martes, septiembre 12, 2006

HABLANDO CON MÍ HERMANO ANDY

HABLANDO CON MÍ HERMANO ANDY




DE Mary Graux





Día 17 de abril de 1961, estamos en la saleta de casa, mami, tu y yo, cuando se detiene un jeep y tocan a la puerta, mami se asoma por la ventana, es el jeep de la polica, venían a buscarte pues se había producido una invasión por Bahía de Cochinos, el jeep venia atestado de detenidos, entre ellos Fernandito Soto del Valle, hermano de Dalia Soto del Valle, la mujer de Fidel Castro, Normando Cadalso (El Susto) y otros mas, la primera reacción de mami fue decir que no estabas, ella estaba conciente que ya te habían advertido que si te detenían nuevamente no te soltarían, extrañamente no rompieron la puerta, ni amenazaron con entrar a la fuerza, simplemente dijeron que cuando llegaras te presentaras a la policía.


En la tarde volvieron, mami dijo que te habías ido para la Habana, aparentaron aceptar su respuesta y de nuevo le dijeron te informara que te entregaras, pasantes unos días escondido en casa y yo te serví de mensajera con Wilfredo, no diremos mas para no perjudicar, lo dejamos así, Wilfredo, el vino al anochecer y preparo delante de mami el tema que tenias que escaparte de casa porque te vendrían a buscar que salieras de noche y fueras para casa de…, esa noche saltaste las tapias y te fuiste por el llamado callejón de Eva, hasta tu destino provisional.


Me siento tan culpable, porque quizás si yo no hubiese llevado el mensaje no te hubieras ido de casa y ellos, los sicarios te hubiesen dejado tranquilo, con el pasar del tiempo, hubieras vuelto a tu vida normal y hoy estarías con nosotros.


Aquella señora te dio albergue por un tiempo, pero luego te mando a las montanas, sin armas, sin botas, sin ropa adecuada, recuerdo el dolor de mami cuando llegaron su esposo y su hermano a las 2 de la madrugada a decirnos que te habías alzado y que había que proveerte lo necesario para la vida en las montanas; los recuerdos están aquí, vivos, aun pienso que o los comunistas eran tan entupidos, o no quisieron hacerme daño, no son recuerdos, son momentos que están vivos, fui a dos o tres tiendas, que aun no habían sido intervenidas, conseguí la ropa color aceituna, y las botas, nadie me pregunto nada, luego aquellas personas que me vendieron lo necesario se integraron al gobierno, pero nunca me acusaron, días después vino un mensajero a recogerlo todo, mami te había conseguido hasta unos cigarros americanos .


Nos sentíamos tan solas mami, Abby (tu hermana gemela ) y yo, la casa sin ti estaba vacía.


PERO YO TUVE LA CULPA QUE TE FUERAS.


Comenzó tu vida en el Escambray y nuestra zozobra, cada día que pasaba era esperar saber de ti, buscar, conseguir, guardar, latas de comida, ropa, para proveerte, la espera de los mensajeros, que en ocasiones aparecían de la forma mas inusitada e inesperada, recuerdo un domingo en el parque, estaba dando una vuelta y aquel hombre tropezó conmigo, en el tropezón me agarro la mano y me puso un papel en ella, al poco rato me excuse con mis amigas y me fui a casa, cuando abrimos el papel era una carta tuya, alimento para nuestra madre que sufría tanta ansiedad y dolor por tu ausencia y los riesgos que corrías.

