revolucionario ¨Juan Vives¨ sigue  contando sus supuestas hazañas  hasta que llega al caso de ¨Cara Linda¨ al cual le cambia el nombre por Ignacio Sánchez cuando realmente ¨Cara Linda¨ se llamaba Pastor Rodríguez Rodas; la forma en que  Andrés Alfaya alias ¨Juan Vives¨ cuenta como él mató a ¨Cara Linda¨ es parecida a la  que narra Juan Carlos Fernández (¿seudónimo?) en su libro Todo es secreto hasta un día, el cual se publicó por primera vez en Cuba en la década de los años70 del pasado siglo XX. Juan Carlos Fernández integró la Sección Bandas  en la provincia de Pinar del Río y años después fue oficial del MININT y periodista de la revista Moncada, órgano de prensa del Ministerio del Interior o MININT . El capítulo de la muerte de ¨Cara Linda¨ está dedicado a varias personas que habían pertenecido a la Seguridad del Estado o G-2,  aunque uno de ellos tenía ¨fachada¨ de dirigente de los CDR, y entre ellos a  Elieser Izer Urquía (Musa), quien fue  el que disparó  contra ¨Cara Linda¨ cuando éste se entretuvo leyendo el supuesto documento del Coronel de la CIA que lo nombraba jefe de los alzados de Pinar del Río o le daba un alto grado militar; otros relatos dicen que disparó más de uno. El cuerpo de ¨Cara Linda¨ fue exhibido públicamente. Yo vi la foto después de ser asesinado y tenía ¨un tiro de gracia¨ de pequeño calibre en la sien. Esa foto se exhibió en una exposición pública  del MININT en el actual Museo de Historia de la ciudad de Pinar del Río en los años 80 o principios de los años 90; también aparecían  los cadáveres de Pedro Celestino Sánchez Figueredo  y otros miembros de su guerrilla  producto de la operación ¨COMANDO¨que también aparece narrada en ese libro de Juan Carlos Fernández, el cual fallece  en Miami. Hasta hace menos de una década el nombre del ejecutor de ¨Cara Linda¨se había mantenido oculto.

(Andrés Alfaya Torrado alias ¨Juan Vives¨ o ¨El Magnífico¨ en el año 2005. Foto tomada de un video de la TV  de Francia)

Tal parece que  cuando Andrés Alfaya Torrado  ¨Juan Vives¨ escribió ese libro (recordemos que todavía no  se había creado la  Internet)   lo hizo a memoria y no tenía a su lado el libro de Juan Carlos Fernández e inventó el nombre .

Existe el refrán que ¨la mentira tiene piernas cortas¨; y cuando una persona  miente,  se cuestionan hasta sus  verdades.

En estos días murió Julio Soca, una persona que al fallecer tenía 93 años y que junto a Lawrence K.  ¨Larry¨  Lunt, autor del libro Leave me my spirit,  fueron muy cercanos a Pastor Rodríguez Roda ¨Cara Linda¨  cuando este luchaba contra la dictadura Castrista en las montañas pinareñas. Julio, al que conocí,  a principios de los años 80 del pasado siglo XX  poco después de cumplir 12 ó 14 años de prisión política,  al estar emparentado co un pariente mio, me contó que él y Larry fueron  de noche en el jeep a Marbajita (cerca de esa localidad, en la meseta de Cajálbana,  se construyó posteriormente un Instituto Tecnológico Forestal)  para tener un contacto con ¨Cara Linda¨ y proponerle salir del país y después de hacer la señal convenida con los faroles del jeep, se entrevistaron con ¨Cara Linda¨y este le dijo que él no se iba, que él se quedaba combatiendo.  Por cierto, Julio nunca alardeó del papel que desempeñó abasteciendo y ayudando a ¨Cara Linda¨; es más, me dijo que la persona de confianza de ¨Cara Linda¨era un persona que vivió en la ciudad de La Palma, antigua Consolación del Norte; también me contó que ¨Cara Linda¨cometía imprudencias  y que era temerario.

Debajo   publiqué la versión oficialista de la muerte de ¨Cara Linda¨ y su principal ejecutor, quién en los años 70 del pasado siglo XX dirigió en Pinar del Río el DAP, ó Desarrollo Agropecuario del País.

En este video  Juan Vives involucra a la persona de  ¨Benigno¨ en el debate  con Ileana de la Guardia (hija del fusilado Coronel Antonio de La Guardia Font en la Causa 1/89) sobre si Patricio de la Guardia Font mató o no al Presidente Salvador Allende, de Chile el 11 de septiembre de 1973.

