sábado, abril 14, 2007

LAS DOS CARAS DE UNA MONEDA. SERIE NO. 4

LAS DOS CARAS DE UNA MONEDA. SERIE NO. 4


Por Martha Beatriz Roque Cabello

La cara pública de la moneda

Una reciente nota de plana completa del periódico Granma, recordó la explosión de un artefacto en el Hotel Meliá Cohiba, del 4 de abril de 1997, en el comienzo de una campaña de atentados contra centros turísticos que se extendió hasta septiembre de ese año. Varios arrestados por el caso, de origen centroamericano, confesaron haber sido reclutados por Posada Carriles, un anticastrista violento, ex agente de la CIA y vinculado a oros atentados contra objetivos civiles cubanos, para llevar adelante los bombazos. En julio de 1998 en una entrevista con The New Times el propio Posada Carriles reconoció su autoría intelectual.

Antecedentes

Luis Posada Carriles fue acusado y procesado en Venezuela, donde permaneció preso de 1976 a 1985 acusado de la explosión de un avión cubano en 1976, donde murieron 73 personas.

La cara oculta de la moneda

El terrorismo es tema constante del gobierno cubano, quien se auto declara antiterrorista, hechos ocurridos hace ya más de tres décadas son una y otra vez objeto de información. Sin embargo, si alguna persona perjudicada por el terrorismo, en la etapa anterior a 1959 –a través del cual se instauró el poder-, quisiera reclamar, según lo que plantea la Constitución no sería posible:

Artículo 26.- Toda persona que sufriere daño o perjuicio causado indebidamente por funcionarios o agentes del Estado con motivo del ejercicio de las funciones propias de sus cargos, tiene derecho a reclamar y obtener la correspondiente reparación o indemnización en la forma que establece la ley. Artículo 61.- Las leyes penales tienen efecto retroactivo cuando sean favorables al encausado o sancionado. Las demás leyes no tienen efecto retroactivo a menos que en las mismas se disponga lo contrario por razón de interés social o utilidad pública.

Antecedentes

En funciones propias de su cargo, como Jefe de Acción y Sabotaje del Movimiento 26 de Julio en Guantánamo, bajo la dirección de Frank País, el General de Brigada* Demetrio Montseny Villa, realizó los siguientes actos terroristas, descritos por él, personalmente:

( Odón Álvarez de la Campa, quién perdió las dos manos al explotarles la bomba que iba a poner en la lucha contra el régimen de Fulgencio Batista )

“En Guantánamo: “quemamos dos guaguas, se inutilizaron algunos otros transportes, saboteamos el tendido eléctrico y colocamos varios petardos”. Logramos organizar dentro de la base naval norteamericana en Guantánamo, células de Acción y Recaudación, con gran efectividad creamos una red de Inteligencia Militar. Por distintos medios logramos sacar armas. En una ocasión obtuvimos doce morteros de 61mm, una ametralladora 30 (enfriamiento por aire), siete fusiles Garand 3006, cuatro Springfield 3006 y 6 escopetas calibre 12, usadas por los custodios de los almacenes, que tenían un cañón de 18 pulgadas y un sistema de enfriamiento por aire. También conocimos de valiosas informaciones, incluyendo documentos y fotos de aviones de la tiranía cargando proyectiles y bombas que lanzaban indiscriminadamente en las montañas. A partir de febrero de 1957 pasé a la clandestinidad. Nuestras células eran muy activas. En varias ocasiones logramos paralizar la ciudad. Saboteamos el transporte por carretera y ferrocarril, pusimos petardos y bombas, lanzamos cocteles Molotov, dejamos la ciudad sin electricidad ajusticiamos chivatos y traidores, incluyendo al gallego José Morán. También tuvimos que lamentar la explosión de un arsenal de explosivos que teníamos en la calle Aguilera que le llamábamos el laboratorio de “fabricar bombas”. …teníamos bombas, niples y granadas en construcción y una romanita de farmacia donde se pesaban los componentes químicos para lograr los explosivos. También en un túnel que habíamos construido, se encontraban almacenadas numerosas cajas con dinamita, rompe roca, escopetas, en total 10 arrobas, más de 200 libras de explosivos junto a herramientas y medios diversos para la fabricación de las bombas y granadas. Ahí perdieron la vida Enrique Rodríguez, Fabio Rosell, Gustavo Fraga… Abelardo Cuba y Jesús Martín… Era el 4 de agosto de 1957.…contacté con René Ramos Latour (Daniel). …me planteó que por mi experiencia en cuestiones de explosivos, montara una fábrica de bombas en Santiago. Utilicé como depósito de explosivos una ferretería situada en Trocha y Cristina, propiedad del compañero René León. También empleamos como almacén un túnel que construimos en una casa que tenía el propio León por la zona de Boniato. …nuestra primera misión sería tomar el cuartel de la instalación minera en Nicaro (Nickel Processing Co.), entidad industrial norteamericana, con la finalidad de apoderarnos del armamento que tenían. La noche del 23 de febrero a las doce de la noche aprovechamos el cambio de turno y penetramos en tres automóviles. Ocupamos siete fusiles Garand completamente nuevos, tres Springfield y un M-1. En la acción murió el sargento del ejército que era jefe del puesto de la Guardia Rural”


