viernes, abril 13, 2007

OPINIONES DE ESTE BLOGGUISTA EN DIFERENTES ANIVERSARIOS DE LA HOY CLAUSURADA VITRAL

Opiniones de este blogguista leidas, salvo la última, por él durante lasactividades festivas por los Aniversarios de Vitral http://www.vitral.org


¡HEMOS LLEGADO AL VI ANIVERSARIO!.¡Felicidades!
En Vitral 38

Por Pedro Pablo Arencibia

En determinados momentos de este último año, algunos de los aquí reunidos temimos que este momento nunca llegaría. Para nadie es un secreto los acontecimientos y pronunciamientos que de una manera directa e indirecta podían haber sido un preludio de censura o clausura. Nada mejor para festejar este nuevo aniversario que una Acción de Gracias en memoria del Señor de la Historia.

Soy un activo colaborador de VITRAL desde casi sus primeros pasos: la etapa de tijeras y martillo; pero no deseo caer en la hoy muy generalizada manía (más que costumbre) de tomarme la indebida atribución de hablar en nombre de los colaboradores de VITRAL. Hablaré solamente en mi nombre, aunque hable en plural, y con la mesura que este ambiente, recinto y ocasión merecen.

VITRAL posee un proyecto social alternativo al actual proyecto social cubano, pero la alternativa no es necesariamente oposición, salvo que la alternativa sea excluyente, pero VITRAL no excluye. Todos los que hemos trabajado muy estrechamente con VITRAL conocemos que ha sido una línea de trabajo y un objetivo fundamental de la revista, el respeto a la pluralidad de opiniones; tal es así, que considero que para ampliar y enriquecer la tonalidad de este VITRAL de opiniones, su consejo de redacción ha llegado a priorizar la publicación de ciertos artículos portadores de colores nada atrevidos y con longitudes de ondas pertenecientes a la categoría de los infrarojos que, a mi entender, no tenían la calidad necesaria para ser publicados. Si ha existido alguna restricción en la publicación de algunos artículos (para mí esa restricción ha existido), esta ha sido con aquellos artículos más alejados de la posición oficial.

Deseo puntualizar que el proyecto social de la revista VITRAL, hasta donde conozco, ha estado basado en los postulados de la Doctrina Social de la Iglesia, aplicados a la situación cubana (desde la perspectiva de la Iglesia), la cual está detalladamente expuesto en "El Amor todo lo espera". Este proyecto tiene diferentes aristas: cultural, religiosa, política, económica y ética. Ha sido esta última arista, la ética, la arista que ha primado en la revista. La ética de la revista está basada en el enfoque personalista de la Doctrina Social de la Iglesia Católica, cuyo fundamento son las enseñanzas de Cristo. El enfoque personalista sitúa a la persona humana por encima de la política, la economía, etc.

La revista VITRAL, básicamente, no la hacen el director, el consejo editorial, el director del Centro de Formación o el Señor Obispo en su papel de Rector de dicho centro. La revista fundamentalmente la hacen posible los colaboradores. Sin colaboradores no hay revista. Tampoco una revista la conforma solamente su editorial (editoriales que en su mayoría comparto); la conforman básicamente el conjunto de artículos que en ella aparecen.

Pero, ¿qué le ha dado VITRAL a sus colaboradores? VITRAL no nos ha dado dinero, prebendas, viajes al exterior, alto status académico, ni nada parecido. VITRAL sí nos ha dado el espacio que muchos no teníamos para escribir y publicar sobre determinados temas de nuestro interés. ¿Qué precio hemos tenido que pagar algunos colaboradores para escribir en VITRAL? Hemos tenido que, desde oír consejos y advertencias en nuestros centros de trabajos sugiriéndonos no escribir en ella (mi caso personal), hasta la Revocación de la categoría docente y la pérdida del derecho a continuar como profesor (el caso de Sergio Lázaro). ¿Qué le pedimos a VITRAL? Le pedimos que siga fiel a la Doctrina Social de la Iglesia, a Cristo y a su pueblo.