Tomado de http://www.baracuteycubano.blogspot.com
17 sept. 2005  14min 26s
Entrevista  en la televisión francesa a Juan Vives,  alias de Andrés  Alfaya Torrado, el autor del libro El Magnífico. Debaten Iliana de la Guardia y Juan Vives sobre la muerte de Salvador Allende..

Juan VIVES est interviewé par Thierry ARDISSON pour son livre "El magnifico" dont le thème est Fidel CASTRO. Thierry ARDISSON fait son portrait. Il évoque ensuite son parcours avec Che Guevara. Il dit que c'était un personnage au caractère difficile. Il ajoute que c'est Fidel CASTRO qui a fait assassiner le Président ALLENDE par Patricio de la GUARDIA. Ileana de la GUARDIA arrive sur le plateau. Elle a écrit "Le Nom de mon père" et pense que son père ne connaissait pas cet homme 

( En el siguiente video  a partir de 1: 16:19 es que se empieza a hablar sobre la Causa Ochoa- La Guardia)


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EL MAYOR DE LA INTELIGENCIA , DGI, MANUEL DE BEUNZA HABLA SOBRE LA PARTICIPACIÓN DE FIDEL CASTRO EN EL NARCOTRÁFICO JUNTO A TONY DE LA GUARDIA Y JOSÉ ABRANTES

Parte 1


Parte II


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Cuba y el narcotráfico en 1984 (Part. I)



Cuba y el narcotráfico en 1984 (Part. II)


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EL NARCOTRÁFICO ES UN VIEJO NEGOCIO DEL CASTRISMO COMO LO DEMUESTRA EL EX DIPLOMÁTICO JUAN F. BENEMELIS. VEAMOS.

Tomado de http://debates.1talk.net/

El Cartel de La Habana (I)

Por Juan F. Benemelis
De su libro
Las guerras secretas de Fidel Castro


¨Fidel Castro siempre ha sostenido contactos y realizado transacciones con el "bajo mundo". El área de la Sierra Maestra, donde se desarrolló la lucha guerrillera contra el dictador Batista, era la principal zona productora de marihuana de Cuba.

Castro no sólo permitió que en los territorios bajo su control se continuase cosechando la droga, sino que la utilizó para recoger fondos que le permitiesen adquirir armamentos. Fue a través del bandolero Crescencio Pérez, por años refugiado en esas serranías y ascendido a comandante guerrillero por el propio Castro, que tuvo lugar esta fructífera transacción comercial.

En julio de 1957, varios líderes de la oposición política opuestos también a los métodos de Castro, visitaron a los rebeldes en la Sierra Maestra. Luego de ese encuentro, Raúl Chibás, figura central de este Frente Cívico Revolucionario, ofreció una conferencia de prensa en el Hotel Sands de Miami Beach con portavoces de grupos anti-batistianos.

Ante los líderes políticos y representantes de la prensa, Chibás expresó con desilusión "la gente de Fidel ha organizado siembras de marihuana en distintos puntos inaccesibles, y Fidel lo permite porque dice que la marihuana excita la combatividad de las gentes. Desde la Sierra se transporta la marihuana para los pueblos cercanos y se vende, y de este modo recaudan dinero". ¨
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¿Cuál era el tipo de relaciones que Castro mantenía con cuatro poderosos grupos de la mafia norteamericana desde aquella época? Arthur M. Schlesinger, asesor personal del presidente Kennedy, explica en su libro "Robert Kennedy and his Time", cómo tales conexiones permitieron que Castro sobreviviera fácilmente a los elaborados planes que la CIA acarició durante largo tiempo para asesinarle. Sus nexos con la familia de Santos Trafficante, entre otros, le mantenían informado sobre los planes de Washington.

(De pie y de izquierda a derecha: Guillermo García, Ernesto Guevara, Universo Sánchez, Raúl Castro, Fidel Castro y Crescencio Pérez)

En un informe de la época, emitido por el Buró Federal de Narcóticos de Estados Unidos, se especulaba ya sobre los tempranos orígenes de la coalición de Castro con el tráfico de narcóticos en los Estados Unidos a través de esas cuatro familias. Schlesinger comenta en su libro que, en julio de 1961, el Buró conocía que Santos Trafficante, uno de los jefes del crimen organizado con lazos en La Habana, representaba los intereses de Castro en el narcotráfico hacia Estados Unidos.

Mediante esos lazos ilegales, Cuba realizó durante la década de los sesenta una serie de transacciones comerciales, muchas veces en alta mar, a través de las que se adquirían semillas de arroz, pastos, semen congelado, ejemplares vacunos y otros productos agrícolas de alto rendimiento.

