jueves, enero 23, 2025

No sólo fue Valeriano Weyler: Sobre dos ¨Circulares¨ del General en Jefe Máximo Gómez Báez que provocaron la muerte por hambruna de miles de habitantes de Cuba

 No sólo fue Valeriano Weyler: dos ¨Circulares¨ del  General en Jefe Máximo Gómez Báez  que provocaron la muerte por hambruna de miles de habitantes  de Cuba

Por Pedro Pablo Arencibia 

 8 de diciembre, 2023

Lo que me ha motivado a escribir este artículo es que hoy en el programa Cita con la Historia (o un nombre algo parecido) que conduce el Dr. Gustavo León en la estación radial La Nueva Poderosa,  el conductor expresó que yo era  controversial y calificó de especulaciones mis planteamientos históricos. Yo intenté decirle que lo que yo había dicho está avalado con sus fuentes en mi libro de Historia de Cuba titulado La Historia de Cuba que te ocultaron y otros temas, pero  Fredy (¿Fredi?) Corea (¿Korea?) no  dejó pasar esas palabras a la audiencia radial, diciéndome que habían  muchas llamadas en espera, algo cuestionable pues faltando 20 ó 25 minutos  para terminar el programa, se habían agotado las llamadas y tuvo que llamar dos veces la atención para que los oyentes participaran con sus llamadas telefónicas.

Yo soy una persona que abordo la Historia de Cuba dejando, lo más posible,  a un lado  mis simpatías políticas, ideológicas o hechos de mi vida personal o de mis  familiares vivos o muertos; también intento estar al tanto de las investigaciones  históricas más recientes para no quedarme anclado en la Historia de Cuba que se escribió en los primeros 60 años de la República de Cuba.

(Pedro Pablo Arencibia es fotografiado a finales de los años 80s, o principios de los 90s, buscando y comprando libros en una librería de ¨libros viejos¨ en Pinar del Río para acompañar un artículo del periodista Pedro Juan Gutiérrez cuando trabajaba en el periódico Guerrillero)

Un tema tabú, al igual que el análisis del incendio de Bayamo, es la prohibición en una  circular de Máximo Gómez de no permitir la entrada de alimentos a todos los pueblos ocupados por las fuerzas españolas, que eran prácticamente todos los del país. En mi libro, a partir de la página 174, aparece íntegra el Acta del Consejo de la República en Armas presidido por el Mayor General Bartolomé Masó, donde al final de la guerra se echa abajo, para determinados casos muy particulares, esa orden o circular para que los alimentos llegaran a la población.  En este artículo la volveré a publicar.

Se ha hablado y escrito mucho sobre la genocida  Reconcentración, ideada por Martinez Campos e implementada por Valeriano Weyler,  pero no se escribe o habla de las circulares del 1 de julio de 1895  y del 6 de noviembre de 1895 del General en Jefe  Máximo Gómez donde ¨... se prohibía  terminantemente, la introducción á  poblado enemigo, de toda clase de artículo  que constituya  comercio, y se previene el  castigo que alcanzará á los que las infringiesen...¨ . Esas circulares fueron anteriores a la llegada de Valeriano Weyler a Cuba como Capitán General, pues anteriormente ya había prestado sus servicios militares en Cuba a favor de la Metrópoli. Señalo enfáticamente  que casi la totalidad de los pueblos, puertos y ciudades de Cuba  estaban  en poder de las fuerzas militares  de la Metrópoli española y de cubanos que le servían.  

A continuación muestro capturas de pantalla de las páginas 185, 42 y 43 del libro Mi diario de la guerra desde Baire hasta la  intervención americana, de la autoría de. Bernabé Boza,  General jefe del  Estado Mayor del General Máximo Gómez, libro publicado en La  Habana en  el año 1900. Esas capturas de pantalla fueron tomadas de una biblioteca digital de reconocido prestigio. 

A caballo el entonces Teniente Coronel Bernabé Boza cuando era el Jefe de la Escolta de Máximo Gómez, posteriormente pasó a Jefe del Estado Mayor.