Nos hablabas de tus compañeros, de Cheito León, de Benito Pedraja, del Buitre, de Emilio Carretero ( la Carreta como le llamabas) de los Cordobés, y de tantos otros, nos contabas experiencias, pero no las penurias, como en la ocasión en que durante un cerco persistes tu arma, tu hamaca y tu mochila, el arma tenias que ganártela o que nosotras te la buscáramos, como si las experimentara hoy siento las emociones vividas cuando fui a buscar aquella pistola, hacia frió y era de noche, yo era apenas una jovencita, pero tu necesitabas la pistola y sin titubear fui a buscarla, tenia que ir por la calle de Angustias, una calle de tierra una especie de callejón y mas allá de la Angustias y Aguacate esta señora me esperaba, ella tenia escondido en su casa un alzado, el hombre hacia todo lo posible para llamar mi atención, pero yo estaba conciente de lo que me habías enseñado, no comunicarme a menos que fuera imprescindible pues así si lo agarraban el no tendría derecho a decir que yo lo había visto, nada el riesgo estaba en la pistola no en el hombre que luego lo sacaron para USA. La señora me entrego la pistola que la puse entre mi piel y mi ropa, y la lleve a casa, también los peines de balas, sabes lo cobarde que soy, me iba muriendo por el camino de regreso, pero nada la fantasía de la juventud en parte me sentía como una heroína, transportando un arma para mi hermano.

Hubieron momentos muy difíciles, recuerdo cuando vino un mensajero a casa a decir que no tenias botas que andabas con los pies en una yaguas amarradas con bejucos y que tenias los pies muy inflamados y aquel amigo de la Habana le ofreció a mami sacarte y llevarte para una embajada y tu dijstes que no, que le cedías la oportunidad a otro alzado que lo necesitaba mas, a Dios gracias conseguí las botas, y se consiguieron unos antibióticos y unas cremas, medias y otros útiles, las tres hacíamos todo lo posible para conseguir lo que necesitabas y porque no decir también eventos casi ridículos, como la tarde que salí de casa con una bolsa (jaba) con cosas para ti una camisa, medias y algunas chucherías que alguien te llevaría, al salir de casa me di cuenta que había un chivato en la esquina de la calle de Santiago, retroceder hubiese sido quizás cordura, pero también le llamaría la atención así que seguí hasta la esquina de Santo Domingo, doblé hacia la izquierda y al llegar a la calle de Gracia volví a doblar, baje por San Procopio hasta la calle del Carmen, entre en dos o tres casa de amistades, así seguí por toda la calle del Carmen hasta Desengaño por donde subí hasta la calle de Gutiérrez, y por ella hasta la calle de Rosario y doble para coger la calle de Gloria y llegar a casa de nuestra abuela, en el camino en una de las casas había dejado lo que te llevarían a las montanas, al llegar le pedí a mi abuelita Tita, una ropa para poner en la bolsa, le explique que me venían siguiendo, estuve un rato y salí al llegar a la esquina de Colon y Gutiérrez estaba Ramonín Arrechea, uno de los esbirros del G-2 mas temido en Trinidad, me pidió la bolsa y la vació en la acera, me reí pues que llevaba? unas blusas y un pedazo de calabaza, ellos esperaron mucho tiempo para registrarme Gracias a Dios!!.


EL CAMINO DEL SILENCIO.


En esos días Benito Pedraja y su tropa iba a acampar en una finca detrás de Topes de Collantes, el dueño vivía cerca de casa y era cooperador de los alzados y me ofreció llevarme a verte y a tratar de convencerte que salieras de las montanas y aceptaras el ofrecimiento, también Mango y Coco (no puedo poner los apellidos) me ofrecieron llevarme a Limones Cantero donde ustedes estaban operando, yo estaba ilusionadísima con ir a verte y conocer a todos tus compañeros, pero no dio tiempo.

Mami, Abby yo habíamos venido de un Triduo al Cristo, yo estaba oyendo el radio, cuando sentí pitar frenéticamente aquel jeep, siempre corría al hospital al primer pitazo que sintiera ya fuera por la Chanzoneta o por la vía de Cienfuegos, sin embargo en esta ocasión ni siquiera me asome a la puerta, tu sabias que yo iba siempre al hospital y cuando pasaste por casa te incorporases buscando ver a tu familia, pero que me paso? Porque no fui, porque Dios mío? Te hubiese abrazado, te hubiese dicho todo lo que te queremos, pero te abandone, te traicione, nunca me lo perdonare, siempre estará ese sentimiento en mi corazón como un cuchillo clavado provocándome un dolor muy fuerte, mi conciencia me reprochara el haberte dejado solo en esos terribles momentos, momentos en los cuales iniciantes el CAMINO DEL SILENCIO.