Pero éstos no serían los únicos vínculos que Cuba explotaría. En el verano de 1960, Raúl Castro, ministro de defensa cubano, visitó Checoslovaquia donde sostuvo largas entrevistas con su contraparte, el general Jan Sejna. El resultado fue un acuerdo de asistencia mutua entre ambos ministerios para la experimentación de la producción de drogas.

Este acercamiento checo-cubano sucede al tiempo que la URSS comienza a desarrollar una comunidad de inteligencia con el concurso de todos los aparatos de espionaje del bloque soviético, en que ha de figurar destacadamente el Departamento Z de la inteligencia checoslovaca. ¨
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El Cartel de La Habana (II)

Por Juan F. Benemelis
De su libro
Las guerras secretas de Fidel Castro


En 1961, la Unión Soviética solicitó los servicios de especialistas checos para iniciar a Cuba en este campo, con instrucciones de prestar atención especial al estudio del tráfico de drogas desde América Latina hacia los Estados Unidos. El GRU y la KGB soviética, asistidos por el Departamento Z de Checoslovaquia, y la Segunda Administración de Espionaje, ayudaron a conformar los trabajos ilegales de Cuba, incluyendo el narcotráfico.

Según el general Sejna, esta operación recibió el nombre de “epidemia rosada”. De inmediato, los checoslovacos comenzaron un programa de tecnología especial en su centro de investigación secreta de Milovice para desarrollar las técnicas de producción necesarias. Los resultados fueron luego facilitados a los servicios cubanos que hasta el momento sólo conocían las crudas técnicas usadas en América del Sur.

A pedidos del entonces premier moscovita Jruschov, y con la intención de acelerar los ya coordinados planes de inteligencia, el general soviético Nikolai Savinkin visitó a todos los países del bloque comunista, entre ellos a Cuba, para precisar detalles sobre el delicado componente del narcotráfico y disponer su despegue.

Una noche de noviembre de 1960, fue ultimado a balazos en un pequeño hotel de Ciudad México el nicaragüense Jail Zarruck, en lo que las autoridades al principio calificaron de crimen pasional. Zarruck recién había regresado de un viaje a La Habana. Con posterioridad se comprobó que el asesino había sido Francisco Otero Lastra, conocido como "Paco el cubano" en el vasto mercado negro latinoamericano, cuya relación con Castro en la compra y venta de armas era sabida.

Esa misma semana, agentes de la policía mexicana allanaron una casa ubicada en la calle Berlín, donde encontraron paquetes de drogas junto a varios cargamentos de ametralladoras, rifles M-1 y otros efectos militares provenientes de Cuba. Fueron detenidos Trecy y Debrowsky, a quienes se le atribuyó el envío de armas a la América Central para un movimiento castrista donde debía figurar el asesinado Zarruck.

El caso no halló una explicación más coherente hasta 1964. El 4 de junio de ese año, Otero Lastra fue asesinado en la prisión de Lecumberri, México. Su viuda declaró a periodistas que su marido había comprado armas para Castro con el dinero de la venta de narcóticos, y que ello era del conocimiento de La Habana. La policía mexicana consiguió pruebas de las actividades de Zarruck y de Otero en el negocio de narcóticos y de armas que vinculaban a funcionarios cubanos en México y en otras capitales del continente en dicho tráfico.

Según el diario Wall Street Journal, en 1961 tuvo lugar una entrevista entre el entonces capitán Moisés Crespo, Che Guevara y un grupo de guerrilleros latinoamericanos en la que se discutió la introducción de drogas en Estados Unidos con vistas a levantar fondos para la guerrilla. Moisés Crespo había sido del círculo íntimo del ex presidente cubano Carlos Prío, razón por la que conspira contra Batista y se asila en los Estados Unidos en 1956, donde espera el triunfo de la Revolución.

Su amistad con el comandante castrista Efigenio Ameijeiras hace que lo licencien junto con éste, en 1967, a raíz de un escándalo de consumo de drogas y marihuana. Crespo salió de Cuba, vía Mariel, en 1980, y no tardó en vincularse al narcotráfico. Murió en Miami en 1986.
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¨En un audaz golpe de mano, el Frente Revolucionario Democrático (FRD), organización de exiliados cubanos dirigida por el ex-premier cubano Antonio de Varona, hacía pública el 25 de septiembre de 1961 una información basada en documentos secretos obtenidos de la embajada cubana en Montevideo.
En ellos se revelaba un plan de Castro y del Che Guevara para infiltrar la Argentina a todos los niveles, con el fin de preparar condiciones para el derrocamiento del gobierno y hacer ascender a los peronistas y a la izquierda al poder.¨


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Tomado de http://taniaquintero.blogspot.com/