En el presente artículo, como ya expresé, presento la copia fiel e íntegra del Acta del Consejo de Gobierno del primero de septiembre de 1898, acta que corresponde a la sesión donde se tomó el acuerdo, terminada la Guerra Hispano Cubana Norteamericana,  de decretar AMNISTÍA  GENERAL para  los delitos cometidos durante la guerra de independencia. Joaquín Llaverías Martínez, historiador de número de la Academia de Historia de Cuba y uno de los compiladores de las Actas del Consejo de Gobierno de la República  de Cuba en Armas,  expresó lo siguiente antes de  mostrar el contenido  del Acta del Consejo de Gobierno del primero de septiembre de 1898

« Y para terminar con algo sobresaliente, vamos a transcribir un bellísimo documento, que prueba hasta la saciedad el espíritu generoso y de transigencia de aquellos hombres que durante cuatro años lucharon contra una nación poderosa y un ejército aguerrido y valiente para obtener el derecho sagrado de ciudadanos libres». 


(personal de la Fuerza Aérea de la República de Cuba  a los que le repitieron el mismo juicio, pero con otro tribunal de militares del Ejército Rebelde que eran más dóciles a los mandatos de Fidel Castro)

Nada que ver con lo que ocurrió a partir del 1 de enero de 1959 con el supuesto triunfo revolucionario, donde la vendetta estaba, para colmo, disfrazada de justicia con parodias de juicios donde no existían realmente las garantías procesales y las sentencias estaban previamente dictadas; si alguien duda: recordemos que en el juicio a los aviadores, mecánicos, etc. de la Fuerza Aérea de la República de Cuba fueron encontrados no culpables y Fidel Castro, cometiendo una aberración jurídica,  mandó a repetir el juicio con otro tribunal (esta vez presidido por el Comandante Manuel Piñeiro Losada, conocido por ¨Barbarroja¨). El Comandante Félix Pena que había formado parte del tribunal en el primer juicio  supuestamente se suicidó.

La búsqueda de hallar esa acta fue lo que me motivó  ir desde Pinar del Río hasta la Biblioteca Nacional en la ciudad de La Habana para buscar el volumen de las Actas del Consejo  de Gobierno de la República en Armas que la contenía y cuyo volumen no estaba en la Biblioteca Provincial de Pinar del Río. Esa acta está  contenida en mi artículo Un ejemplo de generosidad, transigencia y magnanimidad mambisa, el cual fue publicado en el número 40 de la revista Vitral (noviembre-diciembre del año 2000)  cuando yo aún residía en Cuba y era un asiduo colaborador de Vitral,  revista del hoy extinto Centro de Formación Cívica y Religiosa de la Diócesis de Pinar del Río,  fundado y dirigido por Dagoberto Valdés Hernández y del cual era Rector Monseñor José Siro González Bacallao, entonces Obispo de la Diócesis de Pinar del Río.  La lectura  de esa acta  me  dió una gran sorpresa al leer que el mencionado Consejo tenía que dar permiso para hacer llegar  alimentos a  la población de Puerto Príncipe (la ciudad de Camagüey) y dejar entrar y salir de las poblaciones a los llamados  pacíficos, que eran aquellas personas que en la guerra  no pertenecían ni  actuaban a favor   de  ninguna de las partes contendientes.

Esa  Acta del Consejo de Gobierno de la República de Cuba en Armas (Presidido por Bartolomé Masó) fue tomada de:

Llaverías, J. (1931). Actas de las asambleas de representantes y del Consejo de Gobierno durante la Guerra de Independencia Volumen 4. La Habana: El siglo XX, pp. 128-132,  Joaquín Llaverías Martínez (1875-1956) fue  académico de número de la Academia de la Historia de Cuba, El gran historiador Emeterio Santovenia fue otro de los autores de la recopilación y edición de esas actas.

Acta del Consejo de Gobierno

En La Viuda – Camagüey - a primero de Septiembre de mil ochocientos noventa y ocho, reunido el Consejo de Gobierno bajo la presidencia del Presidente de la República Mayor General Bartolomé Masó y Márquez, con asistencia de los señores Dr. Domingo Méndez Capote, Vice Presidente y encargado interinamente del despacho de la cartera de Guerra; Ernesto Fonts y Sterling, Secretario de Hacienda; Nicolás Alberdi, Sub-Secretario del Exterior en el desempeño de esa cartera por ausencia del Secretario en propiedad, y de mí, Secretario nombrado al efecto por enfermedad del Sr. José Clemente Vivanco, que lo es en propiedad, se declaró abierta la sesión, dándose lectura al acta de la anterior, que fue aprobada.

