TRISTEZAS QUE OCURREN EN CUBA Y FUERA DE CUBA.
Por Pedro Pablo Arencibia
En estas últimas semanas una parte de la disidencia y oposición interna cubana se queja con razones para hacerlo; algunas de esas razones son viejas razones y otras son ¨nuevas ¨ en los últimos tres años !!.
Una de esas razones es el manejo de los fondos; esta ha sido una razón vieja y constante.
Otra razón tiene que ver con el hecho que parte de la oposición externa intenta convencer muy enfáticamente a la Oposición interna de como ésta debe hacerle la oposición a la dictadura totalitaria de la Isla; esta es una vieja costumbre que había casi desaparecido después de la Primavera Negra del 2003, pero que ha resurgido con fuerza en esta nueva coyuntura nacional caracterizada por la enfermedad y sucesión ¨temporal ¨ del octogenario tirano.
Hace muy pocos días escribí lo siguiente con relación a un artículo de un periodista independiente de la Isla:
Es cierto lo que dice este articulista cuando afirma:
¨Incluso parece que algunos celosos guardianes de la democracia no aciertan a viabilizar la entrega de la ayuda que debe llegar a opositores, disidentes y periodistas. ¨
Pero no es así cuando agrega:
¨ Las leyes y limitaciones del embargo o las limitaciones de remesas y viajes prestan de esta forma otro servicio a la dictadura, torpeza aparte.¨.
Pues no son las leyes y limitaciones del Embargo las causantes de esa situación. En unas ocasiones las causantes son las miserias humanas, dentro y fuera de Cuba, y en otras ocasiones, al trabajo de los infiltrados, también dentro y fuera de Cuba, de la Seguridad del Estado en posiciones que les permite manejar esos fondos de manera tal que promuevan dentro de la oposición y disidencia: disgustos, divisiones, dudas, deserciones y su desacreditación ante el pueblo. No es de descaratar que las miserias humanas y ese trabajo de zapa de la Seguridad Cubana dentro de la disidencia y la oposición cubana vayan unidas.
Entre las miserias humanas ( dentro y fuera de Cuba) a que me refiero y que no deben verse como generalizadas o caracterizadoras de la Oposición castrista, está el tratar de anular a sus posibles competidores en recibir y administrar dicha ayuda monetaria, debido a que sus modus vivendi se afectarían en gran medida al pasar a otras manos el recibir, administrar y distribuir esa ayuda. Otra miseria humana es silenciar, ¨serrucharle¨ el piso, torcer, etc., el protagonismo o activismo que llevan a cabo otras figuras y miembros de la Oposición a la tiranía, pues el protagonismo de otras figuras y miembros de ella, les afectarían sus status y modos de vida así como sus planes futuros en la política cubana postcastrista.
La solución en cuanto a los fondos no es la que plantea el articulista:
¨ Rectificar es propio de sabios. Es hora de estudiar con detenimiento las regulaciones que posibilitan que sólo nos lleguen excelentes vistas a color de bien surtidos almacenes. Mejor sería recibir las fotografías de estas naves vacías. Mucho mejor la satisfacción legítima de que ya los suministros de tales naves alcanzaron su destino natural. Todo esto, por supuesto, sin odiosas exclusiones dictadas por agendas políticas de ocasión. Mantener las limitaciones sobre el envío de remesas y viajes, hoy sirve el propósito de la dictadura. Mañana traerá su afán y las medidas que este afán requiera. Rectificar es propio de sabios: ¡Manos a la obra! ¨
Pues la solución no es levantar de manera general las limitaciones sobre el envio de remesas y viajes, sino la de hacer las adecuaciones necesarias para que las mismas lleguen íntegras a los legítimos, particulares e individuales destinatarios. Levantar de manera general esas limitaciones SÍ sería servir a la dictadura. Lo que hace falta es que los que han sido reprimidos o han estado más expuestos a la represión por mantener aunque sea un poco en alto la frente, reciban el fruto de su trabajo y la ayuda solidaria.