El Cártel de La Habana (III)

Por Juan F. Benemelis
De su libro
Las guerras secretas de Fidel Castro

El Che Guevara dirigía el establecimiento de centros de entrenamiento guerrillero en Argentina, controlando así los brotes subversivos entre Bolivia y Paraguay en los bordes fronterizos con Argentina. Los documentos revelaron que los agentes de la inteligencia cubana que trabajaban para el Che Guevara habían logrado integrar a este andamiaje a los principales traficantes de cocaína del área con el fin de establecer un corredor que facilitase el traspaso de armas y de hombres y la búsqueda de fondos para las operaciones. El escándalo provocado por la publicación de los documentos trajo como consecuencia la expulsión de Cuba de la OEA en enero de 1962.

En abril de ese mismo año, agentes del Servicio Federal de Narcóticos de los Estados Unidos, al mando de Eugene J. Marshall, detuvieron al conductor de un pequeño camión estacionado en una barriada del suroeste de Miami. En su casa se hallaba su esposa; allí se hallaron pruebas que establecieron la conexión de la pareja con los servicios secretos de Castro.

En un compartimiento de doble fondo se halló, además, una cantidad enorme de cocaína pura. La operación concluyó con el arresto de cuatro cubanos: José Barral, Mario Delgado, José León y Gabriela Giralt; un quinto cómplice era el norteamericano Rudolph Martínez. En sus declaraciones, los detenidos admitieron su conexión con los servicios cubanos, señalando como enlace a Juventino Guerra, otro cubano al servicio de Castro desde Nueva York, detenido recientemente en esa ciudad por tráfico de cocaína pura. Los cinco confesaron su participación en el narcotráfico entre Estados Unidos y La Habana.

En el curso de una conferencia de prensa en Washington, el Comisionado de Narcóticos de Estados Unidos, Charles Siragusa, aseguró que la cocaína procedía de Cuba. El 8 de mayo de 1962, Henry L. Giurdano, miembro de esa institución, informaba ante la Comisión de Drogas y Narcóticos de la ONU en Ginebra que "existían pruebas incontrovertibles para dudar sobre el informe del gobierno de Cuba sobre que el tráfico ilícito de drogas había sido erradicado de Cuba".

En testimonio ante el Senado norteamericano, Thomas Cash, agente especial para la zona de Miami de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) señalaba que desde 1963 su agencia recibía información que implicaba al gobierno cubano en el tráfico de drogas.

En junio de 1967, prestó declaración ante una comisión especial de la OEA el venezolano Marcano, quien daría pormenores de la subversión castrista en Venezuela. Marcano, entrenado por los servicios cubanos de inteligencia y contra inteligencia, participó en numerosos actos de sabotaje y terrorismo contra su país.

De acuerdo con Marcano, siguiendo instrucciones de los cubanos, en 1965 se supo en contacto en Colombia con el contrabandista Luis Pérez Lupe, que tenía en sus manos casi todo el comercio ilícito de mercancías, armas y drogas en la costa atlántica. Pérez Lupe aceptó trabajar para La Habana y propuso hacer un puente desde Aruba a las costas venezolanas, con el lanchero de bandera venezolana Nelson Sosa, quien debía trasladar una carga de hombres y armas.

Después, Marcano entró en Venezuela por Maicao, a través del famoso "camino verde" usado por la inteligencia cubana, y que era transitado, entre otros, por traficantes de drogas. Marcano destacó que los cubanos estaban involucrados en el mercado negro que recorre por el Amazonas hasta Manaos. Asimismo, los agentes de Castro organizaron el concurrido corredor de Aruba; otro importante conducto clandestino creado por los cubanos fue el de la costa atlántica colombiana, en el que utilizaban barcos franceses que trabajaban en los bananares de Santa Marta, los cuales podían trasladar hasta diez personas y hacer un viaje sin escala a Hamburgo.

A fines de 1963, un asistente de Raúl Castro viajaba a Checoslovaquia con el fin de obtener equipos especiales para la producción de narcóticos en Colombia y la manufactura de drogas sintéticas como parte de un programa experimental. Según el general Sejna, el propio Raúl Castro recogió los equipos en abril de 1964 tras una visita a Moscú.

Posteriormente, el jefe de logística médica del ejército checo, general Miroslav Hemalla, voló a Cuba acompañado de dos subordinados y dos técnicos para analizar con Castro la posibilidad de producir la droga localmente en la República Dominicana. En La Habana se firmó un acuerdo de cooperación médica para el entrenamiento de cubanos en el uso de los equipos especiales.