Da cuenta el Secretario de la Guerra con un expediente de indulto, iniciado a favor de los Sres. Enrique Lezcano, José Vázquez, Julio Muñoz, Froylán Toledo, Teodoro Castillo, Clemente Martínez y Benito Pérez, condenados a la pena de muerte en Consejo de Guerra en que fueron juzgados como traidores. El Consejo de Gobierno oído los informes del Auditor de la primera Brigada, segunda División, del 3er. Cuerpo, fuerzas en la que se celebró el Consejo; el del Jefe que las manda, y el emitido en consulta por el Auditor agregado a las órdenes directas del Consejo de Gobierno; vista la petición de los interesados; acordó que ofreciéndosele preciosísima ocasión de ejecutar con oportunidad nunca evaluada y en obsequio de los altos fines de la Revolución, la más augusta de las prerrogativas con que la Sociedad inviste al poder público, acuerda conceder el indulto que solicitan los reos.

Da cuenta el Secretario de la Guerra de una carta suscrita por el General Lope Recio manifestando en ella la necesidad de acudir en socorro de las familias que residen en Puerto Príncipe y pidiendo al Consejo permita3 la introducción y venta de carne en dicho pueblo. El Consejo atendiendo a las razones de gran peso expuestas en dicha carta acordó autorizar a la comisión de Hacendados que en ella se refiere para que pueda introducir ganado en Pto. Ppe. para el consumo de las familias pobres, no pudiendo vender la carne a un precio superior a cinco centavos la libra, debiendo depositar el importe de la venta en poder de la persona de respetabilidad que designe el General Recio, y se aplicará lo que se recaude al fin benéfico que oportunamente se acuerde. Asimismo acuerda el Consejo se pida a dicho General los nombres de los Hacendados a que se refiere para la dicha constancia.

El Consejo, evacuando la consulta que en su comunicación número 465 del libro 5o hace el General Jefe del tercer Cuerpo, Lope Recio, acuerda: conceder autorización a los dueños de fincas rústicas residentes en Pto. Ppe. para que pasen a sus propiedades a trabajar en la reconstrucción de las mismas. Que se permita a los pacíficos la entrada y salida en las poblaciones, y que se permita asimismo que los dueños, arrendatarios, poseedores o encargados de las fincas situadas en las zonas de los pueblos se establezcan en ellas.

Se da lectura a la petición que hace el Sr. José A. Hernández para poder vender la madera de su propiedad existente en la finca "Jiquimal" de su propiedad, en la zona de Ciego de Ávila. El Consejo acuerda autorizarlo para ello y que así se comunique al Jefe del Tercer Cuerpo, al Territorial para su conocimiento y efectos.

Se da lectura a la solicitud que hace la Compañía Eléctrica de alumbrado de Puerto Príncipe, pidiendo se le permita al C. Juan Silva el corte y arrastre de maderas para leña de la finca "El Jucaral" que necesita dicha Compañía para tener alumbrada la población de Puerto Príncipe. El Consejo acuerda conceder dicha autorización y que se comunique también a los Jefes Territorial y del 3er. Cuerpo.

Se presentan dos instancias suscritas por A. G. Fouceda y Mario de Zayas, pidiendo pase para el extranjero. Se acuerda concedérselos al primero en el bote al servicio de este Consejo y al segundo por vía de Pto. Príncipe, siendo los gastos por cuenta de los solicitantes.

Propone el Sub-Secretario del Exterior al Sr. José Eliseo Cartaya para el grado de Capitán del Ejército Libertador, con antigüedad de enero del año próximo pasado por los méritos y servicios que viene prestando desde hace tiempo y poseer además nombramiento de oficial expedido por el Delegado Plenipotenciario. El Consejo acuerda se le expida dicho diploma con la antigüedad que se señala.

Se da lectura a la siguiente instancia: " Ldo. Jesús Sotolongo y Lynch al Consejo de Gobierno con el debido respeto pide: se le conceda autorización para comenzar los trabajos preparatorios de la zafra y las faenas agrícolas a ésta aparejadas, en las fincas "Pilar", "Mercedes" y "San Gerónimo" situadas en la provincia de la Habana, propiedad del que suscribe y sus hermanos Vidal y Tomás. Siendo también necesario para los trabajos que se han de emprender ganados caballar, mular, vacuno y de cerda ha de concedérsele también que todos los que en adelante se adquiera a justo título sean respetados por las autoridades civiles y militares de la República, así como también los cercados que se hagan necesarios para el cuidado de las labranzas". El Consejo acuerda acceder a lo que se pide y que se den las órdenes oportunas a los Jefes de aquella provincia para su conocimiento y efectos.

