CUBA DE LA FALACIA A LA METANOIA O CAMBIO PROFUNDO
CUBA: DE LA FALACIA A LA METANOIA
SI FIDEL CASTRO MUERE, ¿QUE PASA?
Por Iria González-Rodiles *
Colaboración
Bangkok
Tailandia
La Nueva Cuba
Septiembre 13, 2007
Esperanzados en obtener informaciones más frescas, al descubrirme recién llegada de la Isla, todos --los suizos, los de otras nacionalidades y hasta los propios cubanos-- me formulaban la misma interrogante:
Cuando muera Castro, ¿que ocurrirá?
Aunque, con bastante anterioridad, ya corrían rumores sobre los problemas que confrontaba el dictador con su salud, fue en el 2004 --año en que llegué a Suiza para asilarme y el Big Brother todavía ostentaba el poder absoluto sobre Cuba--cuando la pregunta me persiguió por todas partes, como un aluvión:
Si se muere, ¿qué sucederá?
Al inicio de la conversación, siempre di la misma respuesta, tal vez decepcionante para muchos: "Puede pasar cualquier cosa; nadie lo sabe, sólo Dios. No soy adivina, ni profeta; soy periodista".
En segunda instancia, agregaba, con el consecuente aumento del chasco en mis interlocutores, hoy testigos de mi respuesta:
"Lo más probable es que Raúl Castro asuma el poder y realice algunas reformas económicas que, en un final, sólo retrasarían el tránsito hacia la democracia y el desarrollo económico vertiginosos tan necesitados por la Isla".
La pregunta se reitera con mayor frecuencia hoy en día ante la proximidad de un hecho inevitable e inminente: la muerte de Fidel Castro.
Siempre he pensado que un asunto es lo que quisiéramos que sucediese, y otro, lo que sucede en realidad. No escribo para complacer a nadie, ni digo lo que otros quieren escuchar. Tampoco, me interesa la polémica.
Como profesional, para emitir cualquier criterio, tengo que valerme del análisis de la información con que cuento. Pero, sobre todo, de las vivencias y la observación directas, experimentadas allí, durante años --casi una vida entera--, dentro de la Isla y del sistema totalitario impuesto.
Al margen de saber si aún el Big Brother pertenece o no a este mundo, todo está ocurriendo --al menos, hasta ahora-- según lo programado "desde siempre" por el "Poder de Siempre", bajo el silencio cómplice y la anuencia de no pocos, dentro y fuera de las fronteras cubanas.
El "cambio"
Las palabras también tienen su poder. Cada una posee determinado valor y provoca efectos específicos en las personas: enreda o esclarece, agrada o molesta, anima o deprime, ata o libera...
Ahora, ante el más mínimo movimiento que se produzca o se anuncie dentro del sistema totalitario cubano --incluso, aunque sólo se rumore--, lo califican, casi en estado orgásmico, en éxtasis, con una palabra mágica, espectacular: "cambio".
(También hablan de "socialismo democrático" --¡vaya disparate!--, cuando ese sistema ha sido siempre, es, totalitario y dictatorial, según lo prueban la historia y los países donde aún subsiste).
Es probable que el cautiverio y el estancamiento, sufridos por la sociedad cubana durante décadas, origine esta falacia. Pero, hasta ahora, se ha dejado bien claro oficialmente que las supuestas reformas se harán preservando el sistema totalitario impuesto.
Prefiero utilizar, entonces, la palabra metanoia, porque significa cambiar en lo profundo, en la totalidad, renacer, convertirse absolutamente en lo nuevo.Y éso es lo que Cuba necesita: una metanoia. También la necesitamos nosotros, los cubanos. Y cuando digo "cubanos" no excluyo a ninguno, vivan en la Isla o en el extranjero.
De lo contrario, Cuba, nuestra tierra, la Patria de todos los cubanos, seguirá navegando de desgracia en desgracia y continuará siendo el usufructo de los bribones, nacionales o extranjeros (y a quien le sirva el sayo, que se lo ponga).
Lo demás, lo que hasta este momento preciso sucede en Cuba, bajo el control del Brother del Big Brother, sólo sirve para entretener la atención mundial y enmarañar la nacional. Y ganar tiempo para que no quede ningún cabo --ni general-- suelto.
Según rumores, los cubanos podrán viajar libremente sin necesidad de la Tarjeta Blanca (documento similar al pase que reciben los prisioneros), y que podrán salir y regresar a Cuba cada vez que lo deseen sin precisar de la visa que se les exige como si fuesen extranjeros.
Pero esta medida sólo constituiría el cumplimiento parcial de UNO de los TREINTA artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos porque, supongo, excluye al exilio político, aunque quienes lo integran también son cubanos.
Por demás, la inmensa mayoría de la población en la Isla percibe su salario en moneda nacional y no les alcanza ni para cubrir modestamente los gastos y necesidades de la vida cotidiana, colmada de carestías (en la doble acepción de la palabra). ¿Viajar ? ¡Ni soñarlo! Y del resto de los Derechos Humanos, ¿qué?