Pedir desde el exilio a la Oposición interna que tome tal o más cual tipo de lucha ( por mucho aval de lucha que se tenga) no inspira mucha confianza dentro de Cuba, aunque se respete y admire ese aval, pues el resultado histórico nos dice que algó falló en la valoración del momento o la vía escogida. Pedir que la Oposición de la isla asuma una actitud que se conoce que el pueblo cubano no seguirá, es un lujoso suicidio que la Oposición interna no se puede dar. Recordemos ese antiguo proverbio: ¨todo pueblo tiene el gobierno que se merece¨. Sobre la existencia de muestras de atrevimiento, rebeldía, etc. en Cuba, ellas siempre se han dado, pero no han marcado, salvo en los años 60s, lo característico en el pueblo cubano. No creo en ese atrevimiento de la población dentro de Cuba del que hablan algunos opositores y periodistas, de dentro y de fuera de Cuba, lo que sucede es que a veces ¨nos cocinamos en nuestra propia salsa¨, en otras ocasiones, queremos complacer lo que creen, o aparentan creer, algunas figuras del Exilio vinculadas a nuestras organizaciones, y en otras ocasiones, ese atrevimiento o rebeldía son actitudes esporádicas, temporales y muy coyunturales que nuestro deseo de ver un cambio en la actitud de sumisión de nuestro pueblo nos hacen exagerar en número y pronunciamientos. Las banderitas no han disminuido ni disminuirán en las tribunas abiertas ni en ningún otro acto de reafirmación en la sumisión, al menos a corto plazo, aunque la mayoría de los portadores de esas banderitas estén ansiando, como desde hace años, el irse lejos, bien lejos, de esos actos y marchas. No somos diferentes a los demás pueblos que han estado bajo el adoctrinamiento, desinformación, represión y férreo control, de los regímenes totalitarios.
Con la liberación de las remesas, el régimen se fortalecerá más y el pueblo aumentará su inercia al cambio. La mayoría de los cubanos en los peores momentos del ¨período especial ¨ añoraban ¨las vacas gordas ¨de los años 80s y no el poder vivir sus derechos y libertades; tan pronto el gobierno autorizó ciertos cambios de carácter económico, el pueblo se puso en función de acercarse al dólar tratando de trabajar en las empresas mixtas y para ello, había que tener un buen aval político, o sea, portarse sumisamente bien. Con la liberación de las remesas llegarían ¨ vacas gordas ¨, cebadas en EE.UU., que harán que ¨el manso buey¨ ni siquiera piense en ¨la estrella que ilumina y mata¨.
Ojalá los hechos muestren mi equivocación, yo seré el primero en alegrarme.
Aclaración : Soy relativamente nuevo en el exilio, pues no tuve otras oportunidades, decorosas, para llegar antes; salí hace muy poco tiempo, ya que llegué al exilio cuando empezó la distribución del Chocolatín del Comandante en Cuba. Nunca pertenecí, ni pertenezco, a ninguna organización fraternal, contestataria, de periodismo independiente, disidente u opositora, pero si trabajé individualmente con personas importantes de la oposición que yo considero que tenían y tienen verguenza, pues nunca me ha gustado pecar de ingenuo y tampoco me ha gustado ponérsela fácil a aquellos que por reprimir ganan más que un neurocirujano. Lo poco o lo mucho que hice en Cuba dentro de la oposición y la corriente contestataria, fue para quedar bien conmigo mismo y así poderme mirar en el espejo sin sentir verguenza de mí, pues los redentores de pueblos muchas veces terminan crucificados y como escribió Martí: ¨a veces el que trae luz se queda solo¨. Mi llegada al exilio fue gracias a familiares. No salí como refugiado ni ¨deserté¨ en una salida oficial y tengo la absoluta convicción que lo que venga, y con quienes venga, siempre será mejor que este casi medio siglo de CASTRISMO que hemos sufrido. Estoy seguro que no sucederá nuevamente lo que sucedió cuando muchos cubanos decían en tiempos de Batista: ¨Qué se vaya el negro aunque venga el Caos !!¨, y llegó El Caos.
No podemos tener tan mala suerte como pueblo.