Se da lectura a la siguiente comunicación: "Al Consejo de Gobierno.- Considerando y creyendo firmemente que el patriotismo y las reglas del Derecho Internacional que han de hacerse efectivos en estos momentos en que se ha resuelto el problema de la independencia de Cuba, nos obliga a retirarnos inmediatamente del Poder para facilitar el cumplimiento de los fines que han de realizarse, y no siendo éste el criterio que aprueba, acepta o cree más conveniente el Consejo de Gobierno, sírvase Vd. aceptar la renuncia inmediata e irrevocable del cargo de Secretario del Interior que hasta aquí he venido desempeñando. De Vd. con la mayor consideración.- P. y L. Agosto 25 de 1898- Manuel R. Silva.

Manifiesta el Vice Presidente que con posterioridad a esa fecha recibió una carta del Sr. Silva en la que trata con más extensión las causas que le mueven a presentar su renuncia; se da lectura a dicha carta y se acuerda consignar el final de ella que copiado literalmente dice: "A mi juicio nosotros debemos lanzar un manifiesto renunciando a nuestros poderes y suspendiendo la convocatoria4 por no poder efectuarse y así cumplimos mejor. Si este juicio no se acepta yo exijo que mi renuncia lo sea, pues me creo con derecho para defender y conservar mis convicciones y no volveré a incorporarme al Gobierno como miembro del mismo". El Consejo después de deliberar extensamente sobre el asunto, teniendo en cuenta que las manifestaciones y criterio del Sr. Silva son completamente distintos de los que sustenta el Consejo de Gobierno principalmente en lo que se refiere a la renuncia de los poderes que le han sido conferidos por el pueblo, y creyendo necesaria la permanencia en sus puestos en los momentos en que se espera el resultado de esa convocatoria que hoy más que nunca cree necesaria el Consejo, acuerda, aceptar a dicho Secretario del Interior la renuncia que presenta, haciendo constar que ve con sentimiento la resolución por él tomada.

El Consejo de Gobierno: considerando que suspendidas las hostilidades no deben mantenerse vigentes disposiciones que coarten la libertad de los encargados de pactar la paz, cuando está ya reconocida por España y los Estados Unidos la independencia de Cuba y que en tales circunstancias es inútil privar al ejército español de noticias y prácticos que a veces hasta será un deber facilitarle para que pueda realizar la evacuación del territorio convenida con los Estados Unidos. Considerando que terminada la guerra deben cesar las pasiones y odios desarrollados durante la lucha, realizando de este modo la unión de todos los cubanos bajo nuestra bandera, que es símbolo de libertad y no de venganzas ni rencores. Considerando que en estos momentos los Jefes del Ejército deben extremar su celo para que no quede sin castigo ningún atentado contra la seguridad personal y que con ocasión del contacto entre nuestras fuerzas y las personas que han estado al servicio de España, no se ejerciten venganzas privadas en las que el crimen de uno mancha el prestigio de todos.

Acuerda el Consejo: Primero, suspender en sus efectos hasta nueva orden el párrafo segundo en su último extremo y los párrafos nueve, diez, trece, catorce y quince del artículo cuarenta y ocho de la Ley Penal. Segundo, conceder amnistía a los culpables de cualquiera de los delitos definidos en el artículo cuarenta y ocho de la misma Ley. Tercero, que se circulen al Ejército y autoridades de la República estas resoluciones haciéndoles notar los males que podrían sobrevenir de no observar una conducta de olvido y de perdón.

Se da lectura a la exposición que dirige el Presidente de la República de Cuba al de los Estados Unidos Mr. William McKinley y que queda para constancia asentada en el libro segundo de salida al folio doscientos noventa y cuatro con el número doscientos cincuenta y Libro 2o correspondiente a la Secretaría del Exterior. El Consejo acuerda aprobar en todas sus partes dicha exposición y que por nuestro Representante en el extranjero sea entregado dicho documento5.

Se da lectura y se aprueba la publicación de dos alocuciones dirigidas la primera al "Ejército Libertador" y la segunda "A los habitantes de territorios cubanos no ocupados aún por las fuerzas del Ejército Libertador", acordando sean certificados un ejemplar impreso de cada una de ellas por el Secretario que suscribe y archivadas para constancia.