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EVitral número 57


VITRAL, puerta de luz que aviva la esperanza

Primeramente mi saludo y el recuerdo a todos aquellos hermanos que nos han acompañado en otros aniversarios y actividades y que hoy, por sumarísimos eventos, están impedidos de compartir físicamente con nosotros la alegría de este momento.
Si La Guarachera de Cuba: Doña Celia Cruz, la más grande figura femenina de la música afrolatina de todos los tiempos, estuviera hoy materialmente entre nosotros, seguramente con su inigualable voz, que conservó hasta sus últimos días, cantaría parafraseando su último hit, que “Esa Vitral tiene tumbao y no camina de lao”, para finalmente gritar su mundialmente conocido, pero poco conocido en Cuba, ¡¡AZÚCAR!!
En este aniversario de Vitral, continuando mi costumbre en estas conmemoraciones, deseo decir algunas palabras.
En este recinto, el día 5 de abril del presente, y en las palabras de presentación de un libro, el destacado escritor Amir Valle expresó:
“Creo que con este libro la Colección Vitral va a seguir cultivando muchos cauces de luz en momentos en que, sencillamente, como decía Dagoberto, solamente la cultura de la vida, puede salvar.” (Vitral 55,89)
En este noveno aniversario de la revista Vitral, publicación de la cultura de la vida, afirmo que con cada uno de sus esperados números, nos distanciamos, como sociedad, de la antinatural, asfixiante y falsa uniformidad de las ideas y nos acercamos a la expresión pública y franca del complejo, pero inevitable, mundo de la pluralidad. Vitral, publicación de inspiración y ética cristiana, invita con sus editoriales a conformar una sociedad diversa que más que tolerante sea cordial y en que realmente no sean excluidas, censuradas o discriminadas las personas y sus ideas por el signo político que manifiesten o por cualquier otro motivo que vaya en contra de sus derechos y dignidad humanos. Una sociedad en la que quepan todos los cubanos, una sociedad en la que quepan Celia Cruz y Compay Segundo, Gastón Baquero y Nicolás Guillén, Felipe Pazos y Carlos Rafael Rodríguez, Leví Marrero y Emilio Roig de Leuchsering, José “Pepe” Triana y Abelardo Estorino. Una sociedad en la que no se intente, infructuosamente, ignorar la obra de Guillermo Cabrera Infante, Premio Cervantes.
Gracias y felicidades Vitral por haber contribuido durante estos nueve años a alimentar la esperanza de que puede existir ese futuro en el que todo será amor entre cubanos, amor entre hermanos, en que se le dirá NUNCA MÁS al crispado, y en ocasiones soez, lenguaje de trincheras y batallas. Gracias y felicidades Vitral por enseñarnos el camino y las herramientas, no las armas, para hacer realidad ese sueño. Gracias y felicidades Vitral por mantener tu luz pese al arreciamiento de los vientos.
En definitiva, gracias y felicidades Vitral por ser, más que ventana, puerta de luz que aviva la esperanza.

Pedro Pablo Arencibia Cardoso

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Vitral número 61
Vitral, diez años después

Las siguientes palabras de reconocimiento y admiración hacia nuestra querida Vitral fueron escritas sobre la base de los sesenta títulos de los editoriales que Vitral ha publicado en estos diez años de arduo y perseverante trabajo; trabajo con imperfecciones, como toda obra humana, pero lleno de esperanzas y amor.

