sábado, agosto 12, 2006

LA NATURALEZA ES IMPREDECIBLE

Tomado de Democracia Participativa.com




La Naturaleza es impredecible

Por Miguel Saludes

La Naturaleza es impredecible. Si no que lo digan los organizadores del Concurso Internacional por el 80 cumpleaños de Fidel. Desde hace unos meses la Fundación Guayasamín preparó este evento para homenajear al gobernante cubano en ocasión de su onomástico. Concursantes de varios países enviaron sus trabajos, desarrollados según el tema y título escogido para el certamen. "Aporte de Fidel Castro a la segunda y definitiva independencia de Nuestra América" concedía un premio único (nada más adecuado para un ensayo sobre el Gobernante en Jefe) y este correspondió al que envió el periodista chileno Orlando Contreras Castro. Lo del segundo apellido debe ser obra de la coincidencia. Gracias a ello el ganador podrá viajar a Cuba por una semana y participar de los actos preparados en honor al líder de la Revolución cubana. El plato fuerte de este viaje sería el encuentro con el homenajeado y para no desaprovechar la ocasión hacer acto de presencia en la Tribuna Antiimperialista.

Pensé en la posibilidad de tomar parte en esta competición pero los resultados anunciados por el jurado dieron razón a mi falta de interés. Amén del premio todas las menciones correspondieron a escritores foráneos, todos latinoamericanos. Al parecer la participación cubana no fue concebida, tal vez porque ya se sabe lo estos van a decir sobre el tema, cosa que no traería aportes de interés, o quizás por temor a que alguno de ellos resultara demasiado novedoso en sus planteamientos.

Pero las cosas no han salido según lo esperado, ni siquiera para el optimista cumpleañero que apenas unos días antes del desplome orgánico que sufrió a principios de agosto había vaticinado en broma que no llegaría a los cien años de vida. La celebración ha sido pospuesta para el 2 de diciembre, pues en La Habana los ánimos no están como para festejar y hasta los nacionales fueron privados de los carnavales.

Realmente harán falta muchos análisis acerca de la verdadera contribución fidelista a lo que se ha dado en llamar la segunda y definitiva independencia de América. Su figura, que algunos enceguecidos admiradores colocan casi a la misma estatura de hombres como Bolívar, San Martín y Martí, ha marcado una época, pero su obra liberadora ha quedado por debajo de lo que soñaron los padres de la independencia americana. Un mensaje enviado la dirigencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombia (FARC) con motivos de la conmemoración del 26 de Julio, define con claridad el meollo del asunto. El gran aporte que le reconocen sus seguidores al gobernante cubano es el ejemplo político, ideológico y militar que ha legado a los que buscan tomar el poder para después conservarlo a toda costa. La confrontación con el imperialismo yanqui, la construcción del socialismo, la integración de la gran Patria Latinoamericana bajo los auspicios de ese sistema y los beneficios traídos al pueblo no son más que los aderezos del pastel.

En días recientes, mientras se anunciaba la enfermedad del Comandante y hasta se rumoraba la posibilidad de su fallecimiento, miles de cubanos se expresaron sobre esta situación. No solo se trata de la algarabía que desbordó algunas calles de Miami, sino la apreciación personalizada de miles de comentarios hechos en la parte externa de la Isla, donde opinar no es un delito. Desde frases de júbilo mal disimulado hasta el alivio generalizado se pudo encontrar en los criterios de aquellos que daban por supuesta la desaparición física del gran Benefactor. En la propia nación cubana, donde hoy muchos no se atreven a decir a viva voz lo que piensan, los carteles clandestinos son elocuentes chispazos de lo que oculta ese silencio destacado por los que observan el panorama. “Fidel al fin llegó tu fin” y “Fidel te tenías que haber muerto antes” fue el irreverente clamor aparecido en una calle de Santiago de Cuba, según fuentes independientes. Los que así se pronuncian, en su mayoría, han nacido bajo la sombra de su gobierno. Por unas u otras circunstancias terminaron rechazando el Edén planificado para el hombre nuevo, fruto del socialismo implantado en la Mayor de las Antillas.

Desear la muerte del prójimo no se aviene con la recta conciencia humana. Pero lo ocurrido en estos días es consecuencia del odio sembrado durante décadas de poder totalitario. El grito ofensivo de Hijos de mala madre, en su versión más explícita, ha sido profusamente utilizada contra opositores, curas, presidentes norteamericanos y hasta con cuanta personalidad discrepara en alguno de los aspectos del régimen vigente en Cuba. Fue la frase que presidió los actos de reafirmación revolucionaria desde los primeros días de la radicalización del proceso, pasando a la etapa de los mítines de repudio del Mariel y los más recientes ataques de las turbas pro gubernamentales contra la oposición. Como diría un viejo conocido, residente en La Habana Vieja, no se puede sembrar una mata de aguacate con el fin de recoger peras. El sufrimiento de la gente, la división de la familia cubana (la consanguínea y la afectiva) los proyectos surgidos del capricho unipersonal de un líder por los que se ha sacrificado a tres generaciones de compatriotas, los fusilados, encarcelados, exiliados y una economía en bancarrota que ha terminado por retrotraer los vicios aparentemente superados como la prostitución, el juego, la droga y una conciencia de robo generalizada, todos forman parte del sistema implantado en la Isla por más de 47 años.

Luis Carbonell --->

En estos días (precisamente el 26 de julio) también estuvo de cumpleaños un cubano célebre. Luis Carbonell, llamado el acuarelista de la poesía antillana, superó con creces la barrera de los ochenta. Hubo una breve reseña periodista sobre el acontecimiento y quizás alguna actividad preparada por los organismos del Ministerio de Cultura. Tal vez muchos compatriotas se alegraron con ese acontecimiento e hicieron votos por la salud del anciano artista. Y es que Luis Carbonell ha dedicado toda una vida a alegrar los corazones. Su voz nunca estigmatizó a nadie, ni siquiera en los momentos en que fue condenado al ostracismo. Igualmente acaba de fallecer Gustavo Arcos Bernes, fundador del Comité Pro Derechos Humanos en Cuba. Ambas personalidades, apreciadas con simpatía y no con el temor servil de los subalternos, ciertamente no ocuparán el escaño que la historia reserva a los que tienen madera de conquistadores. Por ello puede que les acompañe la indiferencia y hasta el desconocimiento de muchos, pero nunca sentimiento de odio y miedo. Es el premio que reciben los que contribuyen con el mejoramiento de la Humanidad sin imposiciones o violencias, sino a través del amor, algo que ha faltado en el proceso político desarrollado durante cuatro décadas en Cuba y del se requieren grandes dosis para concretar cualquier proyecto verdaderamente justo. La independencia definitiva nunca lo será cuando este ingrediente queda subordinado a otros o simplemente se excluye de la fórmula. Aquí radica el fallo del alquimista en Jefe.

Miguel Saludes