En octubre de 1964, los servicios de inteligencia del bloque soviético -incluidos los cubanos- firmaron un pacto estableciendo un sistema de inteligencia integrado. James Angleton, decano de los jefes de la inteligencia norteamericana declaró en una famosa entrevista que "la CIA y sus servicios hermanos en [Gran] Bretaña, Francia y Alemania Occidental habían encontrado suficientes evidencias de coordinación entre la inteligencia soviética, búlgara, de Alemania oriental, Libia, cubana, húngara, rumana y polaca, durante largos períodos, para convencer a los más escépticos".

Los soviéticos orientaron a los checos a introducirse en México y aprender los detalles operativos de ese país, debido a que las más efectivas operaciones de narcóticos ejecutadas por Cuba se realizaban allí aprovechando la corrupción prevaleciente en los medios oficiales. El nombre secreto para esta operación encubierta fue el de “Rin”, y el agente responsable en México fue el mayor Jidrich Strnad, que actuaba bajo las órdenes del Coronel Borsky.

Cuba y Checoslovaquia desarrollaron operaciones conjuntas, como la de Chile, donde el agente checo Danislav Lhotsky estableció una red experimental de producción y distribución de droga en concierto con los cubanos. En 1967 Lhotsky recibió la condecoración Estrella Roja del gobierno de su país.

En la primavera de 1967, el general soviético Savinkin convocó una reunión de varios días en Moscú con la alta dirigencia de los países miembros del Pacto de Varsovia, incluida a Cuba. Entre los tópicos discutidos figuró el uso de los narcóticos como arma de erosión contra el Occidente. A la reunión asistieron por Checoslovaquia los generales Sejna, Bohimir Lomsky y el ministro del interior, Josef Kudrna; la delegación cubana estuvo encabezada por el Ministro de Defensa Raúl Castro.

Meses después, Raúl Castro se dirigió a Praga donde sostuvo intensas reuniones con los altos jefes militares y de inteligencia checos, entre ellos el general Sejna. Allí se abordaron pormenores de la previa reunión en Moscú concernientes a la futura expansión de la actividad narcotraficante y la coordinación de los trabajos de investigación de drogas entre Cuba y Checoslovaquia.

Es conocido que las misiones diplomáticas de Corea del Norte en Europa sufragaban sus gastos con el tráfico de drogas y el mercado negro. Asimismo, el polvo para producir el metaqualon, el psicotrópico más ampliamente consumido en el mundo, provendría fundamentalmente de Hungría, Alemania del Este y de China comunista.

La política de burlar el embargo norteamericano condujo a Cuba a una cultura de corso, legitimada por el gobierno; y, de lo necesario se pasó a la generalización de estas prácticas. En la década de los 60, Castro planteaba reiteradamente el derecho de reproducir y de cualquier manera hacerse de productos occidentales, siempre y cuando se entendiera que dichas mercancías fuesen necesarias.

Los derechos reclamados por Cuba habrían de ejecutarse por medios ilegales y en violación a acuerdos internacionales. Así, la empresa de los servicios secretos cubanos CUBALSE efectuaba las transacciones ilegales del régimen, incluyendo estas las relaciones con organizaciones mafiosas y cierto tráfico de narcóticos.

En la década de los 70, el énfasis comienza a desviarse a la actividad de transferencia tecnológica hacia la URSS y el país, y es precisamente cuando comienzan a organizarse empresas y departamentos especializados, a veces dirigidos directamente por Castro y otras en manos de sus servicios de inteligencia.

El esfuerzo masivo del bloque soviético en el tráfico de drogas alcanzó su cenit en la década de los setenta, donde Turquía devino en el centro de una extensa red de narcotraficantes, mercado negro de armas y terrorismo operado desde Bulgaria. Se utilizaron también los territorios de Sicilia, Trento y Trieste en el norte de Italia, y estuvieron involucradas las Brigadas Rojas. Esta sería una operación muy similar a la descubierta en el Caribe a través de Cuba, Nicaragua y Panamá.

Khun-Sa sería el monarca del famoso “triángulo de oro” que llegaría a producir 60 toneladas de heroína anualmente. El Triángulo se halla en los meandros de los ríos Mae-Sai y del Mekong, y bordea a Laos, Tailandia y Burma, en una tierra de nadie. Khun-Sa contaría con el apoyo del partido comunista de Burma, del marxista Pathet Lao.

La heroína que sale del triángulo de oro encontraría un puente en un país del bloque soviético, Bulgaria, donde la firma comercial XINTEX, una filial de los servicios secretos búlgaros, el "Dajnavna Sigurnost" se ocuparía de comerciarla. El 70 por ciento de la droga que entraría en Europa se canalizará por los búlgaros; y uno de los narcotraficantes más célebres del viejo continente, el turco Bekir Celenk figuraría como el cliente más escogido del jefe de la inteligencia búlgara, Dimitre Savov.

