domingo, octubre 07, 2007

EL CHE GUEVARA PIDIÓ QUE NO ABRIERAN FUEGO RECUERDA GARY PRADO

El Che pidió que no abrieran fuego, recuerda Gary Prado

ALVARO ZUAZO / AP
SANTA CRUZ, Bolivia

El general boliviano Gary Prado relata que cuando capturó a Ernesto Che Guevara hace 40 años, el guerrillero no sólo se rindió sino que le insistió en que era más útil vivo que muerto.

''No disparen, soy el Che'', dijo el combatiente argentino cuando la patrulla que comandaba el entonces capitán Prado se acercaba a un objetivo guerrillero en la selva boliviana, según recuerda haber escuchado claramente el ahora general retirado en una entrevista con la AP. Los militares no dispararon, y el Che salió entonces de la maleza.

''Yo valgo más vivo que muerto'', le anunció Guevara a Prado cuando éste lo conducía hacia La Higuera, un pueblo ubicado a 155 kilómetros al sur de Santa Cruz donde al día siguiente iba a ser ejecutado por orden del gobierno boliviano.

''Estaba muy deprimido y preocupado por su futuro'', señaló el militar de 68 años.

'Siempre me preguntan: `¿Y qué sintió cuando se vio frente al Che?' Como si yo fuera a decir: 'Wow, aquí me encontré frente a Superman. . .' Sentí pena, me daba lástima''.

Agregó que el ahora icono de la revolución cubana e inspirador de movimientos revolucionarios en América Latina era ``un hombre sucio, desgreñado, vestido con harapos, hambriento, enfermo. No era la figura del guerrillero heroico, no era para imponer ni temor ni nada, sino simplemente lástima''.

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PIETER BAUERMEISTER / AFP / Getty Images
UNA FOTO de Ernesto Che Guevara en un bar de Ciudad del Cabo, Sudáfrica. A 40 años de su muerte, el guerrillero argentino es lo mismo un icono de la izquierda que un trivializado signo comercial. En ambos casos, la leyenda se aleja de la realidad. )

Ahora, desde la silla de ruedas en que se moviliza, tras un accidente hace 26 años, Prado sostiene que ''el Che fue engañado por [Fidel] Castro'' y que ``no tenía a dónde ir''.

Dijo que esa conclusión a la que llegó en esa época ``fue confirmada por Benigno y otras fuentes''.

Para Prado, ``el Che no tenía adónde ir, le habían cerrado las puertas de Cuba, le habían cerrado otros países comunistas. . . .así que tuvo que quedarse aquí hasta morir, abandonado, traicionado'', sostiene. ``Esa es la realidad, y todos los que le rinden honores ahora son los que lo abandonaron, lo traicionaron''.

Benigno, nombre de guerra del guerrillero cubano Dariel Alarcón Ramírez, que intervino en la guerrilla del Ñancahuazú que dirigió Guevara en el oriente boliviano, sostiene en su libro Memorias de un soldado cubano. Vida y muerte de la Revolución, que ``tal vez el gobierno cubano, fríamente, había decidido deshacerse del Che Guevara''.

En ese libro señala que Castro le habría instruido al jefe del Partido Comunista de Bolivia, Mario Monje, en La Habana, que diera la espalda al guerrillero cuando iniciara operaciones, en 1967.

Sin embargo, Fidel Castro en el libro Cien horas con Fidel, del español Ignacio Ramonet, negó que hubiera distanciamientos o discrepancias entre ellos y atribuyó los problemas enfrentados por el Che en Bolivia a la división surgida en el interior del Partido Comunista boliviano.

Prado recuerda que se encontró con Benigno hace algunos años en una velada en la que el disidente cubano le informó que la inteligencia de Castro había mentido al Che para que concluyera sus días en Bolivia. Esa es la tesis del libro del militar, llamado La guerrilla inmolada.

Añade que poco después de la captura, el Che le preguntó qué harían con él y que pareció aliviado cuando escuchó de Prado que era de esperar que fuera juzgado en Santa Cruz.

Sostiene que, años después, uno de los comandantes del alto mando le confió que el presidente boliviano de entonces, el general René Barrientos, decidió, en consulta con sus comandantes, ejecutar al Che, porque no había una cárcel de máxima seguridad para él y que un juicio sería ``un circo''.

''El Che pareció interesado en el juicio tal vez por esa razón, posiblemente ahí podría encontrar una salida'' a la encerrona que, según Prado, lo había traído a Bolivia para que no saliera vivo.

Prado actualmente es profesor de Relaciones Internacionales, Política y Economía en varias universidades de Santa Cruz. Fue ministro de Estado en un gobierno de transición que condujo a Bolivia de retorno a la democracia. Como diplomático ocupó, entre otros cargos, la embajada boliviana en México.