viernes, julio 11, 2008

FAVORES AL ENEMIGO ( I )

Favores al enemigo (I)


Por Luis Cino

LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - En el recién finalizado VIII Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), el debate arrancó lastrado desde el principio. Pese a lo que muchos prefieren creer, las reglas del juego estaban cantadas de antemano.

En su discurso ante el congreso, Esteban Lazo, miembro del Politburó y vicepresidente del Consejo de Estado, destacó la necesidad de “conciliar la política informativa de la prensa con los intereses de la dirección del país”.

“Las contradicciones pueden ser de forma pero nunca de principios, pues ambas se subordinan ante todo a la defensa de la revolución”, advirtió Lazo.

Pareció que antes de efectivamente solucionar el problema de lograr una prensa que no dé la espalda a la realidad, se trató de hallar nuevas justificaciones y pretextos para el estancamiento y las viejas lealtades. Siempre entre loas, aplausos y dándole al que no te dio.

Algunos creyeron ver en los debates (es probable que no estén mal encaminados) ciertos reflejos de la pugna entre facciones de la elite que mantiene en un limbo de incertidumbres el presente de la nación. De un lado, los retranqueros del inmovilismo. Del otro, los aperturistas con guantes y antifaz. Todos pendientes de sus temores, prejuicios y privilegios. Erróneamente creen estar bien advertidos de dónde dice peligro.

Algunos de los participantes no están muy lejos de la verdad. José Alejandro Rodríguez, del periódico Juventud Rebelde, expresó: “El principal enemigo interno es el silencio y nuestros propios ataúdes podrían ser los armarios con cerrojos para esconder las dudas, los quebrantos y los sanos exorcismos con que debiéramos todos los días ejercer el periodismo, sin blasfemar del propio ángel de la revolución que nos ha conducido hasta aquí, más bien para salvarlo fortaleciendo sus alas”.

El colega, que tantas cartas desesperanzadas recibe en la sección Acuse de Recibo, debía saber mejor que nadie que las alas del ángel tienen gangrena. Sólo que prefiere ignorarlo o fingir que lo ignora. Es más saludable para él y para el viejo ángel de las alas enormes e inservibles.

El crítico de cine de la página cultural del periódico Granma, Rolando Pérez Betancourt, dijo estar bien advertido de las fatales consecuencias para el periodismo oficial cubano de la mentalidad de plaza sitiada. De callar ciertos asuntos para “no dar armas al enemigo”. De no saltar a una piscina sin agua. De preferir no tirar para no fallar el blanco.

El pueblo le pasó la cuenta sin compasión al periodismo oficial. Como no reflejaba la vida real, sencillamente dejó de creer en él.