Vitral, la revista del Centro Católico de Formación Cívica y Religiosa de la Diócesis de Pinar del Río, es un ejemplo de publicación socio-cultural que vincula armónicamente Cultura y religión(44) y ha sido en sus DIEZ años de existencia un Espacio y proyecto (7) fundamentado en La fuerza de lo pequeño (8) que Buscando la verdad en carne viva(6) nos ha traído a muchos La Libertad de la Luz (1), pues nos ha enseñado que con el No a la violencia(3) y con Moderación y diálogo(13) podemos pasar De la Confrontación al consenso(43) y de ahí, a la Convivencia y tolerancia (9) para así llegar, sin recelos ni ánimos de revanchas disfrazadas de justicia, a Una gran alegría para todo el pueblo(22), a esa otra y constante Navidad: fiesta de utopías(4) , fiesta del pueblo (28) y Celebración pública(16) en la que nos sentiremos nuevamente hermanos en el Amor, que es sentirnos hermanos en Cristo, en esa (al decir de nuestro Apóstol) fusión dulcísima y consoladora de amores y esperanzas que será nuestra Patria. Vitral, en todos estos años de su existir, siempre ha sido fiel a la doctrina de Paz de la Iglesia; Vitral siempre nos ha invitado, nos invita y estoy seguro que nos seguirá invitando, a que No cerremos la puerta a la esperanza(5) y a Celebrar entre todos la convivencia pacífica(52) .
Vitral durante estos DIEZ años (¡nada fáciles!) nos ha enseñado: que debemos Vivir en la verdad(18), que No sólo de pan vive el hombre(10), que Sin trabajo no hay país (12) y que tenemos El derecho a un nivel de vida digno (47) y a usar y disfrutar de El Transporte(51) sin una agónica espera ; que hay que tener en cuenta El agua y la luz (15) y que le debemos decir No a la cultura del individualismo (11) y No a la pena de muerte (45) y sí a La cultura de la vida (30), considerando la Cultura: ¿ajiaco o caldosa(14)? Confianza y espacio para crear (37) y a La Educación, el derecho de elegir cómo ser (24).
Vitral nos ha ilustrado, durante esta década de su existir, de que debemos vivir Atentos a los signos de los tiempos (19), pues Todo pasa (50) pero sin perder de vista que si bien La causa de Dios es la causa del Hombre (21), debemos Ser protagonistas de nuestra propia Historia (29) haciendo uso de la Responsabilidad para que no se apague la esperanza(26) y para que no prevalezcan El desorden social(48), La corrupción(59) y La violencia cotidiana(60); Vitral ha sembrado en nosotros la seguridad de que en algún momento de nuestra historia patria Las puertas se abrirán (40) Hacia la Reconciliación Nacional(32) dando paso a La libertad de conciencia(42) , La libertad de expresión(25) , La magnanimidad(38) y a La solución pacífica de los conflictos(41) , dejando atrás al Inmovilismo, callejón sin salida(31), y llevando a las Relaciones Iglesia y Estado(20) a como deben ser: normales y fluidas, pues ambas instituciones tienen al hombre como objeto y sujeto de su actuar.
Aquellos que: Creemos en un solo Dios(39), en La Virgen de la Caridad y la Patria(27) ; los que consideramos como una bendición de Dios La visita del Papa a Cuba(17) y que Cuba después de la visita(23) no fue la misma; los que creemos que aún estando en medio de esta realidad debemos en Cuba: vivir en tránsito(36), estamos totalmente convencidos que el Abrir las puertas a la redención(34) personal nos traerá (en estos tiempos tan cercanos al Centenario de la República de Cuba(49) ) La libertad(57) para todos (y no para algunos o para la mayoría) así como nuevos y grandes Desafíos y esperanzas(35) pues Las Escrituras ya lo han dicho: «y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres» (Juan 8, 32). Vitral, por medio de sus editoriales y otras secciones, nos ha presentado magistralmente esa única Verdad inculturada en nuestro contexto social actual e histórico.
Vitral ha esclarecido posiciones y conceptos cuando ha habido Una confusión lamentable(54) o cuando se ha tenido que abordar el tema de Cuba y las relaciones internacionales(33) en ocasión de una importante reunión internacional en el país; también Vitral, ante la ignorancia, la duda o la incertidumbre, ha respondido con claridad meridiana las preguntas: Navidad en Cuba ¿Apertura o aislamiento?(46) y ¿Hacia dónde va la Iglesia en Pinar del Río?(53). De igual modo, Vitral en estos dos lustros nos ha llamado y alertado a meditar seriamente sobre nuestro existir al preguntarnos: ¿Qué estamos haciendo con nuestra vida?(58) para que no desaprovechemos este preciado don de Dios. Por último, Vitral, con lenguaje claro y sencillo, sin utilizar recursos del, tan de moda, lenguaje apocalíptico, ha trasmitido una advertencia llena de proverbial sabiduría: Quien cierra el paso al cambio en paz, abre la puerta a la violencia(55).
Para que todo no sean lisonjas y complacencias hacia la admirada homenajeada, retomo las palabras del editorial del segundo aniversario: «Nadie presta mayor servicio a Vitral que quienes más la critican» y señaló que en sus editoriales Irse del país, solución o problema(2) y La emigración(56) así como en otros artículos en los que se ha abordado esencialmente el tema migratorio, se ha obviado, muy probablemente por mesura y no por desconocimiento, el ideario y las posiciones que asumió el mayor de todos los cubanos ante ese hecho y dilema; se ha obviado a aquel que con mucho más que un poco de luz en la frente expresó: «prefiero ser extranjero en otras patrias a serlo en la mía». La esencia y presencia de ese legado martiano en dichos editoriales no sólo nos habrian ayudado a esclarecer algunas causas sino también a comprender que hay personas que aunque se van del país no lo abandonan, ni huyen, ni escapan del mismo. También en esos editoriales se han obviado la constitución apostólica Exsul Familia y el mensaje de navidad de 1952, ambos del Papa Pío XII, así como la encíclica Pacem in Terris, específicamente su párrafo 25, del Papa Juan XXIII, documentos en los cuales la Iglesia reconoce el derecho a emigrar del país aún cuando esa emigración sea producida por causas económicas, que no es el caso cubano, por no cumplir la emigración cubana con las características generales que la literatura científica especializada, la biodemográfica, le asigna a dicho tipo de migraciones. Hasta aquí mi servicio a la trascendente Vitral, revista de temas cubanos que hoy solamente cede, a mi modesto entender, ante la singular Encuentro*, aunque reconozco que los objetivos y lectores a los que ambas están dirigidas no son los mismos.
Finalmente para concluir quiero expresar: ¡ Gracias y Felicidades Vitral! por cumplir tu promesa fundacional de ser «palabra y cauce, resonancia y espejo…a cuantos tengan sed de comunicación, reflexión y diálogos, sin distingos de colores ni empobrecedores filtros para la luz» ** ; ¡ Gracias y Felicidades Vitral!, por haber sido tú la Puerta de Luz que me dio fuerzas para recorrer durante estos siete años y medio, el oscuro túnel de la muerte incruenta. Muerte civil que me privó de ganar el sustento familiar y grados científicos y de darle a mi pueblo, los mejores y más maduros frutos de mi vida profesional y académica. Vitral, tú has sido la Puerta; la Luz: Tú, mi Señor.
¡MUCHAS GRACIAS!

