sábado, agosto 05, 2006

CUBA EN ESTADO DE ACUARTELAMIENTO || EL TESTAMENTO DE FIDEL

Cuba en estado de acuartelamiento


Antonio Jiménez Castañeda
Especial para El Nuevo Herald



Reservistas patrullan La Habana
LA HABANA

Las fuerzas militares y de policía de Cuba se encuentran en estado de acuartelamiento desde que el gobernante Fidel Castro transfirió las riendas del país a su hermano Raúl, tras haber sufrido un sangrado estomacal que lo obligó a someterse a una compleja cirugía al comienzo de esta semana, dijeron a El Nuevo Herald fuentes diplomáticas.



Reservistas del Ejército cubano patrullan las calles de La Habana. La seguridad ha aumentado levemente desde el anuncio de la enfermedad de Fidel Castro. ( AP) --->

El acuartelamiento ha incluido la reincorporación a las filas de reservistas, agregaron las fuentes.

La suspensión del Carnaval de La Habana que debió comenzar el pasado viernes 4 de agosto, forma parte del plan de alerta y seguridad puesto en marcha una vez se anunció el retiro temporal de Fidel.

``Nos dijeron que el desorden propio del carnaval podría ser aprovechado para generar caos", contó un agregado de policía de una embajada suramericana.

El régimen de la isla teme que el incierto estado de salud de Fidel pueda ser utilizado por el ''imperialismo'' para entrar intempestivamente a Cuba, de acuerdo con advertencias que son reiteradas en la radio y la televisión locales.

Los Comités de Defensa de la Revolución, los ''ojos y oídos'' del régimen en cada calle y cada casa, también convocaron a la población a reforzar la vigilancia durante las 24 horas del día.

Algunos habaneros comparten en general la sospecha de que pueda ocurrir una incursión mientras Fidel Castro permanezca convaleciente y su situación de salud siga siendo ``secreto de estado''.

''Si Fidel muere, muchos cubanos seguramente van a regresar'', especuló una médica habanera, y advirtió que eso podría disminuir dramáticamente el envío de dinero a la isla que mandan los exiliados, principalmente desde Estados Unidos.

Una mujer vinculada a la administración de un restaurante privado en La Habana, por su parte, explicó que muchos exiliados ''van a venir a reclamar tierras y propiedades'' que perdieron con el triunfo de la revolución.

Con el paso de las horas parece aumentar el temor de los residentes de la isla sobre las oportunidades que tendrán para conservar bienes inmuebles si la estabilidad del país se viene a pique y regresan los exiliados.

Granma, el periódico oficial del Partido Comunista, destacó el pasado jueves en su primera plana advertencias hechas por Raúl Castro el 1 de julio pasado durante la celebración del 45 aniversario del Ejército Occidental: ``Enfrentamos un enemigo cuya tozudez y prepotencia lo lleva con mucha frecuencia a cometer errores, pero ello no significa que sea tonto. Sabe que la especial confianza que otorga el pueblo al líder fundador de una revolución no se transmite, como si se tratara de una herencia, a quienes ocupen en el futuro los principales cargos de dirección del país.

``Repito lo que he afirmado en muchas ocasiones: el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana es uno solo, y únicamente el Partido Comunista, como institución que agrupa a la vanguardia revolucionaria y garantía segura de la unidad de los cubanos en todos los tiempos, puede ser el digno heredero de la confianza depositada por el pueblo en su líder''.

Estas palabras, por otra parte, son interpretadas en círculos diplomáticos y otros sectores como un signo de que el retiro de Fidel no sería tan intempestivo como se cree y que su regreso al mando quizá no ocurra.

Las biografías y las remembranzas de Fidel improvisadas en la radio y la televisión locales tienen un inevitable sabor fúnebre, subrayadas con decisiones como la suspensión del carnaval y la propia proclama del Comandante en Jefe, en tono de testamento, por medio de la cual entregó el poder a su hermano, antes de entrar a la sala de cirugía.

La incertidumbre cubana crece en medio de los mensajes tranquilizadores de la propaganda oficial, los cuales constituyen la únicas noticias sobre la salud de Castro, quien el próximo 13 de agosto cumplirá 80 años.