Dentro del bloque soviético, los búlgaros encabezarían las vastas transacciones multilaterales de droga por armas, para beneficiar al Ejército Rojo del Japón, a la OLP Palestina, al IRA de Irlanda, el movimiento vasco-terrorista de ETA.

En especial, la OLP dependería tanto en sus finanzas de las transacciones en drogas por armas, mediante los búlgaros sobre todo después de que la crisis del petróleo en 1973 redujo drásticamente sus ingresos provenientes de los países árabes amigos. La OLP cultivaba la droga en el valle del Bekaa, en Sraune y Sahle, que luego la remitían a Bulgaria.

Del libro Las guerras secretas de Fidel Castro, Juan F. Benemelis.
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Tomado de http://taniaquintero.blogspot.com

El Cártel de La Habana (IV)

(pueden leer la partes I, II y III haciendo click AQUÍ )

Por Juan Benemelis
(Ex diplomático Castrista vinculado a la Inteligencia)


En el curso de la década de los 70 se dieron cita dos coyunturas importantes. La primera tendría que ver con el consumo de narcóticos, que vería una gran expansión en Estados Unidos primero con la marihuana y luego con la cocaína.

La otra coyuntura tenía que ver con el narcotráfico en sí. El Cartel de Medellín necesitaba de un punto intermedio cercano para operar hacia aguas norteamericanas. El Cartel de Medellín llegará a introducir unas 45 toneladas de cocaína en Estados Unidos, representando 25 billones de dólares, y alrededor de 10 toneladas en Europa.

En una intervención ante el Senado, en abril de 1983, James H. Michel, Secretario de Estado para Asuntos Interamericanos, expresó que existían pruebas de que en 1979, el buró político del Partido Comunista de Cuba había aprobado un plan para intervenir en el narcotráfico utilizando a Cuba como puente y base de apoyo para las redes de traficantes de Estados Unidos.

El suministro se organizó desde las fuentes de abastecimiento en América del Sur y el gobierno de La Habana necesitaba recursos en moneda convertible que estaría dispuesto a obtener de cualquier manera. La vinculación cubana con el narcotráfico era inevitable desde un principio, y además tenía que producirse de manera casi natural: primero, porque en las áreas de producción de Suramérica, los guerrilleros sostenidos por Cuba ocupaban el mismo espacio ilegal que los narcotraficantes.

La guerrilla necesitaba armas y dinero, mientras que el narcotráfico, siempre abundante en dinero, necesitaba protección armada y, sobre todo, acceso a las redes de organización clandestina de la guerrilla y su experiencia conspirativa. Además, una parte importante de todo el tráfico de drogas cayó en manos de exilados cubanos, sobre los cuales La Habana tenía abundante información para el chantaje. La parte del exilio que se vinculó al narcotráfico con Cuba también se sentía razonablemente segura de que no sería traicionada.

En la medida que la crisis financiera y económica se hacía más profunda, la dependencia de la Isla para con los recursos extraídos de Angola y del narcotráfico se amplió. Apurado por lograr una nueva fuente de recursos, Castro se fue involucrando cada vez más en el tráfico de drogas, como apuntara el general cubano exiliado Rafael del Pino.

Tradicionalmente los barcos usados en el narcotráfico colombiano tenían que atravesar el Paso de los Vientos, entre Cuba y Haití, lo que muchas veces les situaba en aguas territoriales cubanas, donde eran interceptados. Las pérdidas de los narcotraficantes se incrementaron con alarma.

(Al centro el Embajador Fernando Ravelo y a su lado el alto Johny Crump)

Según el testimonio dado en 1982 por el narcotraficante colombiano de Miami Juan Lozano (alias Johnny Crump), es alrededor de 1975 que algunos de los más importantes narcotraficantes colombianos se entrevistaron en Bogotá con el embajador cubano Fernando Ravelo Renedo para negociar la devolución de los barcos y las tripulaciones.

El embajador cubano contestó con una contraoferta de La Habana: a cambio de 800 mil dólares por cada barco, Cuba estaba preparada no sólo para ignorar la actividad de los buques madres que se detectasen en sus aguas, sino que podía proveerles de servicios de reparación y gasolina en sus puertos, así como identificación y escolta cubana hasta las proximidades de los cayos de la Florida.

Así, los poderosos colombianos Alfonso Cotés y Alfonso García comenzaron sus negocios de tráfico a través de Cuba. Los agentes de inteligencia cubanos se pusieron en contacto con algunos potentados de la droga en Miami, como por ejemplo Johnny Crump y el conocido narcotraficante Jaime Guillot-Lara, quien con posterioridad sería empleado de los servicios secretos cubanos y se casaría con una hija de Raúl Castro.