El Consejo acuerda nombrar comisionados especiales para los siguientes Cuerpos de la división militar de la República comprendiendo las ciudades y los pueblos radicados en los mismos ya estén bajo nuestra directa autoridad ya los ocupen España o la América del Norte; para las poblaciones y territorios del Primero y Segundo Cuerpo, el Comandante de Estado Mayor Manuel Despaigne; para los del Tercer Cuerpo al Director Jefe de Sanidad Militar General de Brigada Dr. Eugenio Sánchez Agramonte; para los de la primera División del Quinto Cuerpo, Matanzas, al Teniente Coronel del Cuerpo Jurídico Lcdo. Octavio Giberga y Galí; para los de la Segunda División del Quinto Cuerpo, Habana, al Auditor General, Jefe del Cuerpo Jurídico General de Brigada, Fernando Freyre de Andrade, dándoles la siguiente credencial con las facultades que se expresan: ‘El Consejo de Gobierno en sesión celebrada el día de hoy, acordó nombrar a Vd. comisionado especial al objeto de que, con el carácter oficial de representante del Gobierno, y por éste debidamente instruido y facultado, se constituya personalmente y acompañado de los auxiliares que designe en el mencionado territorio, disponga y realice libremente por sí o por medio de sus auxiliares las medidas y actos de propaganda y organización política que juzgue conducentes a armonizar la opinión y el sentimiento de los habitantes con las mantenidas por el cuerpo revolucionario y la entidad que los dirige, al intento de favorecer en toda la extensión del país el desarrollo de un movimiento uniforme y encaminado al fin único de asegurar para la entera población de Cuba el ejercicio de la soberanía y el disfrute de la libertad dentro de un régimen sinceramente democrático y expansivo; funde Comités, Clubs y agrupaciones civiles de cualquier otra especie tendientes a la determinación y desenvolvimiento del propósito indicado; elija y nombre representantes, agentes y cualquier otros funcionarios civiles que juzgue necesarios para cooperar al propio fin; comunique con los ya nombrados y con las fuerzas militares residentes en dicho territorio e instruya a todos del pensamiento y tendencia del Gobierno, inspirándoles la línea de conducta que deben observar en relación con la situación y momentos políticos presentes y con el probable progreso y dirección de los acontecimientos; y en suma, acuerde y practique cuantas diligencias y gestiones sean a su juicio de oportunidad y de eficacia para ganar a nuestra causa el espíritu del pueblo cubano, en cuanto disintiere encauzar las distintas corrientes de nuestra sociedad hacia un solo rumbo, marcado por la estrella de nuestro pabellón, y organizar las diferentes fuerzas colectivas dentro del mismo todo, como medio el más adecuado y tal vez exclusivo para el logro de los ideales de paz, justicia y libertad que dieron nacimiento a la Revolución y han inspirado invariablemente todas sus determinaciones. Por tanto, las autoridades y funcionarios civiles y militares de la República prestarán inmediatamente al Comisionado o a cualquiera de sus auxiliares, con absoluta preferencia a cualquiera otra atención o servicio de su cargo, los auxilios de cualquier género que reclamen de los mismos, poniendo a su disposición las fuerzas y recursos que solicitaren. Y para que sirva de credencial al interesado y de requerimiento a quien se exhiba se expide la presente firmada por el Presidente de la República’.

Da cuenta el Secretario del Exterior con las cuentas que para su examen e informe le fueron entregadas correspondientes a los meses de Junio y Julio, que fueron presentadas por el Secretario del ramo. Fueron aprobadas y quedando copia duplicada en Secretaría del Consejo.

Y no habiendo otro asunto de que tratar se dió por terminada la sesión.- Bart. Masó.- Domingo Méndez Capote.- Ernesto Fonts Sterling.- Dr. N. Alberdi.

Sobre  la persona de Máximo Gómez

Máximo Gómez, con grandes méritos militares,  tenía un carácter veleidoso según leí en un libro allá en Cuba, lo cual era ejemplificado con su trato voluble respecto a los ¨pacíficos¨ . Para mí es muy sugnificativo que Máximo Gómez dió la orden de ahorcar a todo el que llevara a un campamento mambí un mensaje para firmar la Paz del Zanjón y al que la firmara y, sin embargo, él después se acogió a la Paz del Zanjón. 