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Sucesión, Exilio y Los disidentes inoportunos
Por Luis Cino
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"...Lo que ocurra en las altas esferas del poder está por ver. Por ahora, nubes, velos y secretos estatales lo impiden. No asombra, era de esperar. Lo que sí asombra es que los disidentes nos hayamos convertido en seres inoportunos y molestos, no para el régimen, que no se acaba de decidir por la solución final, sino para algunos sectores del exilio, minoritarios pero estridentes..."
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Cubanet / Noticuba Internacional
La Habana, 25 de agosto de 2006
La sucesión de Fidel Castro, provisional o definitiva, está trayendo muchas sorpresas. Las que no previeron los más imaginativos cubanólogos. Y las que faltan todavía. Cosas veredes, Sancho…
Lo que ocurra en las altas esferas del poder está por ver. Por ahora, nubes, velos y secretos estatales lo impiden. No asombra, era de esperar. Lo que sí asombra es que los disidentes nos hayamos convertido en seres inoportunos y molestos, no para el régimen, que no se acaba de decidir por la solución final, sino para algunos sectores del exilio, minoritarios pero estridentes.
Al parecer, a la disidencia interna no le perdonan que no esté capitaneando ya la sublevación final. Llueven las críticas contra el Diálogo Nacional de Payá, contra la intransigencia de Martha Beatriz Roque y contra el hecho de que Vladimiro Roca sea social demócrata. Contra todos vuelan los dardos venenosos.
A los periodistas independientes nos miran con renovada suspicacia, cuestionan lo que decimos y lo que no decimos. Todo puede ser utilizado en contra nuestra.
Ahora, algunos opinan que lo que pagan las páginas digitales a los periodistas independientes nutre de dólares las arcas de la dictadura. Es preferible silenciarnos. No importa que seamos una de las partes más activas de la sociedad civil y que durante años hayamos denunciado los atropellos del régimen. Lo que no consiguió la Seguridad del Estado quieren lograrlo, por hambre y a larga distancia, los arranca pescuezos de última hora.
Hace varias semanas, en un artículo aparecido en Cubanet, dije que los anunciados 80 millones de ayuda a la sociedad civil y la disidencia cubana contemplados por el más reciente informe de la Comisión para una Cuba Libre nunca llegarían a la isla. Se trabarían en discusiones en el Congreso y se quedarían enredados en las leyes del embargo. Sólo servirían para dar nuevos pretextos a la dictadura con qué justificar la represión.
El artículo de marras me acarreó no pocos disgustos e incomprensiones, incluso con personas amigas, en Cuba y en el exterior. Algunos llegaron a acusarme de posar de anti americano y de hacerle el juego al régimen. Al parecer, el pensamiento único y las unanimidades no son exclusivos de los comunistas. Durante demasiado tiempo, todos hemos estado expuestos al contagio.
Parece que no me equivoqué. La represión masiva contra los disidentes no ha comenzado, pero ya la ayuda a disidentes y periodistas independientes empezó a trabarse en las mallas legales del embargo norteamericano.
Ahora que piensan que el final se acerca, a los tremebundos le sobra la disidencia interna en su ecuación. Tal vez piensan que con el ejército norteamericano ya es suficiente. Sin disidentes ni periodistas independientes, será más fácil fabricar un país a su gusto.
Para ellos hay varias malas noticias. Estados Unidos está demasiado ocupado y preocupado con el Medio Oriente. En Cuba no hay petróleo o todavía no lo han encontrado. Halliburton no tiene prisas. En todo caso, la mayor preocupación norteamericana respecto a la actual situación cubana no es la transición a la democracia, que de cualquier modo llegará, sino una eventual avalancha de balseros sobre las costas de la Florida.
A los plattistas, tanto como a la dictadura, se les está pasando su cuarto de hora.
Ya sería hora de que los extremistas de las dos orillas vayan comprendiendo que la disidencia interna nació para quedarse. Hasta que llegue la libertad.
La Patria, esta vez sí, será con todos y para el bien de todos, o no será.
Fonte: NotiCubaInternacional
http:www.noticubainternacional.com
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