Los sátrapas te encerraron en un cuarto solitario, te torturaron sicológicamente con interrogatorios intensos, te torturaron físicamente porque no te proveyeron medicinas ni atención medica alguna, ni agua te permitían tomar, no permitieron a tu madre verte, violando así todos los derechos de un ser humano herido, del mismo modo te sacaron del hospital y te llevaron al hospital de Cienfuegos, no pude seguir tu ambulancia porque Félix Torres lo prohibió, así que tuve que esperar la guagua de las 6 PM y llegar a Cienfuegos y enfrentarme al director, para no verte, volver al otro día y encontrarme un grupo de militares cerrando e pasillo, y hoy me pregunto porque no me impuse y los empuje y entre a tu habitación a la fuerza, nuevamente te deje solo, como quisiera poder pedirte perdón, como quisiera saber que entiendes que tuve miedo, pero estas no son excusas, ni mis temores, ni mi juventud, debí luchar, exigir, gritar, hacer lo imposible por verte, porque ahora solo queda el silencio, ese camino de silencio que emprendiste solo y en que solo Dios sabe que sufriste y experimentaste, como quisiera poder preguntarte que te hicieron, cuanto te lastimaron.

Te he buscado hermano mío, por todas partes, pero es como si el camino del silencio te hubiese tragado, no encuentro quien me hable de ti, nadie sabe que paso contigo, a donde te llevaron, y aunque parezca increíble y sea difícil de aceptar no he encontrado un solo alzado, un excombatiente de aquella época ESCAMBRAY 1961-1962 que me pueda hablar de ti, que me pueda decir si yo conocí a Andy, nadie entre los expresos políticos sabe de ti, TE LLEVO EL CAMINO DEL SILENCIO. Te he buscado entre amigos y conocidos, nada me saben decir de ti, te he buscado con los enemigos, solo silencio he recibido por respuesta, te he buscado por el mundo a través de las Organizaciones Internacionales, pero ellas son sordas, ciegas y mudas, pero la búsqueda continua, algún día encontrare alguien que me diga :”Yo lo vi. Y así fue”.

Pero no soy sola yo quien busca a su ser querido, ni eres solo tu el único desaparecido, cuantas familias cubanas buscan a los suyos, Cuba entera llora por sus hijos, aquellos que no aceptan el sometimiento a una dictadura compuesta por crueles criminales, que mas parecieran caníbales comiéndose a sus hermanos, por eso siempre digo que cuando hablo de ti hablo de todos, en mis sentimientos unifico el dolor que lleva nuestro pueblo en su alma, en mi expresión no soy solo tu hermana soy un miembro de la gran familia cubana que ha sido destrozada por la ambición de sonido y de eco de un enfermo mental con el dominio del poder de nuestra Patria.

Siento un dolor grande en mi pecho tan fuerte como el primer día, es un rugido, un sentimiento que quiere romper todos los músculos que recubren mi corazón y explotar en mil pedazos, pero no puedo llorar, el dolor es tan fuerte que se queda dentro, y es que el sentimiento de culpa es tan grande, porque siento tu soledad, tu nececesidad de compañía, del cariño de los tuyos y ese vacío inmenso que te envolvió donde ni siquiera los compañeros de batalla te recuerdan.

Siento rabia, odio, rencor, contra los que te hicieron daño, todo mi ser reclama JUSTICIA!! En el día de hoy nadie me hable de perdón, ni de reconcialicion, solo pudiese hacerlo si uno, uno solo de los que estuvieron cerca de ti en tus momentos difíciles, viniera hablarme de ti y me contara que ocurrió contigo, si se descorriera este telón, pero no, ellos no se arrepienten del daño causado, del sufrimiento provocado.

Me duele el alma el corazón la vida, porque es tu dolor el que me duele, me asfixia la soledad, porque es la soledad tuya, la soledad del desamparo, me agobia el silencio, ese silencio lleno de vacío donde no hay una sola palabra o expresión que me hable de ti y de que fue lo que hicieron contigo, me rompe me destroza, si tu pudieras romper ese silencio y hablarme daría gracias.