Hay un pasaje de Máximo Gómez donde él golpea salvajemente al infeliz negro ¿Edua? que le servía de ordenanza por algo que ya no recuerdo, En el diario de José Martí que han titulado De Cabo Haitiano a Dos Ríos, Martí escribe que a él llega un coronel del Ejército Libertador sumamente enojado porque Máximo Gómez lo había humillado y le dice a Martí que él está peleando para que no hubieran humillaciones en Cuba.

 Antonio Maceo pidió el grado de Lugarteniente General para no estar subordinado a Máximo Gómez, pues aunque en el Exilio en Centroamérica habían sido compañeros de correrías de mujeres (aparece narrado en uno de los tres volúmenes que escribió el historiador José Luciano Franco sobre Antonio Maceo) , sabía del carácter del ¨chino viejo¨. Dado que no había esa subordinación es que Antonio Maceo pudo, tras el fuerte  desencuentro con José Martí en  la reunión de La Mejorana,  tratar a Gómez y a Martí  de manera inadecuada, de la cual Máximo Gómez dejó constancia en su diario:

  “(…) nos condujo a las afueras de su campamento, en donde pernoctamos solos y desamparados, apenas escoltados por 20 hombres bisoños y mal armados”.

 Máximo Gómez tuvo serios problemas con el Consejo de Gobierno Presidido por el Mayor General Bartolomé Masó; ya en tiempos de paz ocurre el error de Máximo Gómez  al  estar de acuerdo  con el dinero (3 millones de dólares)  que  Porter le propuso para la paga del Ejército Libertador (no confundir con el dinero para el licenciamiento del Ejército Libertador, licenciamiento pedido por Manuel Sanguily, Juan Gualberto Gómez y otros patriotas en una importante reunión); entopeciendo así  la  estrategia política y financiera  de la Asamblea del Cerro y de la Comisión creada para negociar ese asunto con el gobierno de los Estados Unidos. Ese asunto lo abordo con muchos detalles  en mi libro:


Veamos como el comandante de la división Cuba, el  General americano John R. Brooke recibió el país el 1º  de enero de 1899.

“Muchedumbres hambrientas pululaban por todas partes y  cubrían con harapos de luto por la muerte de deudos más  o menos próximos cuerpos extenuados hasta lo  inverosímil, o a veces, hasta lo inverosímil también  abultados por la hidrohemia. Aquellas pobres gentes,  sin auxilio alguno, habían agotado sus recursos y  echado mano de toda clase de alimentos. Los más  inmundos y repugnantes animales se devoraron con  deleite y se buscaron con empeño frenético. Las raíces,  los troncos y las hierbas se utilizaron también”.

“Las mujeres y los niños famélicos buscaban en los  pesebres de las fuerzas de caballería acampadas en las calles y entre la tierra polvorienta los granos desechados, para comerlos crudos, y las semillas y  cortezas de las frutas se recogían también como  preciosos hallazgos. Con frecuencia llevábanse a  pedazos, y a pesar de los esfuerzos de la policía para  impedirlo, los restos de animales muertos de  enfermedades contagiosas” (2).

Fuente del anterior fragmento:.

2.- Cuba los primeros años de independencia. Dr. Rafael  Martínez Ortiz. Primera parte. Tercera edición. 1920.  Pág. 19

Para profundizar  respecto a la Reconcentración de Weyler  sería muy interesante leer el libro Guerra y genocidio en Cuba, 1895-1898,  de John Lawrence Tone; el cual está publicado en los idiomas Inglés y Español.

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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

¿Quién formalmente  fue el primero  en declarar la Guerra Hispano - Norteamericana: España o EE.UU. ?  Veamos: 

El 18 de abril  las dos cámaras  legislativas de los Estados Unidos aprueban la Resolución Conjunta o Joint Resolution  que plantea que el pueblo de la isla de Cuba es, y tiene derecho a ser, libre e independiente. El 19 de abril los Estados Unidos le envía un ultimátum a España para que España le de una completa y satisfactoria respuesta a la Resolución antes del mediodia del sábado  23 de abril de 1898.  El 22 de abril de 1898, la flota estadounidense bloqueó la bahía de La Habana; el 23 de abril de 1898 ante esas acciones España le declara la guerra a los Estados Unidos.El 25 de abril de 1898, Estados Unidos declaró la guerra a España pero con carácter retroactivo el 21 de abril de 1898. A continuación mostramo el referido ultimátum así como  su análisis, consecuencias y conclusiones :

La guerra duró desde abril hasta agosto de 1898

Tomado de https://auladehistoria.org

 https://www.recursosacademicos.net/

Ultimátum de EE.UU. a España. Análisis, Comentario y Conclusiones 

Ultimátum norteamericano a España,

19 de abril de 1898.

