sábado, agosto 04, 2007

EL SUCESOR EN SU DILEMA

El sucesor en su dilema.

Por Pablo Alfonso.

CUBA por dentro

Desde hace un año Cuba vive en la provisionalidad. Esa, que le fue otorgada el 31 de julio del 2006, al general Raúl Castro, por su hermano el dictador Fidel Castro, cuando enfermó gravemente.

A partir de entonces Las expectativas generadas en un principio por el “cambio de mando” se están convirtiendo en frustración. La economía cubana está estancada en su ineficiencia y la represión política continúa inalterable.

Hablar de sucesión en Cuba puede resultar un sofisma, un equívoco. No hay sucesión, lo que existe es una provisionalidad bajo la mala sombra de un añejo dictador.

Un año después de la salida formal de Castro, todavía está por ver si su hermano el general, es o no ese dirigente pragmático que algunos aseguran puede introducir las reformas que el país necesita.

Por ahora es imposible afirmar que la sucesión se ha producido sin sobresaltos y con estabilidad, porque la sucesión sólo existe todavía en la forma y no en el contenido.

Lo que se ha puesto en práctica a lo largo de este año es un traspaso del poder, con carácter provisional, no una sucesión en regla. Para decirlo más claro: aunque el dictador Castro no regrese ya nunca más al poder todavía no se ha dicho la última palabra al respecto.

Habrá que esperar hasta entonces para hablar de estabilidad o sobresaltos. Hasta hoy, hemos visto continuidad, con algunos signos de estilo diferente, pero no sucesión.

A principio de los 90, la dictadura le ofreció concesiones a la realidad económica y ajustó sus reformas a esas realidades, ahora es posible que en los meses próximos, el régimen provisional del general Castro, las haga de igual forma: Impulsado por la situación interna.

El dilema del sucesor es que las reformas económicas que el país requiere con urgencia pueden traer con ellas consecuencias políticas y sociales que pongan en peligro la estabilidad de su régimen. Por otra parte, el inmovilismo y el estancamiento, pueden conducir también a esa misma inestabilidad. El general Castro no puede permitirse los lujos que se permitió su hermano. Carece de ese carisma y esa dimensión política que la vida le confiere a determinadas personas.

Un carisma que el dictador todavía practica desde su lecho de enfermo, utilizando los resortes del poder ejercido con mano de hierro durante medio siglo.

Casi nadie pone en duda que mientras el general Castro no asuma formalmente el poder, en Cuba no se llevará a cabo ninguna reforma importante. Primero será la separación institucional del dictador Castro del poder, y luego los cambios posibles.

Por ahora hay una fecha probable para ese traspaso institucional. Las llamadas elecciones a diputados de la Asamblea Nacional, previstas para abril del 2008. En ese momento deberá elegirse un nuevo Consejo de Estado. Hasta entonces, Cuba seguirá viviendo en la misma provisionalidad.

El otro dilema que enfrenta el general Castro es la frustración popular. Los sucesos de hace un año generaron expectativas de cambio que no se han materializado. El equipo de la provisionalidad tiene que controlar esa frustración hasta que pueda instalarse definitivamente en el poder.

Quizás por eso el general Castro insiste en pedirle a los cubanos un poco más de paciencia, mientras deja entrever que se producirán las necesarias “reformas estructurales” que el país necesita.

Esos mensajes a la población están acompañados de un debate menos público que se está abriendo en sectores profesionales e intelectuales de la isla, al amparo del nuevo estilo de “los provisionales”.

La más reciente edición de la revista cubana “Temás” de amplia difusión ente la intelectualidad del país publicó un interesante análisis sobre la situación política en la isla, que puede ilustrar el ambiente que se respira.

“Cuba se aproxima al medio siglo de vida como experiencia singular de poder anticapitalista experimentando síntomas y demandas de transformaciones internas", afirmó el profesor de la Universidad de La Habana, Armando Changuaceda.

Apostando por una transición “hacia más socialismo” Changuaceda que ese reto implica buscar una fórmula donde el Estado también dé espacio a las cooperativas o las empresas familiares, mejorando el bienestar de la población.

Durante un panel organizado por la misma revista, el profesor Jorge Luis Acanda González expresó: "Quisiera que el socialismo cubano de la próxima década fuera menos estadocéntrico, para que se desarrollara más la democratización del poder y de la propiedad.

El nudo gordiano que tendrá que deshacer el general Castro es la dependencia que Cuba tiene hoy de Venezuela, como la tuvo ayer de la Unión Soviética. El comercio entre La Habana y Caracas alcanzó 2,700 millones el pasado año, alimentado por los 92,000 barriles diarios de petróleo venezolano que arriban a la isla, para mantener a flote el milagro socialista cubano.

"Si Cuba tuviera que pagar el barril de petróleo al precio de mercado, a 70 o 75 dólares, pienso que su economía habría colapsado", sostiene la analista francesa Janette Habel, del Instituto de Altos Estudios de América Latina.

¿Por dónde comenzará la verdadera sucesión el general Castro?