Pedro Pablo Arencibia Cardoso

Nota: Los textos en itálicas corresponden a los títulos de los editoriales de la revista Vitral; los números que están como supraíndices corresponden al número de la revista.
* Me refiero a la revista Encuentro de la Cultura Cubana, editada en Madrid y cuyo fundador, ya fallecido, fue el destacado intelectual cubano Jesús Díaz.
** Editorial « La libertad de la luz» año 1.no 1. mayo-junio. 1994

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¡ OLÉ! POR VITRAL


Pedro Pablo Arencibia Cardoso

Vitral ya no me visita. Su ausencia me entristece pero tengo un consuelo: me acompaña su ciberclón, su página web; bella, funcional y sin defectos, aunque reconozco que mi valoración no es imparcial ni objetiva y mucho menos calificada. El amor ciega.

Vitral en Internet ha sido el paliativo que ha sustituido a la llegada de mi Vitral de celulosa, a mi amada Vitral, a la hija de toner y fotocopiadoras. Es cierto que me acompaña casi toda su colección, desde Primogénita hasta la otrora nombrada Benjamina, que ahora temporalmente lleva el nombre de Antepenúltima; la excepción fue la arduamente buscada, pero escurridiza, Númeroonce. Previsoramente pude traerlas a todas ellas para que me acompañaran en estas nostalgias que no por anunciadas son menos punzantes. Sus dos últimas hermanas, la llamada Sesentaycinco y la nombrada Sesentayséis tampoco están conmigo; al encargado de traerlas a mis manos, le horrorizó llevarlas de compañeras de viaje al aeropuerto habanero. El miedo pudo más que el compromiso y el sentido común, pues es evidente que la emigración voluntaria de todos los ejemplares de cada número de Vitral sería lo mejor que les pudiera suceder a aquellos que durante años han tratado de múltiples formas y maneras de apagar la luz de esperanzas que representa Vitral para nuestro pueblo.

Extraño a Vitral, porque Vitral es mucho más que una revista. Vitral ha sido, y es, un gran equipo de trabajo que es impulsado por el amor a un hermoso ideal para nuestra Patria. Como viejo y activo colaborador de Vitral, tuve el privilegio de conocer profundamente al colectivo y el trabajo de Vitral. En mis frecuentes visitas a los locales de Vitral, siempre tuve la impresión de que Vitral era un pequeño central azucarero, pero con la producción del antiguo y gigante Jaronú.