“Considerando que las horribles condiciones que han existido en la isla de Cuba, tan próxima a nuestras costas, por más de tres años, condiciones que han ofendido el sentido moral el pueblo de los EE.UU. […], y que han culminado en la destrucción de un acorazado de los EE.UU. durante una visita amistosa al puerto de la Habana […], no pueden soportarse por más tiempo como lo afirma el presidente de los Estados Unidos en su mensaje de 11 de Abril de 1898, sobre el cual el Congreso ha sido invitado a pronunciarse.

En consecuencia, el Senado y la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, reunidos en Congreso han resuelto:

Primero: que el pueblo de la isla de Cuba es, y tiene derecho a ser, libre e independiente.

Segundo: que los Estados Unidos tienen el deber de pedir, y por tanto el Gobierno de los Estados Unidos pide, que el Gobierno español renuncie inmediatamente a su autoridad y gobierno sobre la isla de Cuba y retire de Cuba y de las aguas cubanas sus fuerzas terrestres y navales […]

Si a la hora del mediodía del sábado próximo, 23 de abril, no ha sido comunicada a este Gobierno por el de España una completa y satisfactoria respuesta a la Resolución en tales términos que la paz de Cuba quede asegurada, el presidente procederá sin ulterior aviso a usar poder y autorización ordenados y conferidos a él, tan extensamente como sea necesario”.

CLASIFICACIÓN: Nos encontramos ante una fuente primaria, aunque fragmentada, de naturaleza jurídica, ya que se trata de una Resolución aprobada por el poder legislativo de EE.UU. se trata del ultimátum norteamericano a España, votado en el Congreso de los EE.UU. el 18 de Abril de 1898 y publicado al día siguiente. Tras la negativa a abandonar la soberanía de la isla de Cuba por parte de España, EE.UU. declaró la guerra a España el 25 de Abril con carácter retroactivo desde el 21 de Abril. Su autoría es colectiva e institucional y se atribuye al Congreso de los Estados Unidos de América y su carácter es público y su destinatario es el Gobierno de España, presidido por Práxedes Mateo Sagasta, representante del Partido Liberal durante la regencia de María Cristina.

ANÁLISIS: La idea principal del texto es la de establecer un ultimátum a España para que abandone la soberanía de la isla de Cuba. Se estructura en tres partes bien diferenciadas, una primera donde se establecen unas consideraciones previas sobre la situación de la isla de Cuba, seguidas de las condiciones y términos que se exigen al Gobierno de España para finalizar con la declaración del ultimátum y autorización al presidente para declarar la guerra.

Entre las consideraciones previas destacan ideas como “las condiciones que han existido en la isla de Cuba, por más de tres años” que se refieren a las duras condiciones a las que se somete a la población rural, que forman parte de la política de terror aplicada por el general Weyler en el contexto de la Guerra de la Independencia de Cuba (1895-1898) pero sobre todo “la destrucción de un acorazado”, se refiere a la explosión del acorazado Maine, en circunstancias no esclarecidas mientras se encontraba atracado en el puerto de La Habana, provocando más de 200 muertos. Es sin duda, este hecho el auténtico casus belli, ya que la influencia de la prensa, controlada por el magnate Hearst provoca la contestación del pueblo norteamericano y la presente resolución del Congreso.

El texto además hace alusión a dos ideas esenciales como es el derecho de Cuba a la independencia, derecho asumido por Estados Unidos como uno de sus principios fundacionales, y el derecho de Estados Unidos a pedir que el Gobierno de España renuncie a su soberanía sobre la isla, idea que forma parte del conocido Destino Manifiesto, o Doctrina Monroe que trata de evitar cualquier intervención extranjera en el continente americano bajo el lema “América para los americanos”.

En cuanto al ultimátum, se establece un plazo de tres días para la renuncia de España a la soberanía de la isla de Cuba y la autorización al Presidente de EE.UU. para declarar la guerra.