Entre los cubanos exiliados en Estados Unidos implicados en el narcotráfico con Cuba estaban José Alvero Cruz y Osiris Santi. En noviembre de 1976, Alvero había viajado a España donde disponía de fondos bancarios, y allí obtuvo de la propia embajada cubana en Madrid un pasaporte cubano. En 1978, actuando como agente de Cuba, Alvero arregló el envío de 5,000 armas para las guerrillas sandinistas en Nicaragua. Por su parte, Osiris Santi era un narcotraficante cuyos barcos ya recibían protección en los puertos cubanos. Su lugarteniente, Orlando Torres, se entrevistaba constantemente en México con los funcionarios del régimen cubano destacados en Mérida.

El narcotraficante colombiano, Jaime Guillot-Lara -casado con la hija del ministro de defensa cubano Raúl Castro- será el contacto entre Cuba y el movimiento M-19. El 7 de noviembre de 1981, Guillot-Lara tiene que escapar a toda prisa de Colombia y se refugia en México, donde los agentes cubanos negocian su libertad con las autoridades mexicanas con el fin de evitar que se descubriera su conexión con La Habana. En 1982, Castro hablaba de Guillot-Lara como "un buen amigo".

(Jaime Guillot Lara, foto superior, y en la foto inferior René Rodríguez Cruz quien fuera una de las personas especializadas en dar el tiro de gracia a los fusilados en la Sierra Maestra  y al principio del triunfo de la Revolución; posteriormente fue Presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos o ICAP, una dependencia Castrista vinculada con la Dirección de Inteligencia. Murió en extrañas circunstancias en Cuba después de llegar huyendo por las acusaciones de narcotráfico. Comentarios y fotos añadidas por el bloguista de Baracutey Cubano)

La conexión cubana sería descubierta y probada más tarde. Los informes de la participación cubana en el tráfico de drogas saldrían por vez primera a la luz pública en 1982, cuando la Oficina Legal de los Estados Unidos en Miami nombró entre los acusados al jefe de la marina de guerra de Cuba, almirante Aldo Santamaría, y al ex embajador cubano en Colombia, Fernando Ravelo, en un caso que incluía 23 toneladas de marihuana.

El 15 de noviembre de 1982, los colombianos Guillot-Lara y Johnny Crump, y los cubanos Lázaro Visuña, Mario Estévez y David L. Pérez, brindaron a un tribunal en Miami amplias pruebas de las actividades de narcotráfico por parte de Cuba desde el año 1975, tráfico que tenía como uno de sus objetivos el envió de armas a la guerrilla colombiana del M-19.

Según la deposición de Johnny Crump, él y Guillot-Lara se dirigieron a La Habana en compañía del embajador Ravelo, donde éste y el embajador de Cuba en Venezuela, Norberto de la Osa, les confirmaron que el barco Viviana, dedicado al narcotráfico, obtendría salvoconducto todas las veces que atravesase las aguas jurisdiccionales cubanas.

Por la protección de este tránsito, Guillot-Lara pagaba 20 mil dólares por cada tonelada de marihuana a bordo. A su vez, el compromiso incluía el transporte de armas a las guerrillas del M-19 en Colombia. Según Guillot-Lara, a su retorno a Colombia inició los trámites para preparar otro barco para enviar a Cuba en 1980.

(El embajador Fernando Ravelo bautizando a Viviana, hija de Johny Crump, el cual se encuentra en la extrema derecha de la foto)

Conforme al testimonio de Johnny Crump, los funcionarios cubanos Ravelo y René Rodríguez Cruz -presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP)-, le sugirieron la posibilidad de comprar y enviar armas para elementos anti-Pinochet en Chile a través de Panamá. Una semana después, un chileno de apellido Galván, le hacía entrega de un microfilm en un cigarrillo que contenía la lista de las armas, alimentos y municiones para 300 hombres.

Por otra parte, Johnny Crump cuenta cómo durante una campaña en la costa norte del Pacifico, las autoridades colombianas cercaron a un grupo guerrillero del M-19 comandados por Carmenea Cardona, muchos de los cuales figuraron en el secuestro de la embajada dominicana en Bogotá y que supuestamente debían haber estado refugiados en Cuba.