También corren rumores sobre reformas en el pago de la vivienda, el alquiler a extranjeros, el traslado de residencia dentro de la Isla, la venta de autos particulares... paliativos --dentro del tremendo atolladero y las vicisitudes que vive la Isla-- que serán bienvenidos, pero con cierta desconfianza y escepticismo, por parte por una población acostumbrada a llevar siempre las de perder:
Es casi general el sumo deterioro de las viviendas sin posibilidades de reparación, ¿cuál es la ventaja, entonces, para la mayoría de sus habitantes? ¿sólo que no tienen que volver a pagar por una vivienda destartalada?
No existen apartamentos o casas vacías o disponibles, por lo que el traslado de residencia sólo puede hacerse mediante el difícil y complicado trámite de la permuta y nadie quiere vivir en el interior del país sino en la Capital, ¿dónde está la facilidad?
Quien albergue a un extranjero tiene poca ganancia al verse obligado a pagar un alto impuesto al Estado y será objeto de bajunas envidietas y mayor vigilancia en su cuadra, ¿elevar las tensiones barriotera-políticas por tan poco?
Vender el auto que se posee significa no tener otro más nunca, pues el Estado es quien otorga el derecho de compra al aspirante, según la sumisión e incondicionalidad mostradas al gobierno y que, en la neolengua oficial, se califican de "méritos e historial revolucionarios", ¿vender un auto para transportarse hacinado en el "camello" o en la guagua (bus) o agotándose en una bicicleta?
Sólo se trata de migajas que caen al suelo y se recogen, pero ni sacian al hambriento, ni curan la distrofia y el raquitismo.
Los gestos
Si se lanza "la rama de olivo" en el patio de la casa --que es por donde se debe comenzar-- podría hablarse entonces de que ha habido un primer e importante gesto (que tampoco significa "cambio") por parte Raúl Castro y sus seguidores. El primero, en mi opinión, debía ser la amnistía para todos los presos políticos.
Pero la afirmación hecha por Fidel Castro "mientras yo viva estarán encarcelados" --refiriéndose a los 75 disidentes condenados a largos años de prisión desde la Primavera del 2003-- junto a los mensajes, supuestamente escritos por él y sustitutos de su presencia en público, sugieren la existencia de un dictador vivo y, aunque enfermo, con autoridad suficiente como para hacer cumplir su palabra.
De acuerdo a lo anterior, conceder la amnistía política tendría una doble lectura: Fidel Castro ya está muerto y no se ha informado aún, o tuvo un último gesto ante la aproximación del fin de sus días. Pero este segundo aspecto no es característico en un dictador inflexible, aferrado y despectivo.
Entonces, podría deducirse que ya el Big Brother abandonó este mundo. Gran problema para el Brother, desprovisto de la figura que, en vida, le otorga un carácter provisional al poder asumido por él ante Cuba y el mundo, dada la enfermedad de su hermano. (Aunque, para mí, dictadura por dictadura, es lo mismo). Y, a la vez, gran oportunidad para lanzar el olivo, en serio y a los de casa.
Antes del gran notición que tiene a todo el mundo en vilo, tal vez se efectúen muchas reformas "de medio pelo", con el fin de apaciguar los ánimos, ganar simpatizantes, atenuar querellas, contener explosiones. No mucho más, según parece.
Pero una vez desaparecido el Gran Obstáculo, no descarto la posibilidad de que se produzca cierto tipo de negociación política: en la solución de los conflictos sin salida, siempre los políticos recurren a la mesa de negociaciones, aunque sea en última instancia y aunque no lleguen a ningún acuerdo. Ejemplos pasados y recientes, sobran, en todos los confines del Planeta. No me sorprendería. Hasta creo posible que ya se estén efectuando "debajo del tapete".
Y si la mesa de negociaciones garantizara el primer paso hacia la metanoia cubana, con la participación del exilio y de la oposición interna, y el apoyo de los Estados Unidos (que no se trata de abolir el embargo, ni la ley de ajuste, ni cumplir acuerdos migratorios), no creo que existan objeciones, porque Cuba no aguanta más. Cuba necesita salir, definitivamente, de la desastrosa situación en que se encuentra. Y si puede garantizarse el tránsito hacia la democracia sin violencia, derramamientos de sangre y venganzas, mejor.
Recuerdo que, cuando estábamos en Cuba, un colega de la prensa independiente me decía en que muy mal andaba el país que espera por la muerte de un hombre para cambiar. Así estamos desde hace rato y hasta estos momentos. Y como Raúl Castro está próximo a los 80 años y, según rumores, enfermo, ¿también habrá que esperar por su muerte?
Pero otras infinitas variantes de "lo imprevisible" aún están sobre el tablero. Y no soy yo, como periodista, quien traza las grandes estrategias políticas, sino aquellos que se ocupan de la política. Pero, les aseguro, no hay nada nuevo bajo el sol.
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* Iria González-Rodiles, es periodista independiente. Fundadora de la Agencia CubaPress. Escribe para la prensa alternativa desde 1995. Sus artículos y crónicas han sido publicados en diferentes medios tales como en las páginas WEB de la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa), CubaFreePress, Nueva Prensa Cubana, Cubaicei.org del Instituto de Economistas Indepiendientes, RSF (Reporteros sin Fronteras) y en revistas como la Hispano Cubana y Nueva Prensa Cubana.
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