COMENTARIO: Cuba era colonia española desde el siglo XVI, debido a su pequeña extensión se mantiene su soberanía durante el proceso de emancipación que se lleva a cabo en Hispanoamérica durante el primer tercio del siglo XIX. Cuba era una importante colonia, a la que se dirigían el 50% de las exportaciones de la península, equilibrando su balanza comercial, sin embargo, Cuba no dependía de España, ya que el 90% de su mercado de azúcar y tabaco era EE.UU. Su sociedad estaba dividida en una oligarquía de origen peninsular, propietaria de las producciones azucareras que además controlaba toda la administración de la isla y una burguesía criolla, de clases medias que pedía reformas, entre ellas la abolición de la esclavitud y mayores cotas de autogobierno de la isla.

Pronto surge un enfrentamiento entre ambos segmentos que se materializa en la Guerra Grande o Guerra de los 10 años (1868-1878) que finaliza con la Paz de Zanjón con la promesa de Martínez Campos de dotar de mayor autogobierno y aboliendo la esclavitud. Entre 1879 y 1880 tiene lugar la conocida como Guerra Chica, a su finalización tiene lugar la abolición de la esclavitud. Continúan años de paz, pero el movimiento independentista ya ha calado en la sociedad, pronto se materializa con el Partido Revolucionario Cubano de José Martí que inicia en 1895 la Guerra de la Independencia.

La realidad es que en 1898 la guerra parecía perdida para los españoles y es en ese momento cuando los norteamericanos deciden intervenir, utilizando la explosión del acorazado Maine como un pretexto, acusando a España de su hundimiento. Tras la negativa del Gobierno de Sagasta de renunciar a la soberanía de la isla de Cuba, Estados Unidos declara la guerra interviene en Cuba y también en Filipinas complicando la situación de España, pronto llegará la victoria estadounidense.



(Uno de los barcos de la flota española hundidos cerca de la bahía de Santiago de Cuba)

Por el Tratado de París de 1898 se declara la independencia de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam pasan a ser dominio colonial de Estados Unidos y se acuerda la venta de Las Marianas y Carolinas a Alemania, que se ratificará en el acuerdo germano-español de 1899.


CONCLUSIONES: Las consecuencias inmediatas de la Guerra Hispano-Estadounidense fue la pérdida del imperio colonial español, pero sus consecuencias fueron mucho más profundas para la sociedad española del momento que cayó en una crisis identitaria como nación, la pérdida de las colonias, la victoria sufrida por una nación de nuevo cuño, y la profunda crisis política con escandalosos casos de corrupción, el caciquismo y el asesinato poco antes de Cánovas de Castillo. Esta crisis de identidad dará lugar al nacimiento de un movimiento cultural, con profundos tintes pesimistas sobre la sociedad española, representado por intelectuales como Valle Inclán, Pío Baroja, Machado, Ortega y Gasset o Zuloaga conocido como Generación del 98, en el ámbito político nace el movimiento conocido como Regeneracionismo con Joaquín Costa como máximo exponente que critica la corrpución y el caciquismo, así como la falsa democracía del sistema turnista impuesto por Cánovas del Castillo, la repercusiones darán lugar también al nacimiento de movimientos nacionalistas y regionalistas con expresión política en el PNV y la Lliga Regionalista en Cataluña. Todos estos fenómenos tendrán repercusiones en la política española de todo el siglo XX.

Theodore Roosevelt  y la tropa de combatientes voluntarios  a su mando después  de ganar  la mal llamada ¨Batalla de la Loma de San Juan¨ , pues realmente se  llevó a cabo en una loma cercana a ésta. Imagen y comentario añadidos  por el Bloguista de Baracutey Cubano



(Tropas regulares del Ejército norteamericano en la  Guerra Hispano-Cubana-Morteamericana; observen  que  llevan  ropa de invierno casi en verano cubano y los fusiles son inferiores a los fusiles mauser que usaban las tropas españolas además:  la última guerra en que habían participado  había sido décafas aytás  contra indios noretamericanos  en guerras que no eran de posición. La Marina de Guerra de los  EE.UU. sí eran superior  en  cuanto a blindaje pues eran de acero,  y  en cuanto  a velocidad y motores que los  de los  barcos españoles que para colmo  estaban escasos de carbón para las calderas; en cuamto a cañones ambas marinas estaban  bastante parejas pues, si mal no recuerdo haber leido, eran cañones Maxim. La modernización de la Marina de EE.UU. la llevó a cabo Theodore Roosevelt cuando era Subsecretario de la Marina.  Imagen y comentarioañadidos por el Bloguista de Baracutey Cubano)


 (Tumbas de norteamericanos muertos en la Guerra Hispano-Cubana-Morteamericana)


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