miércoles, abril 19, 2006

EL SECUESTRO DE LA SUBJETIVIDAD. CUBA, LA TRAGEDIA INTERMINABLE

El secuestro de la subjetividad. Cuba, la Tragedia interminable.


Por Carlos Rodríguez Duarte.
18-04-2006



Hace varios meses tuve la oportunidad de escuchar una Conferencia dictada por el Profesor Fidel Hernández, en la Fundación Hispano-Cubana en Madrid, sobre el tema de la futura transición en Cuba. En el inicio el ponente se preguntaba, cómo podría explicarse la pasividad que ha mostrado por más de 40 años el pueblo cubano ante los sacrificios, penurias, privaciones de alimentos, ropa y artículos de aseo y sobre todo los desmanes y la represión salvaje contra todo lo que pueda considerarse una manifestación de oposición y crítica al sistema.

Y la extrañeza parte de la convicción de la condición de luchadores reivindicativos que los cubanos hemos demostrado en toda nuestra historia, que nos ha llevado a oponernos con todos los recursos disponibles a todos las agresiones aparecidas a través de la historia, con el resultado de abundante sangre derramada en función de la lucha, en ocasiones irracional, de la defensa de nuestros derechos y de la legitimación de nuestras exigencias. Si en otras oportunidades se luchó hasta la muerte ¿Será que nos hemos transformado en un pueblo manso y obediente que olvidó sus luchas por la defensa de sus intereses y se ha entregado?

Nada más falso e injusto. Después de los inicios victoriosos y pletóricos de promesas de bienestar y disfrute de todos los valores de la sociedad, en las cuales estuvieron inmersas figuras cimeras de todos los estratos políticos, artísticos, empresariales, comunicacionales y cuando comenzaron a decantarse las ideas y los propósitos; cuando los gobernantes, teniendo la certeza de su poder y control político y social acometieron los actos que dejaban en claro sus verdaderos propósitos de sometimiento dictatorial del poder, se desató entonces una serie innumerable de actos de rebelión cívica y armada que fue creciendo de manera muy rápida y que requirió de parte de las fuerzas del tirano el uso de todos los elementos posibles para destruirlas.

Así ocurrieron invasiones militares, creaciones de frentes beligerantes en diferentes partes del país y la creación de un fondo subversivo de opinión de repulsa al sistema y a todo lo que el mismo entrañaba.

Todo esto fue sometido a sangre y fuego, con represalias de una magnitud bárbara sesgando la vida de miles de ciudadanos con el paredón, la prisión en condiciones infrahumanas, el aislamiento social y comunitario, con un elemento de humillación pedagógico, que hiciera que, aquellos que lograban de una u otra forma escapar de ello tuvieran muy lejos en su agenda de vida la posibilidad de retornar a esos lugares.

La creación y desarrollo de los CDR, con su maligna maquinaria de conocimiento e implacable castigo de sus controlados, en conexión con las fuerzas de seguridad del estado, que, a la espera del menor signo de rebeldía e intención de movimiento reivindicativo se cobraban, con las formas sicológicas y físicas mas execrables. Todo esto colaboró en la creación de un estado de pánico que buscaba un sometimiento de mente y acción que llevaba a la conclusión de que la forma de sobrevivir protegido era aceptando sin críticas ni rechazo los planteamientos desdichados del gobierno, creando un mecanismo de inducción de que todo aquello tenía un fin acertado, útil y provechoso, o sea, la derrota del imperialismo malvado que había sometido a Cuba en toda su historia, y que solamente en esos momentos despertaba a un nuevo amanecer de felicidad y orgullo nacional, aunque ello representara la necesidad de hacer sacrificios múltiples, con privaciones y necesidades, pero con la seguridad de permanecer protegidos por la inmensa fuerza del estado, la cual no permitiría que le ocurriera daño a ningún miembro de su familia.

Con ese concepto simple, del que luego derivaran consecuencias mucho más obscenas, se logra el Secuestro de la Subjetividad del pueblo. “Si yo estoy callado, si cumplo con mi labor de manera normal, si no protesto, si no conspiro, si me muevo en orden y sin rebelión estoy PROTEGIDO; y sería suicida salir de esta situación y ponerme a inventar”.

El miedo a la libertad fue otra de las consecuencias de todo esto, fomentando un pensamiento pervertido que hacía reflexionar “yo quiero marcharme, pero si solicito una salida y pierdo mi trabajo, dejo a mi familia desprotegida y me someto al desarraigo de mis costumbres; ó si me lanzo a una aventura balsera con el riesgo de perder la vida y logro llegar a USA: en cualquier caso no sé realmente como será la vida allá, cuanto tendré que luchar, si podré aprender el idioma, cómo seré tratado por los locales aunque sean cubanos, por lo tanto prefiero quedarme donde estoy, y con eso estoy protegido y vivo con seguridad”.