*Grado que ostentaba al escribirse el libro Secretos de Generales en 1996. (Página 65 y subsiguientes del libro Secretos de Generales)
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http://www.canf.org/2005/1es/ensayos/2005-may-05-los-amnesicos.htm

A las autoridades castristas se les han olvidado una serie de acciones violentas acontecidas en Cuba y fomentadas por ellas mismas, que implementaron el terror en la década de los años cincuenta, dando al traste con la otra dictadura, la de Fulgencio Batista.

Quizás las autoridades del régimen de La Habana -con tantos olvidos- padezcan de algún serio problema que les afecte la memoria. Tal vez sufran de amnesia parcial.

Sería recomendable que alguien, aunque no sea un profesional del giro, les diera alguna psicoterapia para que recuerden ciertos personajes o sucesos, como por ejemplo: Luis Posada Carriles -hoy un repudiable terrorista según el régimen cubano- fue miembro connotado de una de las células de acción y sabotaje del Movimiento 26 de Julio en Cienfuegos, su ciudad natal.

En la Cuba de aquel entonces imperaba el terror entre la población gracias a las acciones de los comandos de acción y sabotaje del Movimiento 26 de Julio, organización que fue creada y dirigida por quienes ostentan el poder en la Cuba actual.

Entre las acciones más renombradas de los comandos terroristas del 26 de Julio se encuentra la terrible noche del 8 de noviembre de 1957 en La Habana, conocida como "la noche de las 100 bombas", las cuales fueron colocadas en los más concurridos centros nocturnos habaneros de la época y en las paradas de ómnibus con mayor afluencia de público.

Según el líder disidente Vladimiro Roca Antúnez, los militantes del Movimiento 26 de Julio justificaron la colocación de bombas y petardos explosivos en esos lugares, manifestando que "los habaneros tenían que permanecer en sus casas, pues no podían estar divirtiéndose mientras que en la Sierra Maestra se estaba peleando". Así se lo dijeron a Roca Antúnez dos de estos instaladores de bombas, cuyos seudónimos eran Titi y Fabio.

Por cierto, la memoria de Sergio González, "El curita", quien fue jefe de acción y sabotaje del 26 de Julio en La Habana, es venerada en la Cuba de Castro, pues su casa natal fue convertida en museo. Además, un parque público y un central azucarero llevan su nombre.

Asimismo, muchos de estos terroristas que encontraron la muerte entre sus propias manos, en el instante que colocaban los artefactos explosivos, han pasado a la historia como mártires de la revolución castrista.

Se pueden mencionar, entre otros, a Urselia Díaz Báez, "Chiqui" Lubián y Julio Pino Machado.

Desde los inicios del triunfo de la revolución se le dio cobija en nuestro país a cuanto terrorista andaba suelto por el mundo. También recibieron clases para subvertir el orden por medio del terrorismo y se les brindó una de las logísticas más avanzadas de aquella época.

Entre los beneficiarios se encontraban los militantes de ETA (separatistas vascos), IRA (nacionalistas de Irlanda del Norte), Brigadas Rojas (Italia), así como a terroristas de África, Asia y América Latina. Hasta los miembros de células beligerantes comunistas de Estados Unidos, o fugitivos de ese país por acciones violentas encontraron resguardo y ayuda de los castristas.