BARACUTEY CUBANO

Castro optó por cirugía que agravó su salud
La proverbial determinación del gobernante Fidel Castro para tomar decisiones sobre sus propios tratamientos médicos parece haberle conducido a la gravedad que lo mantiene postrado luego de tres fallidas operaciones intestinales, según nuevas revelaciones aparecidas hoy en el diario español El País.
WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald
El periódico volvió este miércoles sobre la salud de Castro para señalar que fue el gobernante cubano y su entorno, quienes adoptaron la decisión de aplicar la técnica quirúrgica que desembocó en severas complicaciones e infecciones (peritonitis).
''Castro, que se interesa hasta el último detalle sobre los tratamientos a los que es sometido, optó por eludir una ileostomía (apertura de un ano artificial en el abdomen) por la incomodidad que le iba a suponer portar una bolsa por la que evacuar'', relata la nota de El País citando a fuentes médicas del Hospital Público ''Gregorio Marañón'' de Madrid.
En el momento de ingresar al quirófano, el mandatario sufría de hemorragias incontenibles y una intensa infección causada por diverticulitis, una dolencia que afecta el intestino grueso.
De acuerdo con la explicación médica, la técnica que prefirió Castro fue la extirpación de parte del intestino grueso y el empalme de la parte superior de éste con el recto, pero el procedimiento falló y obligó a otras dos operaciones.
La ventaja de los pacientes que son sometidos a una ileostomía es que su intestino grueso puede cicatrizar sin la circulación de flujos gástricos, aunque el inconveniente mayor es que durante la recuparación el enfermo está destinado a llevar a la altura del vientre una bolsa plástica colgante donde deposita las heces fecales.
Sin embargo, Castro y sus consejeros más cercanos rechazaron esta alternativa por considerarla incómoda y para evitar una segunda operación, pensando en devolver al paciente a la normalidad en pocos días.
''No fue el caso de Castro, ya que la cicatriz entre el intestino grueso y el recto no cursó bien y acabó rompiéndose'', indican en su reportaje los periodistas Oriol Güell y Ana Alfageme. ``Esto liberó en el abdomen flujo gástrico con heces, lo que causó una nueva infección por peritonitis''.
En octubre del 2004, cuando Castro sufrió una caída al retirarse de una acto en la ciudad de Santa Clara, fue sometido a una operación por fractura de rodilla y una fisura en el húmero del brazo derecho. Entonces el gobernante pidió que se le interviniera con anestesia raquídea y no con anestesia general, para mantenerse en control de sus facultades.
Los reporteros de El País mencionan que desde julio a diciembre del pasado año la situación de Castro alternó fases de agravamiento por complicaciones añadidas como el fracaso del implante del ano artificial, el fallo de una prótesis coreana y la inflamación de la vesícula, lo que ha derivado en dos nuevas visitas al quirófano.
Los reportes sobre la enfermedad de Castro --publicados por segundo día consecutivo con detalles inéditos-- proceden de dos personas que trabajan en el hospital ''Gregorio Marañón'', donde funge como jefe de Cirugía el doctor José Luis García Sabrido.
El pasado diciembre, García Sabrido viajó especialmente a La Habana para examinar a Castro y a su regreso a España negó que el gobernante cubano padeciera de cáncer, como habían reiterado fuentes de inteligencia en Estados Unidos.
Güell confirmó a The Miami Herald que García Sabrido había ``compartido la información con otras personas del hospital ... Y dos de esas personas nos la han confirmado''.
Mientras, García Sabrido se limitó a decir que ''cualquier información que no venga directamente del equipo médico [de Castro] es infundada''. Su secretaria personal manifestó que ``nada ha cambiado, nada, desde que [el médico] habló en diciembre''.
La información de El País ha tenido notable repercusión en la prensa internacional, provocando nuevos pronósticos y evaluaciones de especialistas médicos.
La casi totalidad de los expertos coinciden en que, de ser fidedignos los reportes del periódico madrileño, las posibilidades de sobrevivencia de un paciente de 80 años como Castro son limitadas.
En personas ancianas, el pronóstico para ese tipo de infección es generalmente muy severo, con una tasa de mortalidad de 90 por ciento. ''Castro definitivamente sería considerado gravemente enfermo'', aseguró el doctor Roshini Rajapaksa, grastroenterólogo en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York.
En Cuba, donde la enfermedad de Castro ha sido calificada de ''secreto de Estado'', la prensa oficial hizo silencio absoluto sobre el reportaje de El País.
Ayer un diplomático cubano en Madrid descalificó la información, asegurando que se trata de ``una historia inventada''.
''Es otra mentira y no vamos a hablar de eso'', indicó el diplomático, citado por la Associated Press. ``Si alguien tiene que hablar sobre la enfermedad de Castro es La Habana''.
La pasada semana durante una visita a Chile para participar en un evento científico, el físico Fidel Castro Díaz-Balart, primogénito del gobernante, aseguró que su padre ``continúa recuperándose''.
Sin embargo, cada vez son más espaciadas las referencias de funcionarios cubanos sobre la recuperación de Castro, que cedió temporalmente el poder el pasado 31 de agosto. Las últimas imágenes de Castro que divulgó la televisión estatal se remontan al 28 de octubre.
Refiriéndose al informe de El País, el gobierno de Estados Unidos afirmó que no ofrece nada nuevo.
El reporte del diario es ''una especie de resumen de otros informes previos sobre la salud'' del gobernante cubano y ''no tenemos nada nuevo'', afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow.
El País publica también en su edición de este miércoles un editorial dedicado a la enfermedad de Castro y la actual realidad cubana, bajo el título de ``Castro menos secreto''
''Gracias a que la medicina cubana ha resultado mucho peor de lo que el régimen castrista proclamaba, y ha tenido que echar mano de médicos españoles, algo hemos aprendido: tras tres operaciones fallidas y diversas complicaciones, su pronóstico es muy grave, según han afirmado fuentes facultativas españolas'', afirma el editorial.
El texto menciona que en el evidente proceso de ajuste y cambio que se vive en la isla con Raúl Castro como mandatario interino, ``ha desaparecido la verborrea y la gesticulación hiperrevolucionarias de Fidel, lo que constituye todo un alivio para quienes las han sufrido durante casi medio siglo''.