Entre los detenidos y testigos de la causa de Miami figuraba también Mario Estévez, un agente de la inteligencia cubano, infiltrado en los Estados Unidos en 1980. En su deposición ante el Gran Jurado, Estévez expresó que había sido infiltrado con el objetivo de activar el tráfico de drogas, comenzando por transacciones de marihuana hasta que fue arrestado el 29 de noviembre de 1981. Estévez testificó ante una comisión del senado de los Estados Unidos que había introducido en la Florida marihuana y gualudes desde Cuba, y de ahí trasladado a Nueva York.

Las declaraciones de Estévez resultaron desconcertantes: la alta cúpula de la dirigencia cubana había organizado una extensa red de narcotráfico desde América Latina hasta los puntos de distribución en ciudades norteamericanas, usando sus propios servicios secretos. Estévez identificó al alto oficial de inteligencia cubana, René Rodríguez Cruz y al vicealmirante Aldo Santamaría como las personas encargadas por Castro para canalizar este tráfico.

Estévez apuntó que desde los inicios de la década de los setenta se producía marihuana en la región cubana de Manzanillo para venderla en los Estados Unidos, operación que Castro venía madurando desde los días de la guerra de Vietnam. Estévez estimó en 200 millones de dólares anuales los ingresos cubanos sólo por concepto de la marihuana.

Durante el período de su actividad ilícita, Estévez logró el traslado de Cuba a Estados Unidos de alrededor de 270 kilogramos de cocaína, posteriormente vendida en Miami, Chicago, Ohio, Nueva Jersey, Nueva York y otras ciudades. El dinero acumulado lo llevaba a Cuba él personalmente. También informó que en un momento de su actividad, sus jefes en el gobierno cubano le recomendaron se trasladase a Bimini, en Las Bahamas, para conocer y entrenar a Frank Bonilla, otro agente proveniente de Cuba.

De regreso a Cuba, recalaron en la pequeña isla de Paredón Grande, donde hallaron el buque Viviana del colombiano Guillot-Lara con un cargamento de 8 millones de qualudes. El yate estaba escoltado por buques de guerra cubanos.

De acuerdo con la narración de Estévez, corroborada luego por otros narcotraficantes, estando en Paredón Grande concurrieron el jefe de la Marina de Cuba, almirante Santamaría, y el alto jefe de la inteligencia René Rodríguez, presidente del ICAP, organismo pantalla de la inteligencia cubana, con quienes sostuvo una extensa conversación sobre el narcotráfico. Explicó que cuando salió de Cuba a bordo del Viviana se acarreaba otro barco, el Lazy Lady, hasta la isla de Andros en Las Bahamas, donde se hizo el traspaso de los qualudes. Después fue ordenado a seguir hasta Cayo Güincho donde recogió 23,000 libras de marihuana procedente de Cuba.
(fotos superiores:  Gonzalo Bassols y el ya fallecido Vicealmirante  Aldo Santamaría Cuadrado; fotos inferiores: el extrañamente  fallecido en Cuba  René Rodríguez Cruz  y el embajador Fernando Ravelo)

El testimonio de Estévez implicó en el narcotráfico internacional a Santamaría, René Rodríguez, al embajador Ravelo, a Gonzalo Bassols Suárez, diplomático cubano en Colombia; a Teodobaldo Rico Rodríguez y Francisco Echemendía, funcionarios del Ministerio del Interior de Cuba.

Con posterioridad, René Rodríguez moría en La Habana, en circunstancias misteriosas, después del fusilamiento de los militares el general Ochoa, Tony de La Guardia, en 1989, y al deceso en prisión, en 1991, del general José Abrantes Fernández, exministro del Interior.

Coincidentemente, Estévez también fallecería en una prisión norteamericana. Los hilos de la trama que conducían hasta Fidel y Raúl Castro irían desapareciendo con el tiempo.

El ex secretario de Estado, Shultz, refiriéndose a los resultados del Gran Jurado de Miami, indicó que se "demostró la evidencia de la complicidad de Cuba en el tráfico de narcóticos en América Latina”. En marzo de 1983 fue confiscado en la Florida un velero con 750 libras de marihuana a bordo. Durante el registro del bote se halló un diario con la ruta seguida. Había zarpado de la Florida para Las Bahamas, siguió a Haití, luego a Cuba, después a Jamaica, retornó a Las Bahamas y finalmente llegó a la Florida de nuevo.

Poco después, el 20 de mayo de 1983, el presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan declaraba en Miami que existían fuertes pruebas de que funcionarios de Castro estaban involucrados en el tráfico de drogas desde Cuba. Un mes después, el administrador de la DEA, Francis Mullen ratificaba ante el senado estadounidense que el gobierno de Cuba estaba consciente de los movimientos de drogas a través de su territorio, y que facilitaban tales movimientos.

Del libro Las guerras secretas de Fidel Castro, de Juan F. Benemelis.


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