BADUEL VERSUS CHÁVEZ
Baduel versus Chávez
Por Alberto Muller
El general Baduel y los estudiantes universitarios, representando a dos sectores tradicionalmente representativos de la sociedad venezolana, han coincidido sin proponérselo, en crear un temible huracán político que amenaza al chavismo en toda Venezuela.
Intentemos acercarnos a esos vientos huracanados impulsados por los militares y los jóvenes universitarios, que agitan el convulso vórtice del escenario venezolano con reclamos de libertad.
Desde el cierre de Radio Caracas Televisión hasta el actual proyecto constitucional de perfiles marxistas de Hugo Chávez, una airada protesta estudiantil universitaria recorre sistemáticamente con rebeldía e inquietud todo los rincones del país.
No hay centro universitario en Venezuela, cuyos estudiantes no se hayan lanzado a la calle a levantar sus voces denunciando el rumbo dictatorial de las reformas políticas del presidente Chávez, cuya semejanza con la dictadura castrista es alarmante.
Pero a partir de la comparecencia del poderoso general Raúl Isaías Baduel en días pasados, calificando que de aprobarse la reforma constitucional de Hugo Chávez, se consumaría en Venezuela un Golpe de Estado, la conmoción y el impacto de su denuncia ha resultado aterradora para el chavismo y esperanzadora para casi toda la Venezuela democrática.
Aunque hace tiempo que el general Baduel venía distanciándose con discreción de la radicalización marxista-socialista del presidente venezolano, no debemos pasar por alto que fue Baduel la herramienta decisiva para frenar la torpeza antidemocrática del fugaz gobierno de Pedro Carmona en el año 2002 y para garantizar el regreso a Miraflores del acobardado Hugo Chávez, que después de su renuncia y encarcelamiento, sólo atinaba en aquellos momentos a secarse lagrimones y a solicitar abultadas sumas de dinero con un avión para huir hacia Cuba, en busca de la protección de Fidel Castro.
Inclusive es conveniente puntualizar que el general Baduel, a pesar de su amistad con Hugo Chávez desde los años primerizos de la carrera militar de ambos, no participó en la fracasada intentona golpista contra Carlos Andrés Pérez el 4 de febrero de 1992 ni ha validado nunca ese intento forzado de implantar en Venezuela un socialismo marxista a semejanza del comunismo castrista.
Venezuela lamentablemente se enfrenta al conjunto de los organismos del Estado, como el Consejo Nacional Electoral (CNE), el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y la Asamblea Nacional (AN), todos entes incondicionales a los intentos autoritarios de Hugo Chávez, que pretende implantar en el al país la presidencia vitalicia, la supresión de la libertad de expresión, el fin de la propiedad privada, la eliminación de la autonomía universitaria, el control del Banco Central, la creación de las milicias territoriales para minimizar la autoridad de las Fuerzas Armadas y los poderes absolutos centralizados en el estado venezolano, rememorando los poderes de Stalin en la Unión Soviética.
De acuerdo a la Constitución de 1999 en Venezuela, cualquier reforma que se pretenda aprobar en el país, requiere de la convocatoria a un proceso constituyente, que implica la elección de representantes de todas las regiones del país para evaluar con absoluta legitimidad sí realmente la constitución vigente necesita o no de los cambios autoritarios propuestos.
Este es precisamente el argumento fundamental del general Raúl Isaías Baduel cuando acusó a Chávez de estar ejecutando un Golpe de Estado, con el engendro de constitución socialista-marxista para el Siglo XXI que pretende aprobar impositivamente el dos de diciembre
Algunos vaticinan que con la denuncia del general Baduel, se han dado sorpresivamente en Venezuela las condiciones propicias para un verdadero choque de trenes.
Al lado del presidente Hugo Chávez está lo que se denomina el “chavismo duro”, el dinero que genera el petróleo, los organismos sumisos del estado, las fuerzas cubanas que cuidan de la seguridad del presidente y una parte aparentemente muy minoritaria de las Fuerzas Armadas, que simpatizan con la radicalidad marxista de desviar el rumbo del proceso venezolano hacia el caos represivo que representaría otra Cuba en el continente americano.
Al lado de la posición del general Baduel están los estudiantes universitarios, PODEMOS, la fuerza chavista disidente en la Asamblea Nacional, PRIMERO JUSTICIA, la fuerza política de las generaciones más jóvenes, el MAS, la pujante fuerza política socialista de Teodoro Petkoff, el PARTIDO COMUNISTA de Pompeyo Marques, BANDERA ROJA, la fuerza política más radical de la democracia venezolana, los Partidos Políticos tradicionales, como COPEY y AD, la Iglesia Católica, algunas gubernaturas del país, los sindicatos obreros, las organizaciones profesionales, el cónclave empresarial (FEDECAMARAS) y un alto porcentaje de pueblo venezolano que no quiere que el país avance hacia el comunismo, que de acuerdo a encuestas recientes, suma casi el 65 por ciento de la población, más grupos de activistas creados recientemente para oponerse a la reforma constitucional marxista del chavismo.
También, algunos aseguran que al lado de Baduel está la oficialidad joven de casi todos los principales regimientos militares del país y gran parte de la oficialidad tradicional de las Fuerzas Armadas, que no quieren una Venezuela comunista.
En estos momentos en que escribo esta viñeta periodística, los mismos chavistas sospechan, y así lo han declarado, que Baduel está utilizando su amistad de años con el general Gustavo Rangel Briceño, actual Ministro de Defensa, para convencerlo de que participe en la movilización cívica y pacífica que pretende frenar el golpe de Estado de Chávez con su Constitución marxista.
Los dos trenes están cargados de expectativas: uno mirando a copiar el desastre autoritario castrista en la isla cubana y el otro a garantizar la civilidad democrática y la libertad en toda Venezuela.
Hugo Chávez, el macaco venezolano, como él mismo se autocalifica, está al timón del primer tren, rodeado principalmente de la seguridad cubana que lo protege y del “chavismo duro” que lo alienta.
El general Baduel parece dispuesto a timonear el segundo tren, rodeado de estudiantes universitarios y de la mayoría del pueblo venezolano.
La polémica por el SI o por el NO a la vista y otras proclamas de calle inmediata como la Marcha sin Regreso, han quedado como desplazadas a un segundo plano ante el estruendo inimaginable que podría provocar la colisión de los dos trenes.
Si aceptamos lo que dice el general Baduel, que parece sensato y real, que el proyecto de reforma constitucional de Hugo Chávez es un virtual Golpe de Estado a la nación, entonces cualquier actitud de enfrentarse a ese proyecto es respetable y legítimo.
El pueblo venezolano que rechaza la imposición autoritaria del terror comunista lo que quiere es la paz, la reconciliación de todos los venezolanos, la justicia social y la concordia en libertad.
Baduel, al menos, ha sido capaz de poner el tren de la libertad sobre los raíles que recorren el territorio venezolano. Ojalá Venezuela pueda evitar el choque de estos dos trenes, pues la explosión podría general una situación de violencia inimaginable.
albmul@bellsouth.net
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