EL EMBAJADOR CUBANO EN ESPAÑA SE QUITA LA MASCARA
El embajador cubano en España se quita la máscara.
El embajador cubano en España, Alberto Velazco San José, en entrevista concedida a La Nueva España de Asturias ha mostrado la máscara de la llamada “revolución” cubana, una máscara agrietada por masacres, fusilamientos y juicios sumarios contra su propio pueblo, pero que aún hoy hay quienes se niegan a ver el rostro de una de las más terribles dictaduras del hemisferio y del mundo.
En la entrevista publicada en la sección Asturias (edición del 09-03-2005), del periódico del Principado, el representante de la tiranía cubana no tiene reparos en reconocer desde que existe prostitución en Cuba (cuando la compara con la de España al expresar que «en España hay entre 300.000 y 500.000 prostitutas y nadie habla de turismo sexual») hasta negar la represión al decir que «en Cuba nunca nadie ha podido presentar un caso de desaparecidos, no hay personas que se suicidan en las cárceles y nunca se ha visto a un policía tirando gases lacrimógenos».
Embajador Alberto Velazco San José -- >
Tiene razón el Sr. Velazco, es conocido que en Cuba nadie puede presentar nada: lo presentado, aunque sea amparándose hasta en su propia y represiva constitución, no es ni respetado, como ha sucedido con el Proyecto Varela. Pero internacionalmente sí se presentan condenas y se denuncian los desmanes del régimen cubano, aunque algunos jueces de países democráticos como España rechacen, por motivos de diverso tipo ajenos al propio hecho delictivo, querellas criminales bien documentadas y con pruebas contra los responsables de esos crímenes.
Es una lástima que el embajador Velazco no haya leído el impecable informe del Dr. Armando Lago y María Werlau donde se anotan los nombres y las circunstancias en que fueron ejecutadas, desaparecidas o asesinadas unas diez mil personas a manos de los agentes de la dictadura, número de víctimas tres veces mayor, por cierto, que las atribuidas, con razón, a la dictadura de Pinochet.
Resulta curioso también que el embajador Velazco pida el fin de las leyes especiales que les permiten trabajar a los inmigrantes cubanos ilegales que llegan al territorio norteamericano, precisamente cuando todos los gobiernos latinoamericanos le están solicitando a Washington que promulgue las mismas disposiciones para proteger a sus ciudadanos ilegales en Estados Unidos. Es como si los embajadores de Ecuador, Perú y Colombia le reclamaran al gobierno español que persiguiese a los inmigrantes sin visa que llegan a estas tierras y les prohibiera legalizar su situación para que vivan el mayor desamparo.
La desmemoria interesada del diplomático cubano de los crímenes como el del remolcador 13 de Marzo, el derribo de avionetas civiles en aguas internacionales, las torturas a los presos políticos y otros que han dejado los 47 años en el poder de Fidel Castro, no es razón suficiente para que un representante diplomático, sin la prudencia que debía caracterizarle, se arriesgue a desvelar los lazos que le unen a los batasunos (que coincidentemente se manifiestan ese día) acusando al gobierno español de ser responsable del suicidio reciente de un etarra en la cárcel, cuando asegura que en Cuba «no hay personas que se suicidan en las cárceles» en clara alusión a ese hecho.
La defensa del Sr. Embajador a la utilización de la pena de muerte en caso de que la “revolución” - entiéndase dictadura- se encuentre en peligro (cuando expresa: «si para defender la revolución cubana nos tenemos que ver en la amarga necesidad de aplicar la pena de muerte, no nos temblará la mano»), no es sino la muestra fehaciente del peligro real que la disidencia y los opositores pacíficos dentro de Cuba enfrentan cada día. Si un régimen es capaz de condenar a 20 años de prisión por ejercer un periodismo no oficialista es evidente que para “merecer” la pena máxima con hacer un poco más sería suficiente. Lo que para el mundo democrático pudiera ser un derecho ciudadano para Cuba podría ser un delito pagado con la muerte.
Las propias palabras del Sr. Velazco descubren la verdadera naturaleza de un régimen que será cuestionado y posiblemente condenado nuevamente por violación a los derechos humanos en la próxima sesión de la Comisión de Derechos Humanos que comienza sus deliberaciones el próximo lunes 13 de marzo. Y digo posiblemente porque aunque la máscara ya apenas oculta el verdadero rostro del despotismo, la propia Comisión la integran países que no dan su voto analizando los hechos y las pruebas sino sus propios intereses. Los recursos energéticos de países como la Venezuela de Chávez y la Bolivia de Evo Morales, que apoyan incondicionalmente a la dictadura cubana, constituyen un método chantajista eficaz en los actuales momentos de crisis energética.
Wenceslao Cruz Blanco
Madrid 10-03-2006
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