martes, septiembre 25, 2007

CUBA, PERTURBACIONES EN EL HORIZONTE

Nota de Alberto Luzárraga de Futuro de Cuba.org

Los datos avalan nuestra tesis sobre el desastre y los límites de la subvención de Chávez. La Cuba castrista es un barril sin fondo y la economía venezolana otro tanto. Los datos muestran la situación de dependencia incremental y ello usando las cifras del gobierno cubano que es razonable pensar muestran resultados mejores que los reales siguiendo el patrón de sus maestros soviéticos. Insistimos: Lo único que salva a Castro es que los Estados Unidos lo salven. Porque modelo chino no lo habrá sin una relación comercial muy estrecha con los EE.UU. Y eso es lo que no puede permitirse sin libertad.
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CUBA, PERTURBACIONES EN EL HORIZONTE

Por Oscar Espinosa Chepe

18 de septiembre de 2007

La Habana – www.PayoLibre.com – La sociedad cubana se aproxima a los 19 años de Período Especial, nombre dado a la crisis general iniciada en 1989 por la pérdida de las considerables subvenciones del bloque soviético. Si existe algún sector de la economía donde se reflejan más nítidamente sus desastrosas consecuencias, es el de los intercambios con el exterior, que incesantemente con los años ha empeorado a niveles abismales.

En los datos del 2006, publicados recientemente por la Oficina Nacional de Estadística (ONE), se aprecia la calamitosa situación de esos intercambios. El resultado del comercio exterior de bienes alcanzó un déficit record de 6,7 miles de millones de pesos, 2,4 veces el volumen de las exportaciones, para un crecimiento respecto al 2005 del 20,6% a pesar de que ese año el níquel disfrutó de un precio promedio extraordinariamente alto en el mercado internacional. Eso ocasionó que los suministros del mineral representaran aproximadamente el 48,0% del total de las exportaciones.

El saldo total de bienes y servicios fue positivo en 100,7 millones de pesos, debido fundamentalmente a los servicios de salud pública y otros prestados a Venezuela, actualmente determinantes en la economía cubana, y cuyo eventual deterioro sería desastroso. De todas formas, el superávit creado fue sólo el 8,8% de lo obtenido en el 2005, lo que pudiera indicar que los límites de subvención de ese país están cerca.

El relativamente pequeño superávit obtenido en el intercambio de bienes y servicios en 2006 no fue suficiente para evitar un déficit en la cuenta corriente correspondiente de 239,7 millones de pesos, motivado por el servicio de la deuda, las transferencias de utilidades de inversionistas extranjeros y otras obligaciones.
En la información brindada en el Anuario Estadístico 2006 se destaca el aumento de la deuda externa de Cuba a 15,4 miles de millones de pesos al cierre del 2006, dividida en 7,6 miles de millones, clasificada como inmovilizada por no haber sido objeto de reestructuración desde 1986; y otra activa de 7,8 miles de millones que refleja las transacciones financieras en marcha. En 2001, la deuda externa total reconocida en las estadísticas oficiales cubanas era de 10,9 miles de millones de pesos, lo cual indica un proceso de endeudamiento, con una tasa promedio anual de crecimiento del 7,2% hasta el cierre de 2006. En esta cifra no están incluidos los compromisos con los países del bloque soviético, estimados en un monto superior a 22,0 miles de millones.

La deuda activa el pasado año creció un 32,1% en relación con el 2005, con el agravante de que el segmento correspondiente a la deuda a corto plazo se incrementó de un 15,6% del total a un 25,0% en 2006. Un aumento de más de 1,0 miles de millones de pesos, pasando a ser un factor adicional de estrangulación de la capacidad de pago.

Las perspectivas para 2007 parecen más sombrías. El precio del níquel en el mercado internacional aunque se mantiene a un buen nivel todavía, ha presentado en los últimos meses una clara tendencia a la baja, y hoy está por debajo de los 30 000 dólares la tonelada. La llegada de turistas continúa en un proceso de regresión, y se refuerza la tendencia de 2006 cuando tuvo una caída de 3,4%, con reducciones del 7,0% y 13,0% en enero y febrero de 2007, respectivamente, meses decisivos de la temporada alta en Cuba.

A estos negativos factores se ha agregado el alza considerable de los precios de los alimentos en el mercado mundial, lo cual crea dificultades a una economía dependiente de los suministros externos en un 84,0% para satisfacer las necesidades de la canasta básica de la población.

Por último, la zafra azucarera de 2007 finalizó con la peor producción desde hacía más de 100 años, estimada extraoficialmente en 1,0 – 1,2 millón de toneladas. Esto obligará a importar alrededor de 250 000 toneladas métricas de azúcar al igual que en 2006 para satisfacer el racionado consumo interno de alrededor de 700,0 miles de toneladas y los compromisos de exportación suscritos antes de la zafra.
A este tétrico cuadro se agregan las incertidumbres existentes hoy por el estado de la economía mundial, y el riesgo de que el prolongado ciclo de auge acaecido en los últimos años pueda interrumpirse por un proceso de recesión, lo cual especialistas no descartan, especialmente por las dificultades presentes en la economía de Estados Unidos. Si esto sucediera, los primeros perjudicados serían los precios de las materias primas, incluido el petróleo, actualmente con cotizaciones muy elevadas, con daños sustanciales para Venezuela y, por consiguiente para Cuba, debido a la alta dependencia existente.

Algunos de los efectos de los fenómenos apuntados pueden observarse en la disminución de la oferta de mercancías de amplio consumo en las tiendas de ventas por divisas. Además, llama la atención la ausencia de información, hasta el momento, sobre el comportamiento de la economía en la primera parte del año y de predicciones oficiales acerca de la ejecución del 2007; silencio que podría indicar una coyuntura adversa y un alto grado de incertidumbre para los próximos meses.

De seguir profundizándose esta tendencia, pudiera producirse una afectación aún mayor en el bajo nivel de vida de la población, realidad que debe llevar a los dirigentes a proceder con urgencia en la aplicación de transformaciones económicas estructurales, liberadoras de las bloqueadas fuerzas productivas, como herramientas fundamentales para enfrentar los riesgos que pudieran avecinarse.

Oscar Espinosa Chepe es Economista y Periodista Independiente

Fonte: Payo Libre
http://www.PayoLibre.com