viernes, mayo 25, 2007

LAS LECCIONES DE IRAK APLICADAS A CUBA

Nota del Blogguista El señor Oppenheimer infiere sobre bases muy cuestionables. Un ejemplo: si ocurriese en un futuro, un tanto cercano, en los EEUU un atentado similar al ocurrido el 11 de Septiembre, dudo que aún con una administración Demócrata, sus predicciones se cumplan con respecto a que ¨Estados Unidos se convertirá, por lo menos durante un tiempo, en una potencia más humilde, más dispuesta a dialogar y más multilateralista ¨.
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Las lecciones de Irak, aplicadas a Cuba

Por Andrés Oppenheimer

MIAMI.- He aquí una teoría interesante: la política de Estados Unidos hacia Cuba quedará afectada por las secuelas de la guerra de Irak.

A grandes rasgos, el razonamiento es el siguiente: así como la impopular Guerra de Vietnam en los 60 produjo un síndrome de Vietnam que llevó a Washington a tomar una posición menos agresiva en política exterior hacia el final de los 70, la Guerra de Irak producirá un efecto similar en la política exterior norteamericana en los próximos años.

Estados Unidos se convertirá, por lo menos durante un tiempo, en una potencia más humilde, más dispuesta a dialogar y más multilateralista. Los cambios empezarán casi inmediatamente. En los próximos meses, veremos el principio de una retirada gradual de Estados Unidos de Irak. Simultáneamente, la campaña electoral de 2008 se centrará en quién fue responsable por el fiasco de Irak y qué lecciones se pueden aprender del caso.

Posteriormente, el nuevo presidente de Estados Unidos probablemente anuncie un "nuevo realismo" en política exterior. Su principal rasgo será evitar los errores que llevaron a la guerra y empezar a restaurar la reputación de Estados Unidos en el mundo.

La semana pasada, en una reunión del Consejo de Relaciones Exteriores en Miami, varios participantes señalaron que el mayor error de Estados Unidos tras el derrocamiento de Saddam fue desmantelar el ejército iraquí y destruir el poderoso partido Baath, las dos instituciones que mantenían unido a Irak. "Lo que hicimos allí fue quebrar la columna vertebral", dijo Mark Rosenberg, profesor de ciencias políticas. "No vamos a repetir el mismo error en Cuba".

Aunque prácticamente nadie en círculos diplomáticos norteamericanos cree en la posibilidad de una intervención militar en Cuba, varios participantes en la reunión dijeron que habrá un impacto en la política de Estados Unidos hacia Cuba a nivel político: después de lo que pasó en Irak, Washington tratará de evitar la disolución del ejército cubano y del Partido Comunista de Cuba, las únicas instituciones fuertes de la isla.

Ya antes de la guerra, Washington había llegado a la conclusión de que su prioridad en Cuba tras la muerte de Fidel Castro era evitar el caos, para prevenir un nuevo aluvión de refugiados cubanos. Lo ocurrido en Irak vendría a reforzar esta línea de pensamiento.

El síndrome de Irak puede llevar a que Washington comience a reemplazar su tradicional política de sanciones comerciales por una estrategia menos ambiciosa, para lograr una "reforma de régimen" y no un "cambio de régimen". Algunos analistas no descartan un giro aún más grande, hacia una "aceptación de régimen".

"Irak está llevando la política de Estados Unidos hacia el centro , dice Manuel Rocha, ex embajador de Estados Unidos que estuvo destinado en varios países latinoamericanos, incluso Cuba. "El próximo presidente, ya sea republicano o demócrata, va a ser un centrista moderado."

Y a diferencia de George W. Bush, un presidente centrista no va a amenazar con vetar proyectos de ley para desmantelar las sanciones comerciales a Cuba, según me señaló Rocha en una entrevista. "Estados Unidos se va a encaminar hacia una política exterior más moderada y multilateralista", dijo.

Mi conclusión: la política de Estados Unidos hacia Cuba siempre ha sido un tema de política interna y -considerando que Florida será una vez más un estado clave en las elecciones de 2008- no creo que eso cambie en el corto plazo.

Y si hay un cambio, no creo que Washington premie la represión en Cuba con una normalización de la noche a la mañana. Más bien, el próximo presidente buscará reemplazar gradualmente las sanciones unilaterales por presiones multilaterales efectivas sobre la dictadura cubana para que permita libertades esenciales.

Pero coincido en que Irak fijará el tono de la política exterior de Estados Unidos en los próximos años, y en que Cuba no será una excepción. Para ver qué hará Washington sobre Cuba, quizá tengamos que empezar mirando las secuelas de Irak.