Los aromas que se desprenden de ese central en marcha, especialmente ante cada número de la revista u otra publicación expedita que sale de sus locales, son algo insustituibles después de haberlos sentido. A esos aromas contribuyen: Elsa Siles con su polifacético, ordenado e incansable trabajar; Margarita, cuyo amor y pasión por Vitral la convierten en una madre preparando la fiesta de su hija quinceañera, pero con la diferencia que esta hija cada dos meses los vuelve a cumplir; el tocayo Pedro Pablo, siempre presto a realizar cualquier trabajo, aunque las máquinas o él protesten del ritmo y la carga que se les da, pero sin olvidarse de sacar tiempo para azuzar con sus bromas a las más entradas en años; Feliscindo, diligente y respetuoso, de trato exquisito y franco; Karina, bella y típica cubana, de trato invariablemente afable, de carácter firme y seriedad en su trabajo, una joya todavía sin su estuche que la cuide y complemente; Toledo, serio, competente, puntual y siempre con algún “Toledito” bajo su cuidado y custodia; Bomnín, Gladys y Bernal, tan eficientes en su trabajo de correcciones gramaticales, que en estos años han mejorado ostensiblemente el “talón de Aquiles” de la revista, pese a la cantidad y a la premura de las otras publicaciones y tareas que deben de acometer; María del Carmen Gort, una de las decanas del Consejo de Redacción, tan humana, madura, franca, y firme en sus ideas ante cualquier persona o jerarquía, que me ha parecido un insulto a su persona, la atribución de los editoriales de la Revista solamente al director, y no al Consejo de Redacción, como han señalado erróneamente personas ajenas a Vitral; Santiago Llera, persona franca y honesta de gran sensibilidad humana que no está mirando para donde sopla el viento, y que posee una pericia técnica tal, que Vitral no hubiera sobrevivido todos estos años sin su asistencia; de existir el sello “Forjadores del Futuro” a nivel de Diócesis, Santiago no hubiera dejado nada para nadie; Padre Juan Carlos Carballo, un enamorado de Vitral desde su nacimiento cuando él solamente era un laico con inquietudes sociales; su alegría cuando entró al Consejo de Redacción se le salía por encima de la ropa; nada, que hasta los sacerdotes tienen derecho a un poquito de sana vanidad aunque el Eclesiastés hable de vanidad de vanidades.

Párrafo aparte para tres figuras claves en el surgimiento y desarrollo de Vitral: el Padre Manolo ( dentro de muy poco “ el Obispo Manolo”, al cual toda mi familia y yo felicitamos por su muy próxima ordenación episcopal y le decimos que cuente con nuestras oraciones al Señor para que lo asista en su nuevo desempeño), el asesor que durante todos estos años ha sabido desde muy cerca dirigir, mediar, tensar y aflojar el pulso de Vitral; Dagoberto, uno de los gestores del proyecto que desde hace años es esa gran realidad que es Vitral, convirtiéndose él, desde sus inicios, en el motor impulsor y cadena de transmisión de la revista; Monseñor José Ciro, la persona sin cuyo apoyo Vitral no hubiera nacido y mucho menos llegado a estos once años, el alma de Vitral.

Con todos ellos no he agotado el colectivo de trabajo de Vitral en estos once años; faltan Hortensia, Ifraín y Tony, además de todos aquellos que ya no están trabajando en, o con, Vitral: desde Mariolys, Luis Enrique Estrella y mi tocayo Porbén, pasando por Carmen Dora y la bien recordada Estela, de furtiva y sorprendente salida para aquellos no vinculados a la oposición política, hasta llegar a mis más cercanos vecinos de hoy: Yenia y Ernesto Ortiz, sin olvidar, por supuesto, a Roberto, uno de los fundadores y gestores del proyecto de casi anónimo trabajo. Perdón a los que no he mencionado, lo que sucede, es que en esta cuartilla, motivada por la costumbre de hablar en todos los aniversarios de la revista, acontece lo que cantaba nuestra Celia Cruz: “no hay cama pa’tanta gente”. Saludos y ¡ Feliz Aniversario Vitral!.

2 de junio de 2005


NOTA para no ser publicada: Deseo que Karina, Margarita o cualquier otra persona leyeran estas palabras en el onceno aniversario, en caso que se abran los micrófonos al público; así los presentes soportarán una vez más mis palabras. Saludos Hermanos.