Además, Raúl Castro continúa sin aparecer en público como jefe supremo del país.

Ante la ausencia de informaciones médicas confiables, el presidente del Parlamento, Ricardo Alarcón, en varias oportunidades ha salido a declarar que Fidel estaría ``muy vivo y muy alerta''.
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El testamento de Fidel

Por Américo Martín

No es muy importante determinar quién, entre Fidel y Raúl, tiene más vocación despótica. De Raúl, sobre todo, se emiten mensajes contradictorios. Es más humano, dicen aquí. Es más despótico, dicen allá. El problema es que Raúl, mucho más que Fidel, estará sujeto a las fuerzas desatadas de la liberación de la economía y de la política. En gran medida lo que haga o deje de hacer será el resultado de transacciones internas o internacionales. Raúl es una necesidad para la burocracia estatal, partidista y sobre todo militar. Es la cabeza de las empresas militares y el valladar posible para las turbulencias que sobrevengan. Pero su impopularidad básica y la situación indecisa en que se va a colocar frente a los poderosos ejércitos de oriente, centro y occidente lo obligan a negociar.

La bloqueada economía lo coloca en la disyuntiva de atarse a la cartilla marxista-leninista, que fracasó en absolutamente todas las experiencias socialistas, o postular la vía seguida por chinos y vietnamitas: la apertura económica, el acercamiento a las potencias occidentales y el dinamismo transnacional. Fidel es proclive a actos espectaculares y de decisión rápida desde los tiempos de la guerra revolucionaria tan llena de hábiles efectos publicitarios y tan horro de combates de verdad. Raúl es en cambio una mecha de combustión lenta. En la guerra prefirió organizar que combatir y después de un sarampión comunista inicial coqueteó con la perestroika y ahora con el socialismo de mercado, el del color de los gatos, el del diminuto coloso Den Xiaoping.

¿Ha muerto ya Fidel, está en coma o simplemente se ha sometido a una convalecencia manejable? Dado el sombrío misterio que reina en los sistemas totalitarios cualquier conjetura es válida, pero un buen catador podrá encontrar posibles significados en hechos como los siguientes:

• El supuesto accidente intestinal no cae de la nada. No es una sorpresa. El propio Fidel y el liderazgo cubano vienen con lo de la sucesión desde cuando menos el 2002. El 17 de noviembre del 2005, frente a los estudiantes de la Universidad de La Habana, el caudillo sorprendió al mundo anunciando con inusual franqueza que Cuba podría recaer en el capitalismo. Por primera vez no mencionó a Raúl. A partir de ahí el tema tomó connotaciones de urgencia. La dirección comunista trataba de calmar inquietudes. Algo había en el ambiente.

• El viaje a Mar del Plata tras un largo ocultamiento quiso desvanecer especulaciones, pero la participación de Fidel fue más bien desafortunada y extrañamente torpe.

• Fidel ha tenido otros accidentes que lo han separado virtualmente del poder, pero nunca lo delegó en nadie. Está tan aferrado a sus cargos que pase lo que pase los retiene en su plenitud. Pero ahora surge ese sorprendente testamento. ¡Fin de mundo: Fidel cediendo poder!

• Como jamás imaginé que entre los cesionarios del poder figurara Ventura Machado, debo creer que aquel fue puesto por Raúl, de quien es mano derecha. Ventura no goza de popularidad en ninguna instancia. Más sorprendente es que nadie pareció acordarse de Ricardo Alarcón.

• Por todas esas razones si alguien descubriera que Fidel no redactó semejante testamento, a mí en lo absoluto me sorprendería. Pero si así fuera, cualquiera podría imaginar que el caudillo está por lo menos inhabilitado o bien cerca de estarlo.

¿A dónde puede ir Cuba? Creo que en la isla irán predominando las potencias aperturistas aunque a las primeras tal vez en el marco del dominio tradicional del partido comunista. Pero Cuba no tiene, como China, una milenaria tradición imperial. En el corazón de un hemisferio fundamentalmente democrático y con una historia de vigoroso pluralismo, Cuba pronto podría dejar atrás para siempre la ominosa era castrista.