BARACUTEY CUBANO

REBAJA EL NÚMERO DE 82.850 A 5.266
El Gobierno italiano reconoce que los votos por revisar no evitarán la derrota de Berlusconi

* El primer ministro sopesó redactar un decreto para forzar un recuento


Actualizado viernes 14/04/2006 18:43 (CET)

REUTERS | EFE

ROMA.- El intento del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, de retener el poder cuestionando el resultado de las elecciones del pasado fin de semana se desvanece al no encontrarse evidencias que respalden sus acusaciones de irregularidades. El Ministerio del Interior ha rebajado de 82.850 a 5.266 los votos a revisar, un número insuficiente para evitar la derrota de Berlusconi.
El ministerio italiano del Interior precisó que el número de papeletas electorales cuestionadas en los recientes comicios generales es de 5.266, en lugar de las más de 82.000 que se calculaban en un principio.
Silvio Berlusconi. (Foto: EFE) --->
Esta cifra, que aún debe ser confirmada definitivamente por las oficinas electorales, ratificaría la victoria del líder de centroizquierda Romano Prodi, que se impuso al primer ministro, Silvio Berlusconi, por algo más de 25.000 papeletas en la Cámara de Dipuados.
En un comunicado, Interior confirma que la diferencia reside en "un error material que, en algunas provincias, llevó a sumar las papeletas cuestionadas a las papeletas nulas o en blanco".
Así, los votos cuestionados en la Cámara de Diputados son sólo 2.131, mientras que en el Senado 3.135, detalla el documento.
"Se trata de datos todavía provisionales, a la espera de las decisiones formales definitivas de las oficinas centrales de las circunscripciones y de las oficinas electorales regionales", añade.
Estas cifras, de confirmarse definitivamente, dejarían sin validez la polémica, avivada por Berlusconi, de que las papeletas irregulares podrían cambiar el resultado de las elecciones.
Incluso algunos miembros del círculo más cercano a Berlusconi estaban empezando a admitir la derrota, diciendo que la estimación inicial de 43.000 papeletas cuestionadas -votos considerados poco claros por los responsables del escrutinio- se había exagerado.
Prodi dijo que "es hora de que se reconozca la victoria" de su coalición y agregó que la "partida está cerrada".
Italia lleva en el limbo político desde el lunes por la noche, cuando Prodi, ex presidente de la Comisión Europea, reivindicó la victoria pero Berlusconi se negó a reconocer la derrota.
¿Final de juego?
La coalición de Prodi, el Olivo, dijo que Berlusconi debería admitir que el juego había terminado. "Las papeletas que tienen que ser asignadas son unas pocas docenas, que serán distribuidas a partes iguales entre las dos coaliciones", dijo en un comunicado.
"Esta confirmación pone fin a la polémica politizada de los últimos días por parte de aquellos que siguen sin aceptar que el veredicto de las urnas dio la victoria al centroizquierda", señaló la coalición.
Los partidos aliados a Berlusconi no han mostrado ganas de presionar para que se recuenten hasta un millón de votos, aunque sus seguidores mas incondicionales mantenían la esperanza de que aún podría ganar.
'Il Giornale', un periódico dirigido por el hermano de Berlusconi, dijo que la comprobación de la votación ya había descubierto 4.000 votos que deberían haber ido al centroderecha, una afirmación a la que no dieron credibilidad otros medios.
Berlusconi ha sugerido que, dado lo reñido del resultado, la drástica división de Italia entre derecha e izquierda debería llevar a formar una "gran coalición", algo que el centroizquierda ha rechazado categóricamente, diciendo que tiene el mandato para gobernar sin socios.
Aunque ganó por un puñado de votos, un reciente cambio en la ley electoral introducido por Berlusconi supone que Prodi tendra casi 70 escaqos mas que el centroderecha en la Camara Baja de 630 representantes. En el Senado, el centroizquierda de Prodi tiene sslo una mayorma de dos escaqos.
"Nosotros un enfrentamiento radical acerca de los programas políticos, (concretar) un pacto ahora podría ser incomprensible para los ciudadanos", dijo Massimo D'Alema, uno de los líderes del partido Demócratas de Izquierda. "No se puede sacar ahora un conejo de la galera", agregó.

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