Un ejemplo práctico y muy elocuente se desprende de las declaraciones dadas por el actor cubano, con popularidad internacional, Jorge Perugorría a un diario de El Salvador, y publicada por la Nueva Cuba – El Salvador sufrió durante décadas una sangrienta guerrilla organizada, dirigida y financiada por Fidel Castro- en esta entrevista el actor resuma a cuenta gotas mucho del secuestro de la subjetividad.

Nacido con la revolución reconoce que la única estrella de Cuba es Fidel Castro, que si “él” no hubiera hecho la revolución “la hubiéramos hecho nosotros”. Pero a su nacimiento, todo estaba hecho, y era aburrido e inestable, por eso fue estudiante de medicina, pintor, y actor de mala muerte hasta que se le alumbró el destino con la película “Fresa y Chocolate”. Donde representa a un “gay” opositor a la Revolución por la persecución del gobierno a esta área de la población.
Jorge Perrugoirría, actor --->
Describe la aburrida vida de las colas, la cartilla, el uso de la guagua, la compra del pan, “aquí vivimos más para los demás que para nosotros mismos”. Pero todo esto lo hacemos con el sublime propósito de destruir el Imperio Norteamericano. Desdeña la guerra, sin acordarse de Africa, Venezuela, Bolivia, Colombia, Perú, El Salvador donde Cuba ha derrochado todo los recursos recibidos de la Unión Soviética, y donde miles de sus compatriotas han dado la vida cumpliendo las órdenes. Quizás este pensamiento antibélico le impulsó a evadir el servicio militar, lo cual recomienda a todos lo jóvenes, aunque fuera de obligatorio cumplimiento.

Esto pone en evidencia que aún en los casos en que por azar un ciudadano con la subjetividad secuestrada logra superar algunas de las perversidades del régimen permanece en esa condición. Este actor ahora tiene privilegios, ya no hace colas etc. no ha servido en el servicio militar, pero desdeña la guerra; y, de su paso por varios países donde hay mercados libres donde comprar comida, jabón, papel higiénico y todas las necesidades mínimas diaria de un ser humano, con tiendas libres donde comprar ropa y zapatos, no ha logrado entender que su pueblo tiene el derecho a tener acceso a todos estos simples y mínimos bienes así como a la libre decisión del pensamiento y al deseo de superación, y él, sin embargo, sigue justificando la situación miserable de su País, porque todo está pautado por la única estrella, y en función de un objetivo, por demás inalcanzable, con lo cual él condena a sus conciudadanos a vivir en la miseria perpetuamente.

También dice que su aporte es que mientras Hollywood fabrica sueños, ( que yo añado de felicidad, grandeza, prosperidad, trabajo, oportunidades ) ellos fabrican realidades (que yo añado, de miseria, cartilla de racionamiento, cárceles, torturas para los disidentes presos, incomunicados, humillados y maltratados por discrepar del régimen, muerte por fusilamientos sin juicio, desolación, y sobre todo guerra ).

En otro momento acepta la posibilidad de cambios con la desaparición física de la estrella, pero estos cambios “los tenemos que hacer los cubanos, no vamos a permitir que nadie venga a decirnos lo que tenemos que hacer”. Bravo, se nota que la experiencia con la Unión Soviética fue fatal; pero escuche compañero, tampoco lo que pueda decir usted por muy cubano que sea será muy bienvenido, sobre todo porque sigue con la subjetividad secuestrada, aunque recibiendo los beneficios que le aporta la prosperidad de los países donde le proyectan sus películas, y que le permiten vivir sin hacer colas, y dedicando su tiempo libre a la pintura, y, por tanto, su opinión no es válida.

En uno de sus libros comentaba Cabrera Infante que un amigo de Maquiavelo le había dicho a éste lo siguiente: “ante un gobierno dictatorial existen tres conductas diferentes: te unes a él y lo apoyas; te le enfrentas y pelas contra él o huyes del país”.

En ningún momento recomendó quedarse permitiendo que le secuestren la subjetividad, y que todo el mal que se produce sea aceptado mirando de lado y justificándolo, aunque tenga la excusa de un objetivo final por sublime que sea.

Carlos Rodríguez Duarte
Médico Cubano-Venezolano, residente en Madrid
mochoa60@yahoo.com